Tras la muerte y diáspora de los Raxis de Alcalá, poco a poco, surgieron algunos pintores relacionados con la comarca en este siglo y medio. Tan sólo, han aparecido en los documentos notariales, además de Nicolás y Pedro Raxis ,hasta finales del primer decenio, a un tal Bartolomé Rassis, hijodalgo que aparece en los documentos como pintor muy pobre en 1604 en el registro y alistamiento de hidalgos de aquella fecha[1] También, como un dato esporádico, Nicolás Raxis, con el oficio de pintor, en 1600 recogió como aprendiz al hijo de Pedro de Baeza, un tal Nicolás de Baeza para que aprendiera el oficio durante dos años[2]
En el segundo decenio nos encontramos con la presencia de Pedro Cobo Blázquez, pintor enraizado con Priego y que vivió en Alcalá. Por el contrato de arrendamiento de una vivienda, se sabe que se la alguiló en la calle Llana a Pedro Hernández por ducados y media en dos años, al final del año alquila una vivienda de Juan de la Rosa junto al Castillo de la Mota , linderas con las del regidor Juan de Figueroa, en tres ducados por medio año y las tenía arrendadas a Pascual Hernández ( ante Miguel Jerónimo, diciembre de 1921) Por estos años, intervenía en la hechura de un Cristo para la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús del convento del Rosario. ealiza el Dragón para las fiestas de 1619. La pres
encia del dragón en Alcalá la Real se remonta a 1619. Aparece en un documento de contrato de este invento como se le titula entre el pintor Pedro Cobo, vecino de la ciudad, y el regidor don Álvaro de Valenzuela. (AHPJ 4879 folio 244 y ss, 17 de julio 1619, escribano Juan Rodríguez de Cebreros). Y se cita este artilugio para las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción, que, por aquel tiempo, se celebraban en honor de Nuestra Señora de las Mercedes. lo hacía en estos términos obligándose a entregar para esta fecha:
“un dragón de buenos colores y de hechura de vulto, de papelón de tres varas de largo y una nube de una vara y media de papelón de gueco abollados y de buen color, y una bola de infierno que ha de tener de gueco una vara y todo a de acerse a toda perfección y artificio acabado, que cierre y abra”. Y para comprender el espectáculo “y el dicho dragón lo tengo que dar a en perfección y acabado que consta de unos cordeles q desde los corredores d4e las Casas de Cabildo hasta el balcón de las Casas de la Justicia, por todo lo se me deben dar 120º reales”. A lo que había que añadir todo lo necesario por parte de don Ávaro, y en su satisfacción debía quedar artefacto e invención. Con la firma del contrato le entregaba ochenta reales el contratante y el resto si se hubiera ejecutado con toda perfección.
Este mismo año, realizó otra obra. Ante el corregidor Gome de Mesía Figueroa en quince de mayo de 1568, ya se recogió la presencia de la devoción de la Virgen de Guadalupe en Alcalá la Real en el artículo “ La Virgen de Guadalupe, Alcalá la Real y el rey Alfonso XI”.
En este caso hace referencia a la demanda de Nuestra Señora de Guadalupe. Por cierto, muy ligada al rey Alfonso XI que conquistó Alcalá la Real y, en su intermedio, se encomendó a esta Virgen y colaboró en la erección de su monasterio y ermita por aquellas fechas que se comprenden entre la toma de Alcalá y la batalla del Salado (1340-1341), como recogemos de dos de sus cuadros que ocupan el claustro de dicha basílica.
El vecino Miguel Sánchez de Escañuela se había encargado de la demanda por este tiempo y año mencionado, habiendo recibido la facultad de las provisiones reales y el encargo de los frailes del convento del monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Manifestaba que desde 1564 había corrido de su parte, pero estas demandas provenían desde tiempo antiguos como en muchas ciudades del Reino. Concreta y redondea los ingresos en unos 15.000 maravedíes anuales, y además señala que no dispone ni de ornamentos, ni imagen, tan solo una taza de plata para pedir todos los domingos y fiestas de guardar marcando que se mantenía en poder suyo solo en mayo y septiembre , cuando ajustaba cuentas. También recibía algunas mandas, muy pocas de los ganaderos de la ciudad, lo que indica el patronazgo de esta Virgen entre los ganaderos como la Virgen de la Cabeza. Firmaron la declaración Miguel de Plasencia y Alonso de Jaén.
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En 31 de agosto de 1619, ante el escribano Francisco Jiménez (lLegajo 4714, folio 138), años más tarde, en la iglesia de Consolación se hizo una capilla y un retablo con la Virgen de Guadalupe, obra de Pedro Cobo a principios del siglo XVII, en su lugar se encuentra actualmente la Virgen del Pilar. Presidía el convenmto el padre predicador y ministro fray Joan de San Bartolomé, que se reunió con el resto de frailes) para acordar la licencia de conceder esta capilla a Pedro Pérez de Cañaveral ( frailes el predicado Fernando de Alarcón, vicario Jorge Serrano Cano, Antonio Serrano, Juan Díaz de Pareja. Alonso de Ortega, Luís de Góngora, el predicador Miguel de Ibáñez, , el predicador Francisco Felipe, Cristóbal Lobo, Luís de Góngora, Joan Nieto, Tomás de Leiva Pedro Muñoz, Cecilio de Rivas. Joan de Parras ). Y lo hace con esta cita:” dixeron que tiene entendido que Pedro Pérez de Cañaveral , vecino de esta ciudad, tiene mucho amor y voluntad al dicho convento y a tratado conm el de que le den un arco a modo de capilla quie esta debaxo del arco como se entra por la puerta principal a mano izquierda con quatro sepulturas, en el qual a de poner una anexa que en la forma que está señalado , que esto a de ser para guarda de una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, que a de poner en el dicho arco, para esto trató con el dicho Pedro Pérez , que a de donar el dicho arco y poner con el adorno que conviene para que en él esté la dicha imagen, y en raçon a esto da de limnosna al dicho convento quarenta ducados”. Para ello da la aprobación el padre provincial con su correspondiente título de las 4 sepulturas y ratifican con la escritura el capítulo del convento, al mismo tiempo que la posesión del lugar del arco y sepulturas, y la obligación de Pedro Pérez de colocar la imagen, dorar y poner adorno y reja todo lo qual cumplirá dentro de quince días contados desde el dicho a partir de dos meses contados de la fecha de aprobación de esta escritura. Se hallaba capilla en 1621.
Años más tarde, en la iglesia de Consolación se hizo esta capilla y un retablo con la Virgen de Guadalupe, obra de Pedro Cobo a principios del siglo XVII, en su lugar se encuentra actualmente la Virgen del Pilar.
Estaba relacionado con los carpinteros alcalaínos, a los que ejecutaba las pinturas de los cuadros que vendían a los particulares o a los retablos que ejecutaban.. En 1620, llevó a cabo un encargo de nada menos de nueve cuadros, contratados por el carpintero Gaspar Palomino, cuyo destino no hemos podido reconocer. Su valor alcanzaba trescientos reales, atendiendo al valor y compra de nuebe cuadros de imaxenes de santos guarnecidos con sus vastidores, pintados y dorados[5]
En el año 1621, el cabildo lo contrató para la pintura del túmulo que se realizó con motivo de la muerte de Felipe III. Una de sus obras más importantes. fue la pintura del retablo de la capilla de la cofradía de las Ánimas del convento de San Francisco[4],contratada por el hermano mayor Francisco de Arjona en 1623. Se conservaron las medidas del hueco anterior y las medidas del retablo viejo con las propias imágenes y figuras, pintado al óleo y dorado en lienzo, costando 24 ducados .
Un nuevo documento de dos de febrero de 1623 nos presenta a este artista realizando una nueva obra. Nos aporta nuevos datos sobre su biografía. Se llama Padro Cobo Blázquez, y se declara vecino de Priego de Córdoba y estante al presente en la ciudad de Alcalá. Era avalado por el sastre y cuñado, Francisco Muñoz. Se obligaban a realizar una retablo para la capilla de la cofradías de las Ánimas que está en San Francisco, conforme al arco que está en la dicha capilla, y según el retablo viejo de las Ánimas, com las propias imágenes y figuras pintadas al óleo, dorado al lienzo y sentado sobre las tablas con guarnición sobrepuestas sobre las mismas tablas. Esto por el precio de veinticuatro ducados y más las tablas del dicho retablos, que las tabals y guarnición del dicho retablo las a de dar Francisco de Arjona, hermano mayor de la dicha cofradóa.
Los plazos de pago eran los siguientes: seis ducados al principio con el contrato; diez ducados con el retablo a medio hacer; y ocho ducados en su finalización, cuya fecha era el final de este mes con su trabzaón de madera por detrás para que no se abriera. (ALONSO DE LUCIÁN, legajo 4904, folios 62-63, año 1623 ).
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