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sábado, 22 de noviembre de 2025

JOSEFE DE SALAZAR, AUTO DE COMEDIAS

 Unas veinte actuaciones fueron las que se obligaban a hacer las compañías de Juan Martínez en 162815, de Juan Acacio en 162916, Pedro de la Rosa en 163617, Juan Rodríguez de Antriago en 164118, Jerónimo de Vallejo en 166719 y la compañía de Ángela de León diez años más tarde20. Por debajo de esta cifra se situaban las doce representaciones que se comprometía a hacer la compañía de Diego de Bustamante en 163021, las doce o catorce de la de Pedro Llórente en 162022 o las dieciséis de la de Jerónimo Sánchez en 162123 y de la de José de Salazar en 1627Al no figurar el nombre de pila, no podemos asegurar que se trate de la compañía de Juan de S alazar, de la que sabemos que representó en Córdoba en 1623 y 162480. También podría ser la de José de Salazar “Mahoma”, un cono cido autor de comedias que falleció en 16348i y cuya presencia en la casa de comedias de Córdoba está documentada en 1625a una presencia de la compañía de Rosales en Alcalá, concretamente en la Pascua del Espíritu Santo de 1609. Está documentado un autor llamado Femando Rosales en 163279. * SALAZAR El curso de 1619 fue abierto con representaciones de la compañía de Salazar, regresando en mayo de 1627 a Alcalá de Henares.

En 1629, estuvo en Alcalá la Real y representó comedias en el Corral de la Veracruz, que administraba el arrendador Ventura Rafael, del que le avaló con dos mil reales y estuvo en ella en septiembre de este año. 

  • José de Salazar: Estaba en 1626.  Se le menciona en un documento de 1629, donde se le atribuye el cobro de 2.800 reales, según un registro de la Universidad de Sevilla. Título: Peor está que estaba Lugar: Sevilla Espacio: corral Directores de la compañía: Salazar (y Mahoma), José (de), apodado Mahoma Fechas: desde o posterior May/1630 y anterior o hasta 31/Dic/1630 Noticia: Cotarelo dio cuenta de un ejemplar impreso de la comedia Peor está que estaba en cuyo encabezamiento, junto al título, se añadía "compuesta por Luis Álvarez. Representola Francisco López", y que incluía al final de la comedia la siguiente nota: "Acabose esta comedia por el mes de mayo de 1630 y la representó José Salazar el mismo año". Creemos que la obra pudo ser representada en Sevilla, ciudad en la que se encontraba José de Salazar durante la primavera de 1630 y al parecer hasta diciembre, como puede comprobarse por varias de las noticias incluidas en DICAT.

    Información extraída de: CATCOM: Base de datos de comedias mencionadas en la documentación teatral (1540-1700)
    Copyright © DICAT Grupo de investigación teatral bajo Licencia Creative Commons BY-NC-ND.
    Cómo citarnos: Ferrer, Teresa et al. Base de datos de comedias mencionadas en la documentación teatral (1540-1700). CATCOM. Publicación en web: https://catcom.uv.es/

EL ENTORNO DE LA CRUZ Y PUERTA DE VILLENA

 



Hasta que en los últimos decenios del siglo XVIII no se abrió la entrada de Alcalá la Real por el Camino Nuevo, actual calle. Es interesante conocer aquel entorno de la Puerta Villena, donde se hallaba la Puerta Villena, varias casas de cierre y la cruz de Villena, y más abajo una finca que pertenecía a la iglesia Mayor de Santa María, un vertedero de cenizas de la ciudad y la cantarería. Así nos lo manifiesta este documento del notario  Diego de Melgar ( 1629) referente a una escritura de arrendamiento entre el mayordomo de la fábrica de la iglesia Juan de Álvaro y  Martín de León con una renta anual de 30 reales:" una haza que tiene la dicha Iglesia  en la Puerta Villena, que alinda con la Cruz del dicho sitio, y el cenizero y la cantarería y que es de tres fanegas".  

AHPJ 5028. LEGAJO FOLIO 1O20 DIEGO DE MELGAR. 15 de junio de 1629.

jueves, 20 de noviembre de 2025

UN NUEVO DATO PARA LA PUERTA VILLENA


 

   LA PUERTA DE VILLENA , junto con la Puerta de los Arcos o de los Álamos, constituía la entrada a la ciudad del Llano por la zona norte  desde mediados del siglo XVI. Este lugar de control debía ser muy diferente y estrecho a como se encuentra en el cruce con las carreteras de Jaén y Priego, ya que ha sufrido muchas modificaciones urbanísticas. Desde la construcción de la Puerta en el siglo XVI hasta la actual de los años finales del  siglo XX, pasó por la nueva entrada del Camino Nuevo, la remodelación de principios de siglo XX y la transformación de toda aquella manzana con la nueva calle Cruz de Villena.  

La Puerta de entrada de la ciudad debió ser muy estrecha y en forma de arco . Sirva este nuevo dato del escribano Diego de Melgar ( AHPJ. LEGAJO 5039 FOLIO 640. 6 de septiembre de 1628) xe un contrato de María Rosal  por parte de Diego Hernández Montemolín pra un año y renta de ocho ducados con la obligación de retejar y reparar y no abandonarla: " una  casa  en el arco de la Tejuela de esta ciudad, linde  de las casas principàles de Mari Rosa" Por la Tejuela, desde el Camino Nuevo se alcanza por la vista la cruz de hierro de Villena. Haciendo una digresión de su origen, ya vivía Tomé de Villena en el siglo XVI y algún familiar regentó el mesón del entorno a la puerta y cruz de Villena. Esta cruz, era de humilladero y estuvo ligada con la puerta de Villena. Abundan los humilladeros de la Santa Cruz, como los de San Marcos y la Tejuela. Esta cruz se define también como una cruz de término y es una especie de mojón que se colocaba desde la conquista de las ciudades por las tropas cristianas a la entrada de los pueblos "como muestra de piedad por parte del pueblo y para su fomento entre los viajantes". También pertenecen a este tipo de humilladero la Cruz de los Muladares, la de los Moros o de los Valencia, la de las Tórtolas y la antigua del Barrero. No hay duda de que la cruz estaba presente en las dos puertas más importantes de la ciudad que bajó de la Mota: la de Villena y la de los Arcos.

Su decadencia festiva tuvo lugar por el accidente pirotécnico de años sesenta del siglo XX. 

Por el norte de la ciudad del llano se habían urbanizado varias hazas que correspondían a varios caminos o calles que llegaban a las Azacayas, haza propia de la familia Garrido, relacionada con una zona de huertas, tejares, barreros, tenerías y tiendas de tinte; otra haza en el entorno de la Tejuela, propia de otras familias alcalaínas, que dio lugar al barrio de la Tejuela, cuyo camino continuaba con el de Castillo de Locubín. En 1587, la puerta Villena, final del tramo de calle con el mismo nombre, cerraba la salida de la ciudad hacia el norte y nordeste del territorio abacial, tanto a los caminos de Priego, Baena y Alcaudete que partían desde la misma ciudad fortificada de la Mota hacia estas direcciones por tierras de Barrero, la Fontanilla y Pasaílla Baena; y, por último, el tramo que continueaba desde la Cruz de Villena hasta la fuente de Tejuela, donde se ubicaba otra Puerta , la Puerta de la Tejuela. Por un documento de 1649, (AHPJ.Escribano Antón de Santillán, legajo 5011, folio 2020)  Alonso de Pareja, su fiador Pecro de Osuna arrendaba a doña Gerónima Méndez de Villafe unas casas y tenería que tenía en este entorno, muy artesanal donde se concentraban las tenerías, tintorerías, los tejares, cantarerías, molino de zuñaque, molino de pan cocer, la fuente, y abrevadero, canalizaciones de aguas de las Azacayas y huertas y otra Fuete Beber. Pero curiosamente se ubicaban las casas de esta hidalga  " unas casas y tenería con sus pelambres, tinajones y caldera que tiene , que linda con casas de la viuda de don Cristóbal de Orgaz y el camino que va al Castillo y la Puerta de la Tejuela". Curiosamente, ase firmaba el contrato con el curtidor por dos años, a cuaretna cducados por año; y con un tinajon sano, otro roto, y otro cascado y poar curtir; y otros tres sanos y salvos, firmanco como testigo Juan Raxis. 




. Estos lugares eran asentamiento de personas excluidas en el siglo XVII. Los gitanos formaban un grupo que participaba poco en la vida de la ciudad. Aunque asimilado, en los libros de penas de cámara se ven altercados entre estos miembros, dedicados a la venta de animales. Habitaban, a principios del siglo XVII, en las afueras de la ciudad, lejos del recinto amurallado, como pone de manifiesto el año de la peste de 1602, que se hallaban varias familias fuera de la Puerta Villena

Varios momentos de pestes y epidemias confirman la existencia de las Puerta Villena Y  Tejuela a lo largo del siglo XVII, integrado su tramo de calle en la calle Tejuela, así como el límite del suelo urbano de la ciudad de Alcalá la Real. Fueron muy significativas las medidas para prevenir la extensión de la peste de Málaga en 1637 y 1648, sin afectar a Alcalá. Sin embargo, por su cerco, se constata la importancia que adquiere la Puerta Villena. Este era el circuito urbano; desde la calleja de Francisco Velasco, hasta la Tejuela y Puerta Velasco, desde la puerta Villena hasta el barrio de San Sebastián y la cuesta del Cambrón, colocando tres puertas de entrada y salida en Villena, los Álamos y Peña Horadada, Como era notorio, en esta puerta se ordenaban rondas de vigilancia[1].

 

 

Consolación hasta Fuente Tejuela 21

 

Toril

 

Tejuela 20

 

Tejuela (3)

48

 

Tejuela 45

 

Tejuela

Callejón del Huerto

SD

 

Villena 40

 

Callejuela

 

 

 

Tejuela 33

 

 

 

Tejuela

 

Tejuela

SD

 

Calle 1587

 

1640

 

1668

 

1710

 

1751

 

1810

 

En el siglo XVIII, dos mesones se colocaron en el Llanillo, uno el de los Álamos, propiedad de la Obra Pía del abad Moya, y otro el de los Arcos, propiedad de la capellanía de las Niñas Huérfanas de Córdoba. Junto al primero, en el Llanillo, lindando en su parte posterior con el Pradillo, el de Juan Leo. Además de los anteriores, en la Tejuela existían algunos otros. En los primeros decenios de siglo, eran los siguientes: el del clérigo Juan Ignacio Navarro, el de Juan de Murcia, el de Alonso Bellido, el de Manuel de Mármol, el del francés y afincado en la ciudad, Antonio Bertín que se creó en el año 1751 en solares o casas junto a la Cruz de Villena, y el de Alfonsa de Alba.

Una nueva vía se abrió en tiempos del Felipe V con todo el beneplácito real. Era el Camino Nuevo. Algunos la remontan a un acta de cabildo de 1643 por el pago de un haza al convento y monasterio de las Madres Dominicas. En 1730, tras su muerte, dejó de ser maestro mayor de obras de la ciudad Manuel del Álamo siendo sustituido por Felipe Peinado. En este año se edificó un arco que unía dos solares de Juan Montijano en la calle Gala frente a la Puerta Villena, para que permitiera el paso de coches y carretas. Por cierto, otra referencia de este lugar.

En este año, las monjas en cabildo, presididas por la priora sor María de las Mercedes y Tapia, se comprometían con los regidores perpetuos Felipe José de Rincón y Ricardo de Utrilla, a elevar a escritura este acuerdo[2];

"que por parte de esta Muy Noble Ciudad se recibió fabricar un camino nuevo que sale por el sitio de la Cruz de Villena para su lugar del Castillo, Mancha y Corte, según aprobaron las Reales Facultades de Su Majestad y Señores de Su real y Supremo Consejo de Castilla, refrendadas por Miguel Fernández Munillas, secretario de S.M, y su escribano de Cámaras".

Dos documentos habían decretado que se abriera esta nueva obra, con destino a la Corte y otros lugares con fecha de ocho de noviembre de 1742, y otra, mandando al corregidor don Fernando Riquelme que continuara en 7 de septiembre de 1743. Don Ciriaco de Paredes acudió al cabildo municipal para reclamar doscientos ducados, alegando que se habían pagado a los dueños de las tierras lindando y pertenecientes al camino que se abría e inmediatas a la salida, y entre ellas se encontraba la de un haza del convento dominico cercana a esta salida y corral de Terrones. En concreto, le afectaba en dos fanegas y media y levantar las nuevas cercas tras la puerta Villena. El quince de septiembre de 1743. Al estar cargadas sobre dos censos (uno de Aparicio Martínez de Colomo, y otro de la capellanía de María Ruiz de Écija), y ser una de las tierras más productivas por ser ruedo de la ciudad, se propuso el 26 de octubre de 1744 y se aprobó el 17 de noviembre del mismo año trueque y cambio por otros lugares propios del ayuntamiento de Alcalá la Real con 5.725 reales por el haza del tejar que partía el camino de entrada para carruajes y cabañas; en su compensación se ofrecieron un haza en la Cuesta del Cambrón, junto a la Cruz del Hierro, otra en San Francisco, pero se dieron las hazas de los Portales, (once celemines), o del Rastro, otra fanega y dos celemines en La Peña Horadada, y dos fanegas y cinco celemines en el Barrero, linde con la cerca del Convento Nuestro Padre San Francisco y cinco fanegas y tres celemines en el sitio de la Pasada de Baena y arroyo del Guadalcotón que bajan a la Fuente Nueva.

No fue este el único documento, el cura Ignacio Navarro Malo también fue privado de un haza en las Azacayas y Fuente Nueve. El auto de reclamación por no estar de acuerdo con la indemnización de 1780 reales, y verse recompensado con un haza de cinco fanegas en la Dehesa de los Caballos en el Coto. Aparece nada menos como propuesta de emprender el camino al corregidor Salafranca que se asesoró el arquitecto fray Juan Nieto, y para conseguir la provisión real adujo que (20-3-1745) era necesario por ser camino de comunicación del reino de Jaén con Granada, Córdoba, La Mancha, Extremadura y Madrid.

 

CAMINO NUEVO

Es un testimonio del final de una ciudad fortificada de la Mota y el asentamiento total de la nueva ciudad del Llano. Por eso, había necesidad de urbanizar zonas que a las afueras de la ciudad se ofrecían como unas hazas (la de Terrones, Ana Montijano, convento dominico) junto a la Cruz de Villena, cercadas como un rico ruedo muy apetecido de las Azacayas y atravesadas por la vereda que bajaba a estas y camino a los tejares del Llanete de Vílchez. Por la parte alta junto a la fortaleza, sus barrios están abandonados son las hazas del Rastro con resto de sus Portales, que lindaba por la parte alta con el camino de San Bartolomé que venía de la ermita de San Blas y la baja con el haza de este mismo convento, la Peña Horadada que era puro solar lindero con la misma peña y camino que procedía del camino que se dirigía al convento de San Francisco y entre solares de Pedro de Pineda y los de Albarracín; la ermita de San Sebastián, ya arruinada, junto a un camino que lindaba con de San Francisco.



 

 



[1]AMAR. Acta del 23 de junio de 1637.

[2] AHPJ. Escribano Juan Gutiérrez Hinojosa. Legajo 4561, folio 532.

domingo, 16 de noviembre de 2025

EN LA SEMANA DEL JAÉN, ZUMAQUES

 





 

 

ZUMAQUES

 

 FOTOS CEDIDAS POR FRANCISCO GARCÍA PÉREZ 

 Ya es una realidad y un atractivo turístico la ruta de los Zumaques de Alcalá la Real que desde 2023 fue declarada el primer sendero homologado por la federación nacional de Montaña. Esta ruta emblemática y sita a las faldas de los Tajos de San Marcos, vieja aspiración de la población local es visitada con todas las garantías por todos aquellos que disfrutan del patrimonio natural de este rincón de la Sierra Sur (anteriormente, lo hubo en otros lugares de Alcalá la Real y Castillo de Locubin como Cañuelo, Charilla, Acamuña y las faldas de la Nava), El sendero discurre, en parte, por algunos tramos del antiguo camino a Charilla. Y pequeñas veredas que enlazaban la localidad con las parcelas agrícolas cercanas. En su segunda parte por el paraje de los Llanos, coincide con el Cordel de Córdoba Y con antiguos caminos que unían Alcalá con localidades como Santa Ana y Frailes. Un lugar impactante para disfrutar del atardecer.
Sin duda una oportunidad para que nuestro destino sea objeto de interés para un público que disfruta de su tiempo libre en el patrimonio natural. Sus datos técnicos lo denominan Sendero SLA-253 LOS ZUMAQUES con  un recorrido Lineal
en Longitud de  9,4 km, que se consigue en un tiempo estimado de  3 horas, 10 minutos; se recomienda  sobre todo en otoño por el mes de noviembre y ofrece  un desnivel acumulado de ascenso de 195 metros, y se debe hacer a pie, aunque se puede realizar en bicicleta y a caballo

 

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

 Unos lo hacen por el parque periurbano de los Llanos o Fátima; otros por el camino de Aspadores; y los hay quienes llegan al antiguo paraje de la Fuente de la Mora Vieja frente al edículo renacentista del repartidor de agua, y por una vereda al pie de los   Tajos de San Marcos, se dirigen al del Camino de Charilla, por entre olivares que besaban los pies de los tajos alcalaínos. De frente, “Los Tajos”, impresionantes cortados rocosos bajo los que la vegetación natural se conserva como muestra de lo que en un tiempo eran los bosques mediterráneos del sur de la Península Ibérica. A nuestras espaldas, unas maravillosas vistas se muestran en el horizonte, teniendo como protagonista principal la Fortaleza de la Mota, y con estupendas vistas de Sierra Nevada y del centro histórico de Alcalá la Real. Se ofrece a breves explicaciones del Tajo Hacho-su sentido mágico de sino trágico- y la luminaria de comunicación para las atalayas el Norte (Navas, Mimbres, Charilla, Cogolla, Boca de Charilla, la propia de la aldea de fandango, Moraleja, Cascante, y Dehesilla y la propia ciudad fortificada de la Mota).



Es un rincón y parada ineludible   para explicar el mar de Tetis y los efectos en las caras visibles de la roca con sus cuevas subacuáticas fosilizadas y el enjambre pétreo de los pájaros en la roca arenisca: algún que otro comentario sobre viviendas trogloditas de la familia Regis y esculturas del camino, obra de Vicente Moreno, hasta llegar al cruce de caminos entre los senderos altos que desembocan frente a la Mora Vieja y antigua Casa de Pío. 

 En otros puntos del camino, la parada es obligatoria para contemplar los montes que circundan: la Tiñosa, sierra de Horconera, y Cabra, Jurada, Camuña, San Pedro, y Los Chopos. Se adentra entre olivares a los pagos de los Zumacales, por una vereda pequeña para transporte de burros, donde se conducía las cargas de uvas al Lagar del Pincho y Portillo de los Aspadores. Pero, actualmente se puede prolongar el camino de Charilla, y una nueva vereda entre olivar y parte colateral a los Zumaques adentra en otra vereda que avanza por el chozón y desemboca cerca de los Aspadores en un paraje encantador entre los tajos semicaídos.







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Experiencia inolvidable, en este rincón se pisan los pies las comitivas de ruteros locales con los grupos senderistas foráneos. También se pudo topar de vez en cuando con algún que otro rutero individual o en pareja, familias y extranjeros. Por entre piedras areniscas, matorrales, zarzales, arbustos variados, escaramujos, acerolos, yedra por doquier, algún que otro olivo, un pino, chozones y casas abandonadas, se llega al primer rellano que sirve para explicar el origen de aquellas tierras de Monterrey, donde vino el rey Alfonso XI cazar y se mantuvo como bienes de propios.

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 Entre escaleras, escalerillas, escaleruelas, rampas, veredas, sendas, senderillas, pequeños espacios abiertos entre las rocas y los arbustos, y, en medio de todo este bosque mediterráneo, el zumacal asoma entre el rojo final y el amarillo de su secado de sus hojas; a veces los gránulos secos y ennegrecidos contrastaban con el rojo de carmesí pasado de color y pálido como el estandarte o pendón del rey Alfonso. Olor a fresco, suelos rociados y piedras que rompen las pisadas del humus. Los chiquillos disfrutan de caminar hacia lo alto del paso de los Aspadores como si vivieran una aventura o simularan un personaje del cuento de la Caperucita cuando iba por el bosque. Al llegar al Lagar, se ofrece como un mirador su antesala que dirige la vista hacia Charilla en su altozano. Por una escalinata más ampliar, y quitándose de encima las varetas de pincho y espinosos se sale al paraje del antiguo basurero convertido en una excelente atalaya o mirador, muy bien adecentada, desde donde se contempla in situ los restos del hundimiento del Tajo con sus movimientos de desprendimiento de enormes rocas en diversas posiciones.

Interroga el zumacal como planta de arbusto, su localización en otros (Cañuelo, Camuña.), su uso industrial, las tintorerías, supervivencia hasta la fábrica de capachos de los años XX, sus cualidades, su toxicidad...también no se olvida la tierra de propios transformada en privada por desamortización de Madoz, las veredas y sendas que la cruzan.

 

Desde este escarpe de los Tajos, el camino dirige hacia el cerro de San Marcos, yacimiento arqueológico argarico del Cobre y la ciudad más antigua de los alcalaínos con sus testigos murales, cerámica, necrópolis y hacia la ermita del mismo santo.  Otro lugar misterioso por su origen como yacimiento argárico, paso a cenobio, luego monasterio franciscano, y la ermita (XVI), sede de la Virgen de la Cabeza con su retablo renacentista de la familia de Pablo de Rojas, los corredores, la sala del refectorio, la imagen, el Niño, y el sepulcro de la joven enterrada. Su torre recoge el legado anterior, porque la espadaña culmina en un mirador con su corredor renacentista y adosado a la ermita del santo evangelista. Esta torre siempre rezuma una espiritualidad profunda, porque se remonta a una sociedad alcalaína anterior a la historia de Alcalá. Tiene sangre ganadera porque a sus espaladas se asentaron los pueblos argáricos, los de la época de los Metales, los más antiguos de Alcalá. A sus pies, el mirador hacia la Mota y el testimonio del legado de Batmala con el levantamiento dadivoso de viviendas para la gente humilde, un vagón de un tren para la vida.

 

viernes, 14 de noviembre de 2025

LA CAPILLA DE SAN FRANCISCO DEL CONVENTO DOMINICO DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO Y JUAN DE ARANDA SALAZAR

  Capilla de San Francisco del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario 



 

    Fue fundada por el escribano Francisco Giménez y su esposa Jerónima de Alba y Apasricio ()1630) , con altar, bóveda, letras apostólicas, memoria de cien misas decicadas a la Pasión y estaba la imagen de sa Francisco, ornamentos y objetos de plata para decir cien misas  sobre una memoria de cuatro fanegas de Piedra en la Peña Rastrar.



AHPJ LEGAJO 5339  FOLIO SN IPC 9 DE ENERO DE 1634
Esta capilla, la segunda del lado la epístola, se acabo de levantar en e1634, y acudió el maestro de obras Juan de Aranda Salazar a tasar las obras que importaban la cantidad  de 1.702 reales, y se sabe la edad de este maestro , pues lo hace a los 34 años, luego nació  en 1600). Las obras de la capilla consistieron  en : el arco de afuera de la capilla (270 reales), el sobrearco y acrco formalete con su manifactura ( 180 reales), labro de la importa (70 reales), laboir de basas (8), (280) las enjutas que le pertenecen (280 ) hasta el arco . los funadamentos hasta la hiladera de los cimientos 7(700) , sonrejado (308 reales ) y el resto de todas las demas obras de los arccos, enjutas y formaletes (1.300 reales)  . Este documento lo firmaba el propio maestro, el prior fray Diego  de Maqueda, el hijo  de los  fundadores de la capilla Juan Váquez Mesía y el escribano Antón de Santillán . Se sabe que está capilla sivió de enterramiento del abad don Pedro de Moya y que ardió a principios del siglo XX, siendo restaurada. 



EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN ENTRE NECRÓPOLIS, ZUMAQUES Y EL VINO

 

ENTRE NECRÓPOLIS, ZUMAQUES Y EL VINO

Es curioso que el mes de noviembre, no haya sido bautizado con un sobrenombre de alguna divinidad de ultratumba como Hades. Conservó la denominación de la numeración novena dentro del calendario lunar. Sin embargo, en la comarca de la Sierra Sur no pasa sin pena ni gloria. Podemos citar varios lugares y acontecimientos que la podían definir. En los primeros días del mes, el culto a la muerte contextualiza  y da sentido a muchas actividades.   El Día de Todos los Santos se celebra desde la Edad Media como en todos los pueblos de España. Curiosamente, se ha recogido la tradición católica de conmemorar la muerte de todos aquellos santos que, según la religión cristiana, pasaron del purgatorio al cielo. Fue una fiesta principalmente de culto religioso, muy martirial, con sus horas lectivas y de rezo, y su función de iglesia correspondiente. Pero, en el pueblo quedó enraizada profundamente, y, sobre todo, en nuestros núcleos rurales, donde predominaron las cofradías de ánimas..
 Como es normal, en el rico folclore popular, abundaban los miembros demandantes de estas cofradías que paseaban por las calles de la ciudad de la Mota y por los cortijos de la aldea, vistiendo de capas llenas de cinta de colores; en otros lugares, de campanillas y cencerros hasta en el cuello de sus capas haraposas; y en Alcalá, con grandes capotes que fabricaban en los talleres artesanales de las familias alcalaínas. Se hacía a la hora de la queda, al anochecer, y adelantaron las misiones de los serenos de modo que se perdieron en medio del espíritu del silencio nocturno. Algunos comentaron que respondían a los cofrades de la Hermandad alcalaína del Pecado, y a los toros de caña y a los “tontos” del mundo rural para caracterizarlos.
    Pero llegó la globalización y se metamorfoseó por completo todo el calendario festivo y perdió su índole religiosa a convertirse en un eslabón del calendario comercial del mundo neoliberal. Como un vestigio del pasado, quedaron los momentos nostálgicos del encuentro familiar para realizar la visita anual a las necrópolis con motivo de esta fiesta; por el contrario, el desplazamiento a otras ciudades y los viajes de ocio se multiplicaron en muchas personas que prefirieron cubrir un puente turístico a honrar a sus antepasados, ya que la dispersión de sus cenizas esfumó la presencia familiar de muchas personas en los camposantos, primero en las iglesias; luego en la Mota y el Cerrico Vílchez.  
  Los grandes supermercados sustituyeron con sus huesitos de santo las patatas cocidas del terruño sazonadas con canela y miles de caña y las tradicionales gachas blancas que se calentaban en las sartenes de las abuelas, llenas de tropezones de picatostes.  Como en el tiempo navideño, era un rito de encuentro familiar en este día, tan esperado como celebrado en el día del Nacimiento.  Creaba vínculos, estimulaba sentimientos y aunaba a los miembros de las familias. Ahora, nos ha invadido la tradición sajona de Halloween, que intenta cambiarla algunos sectores con la mascarada de los santos.

 

        

          

          


  Es la estación otoñal, cuando el amarillo desprende de los castaños el fruto que calienta las manos en los primeros días de la presencia de los fríos; sin embargo, el humo de los viejos hornillos se quedó en el trastero de las cuadras de las casas del casco antiguo y, a lo más, saltan en las sartenes y barbacoas de algunas viviendas. En las siguientes semanas del mes de noviembre, el zumaque se ha convertido de una planta y  producto de consumo artesano en  un goce del mundo del ocio, que ha ampliado la oferta turística de la zona de la Sierra Sur olvidando su origen de tintorería y de                            curtido de las pieles y creando una ruta que se enreda con el bosque de las estatuas de Vicente Moreno y la casa de Piedra de los Tajos de San Marcos  en la ruta zumacal. Finalmente, en los últimos días de diciembre, cuando   parecía que  el célebre  dicho de "Por San Andrés, el mosto vino es", volvía .a renacer los tiempos de una comarca vitivinícola de los tiempos del torrontés, la sociedad alcalaína se ve sumida en una crisis de establecimientos de restauración  y , por el contrario, la cata del aceite temprano invade los comercios con nuevas  ofertas y  nuevos modelos. Los antiguos vidueños se ven acosados  por otras bebidas como   la cerveza y el  zumo verde se ve protegido por los buenos augurios de la diosa Atenea. Noviembre  más que panis et circum, es  principio de nuevos santos con un final alegre de Baco sonriente.