FEBRERILLO LOCO
Al
acercarse a un diccionario etimológico, lo que primero salta a la vista del mes
de febrero, hace referencia al verbo latino "februare" cuyo
significado se concreta en
"purificar". Por eso, los
romanos purificaban, en este mes, los campos
y a los hombres y en las fiestas se llevaban a cabo actos religiosos de purgación dedicados a los
dioses; de ahí hay un paso a que el
cristianismo se apropie de este significado y
recristianice el día dos de febrero con el de la Purificación , relacionado
con la Virgen María. En verdad que viene
como anillo al dedo el que se aprendiera del mundo clásico y la sociedad
española limpiara las calles invadidas por la basura, la bazofia y la
corrupción que vienen crispando la
modélica e injustamente denostada transición. Se necesita que el agua de la limpieza democrática triunfe sobre los
lodos que recorren las cloacas y salte al aire limpio de las calles.
Pero
si importante es la relación de este mes con su raíz etimológica, no es menos
actual la adjetivación de locura que siempre salta a la conversación de los
vecinos del lugar. Pues el refranero se hace eco de su carácter movible y complicado al formar el
frecuentado sintagma de febrerillo loco. No es de nada de extrañar que se
revuelvan los tiempos atmosféricos, porque " Febrerillo es un mes corto,
voluble y loco; trae viento, frío, nubes y sol, de todo un poco” y esta locura climatológica alcanza hasta la
vida de muchas personas y de sus cédulas diversas de asociación ( social,
económica y política). Pero, donde más
se altera actualmente el ambiente, sobre todo, por ser tiempos de crisis, es en
el terreno político, ya que aquí acuden con mayor avidez las aves carroñeras.
Parece como si viviéramos momentos en los que se cumplen los vaticinios del
castigo de la diosa Até ante la hybris o locura que ha invadido todas las capas de la
sociedad española. Además acontece algo semejante a lo que se
narra sobre el discurso mitológico de esta diosa griega de la discordia, que fue
castigada por Zeus, arrojándola a la tierra para crear la ceguera y la locura
entre los hombres, a los que ronda continuamente; pues estos habían llegado a
este estado por las ansias de orgullo o hybris, abandonado la mesura y la insensatez.
Es así que esta diosa maligna
personifica la pérdida de la razón, la pasión ciega y lo que conlleva o se causa
con sus acciones: ruina’, ‘insensatez’, ‘engaño', ‘mal’, ‘injusticia’, ‘locura
ciega’,‘acción precipitada’, ‘ceguedad de espíritu’; ‘extravío fatal’,
‘calamidad’, ‘desgracia', ‘azote’; ‘pecado’, ‘falta’,‘crimen’, la venganza, la
injusticia, la perversidad, la fatalidad, el mal como condición humana o el
arrebato y el extravío de la irreflexión. Si cualquier persona analizara
objetivamente la situación de nuestra sociedad, claramente es fruto de ese
orgullo y pasión que arrastró a la mayoría de la población a las más altas
cotas del desenfreno creyéndose que era rica y dominaba todos los resortes para
hacer frente cualquier imprevisto. Pues cualquier hijo de vecino se consideraba
un dios o semidios y no tuvo en cuenta que debería venir a la
tierra esta diosa en el momento más inesperado para rendir cuentas y vengarse
de la irracionalidad en la que habían caído tantos hombres. Por eso, nos
preguntamos si hay solución ante esta tragedia humana. Y en la sociedad
grecolatina y en nuestro refranero, tenemos la respuesta.
Pues,
si los latinos dulcificaron este mes ejerciendo acciones para congraciarse con
los dioses, corresponde a la ciudadanía actual hacer frente también a esta situación de locura que la invade. También,
por otro lado los griegos pusieron paños
calientes para evitar el caos entre los mortales mediante ofrendas a esta
diosa. Incluso, cuando se impuso la democracia ateniense, símbol o de la mesura
y el equilibrio, contraria a cualquier exceso, hybvris y orgullo, se
convirtió esta diosa de la discordia en
una diosa de castigo ante las malas acciones en las obras de los clásicos y con un enfoque diferente, porque vengaba los
actos malvados e infligía justos castigos a los delincuentes , de tal forma que
su personalidad era casi la misma que la de Némesis y las Erinias; por cierto, muy cercana a la Justicia, lo que necesitan estos malos
tiempos donde algunos parecen como si
respondieran a aquel refrán que dice Febrerillo el orate, cada día hace
un disparate.
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