LA CALLE DE ANTÓN DE ALCALÁ
La calle Antón de Alcalá no siempre
se llamó por el nombre de este popular personaje. En concreto, se refiere
a un tinajero que vendió sus vasos para el vino, agua y aceite a muchos vecinos
de las casas hidalgas de la fortaleza de la Mota, sus arrabales viejos y
nuevos. Y, por supuesto, a las mansiones de labradores e hidalgos de la ciudad
del llano. En la ciudad fortificada, muchas bodegas quedaron al descubierto, y
los vasos se dejaron entrever tras las excavaciones de estos últimos decenios,
muchas de ellas llevan la marca de la doble AA , anagrama de este artesano:
y estrella de ocho puntas, relacionadas con un origen
morisco, que les daba de apellido el genérico de Alcalá. Antes de recibir este
nombre, se denominaba del gallinero Miguel López, que tenía asignado el
número 1493 de vecindad en 1587, porque el tinajero se avecindaba en el último
tramo que subía desde a la calle Écija. Hay noticias de este personaje, a
finales de siglo, porque, cercana a su casa se colocaba una puerta de salida de
la ciudad hacia el campo en tiempos de peste, epidemias y guerras; y además se vio
implicado en la distribución del agua desde la Mora Vieja. Posteriormente, esta
calle de Antón de Alcalá reabsorbió este tramo, y le dio nombre a la del
Gallinero y así consta en los padrones de principios de siglo XIX.
Como venimos escribiendo en varios artículos, los testamentos fueron una fuente de documentación fundamental para las biografías de las personales y datos contextuales de acontecimiento. Ante Hernán Sánchez (Legajo 4668, folio 94) en 1571 aparece testando el tinajero Antón de Alcalá, casado en segundas nupcias con Inés González, y en primeras con Leonor de Jerez. Mando ser enterrado en una sepultura que tenía en la iglesia susodicha. No especifica mucho sobre sus devociones como la de ser cofrade de todas y sobre las misas, insiste en que se digan en el monasterio de San Francisco. Muestra de su comercio artesanal, fueron las deudas contraídas con muchos vecinos entre ellos el regidor Juan de Aranda Figueroa, el santero de la Veracruz, el labrador Montijano o el abogado Esteban Marañon por el impago de las tinajas.
Creó una memoria dedicada a Nuestra
Señora de la Limpia Concepción en la iglesia de la Veracruz sobre una casa con
cámara con un palacio que tenía un `portal de otra cámara en los aposentos
altos, que estaban sobre la bodega alindadas con su casa . Y aquí aparece un
detalle muy significativo para la denominación y ubicar definitivamente el
origen de la calle Antón de Alcalá " calle que va a las huertas de la Mora Vieja y con los baldíos". Pone como patrones a sus hijos, primero a
Antón de Alcalá , y después Inés González, la segunda mujer, Por cierto dos
años después le da a su hijo del mismo nombre y apellidos una parte del corral,
cámara alta y baja y bajo del mismo cuerpo y parte del corral. Y delimita el
lugar, con casas de sus padres, casas de Miguel López Valenzuela, calle que va
a la guerta, lo realengo. Por catorce mil maravedíes vendía el
dicho cuerpo, de cámara y trascorral.
Con
esto concluimos;
La calle de Antón de Alcalá responde al tinajero de este nombre, que ubicó
su vivienda, que no su tinajería, en esta calle que siempre viene
referida con el sentido de que se dirigía a la Mora, por estos años Mora Vieja,
al bajarse el agua a la Mora Nueva junto Consolación. En segundo lugar, se
desmiente la noticia de la leyenda de la Mora, pues hace referencia al moral
que había allí situado. En tercer lugar, está claro que la Mora Vieja se
ubicaba por el entorno del Cauchil, y los baldíos de la falda de los Llanos.
Desde el siglo XVII, existía un horno de aquella calle.
Era propiedad de Juan de Valenzuela, que
junto a una casa de su propiedad solía arrendar. Es muy interesante el
documento de arrendamiento hornero Salvador
de Valenzuela en 1626 ( con lo que adelanta otras referencias y la del catastro de la Ensenada en
la casa avecindada por Pedro García existía un horno que dio lugar a que en
algunas ocasiones se conociera por el renombre de este lugar artesanal de cocer
el pan, sobre todo a finales del siglo
XIX, lo que se popularizó sin perder el antiguo nombre de Antón de Alcalá (AHPJ
4998 folio 848 , 13 sw noviembre de 1624). El horno estaba situado en esta
calle de Antón de Alcalá, pero lindaba por las espaldas con casas de la calle
Gala, luego se encontraba en el primer tramo ( con casas colindantes de Pedro
Lozano, Francisco Sánchez del Corral, Pedro Lozano Cristóbal Ruiz de Moya y
otro Cristóbal de Baena. Era de pan cocer y alimentado con leña a costa del que
contrataba como el resto de materiales o instrumentos del horno, que iniciaba
su contrato en el primer día de Pascua en un periodo de tres años y con la renta
de la mitad de la poya que se poyare y los maravedíes de dinero , así como
pagar a los panaderos Esta calle siempre
se ha definido por su trayecto de entrada al Juego Pelota o calle Peso
Viejo, donde lindaba con los territorios anexos al convento de Consolación, una
calle que sirve de descendida de las procesiones de la Virgen de la Cabeza, y
donde vivían y viven familias cofrades de la virgen romera. Hace unos años,
recibió un gran susto con la caída de la Casa de los Murcia, que hemos
comentado en otros artículos. Junto a esta casa, vivió el alcalde Salvador
Frías Pino en los años treinta del siglo XX.
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