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martes, 4 de julio de 2023

ALIVIO

 

Ha






y palabras que, a simple vista, ofrecen un ángulo semántico que nos impiden a reconocer otras acepciones que confrontan totalmente de su significado principal. Este es el caso de la palabra alivio, que se encuentra, en los contratos entre los molineros y propietarios con la grafía de alivio en los siglos pasados. Esta palabra con su sufijo ( “io”, del  latín ium )  hace referencia a la acción  un objeto) , aunque procede de la  palabra aliviar del verbo del latín vulgar alleviare,  que se remonta al latín clásico e adlevare (aligerar, quitar peso a algo), un  verbo formado a partir del prefijo  ad y levare, verbo con raíz del adjetivo levis (ligero, de poco peso). Muy lejos del significado instrumental, quedan las  acepciones  de  aligerar  que responde literalmente a hacer menos pesado,  de quitar a alguien o algo parte del peso que sobre él o ello carga; o con sentido más restringido, disminuir o mitigar las enfermedades, las fatigas del cuerpo o las aflicciones del ánimo, descargar de superfluidades el cuerpo o sus órganos, acelerar el paso, aligerar o abreviar alguna actividad. Y menos aún, responde a los usos escasos de  soliviar o. en tauromaquia, disminuir el riesgo de las suertes, especialmente al estoquear,noestrechándose con el toro, o aprovechando sus querencias para el remate del lance. Más bien, responde al objeto que sirve para  dejar que un líquido salga por el aliviadero de un recipiente, para evitar que sobrepase un determinado nivel de este. Y, así lo manifiestan los textos antiguos, con las variantes alivio, alibio, aliviadero o aliviadera en los inventarios de los bienes muebles de los antiguos molinos.

 Se encuentra este término en muchos documentos del siglo XVI. En concreto, por un  documento del notario Francisco de Jaén, con fecha de primero de  mayo   1537, se conoce  uno de los molinos más importantes de Alcalá la Real, el  molino del Cubo que  pertenecía al regidor alcalaíno Fernando  de Aranda. Estaba situado , según la declaración " en el río de  las Riberas, término de esta ciudad , lindero con el haza de Pedro Ramos”. Según las cláusulas  del contrato,  se arrendaba por cuatro años, los molineros se obligaban  a  pagar de renta de seis en seis días dos fanegas y dos celemines de harina molida sin maquila, y el contratante a enviar por la carga al molino. Valoraban en veinte ducados ( 8. 062 maravedíes) los aperos, máquinas y materiales del molino. Y eran estos:  tres ranguas, que eran unas piezas de bronce para aislar de la humedad;  tres  portones , que eran las compuertas para el agua; dos escaleras; piedras de rodeznos; seis sortijas, dos palas de hierro con sus clavijas, una barrena, un anillo, tres guías harineras;  dos canastillos; dos escoplos, una azuela, una barrena, una cigüeña de hierro con un solera;  cargadero  con rueda de paso y biela del cubo;  un hornero, celemín y medio, celemín,  cuartillo y medio, cuartillo; y una aldaba de la puerta del molino; barras de hierro,  tolva, , dos ruedas, dos rodillos y una  mano de hierro. Y se especifican en concreto , otras cerchas de puentes bajas como palmar y ojales, a los que se añade los aliviaderos en este contrato y alivios en otros casos.

       Esta claro que hay que remontarse a tiempos anteriores y contextos diferentes donde se especifica este instrumento que, a veces , aparece como aliviadera.  Es decir, esa palanca de los  molinos harineros, consistente en   un hierro largo que baja hasta el madero o solera donde está embutida la rangua; y llegando hasta el pavimento del Molino, sirve para levantar y bajar la piedra de manera que haga la harina más o menos delgada. Molinas, en su tratado de  Maquinaria, la define que recibe el movimiento por un tornillo mediante un volantito J, constituyendo un templador o aparato aliviador; regula con la mayor precisión la separación de las piedras [del molino], levantando más o menos la quicionera. Otros autores  como Wilmes, nos la refiere como “ la punta libre del banco [del molino, sobre el que está encajada la piedra donde gira el eje] se apoya sobre unas piedras [...]; el otro extremo está unido por un clavo a otra viga vertical, el a l e v i a d o r  d e  l a m u e l a , que atravesando la bóveda [...] penetra en el piso superior del molino”.

Nos viene a la memoria muchos aliviaderos. Pero asistimos a un momento, en que la palabra podía referirse en su gama de acepciones materiales y conceptuales al contexto actual. Pues en estos momentos, nos encontramos en un momento de molienda del futuro nacional, donde la maquinaria molinera va a producir la harina para el futuro de nuestro país, y se necesita de estos alivios concretos, que muevan el tornillo de las piedras de los diferentes bloques para templar y regular la vida pública, regularizando la separación de los pilares de la sociedad  de forma que permita una armonía final de todo el movimiento.

Pero, no nos quedamos con la acepción concreta y material. Coincidimos con Batle, que abría un nuevo horizonte a estos elementos para paliar los tiempos de presión como asistimos en los actuales tiempos: ,en los que se definía así la acción de los aliviaderos  como “vertederos de aguas sobrantes embalsadas o canalizadas, que aparecía en una planta, alzado y corte de un aliviadero, y de un escurridero en su medio. Por la poca altura de los diques que habían de servir de andén, se hacía preciso echar puentes de madera sobre estos aliviaderos, sin 1o cual mejor sería embovedarlos por causa de lo poco que duraba la madera.»

Tampoco olvidadnos las acepciones que se apartan de lo material y adquieren una acepción conceptual de alivio, pues, en primer lugar,  estamos necesitados de un descanso o desahogo que
se siente cuando se aligera o quita del todo la carga o el peso, tras cinco años en los que se vivieron con las dificultades más grandes desde una pandemia desconocida hasta la última guerra de Ucrania. Con ello conseguiremos, la segunda acepción, la disminución del cansancio, fatiga o enfermedad del cuerpo, y también de las penas o aflicciones del ánimo. Y así recordamos, cuando aquella crónica de a Conquista de Ultramar decía :«E porque tomasen con arte y alivio del hambre e de la laceria que habían sufrido, tomó una parte de los caballeros e de gente a pie de los más fuertes y esforzados que halló.»   Y, en esa acción y efecto de aliviar o aliviarse, no debemos caer en aquella definición de la atenuación de las señales externas de duelo una vez transcurrido el tiempo de luto riguroso, porque los resultados han sido satisfactorios en muchos terrenos. Ni , en aquella acepción para expresar ponderación o exageración como agarro un catarro de alivio. Pues la meta no debe ser otra que no repetir un ciclo de confrontación y crispación que no fue ejemplar  y necesitó de muchos alivios, numerosas aliviaderas y un por fin de aliviaderos,  y, en palabras de la Celestina : «Algún alivio siento en ver que tan presto seremos juntos”.  

Plutarco, ed. 1571, f. 119.2. En un artefacto, se dice de 10 ~e sirve paralevantar una pieza o parte. U. t. C. s . i1 «Este, como

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