DIARIO DEL RUTERO POR LA CUEVA DEL AGUA
Hace dos años , una semana después de esta de 2022, más de noventa ruteros llevaron a cabo lo que hemos denominado ITINERARIUM QUERCUS AQUAE, LA RUTA DE LA CUEVA DEL AGUA, hoy hemos realizado la ruta 25 ruteros, la pandemia ha hecho hecho mella y huella. Pero desde la subida por Cerro de la Luna, estrecha vereda, helipuerto antigui, choza del Niño Cobo, llegamos a las Canteras de Santa Ana, desde allí marchamos hasta los depósitos de la Cruz del Rayo. Rondando la valla de medio de los Llanos, llegamos a las Canteras Viejas, antiguas romanas ya a las cuevas argáricas. Por el parque periurbano , breve semblanza del depósito nutriz y distribuidor, las aguas de Frailes, las Canteras. y las piedras para los edificios de la Mota ...y por los Llanos de San Marcos, mirando el antiguo poblado argárico, llegamos al camino o calle de campo público, que conectaba las tierras y cortijos de Charilla con el camino de la Fuente de la Mora, a través de Portillo Cerrado, abierto por nuestros antepasados para paso pecuario en la dehesa comunal de los Llanos. Precioso paisaje, entre peidra seca de eras y algún que otro chozón, añlmendros en flor, restos de montículos de piedras para sacar suertes de recudimientos de los arbitiros reales, donde se cultivaban lentejas, yeros, escaña y algún que otro cereal. Nos detuvimos en Portillo Cerrado, y sugermos que otro día contemplaríamos la Cueva del Agua, con sus grafiti , entre zarzas y olivares. Por una vereda, al filo de los Tajos de Charilla, espectáculo singular, al fondo una vista panorámica que iba desde el cortijo de los Frailes, seguía por la Boca de Charilla o Santana, que asomaba entre tajos de Santana y bosque de encinar, delante como pantalla montes de Martina, Hijuela, Rompezapatos, Collados y Marroquí, que daban sombra a la Celada, cortijo del Ángel , Nogueruelas, Celada, Cueva del moro, Veintenovias, Barrio, León; la ciudad de Flora miraba a la torre de Charilla como si cantara Ben Jakán conciones de sus collares de oro; la nava se erguía con su torre y ocultaba al Castillo de Locubín, el Gadalcotón recorría el hundidero y marcaban la senda por donde acudían las tropas casetellanas en tiempos de conquistar el reino de Granada; y a nmuestros los Tajos de Charilla, el mar de Tetis, roto entre peñascos em medio de olivares y encinares, y miradores por doquier que nos llevanban la vista de fretne a la Camuña, y por la esplada a la fortaleza de la Mota; y, por doquier almendros blancos en flor hasta llegar al final del Zumacar sin el ocre de sus frutos, verde oscuro arbusto, Volvimos por el camino del Portillo de los Aspadores hasta el camino de San Marcos, donde el loro nos daba el adios de la ruta de los Llanos.
En este día de camino machadiano,
entre chozones y blancas flor del almendro,
no me caben mas palabras
que daros un profundo agradecimiento.
En este día entre verdes olivares,
entre el argar y las cuevas del Mioceno,
nuestros pasos se hicieron sentimiento
vuestras miradas en los tajos lunares,
pagos de esclavos y roturas seculares,
rasgaron los trazos del tiempo ceniciento.
En esta tierra de mora atalaya,
cuna de la Flora visigoda,
Machado bergsoniano nos implora
sacarlo de su exilio irredento.
En esta vega del arroyo charillero,
san Cristobalón nos subió sobre su hombro,
y entre campo, campo, campo,
los cortijos y olivares
acogieron el amable pisar de nuestros pasos.
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