CONVIÉRTETE A TÍ MISMO
CORTIJO DEL PALANCARES EN VILLALOBOS |
En
mi encuentro dominical de la iglesia del barrio sanjuanero, escuché una frase
de Tolstoi que me imprimió un aldabonazo
especial. Inmersos en la teoría de la culpa y echar balones fuera a la hora de buscar responsabilidades ajenas a
la hora de crear perspectivas viables,
venían como anillo al dedo estas palabras:" Todos quieren cambiar
el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo". Me dí cuenta de que este el pecado universal, por
el que todos caemos a la hora de enfocar nuevos cauces de optimismo para
nuestra sociedad. cosa que tanto lo necesita. Pues, mientras que nos refugiemos
en la cabezonería y en la sinrazón de sentirnos "dioses" sin bajar
del pedestal, largo es el camino y oscuro es el túnel que nos corresponde recorrer.
No podemos quedarnos, como los hombres listillos de turno que tenemos la receta
para el momento adecuado sin pensar en un cambio colectivo; porque puede pasar
que constituyamos la nómina pasada de
tantos seleccionadores de nuestro equipo nacional antes de la llegada de Luís
Aragonés o del Bosque, que no supieron armarse de la idea de equipo y quedaron
anclados en los divos que sólo resolvían
su propio ego.
Ahora,
nos ha tocado un difícil momento, en el que sobran las recetas y los consejos,
es la hora de los compromisos. Y, ya que partimos del pensamiento de este famoso ruso, traigo a colación este
elenco de frases, que conllevan un cambio de conversión individual, para luego
transmitírselo a tu grupo, y este a un
círculo superior, y este a la colectividad. Comencemos por cambiar el sentido del cimiento del
neoliberalismo reinante, si ponemos en
primer lugar otros valores diferentes al dinero: El dinero es una nueva forma de esclavitud,
que sólo se distingue por el hecho de que es impersonal, de que no existe una
relación humana entre amo y esclavo.
No perdamos nunca como meta de los individuos el buscar una sociedad diferente al actual, en la
que primen los valores del amor frente al
egoísmo, la solidaridad frente a la usura, y las ansias de la libertad frente
a las ataduras del consumismo, o dicho con otras palabras de Tolstoi, y
entendiendo reino de Dios, como el reino de la utopía a la que aspira toda la humanidad: “El único sentido de esta vida consiste en
ayudar a establecer el reino de Dios." Si
nos convertimos en unos seres optimistas entre los cimientos o cemento de una
sociedad de nuevos valores y el objetivo final de una sociedad de
superbienestar para todos, de seguro que nos quedaríamos para actuar con la
bondad, con la fuerza de la vida y con este pensamiento tolstoaino: "La única intención de la vida es servir al
género humano". Y de esta manera, ya no nos sentiríamos inútiles e
insensibles ante las carencias humanas, sino que nos faltarían horas en el
compromiso del voluntariado por los más
débiles. Ese es el reto que han
emprendido muchos hombres alcalaínos en el reto con la sociedad, en ámbitos de
la Cruz Roja, Medicus Mundi, asociaciones de asuntos sociales, o Cáritas.
Proliferan las campañas, actos, y convenciones benéficas, no cambian el mundo;
pero parten de la base; porque si esperamos que nos lo cambien los de
arriba, siglos nos esperan. Son pequeños pasos; sin embargo, al fin y al cabo,
es la pedagogía del compartir y no la del recibir. Es un nuevo modo de entender
la sociedad, un compromiso por la solidaridad y por el reino auténtico del amor,
de los Derechos Universales para todos.
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