HOSPITAL DE LA MADRE DE DIOS DEL CASTILLO DE LOCUBIN
Francisco Martín Rosales. Académico de Bellas Artes de Granada.
Hace años recogimos noticias del capitán Martín de Artiaga[1], versaban sobre unos autos
sobre la posesión del patronazgo del Hospital de la Madre de Dios del Castillo
de Locubín, realizados por don Antonio de Durán y Aranda, vecinos de Antequera.
Presentaba como curiosidades: la petición de don Antonio Durán Castro y
Sotomayor, vecino de Antequera y residente en Alcalá, y el traslado del
testamento del capitán Martín de Artiaga, fundador del hospital, otorgado
ante Pedro de Contreras por el escribano Sebastián Pérez de Aranda[2], siendo alcalde mayor
Francisco Gil de Salazar en 1687. También contiene el escrito de los herederos
de doña María de Aranda Sotomayor, madre doña Leonor Zorrilla, casada con
Antonio Durán, vecinos de Antequera, la información de pedimento de don
Antonio Durán Aranda y Sotomayor, vecino de Antequera, que era hijo de los
anteriores, nieto de Jacinto Zorrilla y María de Aranda Sotomayor, biznieta de
Luís Alfonso de Aranda y Juana de Sotomayor, patronos de la capellanía de
Martín de Arteaga. Hay la referencia de varios testigos sobre la probanza.
TESTAMENTO
En el testamento primero del 9 de agosto de 1570 en Castillo de
Locubín, Martín de Arteaga era vecino de Alcalá, regidor y capitán. y
decía que “voy en servicio de Dios nuestro Señor y de su Majestad
contra gente que su Majestad mandó lebantar de la dicha ciudad de Alcalá
la Real y de esta villa del Castillo de Locubín por esta guerra del reino
de Granada y no sé lo que nuestro Señor sea serbido disponer de mí en esta
dicha jornada". Fue sepultado en la capilla de doña
Isabel, su mujer, por encima de la capilla de doña Úrsula de Aguilar, de
la iglesia de San Pedro de esta villa. También por encima de ella lo hizo
don Bernardo de Aranda por mandato de don Diego de Ávila. Se ordenaba que se
hiciera capilla y labrara a costa de sus bienes y 30.000 ms de su esposa y
fundara capellanía de misa diaria.
También aparece que ejercía el
oficio de regidor del cabildo alcaláino y que una parte de mesón del Castillo se lo dio a su
sobrino don Pedro de Pineda, hijo del alcaide y regidor don Pedro de Pineda y
Ana de Salazar, su hermana. Con los
frutos y rentas de este alojamiento, ordenó que se dijeran nueve misas de la Virgen.
El capellán nombrado era Juan de
Artiaga, niño criado y bajo los estudios del clérigo Bartolomé de Segura.
También habían criado a Juana y Apolonia.
Para la memoria legaba como patrones
segundos a su sobrino Pedro de Pineda y Luís Alfonso de Aranda,
hijo de Pedro de Aranda Escabias- casado con doña Francisca, hermana de
Martín-, cuñado de Martín de Arteaga. La renta de las heredades para las
fiestas alcanzaba la cifra de doscientos ducados.
Convirtió su casa en Hospital y allí se decía misa dos días por semana (viernes y domingos por los enfermos) y se puso por norma " no acojan pobres sanos ni mendicantes, sino que solamente sea para qurar en él a los pobres enfermos naturales y extranjeros que ubiere en esta billa y binieren y no a los tales sanos, porque entre ellos ay mucha gente desbergonzada y de mal bibir y estos tales no quiero que gocen del tal refuxio". Y se comprometían las rentas en camas, médico y medicinas, y unos 70.000 maravedíes anuales para reparos del hospital, letrado y ornamentos de casulla, cáliz y patena de plata. Donó a Apolonia 200 ducados para el casamiento y a su criada Juana 100 ducados (también a Guiomar de Escabias y el canónigo Pedro de Aranda).
Pedro de Aranda Escavias le trajo de la Alpujarra una niña con nombre de
María que la habían criado y le tenía mucho amor y voluntad, también se le
daban 100 ducados. Dio libertad a sus esclavos a Catalina, María y
Jerónimo.
Estaba relacionado con sus orígenes vizcaínos, pero ligado a la ciudad de
Osuna, con el duque, antes de venir a tierras alcalaínas. No es de extrañar que
allí heredara tierras en la Puebla de Cazalla y sus familiares ejercieran cargos
del cabildo. Pues, un documento de principios del siglo XVIII recoge la venta
de unas tierras que salieron en subasta y quedaron en manos del duque de de
Osuna don Pedro Girón. Tierras, que, curiosamente estaban ligadas al Hospital
de la Madre de Dios del Castillo de Locubín[3].
II
UN SOLDADO DE MARTÍN ARTIAGA
Esta introducción viene como refresco y para recoger otra noticia
sobre su presencia como capitán en la Guerra de las Alpujarras a mediados
de 1570. Se puso al frente de las tropas de la ciudad de Alcalá la Real y hay
claro testimonio de un soldado que cubría los servicios de. Martín Sánchez de
Monturque, vecino de Castillo de Locubín[i]: “ Pagó
a este Juan Bravo esgremidor, vecino de esta villa a su
pagador ocho ducados en reales para que fuera por él y en su
lugar a servir de soldado con la gente que se a mandado levantar
por la Justicia e Regimiento de la ciudad , dixo que
se obligava e obligó de servir por
el dicho Martín Sánchez de Monturque e por los
dichos ocho ducados todos en tiempo que el dicho Martín
de Arteaga resydiere en la guerra e hasta tanto
que buelva de la dicha su gente a la dicha ciudad de Alcalá la
Real sopena que , si no lo hiziere, e cumpliere que le
volverá los dichos ocho ducados de que baxo el
capitán el señor Martin de Arteaga, regidor por lo
que los dicho era que vuelva a la dicha ciudad o se
despida el dicho con este Juan y pagará los intereses o
costas que por no asistir en la dicha jornada real .. "y siguen fórmulas de
atenerse a la Justicia y firmaba de testigo Pedro de Aranda Escavias.
EL MOLINO DE ARTEAGA
Un documento tercero ante el mismo escribano en 15 de agosto 1570, recoge
el contrato de arrendamiento entre él y Cristóbal Ruiz de Molina, un molino de
pan cocer que poseía en el río y lindaba con su batán y el río, con su parte de casa de tijera, por tiempo de
ocho meses, y con una renta de diez celemines de trigo por cada semana y le
debía dar agua para dos piedras que disponía el molino. No pagaba si no podía
moler, debía dárselo empedrado y pagar las mejoras y cobrar las disminuciones. En un documento anterior, Martín de Artiaga arrendaba a Juan Gutiérrez y Benito Jiménez, en 1562, el batan y se describe que lindaba con sus huertas y el camino que se dirigía al Alcaudete este batán para batanar paños con su árbolm , rueda y pila, que recogía las aguas de una presa a la que se vincula a la hora de la renta por descuento si se rompiera.
ADMINISTRACIÓN DEL HOSPITAL
El hospital se administraba a través de un mayordomo y y el patronazago quedó relacionado, al principios con Pedro de Pineda Lences, hijo de Pedro de Pineda y de Ana de Lences, sustituido como tutor su padre el alcaide Pedro de Pineda, Pero, al morir, hay tener un hijo bastardo Pedro de Pineda muy joven, ejerció el cargo por los primeros años del siglo XVII Francisco de Aranda ( Legajo 4745 folio sin numerar, 8 de febrero de 1602).
OBRAS EN EL HOSPITAL POR FRANCISCO DE ARANDA
El hospital debió ofrecer un espacio
reducido y recibió a lo largo de la historia varias ampliaciones y
restauraciones, que nos ilustran de los maestros de la época. Fueron muy
significativas en los principios del siglo XVII. En tiempos de la familia Aranda,
hay varios documentos que se nos ilustra de esta fase constructiva del Hospital
de la Madre de Dios[4]. Se
realizan unas importantes obras por Francisco de Aranda, que figuraba como
albañil, que no era el hermano de Ginés Martínez de Aranda y padre de Juan de
Aranda Salazar. Por el testamento que levantó en 1636 ante el escribano
murió en el cuarto decenio del siglo XVII, y podemos reconocer nuevos
datos de su familia[5];
vecino del Castillo de Locubín, se encuentra en muchas obras albañilería de
lagares, molinos, casas. Fue sepultado
en una sepultura suya de la Iglesia de San Pedro, estaba casado con María Fornos
y sus hijos eran Diego, Francisco, Simón, Tomé, Marina, Ana y Elvira (por lo tanto,
ninguno era Juan de Aranda Salazar). Fueron testigos por Francisco de
Aranda, que no sabía escribir, Diego Monte, Pedro González de Párraga y Pedro
de Córdoba.
Siguiendo con su obra, don Pedro de
Pineda Lences firmaba el documento como el contratista; pues además ejercía
como patrón de esta institución a la hora de gestionar censos, memorias y
fundaciones (María de Molina a cuatro de enero de 1618, censo de 50 ducados).
Se refiere en los siguientes términos:
-Figuraba don Pedro de Pineda Lences,
como patrono del Hospital.
-El maestro de albañilería se comprometía
a "hacer una esquina, lienzo de pared y portada de cantería que se
entiende desde una raja que face desde una pared junto a la esquina desde cara
de la casa de Beatriz de Mesa; todo el lienço de la calle faciendo
la portada fasta lo encrecido que llega a la tapiería, todo de piedra de
cantería, bien labrada por fuera; todo lo qual se obigó de facer el dicho
Francisco de Aranda, a su costa, puniendo todos los materiales por ochenta
ducados que tiene concertados con el dicho don Pedro de Pineda Lences,
que por ello le a de dar la mitad en el día que comience la dicha
obra; y la otra mitad el día que quede acabada".
-Y señalaba específicamente las
siguientes condiciones para la pared principal, la portada, tabernáculo de la
Madre de Dios y escudo de la familia que se encuentra actual en el entorno del
ayuntamiento castillero.
-Primeramente es condición que se a
de derribar toda la pared desde la reja de la calle (..) hasta lo encrecido de
la calle real (...) a su costa y quitar don Pedro la tierra que no fuere
menester para la dicha obra a su cotas (sin )todo lo derribado .
-Y es condición que el dicho
Francisco de Aranda ha de sacar y traer toda la piedra de cantería y los demás
materiales que fueran menester a su costa y facer toda la dicha
esquina y lienço de pared con su portada, como está dicho desde el suelo y
fasta lo alto que fuere menester, y asta poner una cornisa, y a de facer un
tabernáculo para poner a la Virgen a esta otra parte de la ventana,
labrado de piedra llana, y poner un escudo de piedra, que está fecho en el
dicho Hospital, a donde el dicho fuere; toda la parte de la cara de
la calle de buena piedra de cantería, bien labrada llana, y por dentro de
piedra basta y enlucido, Y a bista de oficiales bien fecho y acabado.
-Con las dichas condiciones se
obligó a facer la dicha obra por los dichos ochenta ducados y acabarla de facer
para el día de la Pasqua Florida primero que bendrá de este presente año.
Si no lo ficiere, el dicho Pedro de
Aranda Lences podía buscar oficiales para acabarla y ejecutarla, y apremiar a
Francisco de Aranda por los dichos ochenta ducados por los daños y con los
intereses que ocasionare.
EL ADMINISTRADOR LÁZARO DE LA PUERTA
Entre 1586 y 1587, hay un documento sobre la venta de bienes que se habían quedado para la gestión del hospital.Entre ellas, un solar en el Castillo y unas casas en la Mota, linderas con las Casas de la Justicia,casas del bachiller Alonso Monte y la muralla, donde vivían donb Francisco de Leyva, casado con doña Francisca de Aranda por ser muy antiguas y en mal estado (ALONSO RAMÍREZ LEGAJO 4735 folio 245).
LA OBRA DE JUAN DE ARANDA SALAZAR
La etapa primera de aprendizaje de Juan de
Aranda se inició en el territorio abacial, donde ya comentamos: “La biografía del maestro de
cantería castillero Juan de Aranda Salazar se ha desarrollado por varios
tratadistas desde hace varios años. Desde sus participación como maestro de
obras de la diócesis de Jaén hasta sus primeros pasos en la ciudad de Alcalá la
Real, que comentamos recientemente con la participación en la obra de la
Sacristía de la Iglesia Mayor de la Mota, así como sus primeras obras en la
ciudad de la Mota y Córdoba[6. Hasta
1634, que algunos autores lo entroncan a unas etapas de fuentes dudosas,
cordobesa y granadina, se ofrece a Juan de Aranda Salazar relacionado con obras
en Madrid de dudosa atribución o en Córdoba y Granada. Pero podemos manifestar
que, por los años treinta se declaraba el propio Arquitecto vecino del Castillo
de Locubín[7].
Ya
aportamos en otra ocasión a partir de 1627 la presencia y las trazas de las
obras del cuerpo de la iglesia de su pueblo natal. Ahora de nuevos constamos
otros datos que constata su presencia en la obra desde 1630. Decíamos que tuvo
algunos problemas de financiación de la obra que se paliaron con la llegada de
nuevos censos. Pero, en esta última fecha, se encuentran varios documentos que
lo relacionan con el mayordomo de la iglesia el presbítero Juan Márquez.
Curiosamente, se declara maestro de cantería y vecino del Castillo
de Locubín[8].
Por
estos años, se encuentra como un hombre de negocios, y orgulloso de
ser familiar del Santo Oficio de la Inquisición en Castillo de Locubín, que
invierte sus ingresos de las obras en tierras de la zona. 1631 le
compró a Juan González, mujer de Bastián Izquierdo y a su hijo Juan
Izquierdo medio celemín de tierra con arbolado de frutas en la
Zarza. A Bartolomé Collado una huerta en el Rio, lindera con vereda del
molino y tierras del convento de la Santísima Trinidad por 265 ducados en 25 de
abril de 1632. Incluso, realiza varias operaciones de censo, junto con su
esposa Ana de Jerez de 1.200 maravedís de corrido, a favor de Bernabé de
Alba y Gaspar de Loja, carpintero, vecinos de Alcalá la Real; y otro
con Juan Galán de la Bella de cuatro aranzadas de viña en el Picacho u un
rédito de mil maravedíes de rédito en 27 de febrero de 1632. Incluso
arrendó a Martín Sánchez Hidalgo una pieza de tierra en las Ventas del Carrizal
con su huerta, lindera con de Diego López de Sello de Juan de Villén[9].
LA
CAPILLA DE MARTÍN DE ARTIAGA EN LA IGLESIA DE SAN PEDRO.
Ya
hemos escrito y lo han hecho otros muchos sobre la fundación del Hospital de la
Madre de Dios del Castillo de Locubín [10]. Pero, en
plenas obras de la iglesia de San Pedro, se habían cambiado algunas cláusulas
del testamento de este hidalgo Martín de Artiaga. Por eso se acudió al abad don
Pedo de Moya, que dictó un decreto para restablecer la situación la
capilla, capellanía y hospital de la Madre de Dios. Dice así.
“Don
Pedro de Moya, por la gracia de Dios y por la Santa Sede Apostólica, Abad de
Alcalá la Real del Consejo de Su majestad Nos , por quanto el capitán Martín de
Artiaga, vecino y regidor que fue de la dicha ciudad de Alcalá la
Real, , fundó patronazgo de una capilla , hospital y capellanía, y la dicha
capilla fundó en la Iglesia del Señor San Pedro del Castillo Locubín,
la cual se derribó, , por el nuevo edificio y fábrica de la dicha Iglesia, y en
ella se hijo otra de nuevo arco y sobre arco, a la mano derecha del, Evangelio,
fuera de la capilla Mayor, que hace forma de capilla hornacina, y por otra
parte de don Pedro de Pineda Lences, como deudo del capitán Martín de Artiaga y
que sucedió en el dicho patronazgo, nos pidió que en razón de la dicha capilla,
la hagamos gracia del dicho arco, para que con él pueda tener su retablo y
altar y entierro, y que pagara a la fábrica de la dicha iglesia cien ducados
por la mejora del dicho arco, y sobre arco, y que se despache título en forma.
Por tanto en la mejor forma y vía que podemos y concedemos al dicho don Pedro
de Pineda Lences, y a sus sucesores en el dicho patronazgo, la dicha
capilla y arco y sobre arco, con obligación que ha de tener y tenga reparada y
ornamentada a su costa y con toda decencia y artes, y le concedemos al dicho
don Pedro y a los dichos sucesores el jue dicen di et repeliendo , y si alguno
fuera de ellos se enterrare, sea y se entienda pagando a la fábrica de la dicha
Iglesia los derechos acostumbrados de los entierros como si se enterrara fuera
de la dicha capilla en testimonio de lo qual le mandamos dar y dimos
la presente firmada de mi nombre y sellada con nuestro sello y firma
de nuestro secretario, en Madrid a seis días del mes de noviembre de 1629.
Firmado el abad de Alcalá. Por mandato del Señor Abad. Fda., Alonso
de Cuevas.
De
lo que se concluye que se derribó la parte anterior de la iglesia vieja, y hubo
que reformarla, y que se había cumplido las clausulas testamentares, con la
capilla y las dedicaciones de misa en honor del capitán, y había que
restituirlo. Por eso, el mayordomo Juan Márquez, levantó una nueva escritura en
la que manifestaba en 29 días del mismo mes de 1631, que había recibido del
patrón Pedro de Pineda Lences cien ducados para reformar y mejorar la dicha
capilla de Martín de Artiaga. Y le concedió el título de su
posesión, siendo testigos Miguel García Carrillo Cristóbal Jiménez,
y Juan Díaz de Aranda.
Y la relación de Juan de Aranda Salazar no se queda
en este simple dato, sino que intervino en la obra del propio Hospital de la
Madre de Dios, el cual ya comentamos que había realizado en la obra de
albañilería su padre Francisco de Aranda. |
Por su parte Juan de Aranda Salazar se comprometió con
el mismo patrón, en 1631. Como maestro de cantería y vecino de la villa del
Castillo de Locubín “una pared de piedra de cantería en las casas del
hospital de la Madre de Dios de esta ciudad, de la qual es
patrono y administrador don Pedro de Pineda Lences, vecino de esta
villa, en la qual dicha pared es la que ay en el patio, las
sustenta el cuarto de en medio de enfermería de los ombres, la qual
dicha pared se obligó a hacer en la forma y condiciones
siguientes”. Con respecto a la obra anterior se obligaba a “derribar la
dicha pared ya hasta superficie de tierra dejando apuntadas las maderas que
cargan en ella, ansi del tejado como de los suelos y lo demás
necesario”. En la restauración debían ceñirse a “ volver la a
hacer y reedificar de mampuesto de hacera s y mezcla de cal y arena
dejando en ella las puertas y ventanas que ay tienen ansi en lo bajo como en lo
alto de manera que los pilares de lo alto , sin embargo se an de
volver a hacer para recibir las maderas del tejado”, Concretizando
detalla “ que la esquina que labrada parte a la
escalera y el patio a de ser de sillería labrada y resciva las
maderas y que tenga por la parte del patio de ancho hasta el primer
suelo cinco quartas de allí arriba, tres haciendo algunos
dentellones que traven la mampostería, y por la parte de de la
escalera desde llevar el grueso , lo
que tuviere la pared, que se le da de dar lo que oy tiene y a de
subir esta esquina de piedra hasta el segundo suelo de la cámara,
porque desde allí arriba an de yr los
pilares sólidos de yeso".
Y concierta
el presupuesto “para todo lo qual le a de dar pedro de
Pineda Lences, patrono del dicho hospital todos los materiales
necesarios ansi de maderas como de piedra, como sólo a de poner el dicho Juan
de Aranda las manos y herramientas, con que
se a de trabajar en la manifactura de la obra2".
El compromiso de
Juan de Aranda consistía en sacar y labrar la sillera para esta esquina y
sentarla, sin embargo en traerla hasta el hospital era por cuenta del
patronazgo. También se obligaba al desescombro. También el
revoco, el jaharrar quedaba por mano del Hospital.
Para controlar la
obra, se hacía a vista de oficiales y el inicio debía
ser dentro de dos meses de la firma del
contrato y acabada a fin del mes de septiembre del mismo
año 1631. El concierto de dinero era 700 reales (la mitad al comenzar la obra y
la otra mitad conforme a la obra se va ejecutando) [13]
El Hospital debió
recibir otras nuevas restauraciones. Y se mantenía catalogado dos siglos
después de la fundación en el Catastro de la Ensenada[10].
Seguía dirigido por un administrador y patrón relacionado con la familia de
Artiaga, por la rama de la mujer, en
este caso por el presbítero Juan Mateo de la Jurada. Y es muy interesante su primera declaración
para la exacta ubicación que se mantuvo con otros usos sanitarios y escolares
hasta el siglo XX y las partes del edificio que ya insinuaron las reformas
anteriores de la antigua casa de Martín de Artiaga:
“Primeramente administro una casa hospital que
está en la calle , que llaman de la Plaza, con cuarto bajo segundo que es el
principal, y cámaras, caballeriza, y patio.La que tiene de frente quince varas
( 12 metros) y de fondo catorce (
11.20); que confronta por la parte alta con casas de herederos de Andrés de
Rueda, y , por la baja, aze esquina a dicha Plaza y calle Collados, en la que
abita Francisco de Quesada, solo para cuidar pobres, por lo que no paga cosa
alguna, que es libre.
Los gastos
consistían en el médico de los pobres (132 reales), la administración (77º
reales), el cirujano (66 reales), dos caseros de asistencia de los pobres (165),
del lavado de la ropa de los pobres (66), otros 78), de botica (200) comida (1000)
y una fanega de tierra en el Barrero de olivar. Para afrontar los gastos de enfermos y
administración, disponía de varios bienes y censo[11].
[1] AHPJ. legajo 11 del año 1687
dentro los papeles del escribano Bartolomé Ramírez del Postigo.
[2]
El testamento ha sido publicado por Moisés
Gallardo en su blog, recogiendo la transcripción original de su traslado.
Distinto a los muchos que se hicieron a
lo largo de la historia por los pleitos entre familaires. VIERNES, 2 DE OCTUBRE DE 2015 MOISES
GALLARDO EL CAPITÁN MARTÍN DE ARTIAGA Y LA
FUNDACIÓN DEL HOSPITAL DE LA MADRE DE IOS. http://castillodelocubinenlahistoria.blogspot.com/2015/10/el-capitan-martin-de-artiaga-y-la.html
AHPJ. 20 de junio de 1570 ante el escribano Pedro
de Contreras
[3]AHN.
Sección Ducado de Osuna. 1700. Venta de tierras al duque de Osuna por parte del
Hospital de la Madre de Dios.
[4] AHPJ. Un documento del
escribano castillero Francisco Jordán, datado el 27 de octubre de 1617
[5] AHPJ 20.11.1636
Legajo 5707 , folio 1220-1224).
[6]
Bloggdehttps://pacomartinrosales.blogspot.com/2019/05/juan-de-aranda-salazarnuevos-datospppppp.html. DIARIO JAÉN LA
SEMANA. DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2019. LA
HUELLA DE LOS ARANDA (III). JUAN DE ARANDA SALAZAR. EN JAÉN SEMANAL . ] MARTÍN ROSALES, Francisco. La
iglesia de San Pedro, obra del famoso arquitecto castillero Juan de Arana
Salazar… siglo XVII. Pregón de Fiestas y Feria del Castillo de Locubín .Ayuntamiento
1985. [4]
[7] “Con Juan de Aranda
Salazar y sus parientes más cercanos, se cierra la huella de esta familia de
los Aranda. Aquel aprendiz de su tío Ginés Martínez de Aranda pronto se le vio
trabajando con Luis González de Bailen, marido de su prima María de Aranda.
Este arquitecto prieguense y relacionado con la comarca de la Sierra Sur,
ya había ejercido desde 1613 con éxito su oficio en Cabra dirigiendo
obras privadas de personajes como las casas del doctor Jerónimo de Leyva ( una
casa señorial y actual Instituto Juan Eslava) ; públicas como la Cárcel
de esta ciudad (1619), varios puentes de molinos y de arroyos de la
Subbética como el de Lucena (1620) o el del Junquillo ¡1629); religiosas
como la ampliación de la casa del santuario del Virgen de la
Sierra; o trabajando en los mármoles del retablo de la catedral de Córdoba
(1620), también en el trascoro de la catedral de Sevilla; v, sobre
todo, compartió obras con Ginés Martínez de Aranda en la fase final de la
iglesia mayor de la Mota. Pues terminó, muerto Ginés en 1620, la cabecera de
este templo abacial donde se valió de la maestría del grupo de canteros
relacionados con su suegro. Es verdad que venía recomendado por su
protector y patrono el Duque de Sesa a las obras de la ciudad de Alcalá la
Real, donde la familia de este noble regentó la alcaldía en tiempos pasados, le
nombró tesorero ducal hasta 1637 y el propio Luís llegó a ocupar uno de los
regimientos del cabildo municipal en el quinto decenio del siglo XVII.
Estos dos arquitectos Ginés Martínez y Luis
González de Aranda serán, además de ser sus parientes, los mejores avalistas en
la formación profesional del joven cantero Juan de Aranda para encomendarle
algunas de sus obras y para prepararle como maestro mayor de obras. Juan
de Aranda tuvo sus primeros domicilio y vecindad en la villa natal del Castillo
de Locubín, donde se casó con Ana de Jerez en 1624, hija de los castilleros
Francisco Ruiz Cortecero y María de Jerez. Por la dote que incorporó a sus
bienes, estos ascendían a más de cien mil maravedíes y, como maestro formado,
incluyó las trazas del oficio de la cantería y herramientas que importaban unos
36 ducados, una cifra inferior a la aportado por su futura esposa que lo
doblaba en caudal de bienes para iniciar la nueva hacienda matrimonial.
Su
carrera profesional corrió como un auténtico relámpago, porque ya trabajaba en
igualdad de condiciones con los mejores canteros como el asentador Damián López
y sus primos en la terminación de la cabecera de la iglesia abacial y el
convento de las dominicas de Nuestra Señora de la Encarnación de Alcalá la Real
(1626). Este mismo año, subió un nuevo paso de su escalafón social al recibir
el título de familiar de la Santo Oficio de la Inquisición en la ciudad de
cordobesa Torres Cabrera, donde intervenía en algunas obras. Y no es de
extrañar que en 1627 se le nombre maestro mayor de obras dela catedral de la
Mequita de Córdoba. Mostraba una gran veteranía porque, en poco tiempo, se ha
especializado en muchos campos de la arquitectura a la vera de los anteriores,
maestros y asesorado de sabios canteros como Juan Roldán, que le acompañaron en
sus posteriores destinos. Este periodo está jalonado de obras en Castillo y
Alcalá, principalmente destacan la iglesia de San Pedro de su tierra natal, el
coro bajo de la iglesia mayor abacial, los templos de los monasterios de la
Encarnación, Consolación, y Rosario de Alcalá Real. Varias obras de la
fontanería entendida en su sentido más amplio como la construcción del Lavadero
Nuevo de Alcalá la Real y el puente del camino de Alcaudete a Luque.
Desde 1624 hasta 1634, se consideraba un periodo oscuro de la vida artística de
este maestro de la diócesis de Jaén, tan estudiado y documentado a partir de la
última fecha por muchos tratadistas. Hoy, podemos confirmar y testimoniar casi
todos los pasos de la primera etapa de Juan de Aranda y refrendarlos por su
madurez, ya que nació en 1590 según la aportación documental de Rafael Galiano
Puy. Sin lugar a dudas, se iniciaron, en su tierra natal y abacial, su
formación, su aprendizaje y sus primeros pasos como contratante y maestro de
obras. En junio de 1627 se le nombró maestro mayor del retablo a
Juan de Aranda Salazar, quien ya trabajaba desde la marcha del hermano Matías,
y bajo su dirección se terminaron las obras de piedra en mayo de 1629.
Compartió su dirección con la obra principal del cuerpo y cubierta de su
iglesia bautismal, y destacando además la capilla funeraria del capitán Martín
de Artiaga, un hidalgo que hizo capital en la guerra de la Alpujarra y se
afincó en el Castillo de Locubín por motivos matrimoniales, donde fundó el
Hospital de la Madre de Dios en cuya reforma también participo Juan de Aranda,
Precisamente esta fecha comenzó a contratar otras obras de monasterios y
templos alcalaínos con un discípulo Pedro del Portillo que le acompañará
en muchas obras de la diócesis de Jaén. Incluso, su prestigio profesional le
valió ser recomendado como maestro mayor de obras de la catedral de Granada en
1631.
En
los dos últimos años de su estancia en la Sierra Sur antes de marchar a Jaén,
firmó varias obras de la iglesia Mayor de la Mota, su coro y su chapitel de la
torre de campanas. Su cantero fiel y favorito Juan Roldán le allanó el camino
para ser nombrado maestro mayor de obras de la catedral de Jaén en 1634 unos
meses antes de la llegada de Juan de Aranda. En Jaén, Juan de Aranda
amplió su familia con nuevos hijos y se casó en segundas nupcias con doña Mayor
de Mérida en 1647.
[8] Estos
son:
-
Una partida de 26 de marzo de 1630 que pagaba el mayordomo Juan
Márquez valorada a Juan de Aranda, como maestro de
cantería de la obra de la iglesia de San Pedro y vecino del Castillo de Locubín
en la cantidad de 16.30 maravedíes [4].
-Una
partida de 16.030 maravedíes por diferentes partidas a costa de la
obra de la iglesia de San Pedro, con fecha de 27 de julio, firmado por el mismo
y mayordomo.
-Otra
partida de 947 reales y tres cuartillos con fecha
del ocho de septiembre, en los que se insiste en una partida
requerida por el Juez Apostólico de 425 reales para la obra de la Iglesia.[5]
-Otra
partida de 4.450 maravedíes[6], como maestro de cantería
de la obra de la iglesia de San Pedro, que le pagaba su mayordomo
Juan Márquez, con fecha de 17 de marzo de 1631.
-Incluso,
una renuncia de una escritura de la compra de venta de una casa de la calle de
San Pedro, que le vendió el presbítero Pedro del Pozo con fecha de 18 de
febrero de 1632 ante Francisco Jordán.
[9] AHPJ. Francisco
Jordán. Legajo 5701. Folio 746.. Legajo 5701. Folio 832.
Francisco Jordán. 17 de marzo 1631.
5702. 19 de abril de 1631. Francisco Jordán. Legajo 6702. Folio 1.612.
6 de noviembre de 1630.
Legajo 5701. Folio 1200 ilegible Seis de noviembre de 1630. Legajo de 29 de marzo de 1631. Legajo 4702. Folio sin numerar, Fecha 6 de noviembre
de 1631.
[10] AHP
Legajo 7687 Folio 70
[11] Entre ellos una finca de 40 fanegas de tierra
de estacar en Los Frangollo por la zona
camino de Alcaudete y las Lagunas ,doce fanegas en la Fuente de Rueda , con
tierras de Olivar entre encinas, un cortijo en el Bozalejo con 76 fanegas de
tierra calma y casa de teja, dos huertas de dos fanegas y cuartillo en el
Arroyo de las Parras, en cuanto a los censos gravados sobre otras personas,
casas y fincas: uno de cien ducados de Bartolomé Ruiz de Santiago, otro de
2.196 contra Hijos de Francisco Damián Extremera, otro de 4500 contra Manuel de
Navas, otro 120 ducados contra Rodrigo de Aranda, otro 10.000 maravedíes con Juan Castillo
Cortecero, otro 30.000 contra Rodrigo de Aranda, otro 150 ducados contra Antonio Tomás de Medina, otro de 50
ducados contra Cristóbal de Chaves y Diego del Castillo,. Otro de 23.5000
contra Juan de Espinosa, de 27 . 000 contra de Andrés Fernando Galabadco, otro
de 1760 maravedíes de José de la Bastida, otro cien ducados contra pedro Contreras, otro de 10.000 contra don Luis de
Medrano, otros de 3.6000 contra Blas de Torres, otro de 2.250 maravedíes contra
Felipe Martínez , otro de 200 ducados contra Manuel Torralba, otro de contra Jose Bastuda de 230 reales, 127.000 maravedíes contra
Tomás Cejlavo, , otro de 335 maravedíes
contra Gonzalo de Osuna, y Juan Camacho, otro de 70 ducados contra
Francisco de Quesada , otro de 200 ducados contra doña Montejano la
Rosa, ; otro de 50 ducados sobre Cristóbal Diaz, 33 reales contra Francisco de
la Jurada, , de 50 ducados contra María Antonio Logroño, , de 295 reales de la
misma de 1295 contra pedro Ramos, otro de 15000 maravedíes contra doña Antonia
Baena, y otro de 20 ducados contra don
Juan de Lara. Poseía además una huerta en el Rio son 19 celemines , lindera con
hueras de Carvajal, monjas trinitarias, con cuatro nogueras y cuatro perales,
hortaliza y sembradura, una casa en la calle Manchado
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