SE ACERCA UN NUEVO TIEMPO
Hace
unos días se entonaba el “Pobre de mí”, y
la mayoría de la población de Alcalá la Real se echaba a andar de nuevo compartiendo el quehacer diario con el
descanso merecido del final de
vacaciones o de fin de de semana. Se anuncia, por otra parte, un mes de septiembre, en el que, anualmente, varios colectivos de la sociedad alcalaína
celebran sus fiestas grupales-unas religiosas de gloria como las del Cristo de la Salud, Vírgenes de
las Angustias o de la Aurora-, sus eventos deportivos-Subida a la
Mota-, o comerciales- los diversos actos
industriales en la Feria de San Mateo-.
Para la
colectividad, también, es un momento de reflexión interesante a la hora de proponer
nuevas iniciativas, culminar las
actividades del año programado en muchas asociaciones e iniciar, con mayor ímpetu
y esfuerzo, el nuevo curso en muchos sectores- escolar, ciclo religioso o
social-.
En
Alcalá la Real no se ha llegado a tal extremo de llevar a cabo un proyecto como el ICI, instaurado en 17
territorios de España, por el que “se pretende convertir la fría coexistencia de grupos con raíces
culturales distintas en relaciones de buena vecindad”. Nuestras aldeas,
afortunadamente, se surten de recursos y
refuerzos de autoprotección y seguridad,
se entretejen con fuertes vínculos y redes sociales que les implican a
un continuo compartir servicios,
celebrar sus gozos y sus penas y, hasta la exclusión social, casi brilla por su
ausencia en estos bellos rincones rurales del municipio alcalaíno. En muchos barrios de la ciudad, acontece algo parecido y prima, por encima de todas
las relaciones humanas, la
vecindad de tal manera que apenas
existen organizaciones de barrio como acontece en otras ciudades pues se
autodesarrollan por sí mismas. Pero, en el casco urbano hay pequeños atisbos de multiculturalidad, exclusión social y falta de integración de algunos
sectores. No le vendrían nada mal
algunos puntos de este ICI nacional desarrollando o
redoblando campañas, ya
emprendidas, de modo que procurasen la
interrelación entre los vecinos de los distintos barrios.
En
un pueblo como Alcalá la Real, al que
Mercurio ha bendecido como centro
comercial de la comarca, de seguro que se beneficiarían de algunas campañas tan exitosas como las diseñadas por estos
técnicos de la cooperación social en otros lugares de las tierras españolas.
Como dicen sus promotores “No se trata de pasar del
cero a la convivencia idílica sino de
construir relaciones operativas y, si surge
un conflicto, que aprendamos a regularlo. Si no hay relación, no se
percibe la riqueza». Es, además, una manera de implicarse tanto las autoridades públicas como los profesionales o
técnicos del municipio y los vecinos de todos los rincones de nuestra
ciudad. Su método es básico “«conocer lo que había, vender palabras y conceptos
abstractos, después, vincular a cada vez más gente para posteriormente reforzar
el tejido social y propiciar el conocimiento mutuo entre los tres pilares de la
comunidad. –técnicos, ciudadanía y políticos. Al fin y al cabo, todos están
convencidos de que la convivencia es clave para la mejora de la calidad de
vida”. Dos son pilares básicos de esta nueva economía altruista son el Espacio Técnico de Relación y el
Espacio Comunitario Ciudadano. Pero, su desarrollo y conexión quedarán para desarrollarlo
en otro número.
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