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domingo, 2 de noviembre de 2025

EN LA SEMANA DEL JÁEN "DE LAS NECRÓPLIS A LOS TANATORIOS EN LA SIERRA SUR"

 

ENTERRAMIENTOS DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LOS TANATORIOS










 

          En estas fechas de primeros de noviembre, se acostumbra a detenerse en los antepasados que pasaron por la vida celebrando día de los Santos y Difuntos y, con otras connotaciones, la fiesta de Halloween. Se hace realidad aquella aseveración de que somos “dasein”, “ser para la muerte”, como decía Heidegger. Y, por ello, vamos a realizar una ruta literaria de la muerte en sus enterramientos, inscripciones funerarias, necrópolis, leyendas, ritos, y cementerios en las tierras del Sur para comprender el mundo de la muerte. El   Museo Local de Alcalá la Real es un buen escaparate para recorrer la historia de los últimos momentos del hombre desde homo neardentalensis hasta los enterramientos de la conquista. castellana Pues los enterramientos de los seres humanos son uno de los testimonios arqueológicos, más importantes de todas las culturas. En Alcalá la Real, se encuentran durante el mundo del Cobre y Bronce, en cuevas, dólmenes y en enterramientos excavados en rocas, o construidos con grandes losas que forman un rectángulo donde se ubicaron los cadáveres en los Llanos desde San Marcos hasta Santa Ana. Muestra de ello es la tumba que se encuentra en este museo, procedente de esta aldea en la que entre cuatro losas se encierra una mujer en posición fetal simulando que es un ser del mundo de ultratumba con su cuenco provisto de carne para alimentarse y su punta de lanza para defenderse y sus ornamentos de metal para embellecerse, muy propio todo del mundo argárico. En tiempos de los íberos, hay vasijas de incineración de los cuerpos humanos, con tapadera, en la sala de la Muerte del mismo lugar. De Roma, hay muestra de los dos tipos de enterramientos sepulcros tallados en piedra de una sola pieza, procedente de la Fuente del Rey y un féretro de cinc de la Fuente del Gato, con festones de liebres y un galgo perseguidor, pero hay una pequeña urna incineraría en forma de casita donde cuentan que estuvo el Hércules romano, como rito de la incineración. Son frecuentes las inscripciones datadas por inscripciones y por documentos de antología de INICIA Y MANLIO. Y la del primer cristiano POTENCIO, todas manifiesta la misma disposición y estructura textual con el nombre, cognomen y praenomen, sus méritos, su edad, y los formulismos latinos HSE y STTL (aquí está enterrado y que la tierra te esa leve). En la Sala Cuadra de este Palacio Abacial, se encuentran varias lápidas musulmanas, entre ellas una califal y otra la marmórea de un jeque árabe rondeño. Recientemente, un texto de una inscripción renacentista sobre la muerte se complementa con el panel de las muestras de tumbas de la iglesia renacentista de la Mota. A partir del medievo las capillas y algunos cementerios en los derredores de las las iglesias albergan los enterramientos y sepulturas hasta llegar al principio del siglo XIX, que nacen los nuevos cementerios alejados de las iglesias, unos con sello cristiano como en la ciudad fortificada de la Mota y otros, los masones y agnósticos, en sitios alejados de los anteriores, como en la aldea de Charilla.

            El Día de Todos los Santos se celebra desde la Edad Media en todos los pueblos de España. Curiosamente, se ha recogido la tradición católica de conmemorar la muerte de todos aquellos santos que, según la religión cristiana, pasaron del purgatorio al cielo. Fue una fiesta principalmente de culto religioso, muy martirial, con sus horas lectivas y de rezo, y su función de iglesia correspondiente. Pero, en el pueblo quedó enraizada profundamente, y, sobre todo, en nuestros núcleos rurales, donde predominaron las cofradías de ánimas. Precisamente, cuando en tiempos de Carlos IV se suprimieron de un plumazo la mayoría de las cofradías y se concentraron en las de índole sacramental o de caridad.  Como es normal, en el rico folclore popular, abundaban los miembros demandantes de estas cofradías que paseaban por las calles de la ciudad de la Mota y por los cortijos de la aldea, vistiendo de capas llenas de cinta de colores; en otros lugares, de campanillas y cencerros hasta en el cuello de sus capas haraposas; y en Alcalá, con grandes capotes que fabricaban en los talleres artesanales de las familias alcalaínas. Se hacía a la hora de la queda, al anochecer, y adelantaron las misiones de los serenos de modo que se perdieron en medio del espíritu del silencio nocturno. Algunos comentaron que respondían a los cofrades de la Hermandad alcalaína del Pecado, y a los toros de caña y a los “tontos” del mundo rural para caracterizarlos.

            Pero llegó la globalización y se metamorfoseó por completo todo el calendario festivo y perdió su índole religiosa a convertirse en un eslabón del calendario comercial del mundo neoliberal. Atrás, quedaron los momentos nostálgicos del encuentro familiar para realizar la visita anual a las necrópolis con motivo de esta fiesta; por el contrario, el desplazamiento a otras ciudades y los viajes de ocio se multiplicaron en muchas personas que prefirieron cubrir un puente turístico a honrar a sus antepasados, ya que la dispersión de sus cenizas esfumó la presencia familiar de muchas personas en los camposantos.  

            Los grandes supermercados sustituyeron con sus huesitos de santo las patatas cocidas del terruño sazonadas con canela y miles de caña y las tradicionales gachas blancas que se calentaban en las sartenes de las abuelas, llenas de tropezones de picatostes.  Como en el tiempo navideño, era un rito de encuentro familiar en este día, tan esperado como celebrado en el día del Nacimiento.  Creaba vínculos, estimulaba sentimientos y aunaba a los miembros de las familias.

            Es la estación otoñal, cuando el amarillo desprende de los castaños el fruto que calienta las manos en los primeros días de la presencia de los fríos; sin embargo, el humo de los viejos hornillos se quedó en el trastero de las cuadras de las casas del casco antiguo y, a lo más, saltan en las sartenes y barbacoas de algunas viviendas.

            Sin embargo, este día ofrece un ángulo que invita a muchas personas hacia la espiritualidad denostada en nuestro mundo actual. Los habrá que  la consideren como una meditación a la manera tradicional e, incluso la desechen en su práctica; hay quienes las transmutan y  recuerdan a sus víctimas de la memoria histórica durante este día como acontece en los cementerios de Jaén y Jaén; otros van mucho más allá como Jon Sobrino, y la interpretan la capacidad que dispone todo ser humano  para reaccionar ante la realidad de la ultimidad; me encantan estas palabras de José Laguna, que actualizan la  espiritualidad  de la siguiente manera definen “la espiritualidad que no es una fuga mundi que huye del compromiso transformador de una realidad muchas veces injusta, sino una relación trascendente con el mundo que se habita. Es en esa relación con una realidad que se abre más allá del dato empírico en las que la lucidez, la compasión y la utopía constituyen, a nuestro criterio, tres competencias esenciales de la espiritualidad”.  Y es que no sólo de pan vive el hombre, a veces es interesante pararse en el trajinar diario, sentir el silencio y escuchar los pálpitos del espíritu.