CUANDO LLEGUE SEPTIEMBRE, TODO SERÁ MARAVILLOSO
En
Alcalá la Real, por eso de “Agosto, frío en el rostro”, se nos adelanta casi
medio mes, septiembre. September, el que
hacía siete (del número latino Septem)
en el sistema lunar romano, se convirtió en el noveno del calendario
solar, aún vigente con ciertos cambios históricos. Un mes que creó precedente
para el resto del año, pues, a partir de él, se inició la denominación mensual
con los adjetivos de procedencia numeral,
Ni los romanos
acudieron, para denominarlo, a su dioses
míticos ni a sus grandes personajes históricos, ni el santoral cristiano santificó el mes. Y eso que el calendario bendice, con un refrán devocional, casi todos los días, y, así, comienza el mes vaticinando un cambio brusco
temporal y laboral en estos términos religiosos “Por san Gil, el uno de
septiembre, enciende tu candil”.
Parece como si
Septiembre no quisiera arrancar laboralmente por nuestras tierras, ya que le
viene como anillo al dedo este refrán “Septiembre festero, que empieza por san
Raquel y termina por san Miguel”. Pues, las fiestas ocupan, de nuevo, todos los fines de
semana de Septiembre, y se anteceden con
un programa repleto de prolegómenos festivos y religiosos: concursos,
conciertos, novenas, triduos, quinarios
y septenarios. En el primer domingo de Septiembre, el Cristo de la Salud, su festividad de gloria recuerda el día de la Exaltación de la Cruz; en el domingo siguiente, una clara
rememoración de la festividad de la Natividad de la Virgen tuvo , en otros tiempos, una celebración muy importante con la
cofradía de la Virgen de la Cabeza, la
popular Virgen del Turrón, también para los hortelanos “ por la Virgen
melonera, verano fuera”, para los hermanos de la Virgen de la Caridad, y para otras advocaciones menos conocidas como
Guadalupe. Actualmente ha ocupado su lugar y fecha la fiesta de la Virgen de
las Angustias ; y ha mantenido la tradicional advocación de la Aurora y el
Cristo de la Misericordia. No se olvidan, en el mes septembrino, los actos deportivos como la Subida de la
Mota, o los certámenes agrícolas como el
de las Hortalizas.
Y ocupa el
centro del calendario festivo de septiembre, la feria de la ciudad,
cristianizada a finales del siglo XIX con el complemento del nombre de san Mateo, feria que ha sufrido más cambios
que la plaza del pilar de la Fuente de la Mora Nueva. Pues, nació por el día de
san Agustín, y los de Noalejo, Torredonjimeno y Alcaudete, nos la colocaron en el día del evangelista patrón
de los banqueros, contadores y recaudadores de impuestos, sin
ningún fundamento histórico sino más
bien económico, como lo hizo Carlos II cuando la concedió a Alcalá la Real como un
gran privilegio allá por los años
ochenta del siglo XVIII.
Por eso, el
pueblo vive el mes de septiembre como aquel millonario neoyorquino, creado por
Robert Mulligan, director de la comedia romántica “Cuando llegue Septiembre”
que lo transformó en mes vacacional.
Pero la película era una mera ficción, cuyas escenas sorpresivas interpretaron
maravillosamente Rock Hudson y Gina Lollobrígida. Ahora, la sorpresa
no puede vestirse con ropaje de
sarao, pues las cifras son claras: los parados no han subido por el mes de
agosto, pero el nuevo empleo no llega ni a los cincuenta trabajadores
en toda España; la Seguridad Social decrece, y se
sacan las reservas de los fondos de las
Pensiones ; las becas no son el recurso
que ha dado salida a muchos jóvenes para perfeccionarse en un momento de
desierto de ocupar su primer puesto de trabajo; los precios de recursos básicos
del hogar como la electricidad ha sufrido una subida significativa; el desaliento civil no se recupera y las encuestas se llenan de dígitos de abstencionismo y votos
en blanco.
Más valdría
que recuperaremos aquella canción de la
cantante granadina Gelu de los años sesenta
del pasado siglo “Cuando llegue septiembre, todo será maravilloso”, y,
en este caso, el amor intimista, que
reflejaba la letra de aquella melodía,
se transformara en un compromiso
colectivo para salir adelante, sin exclusiones de ningún tipo. Y es que, recibiríamos el
otoño con nuevos bríos llenos de altruismo
en medio del veranillo de San Miguel cuando “Todo
fruto viene bien con calor por San Miguel”. Pues, es verdad que el refrán se refiere al calor físico, pero estamos
necesitamos del calor humano, o lo que
es lo mismo la solidaridad, la fraternidad y, por qué no decirlo, la caridad
política, algo muy distinto a lo que algunos interpretan como la beneficencia.
Pues aquella excede a la justicia y no es jerárquica, y, en cambio, la
beneficencia se queda en repartir las migajas como el rico Epulón (o se queda
con el banquete como los banqueros). Se necesita un paso de más altas miras.
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