Son muchos los rincones que la provincia de Jaén
ofrece para llevar a cabo rutas de senderismo, de bicicleta o, simplemente, en
coche, al mismo tiempo que poder degustar de la gastronomía rural. Desde
cualquier punto de la provincia, hasta llegar a la Autovía del Olivar, se puede
uno dirigir al enclave del Castillo y pantano del Víboras, Desde la carretera
que en dirección desde Martos se dirige a Alcaudete, continuación de la
proyectada autovía, se desmiembra otra de carácter provincial que conduce a
este paraje. Antes de llegar a las Casillas de Martos, la elevada altura de la
zona permite entrever entre montes por el horizonte la Peña de Martos. Por un
carril asfaltado, entre olivos se acerca el senderista a este paraje de
ensueño, que juguetea desde el principio con el espectador a la hora del
contemplar este recinto fortificado. Casi emprendiendo un circuito circular,
sin mucha dificultad en la pendiente, entre monte bajo y olivares conquistados
a lo largo de la historia, se llega a las faldas del Castillo del Víboras,
junto a la Sierra Caracolera, un paraje alfombrado de olivos que conduce a un
entorno natural que califican “de gran valor paisajístico, sobre un montículo rocoso
dominante desde el margen derecho del río Víboras”.
Presenta muchas dificultades
adentrarse su recinto, pero se constata su carácter inexpugnable y la seguridad
militar, porque se ubica sobre un promontorio y en una posición de altura que
le permitía dominar toda la ribera del río Víboras desde su nacimiento hasta
las tierras de Alcaudete que actualmente son vertebradas por la futura de la
autovía del Olivar. Denotan los folletos informativos una
descripción de esta fortaleza junto con las referencias de los paneles de su entorno,” en
la cara septentrional la roca forma una pared vertical que hace innecesaria
toda fortificación. La ladera meridional, con pendiente menos acusada, estaba
protegida por una muralla. Y en la parte más elevada se encuentra una gran
torre de planta ligeramente cuadrada con las esquinas redondeadas, levantada
sobre la roca y realizada en mampostería. Tiene dos plantas y terraza. En el interior
se puede apreciar la bóveda de cañón. Junto a la torre, en la parte baja,
se aprecian restos de cubos y muralla, así como de un aljibe cubierto con
bóveda rebajada, los muros son de mampostería de gran espesor, revestidos de
almagre". Este castillo
sugiere al principio un nombre del reptil, pero no tiene que ver nada
con lugar de víboras sino con " la evolución fonética de Bib-Bora, que
en árabe andalusí significa Puerta de Bora, por encontrarse en el lugar de
acceso a la antigua ciudad turdetana de Bora, localizada en el Cerro de San
Cristóbal y que acuñó moneda en el año 50 antes de nuestra era”. Tras la conquista cristiana fue concedida en
Encomienda a la Orden Militar de Calatrava hasta
la desamortización eclesiástica de Mendizábal en el siglo XIX.
Los muy atrevidos son
capaces de subir por la zona desde el río Víboras (al sur) mediante
un sistema de rampas, o desde el norte por una vía de conexión con Martos.
Y pueden comprobar las formaciones geológicas en forma de muralla natural, los dos
recintos, los aljibes, las caballerizas, y su ingente torre de Homenaje.
Pero, cualquier senderista
se apresta a continuar por un camino más seguro hacia el embalse del Víboras,
entre olivares, y retamales, donde se contempla el área de servicios y las
canalizaciones del agua del embalse.
Tras bajar una pendiente
pronunciada, se llega al parque periurbano del Embalse, donde puede contemplarse
la presa desde varios miradores. Este embalse del Víboras, construido en 1997,
está situado en el cauce del río que le da nombre, y enclavado entre las
estribaciones de la sierra de la Grana y de la Caracolera, bañando la pedanía
de Las Casillas, del municipio de Martos. Su entorno es un remanso, donde
predomina el cultivo del olivar junto con pinos repoblados y flora del monte
mediterráneo En sus aguas, hay carpas, truchas, y barbos que invitan al
ejercicio de este deporte.
Se completa una visita
otoñal de esta muestra de paraíso interior con paseo por la aldea de las
Casillas, donde destacan sus blancas casas, la iglesia neogótica, obra de
Francisco Martín Serrano (El Alcalaeño fue su maestro de obras) y la remozada
plaza, en la que es obligada una parada gastronómica en el bar Mendoza,
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ResponderEliminarR BG27 de noviembre de 2018, 14:42
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu blog. Estoy buscando mis antepasados y se que mis bisabuelos eran de Alcalá la Real. En tus escritos aparece el apellido Hueltes y Alba. No tengo demasiado conocimiento histórico de la zona pero me ilusiona muchísimo ver qué hay personas que profundizan sobre hitos históricos. Si pudiera facilitarme más información sería de gran ayuda. Un saludo y enhorabuena!
Alba es un apellido muy conocido en siglos pasados en Alcalá la Real. En este blog hay registros y en la parte del Catastro.
ResponderEliminarHueltes está relacionad con mi familia, su origen s remonta a los conquistadores de Alcalá la real.