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domingo, 19 de noviembre de 2023

LA CATEDRA VIEJA DE CÁDIZ Y GINÉS MARTÍNEZ DE ARANDA

 Incluso de su época gaditana aún puedo aportar otro documento más que viene a confirmar dos aspectos ya tratados, porun lado el gran afecto y simpatía de D. Maximiliano de Austria por su patrocinado y por el otro que éste para el 4 de mayo de 1602 ya estaba de vuelta. Pues en esa fecha y en Alcalá la Real su antiguo abad -ahora firma como obispo de Segovia- autoriza a nuestro arquitecto a cobrar del administrador de la mesa episcopal de Jaén 400 ducados, lo que supone 1 /3 de la pensión que tiene asignada sobre dicho organismo y que se obligó, su protector, a pagárselos por D. Rodrigo de Loyola, tesorero de la Santa Iglesia de Cádiz, quien se los debía a Ginés por las obras que hizo en la catedral. 20 De 1603 a 1606 es su etapa compostelana, estudiada minuciosamente por el profesor Bonet Correa, a cuyo trabajo me remito en lo referente al análisis de las obras realizadas por nuestro artista. 21 Sin embargo, al comparar estas dos etapas, surge rápidamente un problema, ya que resulta, hasta cierto punto chocante y contradictorio el hecho de que Antón Solé en su artículo citado limite el papel de Ginés Martmez de Aranda en la remodelación del viejo templo gaditano a ser simplemente un mero maestro de obras o ejecutor de lo trazado y diseñado por su paisano Cristóbal de Rojas, es decir, no le reconoce nin72 GINES MARTINEZ DE ARANDA: SU VIDA, SU OBRA Y SI AMPLIO ENTORNO FAMILIAR guna capacidad creadora, cuando sabemos documentalmente que fue también un magnífico tracista y que la mayoría de los diseños de sus muchas obras salieron de sus manos. Mientras por el contrario el profesor Bonet, siguiendo esta última apreciación, lo considera, como se vio, el introductor del clasicismo purista granadino en tierras gallegas. Creo que-no hay tal contradicción sino que ambas posturas son explicables y la justificación viene dada por el hecho de que el papel y la presencia de Ginés en la remodelación del templo gaditano vendría limitado y condicionado por el mismo carácter intrínseco de la obra, pues al tratarse de una reconstrucción financiada y acogida en gran parte a la generosidad de la Corona,-Felipe 111 ofreció para tal fin una suma bastante considerable de maravedís-, el Consejo de Castilla exigiría la intervención, a la hora de fijar las condiciones y dar las trazas, del arquitecto real, Cristóbal de Rojas, quien por otro lado no podría personalmente dirigir tales obras porque su principal ocupación sería el matener en buen estado las defensas de la ciudad, bastante vulnerables y arruinadas según se desprende de la soladora invasión inglesa de 15 96. De ahí que nuestro genial artista tendría que limitarse aquí, como máximo, a aportar su interpretación personal a las trazas y condiciones ya dadas de antemano.No obstante, las grandes cualidades de Ginés Martínez de Aranda como arquitecto innovador y creador se pondría de manifiesto en las construcciones que, como maestro mayor de las. obras del obispado, trazara y posiblemente dirigiera durante esos años de su permanencia primero en Cádiz y después en Santiago de Compostela. En definitiva su intervención en el viejo templo catedralicio gaditano se puede considerar simplemente como una excepción en su larga y fecunda trayect





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