DIARIO DEL RUTERO
A las siete de la
mañana y en dos autobuses de Tuccibus de Martos, salimos cien ruteros
capuchinos tras la lluvia de la noche pasada de Alcalá la Real. Por la carretera autonómica con
dirección a Benalúa justificamos el viaje y el itinerario cambiando la de Ibn
Jatib por León el Africano, ya que el primero no pasó por la capital
almeriense, y, explicamos que esta ruta que comienza en la Granada de Hasan bin Muhammed al-Wazzan al-Fasi,
nacido en Granada por 1488 y desterrado a Fez, donde consiguió una educación
exquisita. Su alma viajera por tierras de Magreb, Cairo y Tombuctu. Su captura
por unos navegantes cristianos cerca de Creta tras
recorrer varias veces Mediterráneo y visitar Constantinopla y Egipto,
Su entrega al papa León X de Medicis de modo que este le pidió que compendiara todos
sus conocimientos de África.
Y, así lo hizo. León el Africano
escribió su obra más importante: Della descrittione dell'Africa
et delle cose notable che ivi sono (Descripción
de África y de las cosas notables que allí son. Otras obras suyas fueron la traducción al árabe de las Cartas de San Pablo,
las biografías de treinta árabes ilustres (de los cuales veinticinco son
musulmanes y cinco judíos), un diccionario entre el árabe, el latín y el hebreo, entre otras. Y leímos.
" A mí Hassan, hijo de Muhamad el alamín,
a mi Juan León de Médicis
circundado por la mano de un barbero
y bautizado por la mano de un papa,
me llaman hoy el Africano,
pero ni de África ni de Europa ni de Arabia soy.
Me llaman también el Granadino, el Fesí, el
Zayyal,
pero no procedo de ningún país, , de ninguna ciudad,
de ninguna tribu,. Soy hijo del camino,
caravana es mi patria
y mi vida la más inesperada travesía.
Pocas referencias existen sobre León el
Africano. Casi por sí solas las notas autobiográficas de la Descripción de
África constituyen la única referencia de su vida. La versión más aceptada
sobre los últimos años de la vida de Hasan es que viajó a Túnez, donde retornó al islam, y más tarde murió.
Pasamos por el puerto de la
Nava, Darro y Purullena y llegamos a Los Abades de Guadix, muy concurridos, donde desayunamos y tomamos la
torta santanera y arresoli ruteño. Algunas
notas al paso de Guadix y, al paso por Alquife, una digresión sobre las minas y
su relación con Almería. Y, sobre todo, notas del castillo palacio renacentista
de La Calahorra, su señorío de los Mendoza y su funcionalidad y su impronta del
primer renacimiento español. Luego, una gran digresión al paso de los pueblos
del marquesado de los Zenetes, su origen mudéjar, el señorío de los Mendoza, la
expulsión morisca, y la transformación cristiana de estos pueblos musulmanes
tras la Guerras de las Alpujarras, relación con las tropas de la ciudad de
Alcalá, con los capitanes Góngora y Aranda. De la mezquita a la iglesia
parroquial, el mantenimiento de los baños y nos adentramos en la Ruta de León el
Africano con los distintos lugares en torno a los parques naturales de Almería (entre
ellos de Gata), la zona del campo de Dalías, Alpujarra Baja de Almería,
la zona de la Rábita y Motril, Los Guájares y el valle del Lecrín hasta llegar
a Granada. Tras el desierto de Tabernas comentarios sobre la influencia del
cine en Almería, el taranto, los barrios que expandieron la Almería musulmana (desde
la Alcazaba hasta la ciudad conventual) pasando por los tres espacios de este
recinto fortificado, la Alamedina, el barrio de la Catedral, la ciudad
conventual y la nueva Almería. Leímos estos versos de
IBN a Safar l Marini
¡ Villa de Almería!
Haga Dios que jamás me vea privado de ti.
Cuando te veo , como vibra al ser blandida
una espada de la India
Y, tu amigo ,
que estás comingo en su paraíso,
goza de la ocasión,
que hay aquí delicias que no existen
en el paraíso eterno.
No pasamos por alto el puerto, el paseo marítimo, las ramblas y la incidencia
de los terremotos, entre ellos el de 1522. Intimismos en los Millares y el
Argar. A lo lejos, el Museo Arqueológico comentamos las plantas y salas de los
Millares, Argar, mundo romano y árabe. Anotamos la relación con el argar
alcaláino y destacamos la buena obra de este edificio. Dejamos atrás la Puerta
Purchena, con explicación de su entrada, pasando por edificios modernistas y
tras bajar en el Paseo de Almería en la fuente de los Peces, nos adentramos por
la calle del Teatro de Cervantes, comentarios y explicación de cine, convento
antiguo dominico (hoy escuela de Bellas Artes con alusiones a Perseval), a
nuestra derecha la basílica de Nuestra Señora del Mar con su leyenda de imagen moreneta
procedente de un naufragio. Por calles de la ciudad conventual, y vista de
casonas, convento de las clarisas, puras, nos dirigimos a la catedral
fortificada, donde contemplamos la parte central por existir culto en
ella y percibimos su huella fortificada en el exterior, el escudo
de Portocarrero, la portada principal, la huella de Villalón, el sol almeriense
y el renacimiento y barroco interior, la plaza de mármol de Macael , con la
estatua del obispo en vías de beatificación, llegamos a la calle de Cristo
de Medinaceli y a casa rosa, pasamos a las Alamedina, callejas, calles zigzagueantes,
y sin salida, edificios en trance de reconstrucción. Sin darnos cuenta del arte de los Reyes Católicos. topamos ante los pies de la Alcazaba.
Escalinatas antes de la primera puerta, provistos del ariete para abrir puertas
de tiempo almohade, rampas y edificios restaurados, puerta de la Justicia,
puerta de la Vela, primer espacio recibidor del pueblo, con aljibes, capilla
mudéjar, casas árabes, jardines generalifeños, obra del arquitecto Prieto y el
triple aljibe. Seguro espacio del Al Mutazir, su palacio, su favorita y la
leyenda de su amor del cristiano despeñado y tercer espacio, la obra de os
Reyes Católicos, el polvorín, la armería, las torres y el gran patio
central.
Bajamos por entre
callejas a la ciudad de Almería, capital de la
provincia homónima, que nació como barrio marítimo de la próspera colonia
árabe Bayyana ―actual ciudad de Pechina― hace más de mil años.
Asomada al precioso golfo de Almería, y rodeada por las sierras de Gádor y de
Alhamilla,. Llegamos de nuevo a la Catedral de la Encarnación, un espectacular
templo cristiano con forma de fortaleza, cuya construcción en el siglo XVI y
vino a contrarrestar los continuos ataques piratas que asolaban la costa.
Asimismo, dejamos atrás el Museo de Almería―instituido originalmente como museo
arqueológico en 1933―, el visitante también podrá rastrear la historia de esta
ciudad milenaria, gracias a las extensas colecciones que atesora, desde el
Paleolítico hasta la actualidad. Y, la Plaza de la Constitución ―presidida
por el emblemático monumento a los Mártires de la Libertad―, como a
los refugios de la Guerra Civil, un
conjunto de pasadizos subterráneos y búnkeres militares acondicionados para su
visita didáctica.
A doce nos subimos de nuevo al autobús,
y emprendimos la marcha con dirección al Retamar. Pasamos por el Paseo de
Almería, el Puerto, Palmeral, y Avenida de García Lorca. Viramos por Avenida de
Gata y dejamos el Zapìllo, hasta llegar a los derredores de Auditorio de
Padilla. Siguiendo por el Paseo Marítimo, nos adentramos en la Almería de los
Juegos del Mediterráneos, pasamos por Alquian, y llegamos al parque marítimo
del Romeral entre los invernaderos de la Cañada y el campo de golf del Toyo.
Disfrutamos
de la brisa del mar y del paisaje del litoral almeriense, con sus palpables peculiaridades
paisajísticas y la bondad del clima almeriense, sus vírgenes playas de levante
hasta llegar a la ermita de Nuestra Señora del Mar, Torre García y el Garum
romano, donde posamos todos los ruteros. Este
privilegiado litoral circunda el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, de extensas
playas de fina arena y recónditas calas, bañadas por las cálidas aguas del
Mediterráneo. En el sureste de la Península Ibérica, a orillas del mar
Mediterráneo, palpamos este litoral de 200 Km. de playas, extendiéndose desde
Pulpí en el levante, hasta Adra en el poniente. Comprobamos que desciende desde
la Sierra de Gádor, para fundirse con el Mediterráneo entre extensas playas de
gran belleza.
Tras la comida en el bar de san Miguel de Gata, contemplar su iglesia, la nueva torre y subir al mirador del faro, regresamos a nuestra tierra con comentarios sobre el desierto las energías eólicas y de placas solares, algo de la Antigua Accis, y parada en Darro. Y entre un cielo con rojizos en su faldón y azul oscuro en su telón de fondo y negras montañas, llegamos sin luz a Alcalá la Real iluminados por la torre del Cascante. Aplausos para los chóferes , a los ruteros y al buen desarrollo del día.
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