Archivo del blog

sábado, 8 de junio de 2013

La política y los políticos


 

            No soy yo el que me rasgue las vestiduras y despotrique de  los políticos, como se frecuenta en el ruedo nacional. Creo en la POLITICA  con letras mayúsculas, y  más todavía en estos especiales momentos y circunstancias muy difíciles para salir de la crisis. Líbreme Dios en caer  en análisis sencillos y sin fundamento que desembocarían en reclamar una  dictadura  o en propagar  la simplona demagogia de muchas personas, a las que estamos acostumbrados a escuchar, incluso atendiendo las palabras de algunos miembros de partidos políticos. Tampoco, voy a levantar un  mausoleo a  la representación política única por medio de  los partidos, pues considero que toda persona  o grupo tienen  y han tenido la oportunidad de constituirse en otras formas, que, al final,  defraudan más que las formaciones políticas. Esto, sin obviar que los partidos políticos necesitan una renovación total en muchos campos para ejercer la democracia y compartir sus vivencias con las personas que las sustentan y a las que gobiernan. Pues la democracia, como decía Churchill es el sistema menos malo. Y lo mismo pensaban los antiguos tratadistas romanos al comparar la monarquía y tiranía, la aristocracia con la oligarquía y la democracia con la demagogia, pues hubo escritores como Polibio que llegaron a  convertir  la democracia republicana esclavista ( en términos de Kovaliov) en el mejor sistema de la Antigüedad y modelo para siglos venideros . El problema radica en lo que entendamos por política y por los políticos. Entiendo que políticos somos todos miembros de la ciudad ( y de ahí remontémonos a los ciudadanos de la provincia, comunidad autónoma y Estado)  en la que vivimos y  debemos compartir y trabajar por todas las cosas en las que nos vemos implicados para hacer una sociedad mejor. La política no es sino el arte, el ars en sentido grecolatino, mezcla de experiencia, oficio, naturaleza, intuición y sabiduría,  de gestionar lo mejor posible la ciudad.  O lo que es lo mismo, la polis, de donde viene la palabra política. El problema radica cuando convertimos a la política en banderín de enganche de estrategias electorales, de difamaciones del contrario, de cinismo puro y duro, de propagar esperanzas incumplibles, de poner zancadillas al adversario y palos a las ruedas del carro del gobierno,  de prometer lo que no puede realizarse o de entusiasmar  con  lo ilusorio e inalcanzable teniendo conocimiento de causa. Más aún,   no se creen a los políticos cuando transforman la ingenuidad y la bondad de los ciudadanos en moneda de cambio para sus fines políticos, o cuando  dicen una cosa  en un sitio y en otro lugar saltan con  la distinta. Siempre he aplaudido a las personas que han representado a nuestro pueblo con alturas de miras, defendiendo lo colectivo frente a los intereses particulares o puramente clientelares; he presenciado a muchas personas que nos han representado que se han bajado de sus siglas y han compartido objetivos comunes a favor de la comunidad. Lo que no parece ético ni político es defender en un sitio una postura y en otro  ahogar a una comunidad  o cortar el grifo de las inversiones.
 
 Eso es simplemente hacer lo que decían  los antiguos, no es democracia; se puede llamar cinismo, hipocresía, piruetas electorales, campañas políticas de marketing …en suma es simplemente demagogia, irritar al pueblo, Por cierto el patio no está para muchos embates ni  más crispaciones.  Pongamos el nombre de esta nefasta política y malos políticos  en la sanidad, educación,  carreteras, trabajo …. Y para qué contar más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario