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lunes, 15 de diciembre de 2025

UN ATAUREQUE

 

Hemos encontrado a la palabra ataureque en un testamento del escribano Juan de Viana  ante el escribano Miguel Gerónimo Pérez de Alcalá la Real. Alude a una deuda que 
Alonso de Arjona   mantenía con el testor Juan de Viana a fnales de 1631. No nos sonaba este término, y hemos participado en la descripciones de los lienzos de las  paredes de los palacios árabes con la palabra ataurique. Y es que  Ataurique (del árabe hispano attawriq, "echar ramas" y este del árabe clásico. tawrīq ) es un término arquitectónico y artístico para la decoración de tipo vegetal característica del arte islámico, especialmente en al-Ándalus (arte califal, taifa y nazarí), que consiste en motivos de plantas y hojas estilizadas (como palmeras, acantos, parras) entrelazadas, a menudo en yeso o madera, creando patrones complejos y repetitivos que evocan el paraíso, y es un tipo específico de arabesco.  Se entiende que el arabesco es un término más amplio, se refiere a todo tipo de decoración musulmana que enmascara la estructura mientras que ataurique es sólo la decoración vegetal estilizada.Por extensión, también se llama ataurique (del árabe "at-tawsiya") a la ornamentación de yesería tallada de estilo musulmán o morisco, especialmente el que se encuentra en frisos* y sobrepuertas. Los motivos del ataurique se remontan al arte preislámico-persa de los sasánidas, y se ajustaron en los siglos posteriores a los estilos cambiantes de cada época. Las decoraciones que adoptan el nombre de ataurique se corresponden en gran medida con el repertorio de motivos de los arabescos.


Creo que este tipo de composición se encontraba en algunas capillas de la iglesia de 
Santo Domingo de Silos de Alcalá la Real, en concreto en la de 
Nuestra Señora
 de la Antigua con material de yeso. Aunque es frecuente en mezquitas e iglesias y palacios
lo mismo se puede encontrar en casas y viviendas de personas normales. Este es el caso de esta manda 
"m ando me deve siete reales Alonso de Arjona de un ataureque que le hice, mando que se le cobre". Curiosamente
aparece la i abierta en e como una variante de esta palabra, probablemente un vulgarismo del escribano. Lo añadimos para recogerlo en el DRAE HISTÓRICO.





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domingo, 14 de diciembre de 2025

EN LA SEMANA DEL JAÉN, ULA, UNA LEYENDA ROMANA.

 ULA

UNA LEYENDA ALCALAÍNA Y DESCONOCIDA SOBRE LA PRESENCIA ROMANA


 

 FRANCISCO MARTÍN ROSALES

DIBUJOS: JUAN MANUEL MORENO SÁNCHEZ











En la Mota, restos de grandes sillares de argamasón sugieren tiempos anteriores a la época de frontera. Algunos investigadores proponen  para esta fortaleza cierta cimentación romana por sus dimensiones y los remontan a un pequeño castro de la República Romana. Se afirma que el origen ibero-romano de la fortaleza se entronca con leyendas renacentistas, muy propias de los humanistas, para justificar el linaje de sus antepasados y su conexión con la tradición grecol atina. Por eso, un erudito renacentista e, incluso, algún que otro historiador actual proyectaron el origen de Alcalá la Real a esa época romana justificándola   con la presencia de algunos elementos y objetos recientemente descubiertos y, lo que los arqueólogos actuales  consideran aljibes de estructura romana por sus revestimientos rojizos y por la media caña del suelo interior. Los antepasados daban por hecho este origen y, para justificar sus privilegios y mercedes concedidos por los servicios hechos a la Corona, remontaban su lealtad, incluso, hasta este periodo romano de la historia de España. Esta lealtad se entroncaba en un testimonio legendario. En el cabildo del catorce de noviembre de 1597, los regidores  de Alcalá relataron su relación leal en tiempos de la guerra civil entre Julio César y Pompeyo.

Hablaba en el ayuntamiento el conocido y erudito alcaide, don Antonio de Gamboa y Eraso, alcaide y granadino afincado en Alcalá. Porfiaba contra algunos regidores para que no se abandonara la Mota y volvieran los oficios y las tiendas a su recinto. Lo argumentaba en que no hubiera otra plaza mejor en la ciudad, porque allí se encontraban la Iglesia Mayor, el Palacio del Abad, las Casas de Justicia y de Cabildo Municipal y la Cárcel Pública. Para que no se ofreciera ningún género de dudas, refería que la lucha de ciento cincuenta años en la frontera del reino de Granada, le había hecho valer una gran cantidad de mercedes y privilegios reales. En la misma línea de argumentaciones, le siguieron miembros de las familias de los Clavijo, Pineda, Aranda, hasta que llegó el turno del capitán Juan de Aranda Góngora, que zanjó de un modo rotundo el debate:

-No lo dudéis, ni tengamos compasión alguna con los que quieren destruir nuestra fortaleza. Nuestros antepasados se forjaron en este recinto al servicio de los Reyes. Es más, nuestra lealtad no sólo se remonta a los primeros años de la cristiandad. Le viene desde muy antiguo, como de mano en mano, se inició en tiempos de los iberos, y, porque nuestro comportamiento era muy valeroso, la amó y favoreció particularmente el mismísimo Julio César.

- ¿Que dice, vuestra señoría? Nunca había llegado a nuestros oídos tan remoto origen de nuestro valor.

-Pues os lo voy a detallar pormenorizadamente. Me baso en los datos de famosos eruditos y escritores del siglo XVI, que me refirieron que se conocía esta ciudad  por el nombre de  Ula

-No puede serlo, esto hoy día está muy cuestionado, le respondía el erudito local Gamboa. Tan sólo, en uno de los recientes “Comentarios de Julio César”, aparece en su tabla de lugares, provincias y ríos, justamente en su último folio. “Ula, Alcalá la Real, en el Andalucía”.

-¡Qué interesante!-interrumpieron varios regidores.

-Dejadme seguir, insisto, a esta ciudad la mimó el mismísimo César, porque Ula siempre había demostrado el valor y lealtad de sus vecinos y se había alineado con los partidarios del dictador  romano en contra de Pompeyo. Lo dicen las fuentes escritas, César daba fe de esta experiencia, porque los alcalaínos, más bien, los de Ula, acudían siempre en ayuda del pueblo romano, representado en la guerra entre estos dos personajes por Cesar.

Gamboa venía preparado para aquel día. En un gran talego, había traído un manuscrito de los primeros pobladores alcalaínos, que le hacían llamar por vecinos de Ipocobulco. Pero, no olvidó dos ejemplares de las dos célebres hazañas de César.: la Guerra de las Galias y la Guerra Civil. De momento, hojeó la primera y no encontró referencia alguna de lo que decía el regidor Góngora acerca de estos pagos. Recibió del poder una parte del Pueblo Romano durante el primer triunvirato, cuando a Pompeyo le dieron Oriente, a Craso Italia y  al propio César la Galia. Allí se gestó su fama.

      Como triunviro, expulsó a los Germanos, se adentró en territorio de los britanos, llegó de nuevo a la Galia y se enfrentó con Vercingetórix en Gergovia y alcanzó la victoria final de Alesia por parte de César. Se acabó la guerra. Se le cumplió su mandato senatorial(...) No quería dejar el poder.

Entonces el sabio regidor hace el comentario siguiente: "En Roma, en el 49 antes de Cristo, el Senado está muy alterado y no ve con buenos ojos que el poder se concentre en César, ha colmado de regalos y tierras a todos sus legionarios. El Senado defiende la República y no quiere caer en manos de un dictador perpetuo. Incluso, ha provocado a Roma construyendo el foro de su nombre. Entonces le dan un ultimátum, que deje las legiones romanas en poder del Senado y no pase el río Rubicón al mando de ellas. Por su parte, a Pompeyo se le renueva en el poder, porque sintonizaba mejor con el Senado.  César, ambicioso y testarudo, desobedece y estalla la guerra civil entre los dos personajes".

-Nos hemos apartado de nuestras leyendas, de Ula. No decíamos que había sido leal a César. –Comenta el regidor Clavijo.

-Sí, pero conviene que nos hagamos una idea de este personaje, que llegó a ser casi el primer emperador de Roma.-Responde Gamboa.

 -Es verdad, fue una guerra sin cuartel, hubo dos bandos, los partidarios de César y los de Pompeyo. Los había en cualquier rincón del Imperio, en Roma, en la Galia o en Grecia. Comentaba que en Roma los esclavos lavaban sus ropas en el Tíber con el agua ensangrentada de la lucha fratricida. Y la hubo también en Hispania. Más concretamente, en la Hispania Citerior, y la Ulterior, la Bética y en muchas ciudades se repartieron los partidarios de uno y otro bando. Hubo batallas en Lérida, en Munda, en Castulo, ILiturgi, y en favor del propio César, Ula fue un escenario esencial de la lucha fratricida entre pompeyanos y cesarianos. En este caso, los defensores de esta hipótesis.  Ula se consideraba como ciudad aliada del bando romano que luego fue vencedor, el de Cesar.

-Pues no podía ser de otro modo, - interrumpió Juan de Aranda-, este triunviro romano la amaba y favorecía, porque le ayudaba con las tropas auxiliares de su fortaleza en las escaramuzas que provocaban los soldados de Pompeyo.

-No sería esta ciudad fortificada, compréndelo, sino, más bien, que sería un castro que se levantaba sobre un majestuoso cerro que controlaba el camino de paso de la Costa malagueña hasta las ciudades del Bajo Guadalquivir.

-De seguro que las actuales atalayas ya existían.

-Claro que sí, Ula estaba bien comunicada por las torres púnicas que jalonaban el recorrido de los viajeros a través de las ciudades de Íllora, Loja, Vélez y frenaba todos los movimientos de invasores de la península desde las costas granadinas y malagueñas. Estaba protegida en su interior con unos pequeños muros levantados   sobre el perfil de la roca, más elevado y escarpado, Debió ser inexpugnable, refugio de los indígenas iberos en momentos de guerras, que compartían para su alojamiento las cuevas, horadadas en la roca sustentante, con las casas de mampostería edificadas en su recinto fortificado.  Debieron tener relaciones con los romanos antes de la llegada de César, pues les permitieron mantener sus costumbres y leyes, a cambio de que ofrecieran su reconocida lealtad con Roma. Incluso cuentan que por ella pasó Viriato.

-Cuando la Bética, bueno en aquel tiempo, la Hispania Ulterior, comenzaba pacíficamente a organizarse, Ula, la Alcalá Romana tomó partido en la guerra civil entre César y Pompeyo, se hizo cesariana. Esto dio lugar a una reacción de su adversario. Previendo la gran estratagema de César los futuros acontecimientos, envió a Quinto Casio Longino

 -de familia muy relacionada con el ejército y la política romana. Era un soldado ejemplar, cesariano convencido y con Marco Antonio, formaba el círculo o la camarilla de los defensores de la política de César. César lo trajo a Hispania Ulterior, en contra de Varrón, lugarteniente de Pompeyo. Hasta tierras béticas, llegó en su persecución. Le hizo una gran labor entre las poblaciones, como Ula, atrayéndoselas al bando cesariano mediante concesiones de derechos a indígenas.

En este momento el alcaide mayor sacó el sexto libro atribuido a César, titulado “Bellum Hispanum”, la Guerra de España. Y leyó a los presentes los primeros capítulos, que acercaban a los presentes el desarrollo de los acontecimientos más importantes de la guerra civil.  Conquista de Roma y toda la península itálica. Pompeyo huye a Oriente , hacia Grecia, y César entra en España para derrotar a los partidarios de César. Después se traslada a Epiro, sufre un revés en Durazo y logra la victoria definitiva sobre Pompeyo en Farsalia, donde se le rindieron dos mil pompeyanos. Pompeyo huye a Egipto, donde fue asesinado.

César en su persecución, llegó a Egipto, se puso a favor de Cleopatra para quitarle el trono a su padre. Logró sobrevivir a varios asedios y consiguió la victoria sobre Farnaces en Zela, en África vence a los pompeyanos en Tapso y pasó, de nuevo a Hispania, donde se habían refugiado los hijos de Pompeyo. Estos se habían apoderado de la España Ulterior y cuenta el comentario de Hispania “que Cneo Pompeyo, el mozo, empezó a encomendarse a la fidelidad algunas ciudades para adquirir más fácilmente tropas con que hacer resistencia las tropas de César. Habiendo pues juntado un mediano ejército, parte por ruegos y parte por fuerza, se dio a destruir a la provincia. En este estado, unas ciudades le enviaban socorros voluntariamente, otras, por el contrario, le cerraban las puertas”. Este es el caso de Ula, y de Longino. No hacían sino enviar continuos correos a Italia para que César acudiese en su socorro.     

- Longino, temeroso de que el ejército que gobernaba Córdoba a cuyo frente estaba un tal Marcelo, se vino a recoger a esta ciudad, confiado en el valor de que había de hallar en ella. Cual fue la sorpresa que encontró a  Ula  cercada y asediada  por el propio Pompeyo. César entró a España y quería concluir la guerra de España. Fue  avisado del asunto por unos legados de Córdoba que habían desertado de Pompeyo en Córdoba y se  había anticipado a los espías de Pompeyo, que trataban de anunciar a Pompeyo la venida de César. Este se enteró pronto de la difícil situación en la que se encontraba Ula. Y dicen los Comentarios “sabiendo César que aquella ciudad había servido con mucha lealtad en todos los tiempos al Pueblo Romano, mandó cosa de las nueve de la noche partiesen seis cohortes con igual número de gente a caballo, a los cuales dio por cabo un oficial conocido y muy inteligente".

-Ah, si- dijo Juan Aranda-,   le, envió al capitán Almucio Junio Pacheco,  que responde a J. Junio Pacieco, que  vino para hacer frente a las  tropas de Pompeyo que asediaban al destacamento alcalaíno, defendido valerosamente por el  capitán alcalaíno Longino, según las leyendas. Y llegó éste con las tropas al campo de Pompeyo, en el momento en que se levantó una gran tempestad. Con tan furioso viento que impedía el verse unos a otros, aún el conocer uno al que iba a su lado.

-Pues, tienes razón. Cuando tomaron contacto con el ejército enemigo, Pacieco ordenó que los caballeros llegaran de dos en dos, enderezándose a Alcalá, bueno Ula, por medio del campo enemigo. Y, como algunos del cuerpo de guardia de las puertas del campamento les preguntaran quiénes eran, uno de los partidarios de César les respondió que callasen, que importaba acercarse a la muralla para sorprender la ciudad. Así, los centinelas –unos impedidos por la tempestad-, no podían observar estos movimientos con atención, otros, sin embargo, se inquietaban con la respuesta. En llegando a la puerta última del castro, fueron introducidos por los de Ula en el recinto del campamento pompeyano. Entonces levantando el grito de infantería y caballería, y dejando parte de los suyos en los puestos adecuados, hicieron una salida a los reales de los pompeyanos, que los cogieron de sobresalto y se creyeron todos perdidos. Pero Cneo Pompeyo, el menor, mantenía el cerco de Ula, y estaba con su guarnición. Entonces César hizo una nueva operación de engaño táctico. Se dirigió a Córdoba. Destacó sobre la marcha con la caballería una partida de gente esforzada de las legiones, las cuales, cuando estuvieron a la vista de la ciudad, se pusieron a las ancas de los caballos. Estos no lo advirtieron los cordobeses que fueron derrotados en el enfrentamiento y volvieron muy pocos a Córdoba. Conmovido el hijo de Pompeyo, Sexto, de esta desgracia escribió a su hermano que viniese pronto, temiendo que César tomara Córdoba. Este, a punto de tomar Ula, levantó el cerco e hizo regresar las tropas a Córdoba.  Dejando libre la ciudad de Ula, tan valerosamente defendida por sus moradores.

Tras esta batalla, Longino fue elevado por César a la categoría de gobernador de la España Ulterior. Sin embargo, fue demasiado codicioso, acaparó riqueza y odiado por los hispanorromanos hasta tal punto que intentaron asesinarle en Itálica. Sustituido por Trebonio, se marchó de Hispania, y murió en un naufragio en la desembocadura del Ebro. P Pompeyo fue derrotado en Munda. Y los alcalaínos, con su lealtad, lograron que aquella ciudad ibera se convirtiera en municipio.Municipium, Polconense, dijo Gamboa.


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Hasta principios del siglo XX, este hito se refería entre los regidores que corría de boca en boca, curiosamente, empleaba el término de mano en mano, denotando la lealtad de la que los alcalaínos siempre mantuvieron con los reyes y de la que hace orgullo su escudo “La muy Noble y Leal Ciudad de Alcalá la Real”. Por lo tanto, la de Ula, es una leyenda más de Alcalá. La arqueología la identifica como Montemayor.  

 

 


lunes, 1 de diciembre de 2025

EL AUTOR DE COMEDIAS ALONSO DE OLMEDO EN ALCALÁ LA REAL

 En 1631 se encontraba en Alcalá la Real el autor de comedias Alonso de Olmedo . Se encuentran dos registros ( AHPJ 4643. Hojas sueltas, tres de agosto de 1631; otro de 5032, folio 549 v/552). El último es muy nteresante , por que se comprometía a pagar a Juan Fernábdez de Aguilar 660 reales en razón de prestamo;  y aparece otro aspcto interesante de otra deuda que se hallaba pleiteada en la Chancillería de Granada, respondiendo a su estancia en Granada. 

Por su hijo Alonso Pedro de Olmedo Tofiño, conocido en el mundo de las tablas por el apodo de «el Mozo», conocemos su biografía. De apellido («Olmedo») muy corriente en la farándula, él mismo pertenecía a una estirpe de cómicos. Su padre era  hijo del  autor Alonso de Olmedo Tofiño y Agüero

y de la actriz Jerónima de Omeño —de ahí que en alguna bibliografía aparezca como Alonso de Olmedo y Omeño—17, compartió dedicación

al teatro con sus hermanas Jerónima y María, esposas respectivamente

de los actores Juan Navarro Oliver y Juan Pérez de Tapia; Juana (casada con el bordador Francisco de Salas); su hermano Vicente (marido de Francisca de Rojas y Zorrilla, apodada «Bezón» o «la Bezona»).

El nacimiento de Alonso de Olmedo en Zaragoza está relacionado con las vicisitudes de la vida amorosa de su padre —Tofiño y Agüero—, natural de Talavera de la Reina, donde era paje del conde de Oropesa. El joven paje, según lo que hoy se calificaría como una «leyenda urbana», habría ingresado en la profesión cómica al haberse enamorado de una actriz —¿quizá Luisa de Robles? — al paso de su compañía —¿la de Diego Vallejo? — por Talavera. Los dimes y diretes del proceloso mundo de los comediantes hicieron correr la especie de que el enamorado Olmedo, no pudiendo en principio conseguir a laactriz por su condición de casada, recibió un golpe favorable de la fortuna

cuando la embarcación que conducía al marido de su amada aVélez-Málaga para ajustar unas representaciones, fue abordada por piratas berberiscos en cuyas manos desapareció. Olmedo pudo casarse entonces con la supuesta viuda, con la cual vivió dos o tres años. Pero, vuelta ahora la rueda de la fortuna en su contra, un día en que estaba comiendo con su mujer en Granada, se presentó el redivivo marido preguntando por él, y Olmedo, al reconocerlo, dándose de repente por divorciado, se despidió de ella con todo su sentimiento. De toda esta hojarasca más o menos fabulosa, lo más verosímilmente documentado es, en efecto, la relación del viejo Olmedo con la actriz Luisa de Robles, relación que duró varios años y que, por algunas coincidencias con las susodichas circunstancias, pudo dar lugar a tergiversaciones. Por otra parte, parece que el bueno de Olmedo debió de estar casado con la actriz Margarita Humana antes de trasladarse a  Zaragoza, y allí es donde contrajo matrimonio con Jerónima de Omeño, hija del mayordomo del conde de Sástago. Al parecer, en la capital aragonesa se encontraba cuando dejó la actividad cómica y donde en 1647 obtuvo de Felipe IV el reconocimiento para él y sus descendientes de la condición de hijosdalgo e infanzones de Aragón. Residiendo sus padres en Zaragoza nació su hijo Alonso. 


sábado, 22 de noviembre de 2025

JOSEFE DE SALAZAR, AUTO DE COMEDIAS

 Unas veinte actuaciones fueron las que se obligaban a hacer las compañías de Juan Martínez en 162815, de Juan Acacio en 162916, Pedro de la Rosa en 163617, Juan Rodríguez de Antriago en 164118, Jerónimo de Vallejo en 166719 y la compañía de Ángela de León diez años más tarde20. Por debajo de esta cifra se situaban las doce representaciones que se comprometía a hacer la compañía de Diego de Bustamante en 163021, las doce o catorce de la de Pedro Llórente en 162022 o las dieciséis de la de Jerónimo Sánchez en 162123 y de la de José de Salazar en 1627Al no figurar el nombre de pila, no podemos asegurar que se trate de la compañía de Juan de S alazar, de la que sabemos que representó en Córdoba en 1623 y 162480. También podría ser la de José de Salazar “Mahoma”, un cono cido autor de comedias que falleció en 16348i y cuya presencia en la casa de comedias de Córdoba está documentada en 1625a una presencia de la compañía de Rosales en Alcalá, concretamente en la Pascua del Espíritu Santo de 1609. Está documentado un autor llamado Femando Rosales en 163279. * SALAZAR El curso de 1619 fue abierto con representaciones de la compañía de Salazar, regresando en mayo de 1627 a Alcalá de Henares.

En 1629, estuvo en Alcalá la Real y representó comedias en el Corral de la Veracruz, que administraba el arrendador Ventura Rafael, del que le avaló con dos mil reales y estuvo en ella en septiembre de este año. 

  • José de Salazar: Estaba en 1626.  Se le menciona en un documento de 1629, donde se le atribuye el cobro de 2.800 reales, según un registro de la Universidad de Sevilla. Título: Peor está que estaba Lugar: Sevilla Espacio: corral Directores de la compañía: Salazar (y Mahoma), José (de), apodado Mahoma Fechas: desde o posterior May/1630 y anterior o hasta 31/Dic/1630 Noticia: Cotarelo dio cuenta de un ejemplar impreso de la comedia Peor está que estaba en cuyo encabezamiento, junto al título, se añadía "compuesta por Luis Álvarez. Representola Francisco López", y que incluía al final de la comedia la siguiente nota: "Acabose esta comedia por el mes de mayo de 1630 y la representó José Salazar el mismo año". Creemos que la obra pudo ser representada en Sevilla, ciudad en la que se encontraba José de Salazar durante la primavera de 1630 y al parecer hasta diciembre, como puede comprobarse por varias de las noticias incluidas en DICAT.

    Información extraída de: CATCOM: Base de datos de comedias mencionadas en la documentación teatral (1540-1700)
    Copyright © DICAT Grupo de investigación teatral bajo Licencia Creative Commons BY-NC-ND.
    Cómo citarnos: Ferrer, Teresa et al. Base de datos de comedias mencionadas en la documentación teatral (1540-1700). CATCOM. Publicación en web: https://catcom.uv.es/

EL ENTORNO DE LA CRUZ Y PUERTA DE VILLENA

 



Hasta que en los últimos decenios del siglo XVIII no se abrió la entrada de Alcalá la Real por el Camino Nuevo, actual calle. Es interesante conocer aquel entorno de la Puerta Villena, donde se hallaba la Puerta Villena, varias casas de cierre y la cruz de Villena, y más abajo una finca que pertenecía a la iglesia Mayor de Santa María, un vertedero de cenizas de la ciudad y la cantarería. Así nos lo manifiesta este documento del notario  Diego de Melgar ( 1629) referente a una escritura de arrendamiento entre el mayordomo de la fábrica de la iglesia Juan de Álvaro y  Martín de León con una renta anual de 30 reales:" una haza que tiene la dicha Iglesia  en la Puerta Villena, que alinda con la Cruz del dicho sitio, y el cenizero y la cantarería y que es de tres fanegas".  

AHPJ 5028. LEGAJO FOLIO 1O20 DIEGO DE MELGAR. 15 de junio de 1629.

jueves, 20 de noviembre de 2025

UN NUEVO DATO PARA LA PUERTA VILLENA


 

   LA PUERTA DE VILLENA , junto con la Puerta de los Arcos o de los Álamos, constituía la entrada a la ciudad del Llano por la zona norte  desde mediados del siglo XVI. Este lugar de control debía ser muy diferente y estrecho a como se encuentra en el cruce con las carreteras de Jaén y Priego, ya que ha sufrido muchas modificaciones urbanísticas. Desde la construcción de la Puerta en el siglo XVI hasta la actual de los años finales del  siglo XX, pasó por la nueva entrada del Camino Nuevo, la remodelación de principios de siglo XX y la transformación de toda aquella manzana con la nueva calle Cruz de Villena.  

La Puerta de entrada de la ciudad debió ser muy estrecha y en forma de arco . Sirva este nuevo dato del escribano Diego de Melgar ( AHPJ. LEGAJO 5039 FOLIO 640. 6 de septiembre de 1628) xe un contrato de María Rosal  por parte de Diego Hernández Montemolín pra un año y renta de ocho ducados con la obligación de retejar y reparar y no abandonarla: " una  casa  en el arco de la Tejuela de esta ciudad, linde  de las casas principàles de Mari Rosa" Por la Tejuela, desde el Camino Nuevo se alcanza por la vista la cruz de hierro de Villena. Haciendo una digresión de su origen, ya vivía Tomé de Villena en el siglo XVI y algún familiar regentó el mesón del entorno a la puerta y cruz de Villena. Esta cruz, era de humilladero y estuvo ligada con la puerta de Villena. Abundan los humilladeros de la Santa Cruz, como los de San Marcos y la Tejuela. Esta cruz se define también como una cruz de término y es una especie de mojón que se colocaba desde la conquista de las ciudades por las tropas cristianas a la entrada de los pueblos "como muestra de piedad por parte del pueblo y para su fomento entre los viajantes". También pertenecen a este tipo de humilladero la Cruz de los Muladares, la de los Moros o de los Valencia, la de las Tórtolas y la antigua del Barrero. No hay duda de que la cruz estaba presente en las dos puertas más importantes de la ciudad que bajó de la Mota: la de Villena y la de los Arcos.

Su decadencia festiva tuvo lugar por el accidente pirotécnico de años sesenta del siglo XX. 

Por el norte de la ciudad del llano se habían urbanizado varias hazas que correspondían a varios caminos o calles que llegaban a las Azacayas, haza propia de la familia Garrido, relacionada con una zona de huertas, tejares, barreros, tenerías y tiendas de tinte; otra haza en el entorno de la Tejuela, propia de otras familias alcalaínas, que dio lugar al barrio de la Tejuela, cuyo camino continuaba con el de Castillo de Locubín. En 1587, la puerta Villena, final del tramo de calle con el mismo nombre, cerraba la salida de la ciudad hacia el norte y nordeste del territorio abacial, tanto a los caminos de Priego, Baena y Alcaudete que partían desde la misma ciudad fortificada de la Mota hacia estas direcciones por tierras de Barrero, la Fontanilla y Pasaílla Baena; y, por último, el tramo que continueaba desde la Cruz de Villena hasta la fuente de Tejuela, donde se ubicaba otra Puerta , la Puerta de la Tejuela. Por un documento de 1649, (AHPJ.Escribano Antón de Santillán, legajo 5011, folio 2020)  Alonso de Pareja, su fiador Pecro de Osuna arrendaba a doña Gerónima Méndez de Villafe unas casas y tenería que tenía en este entorno, muy artesanal donde se concentraban las tenerías, tintorerías, los tejares, cantarerías, molino de zuñaque, molino de pan cocer, la fuente, y abrevadero, canalizaciones de aguas de las Azacayas y huertas y otra Fuete Beber. Pero curiosamente se ubicaban las casas de esta hidalga  " unas casas y tenería con sus pelambres, tinajones y caldera que tiene , que linda con casas de la viuda de don Cristóbal de Orgaz y el camino que va al Castillo y la Puerta de la Tejuela". Curiosamente, ase firmaba el contrato con el curtidor por dos años, a cuaretna cducados por año; y con un tinajon sano, otro roto, y otro cascado y poar curtir; y otros tres sanos y salvos, firmanco como testigo Juan Raxis. 




. Estos lugares eran asentamiento de personas excluidas en el siglo XVII. Los gitanos formaban un grupo que participaba poco en la vida de la ciudad. Aunque asimilado, en los libros de penas de cámara se ven altercados entre estos miembros, dedicados a la venta de animales. Habitaban, a principios del siglo XVII, en las afueras de la ciudad, lejos del recinto amurallado, como pone de manifiesto el año de la peste de 1602, que se hallaban varias familias fuera de la Puerta Villena

Varios momentos de pestes y epidemias confirman la existencia de las Puerta Villena Y  Tejuela a lo largo del siglo XVII, integrado su tramo de calle en la calle Tejuela, así como el límite del suelo urbano de la ciudad de Alcalá la Real. Fueron muy significativas las medidas para prevenir la extensión de la peste de Málaga en 1637 y 1648, sin afectar a Alcalá. Sin embargo, por su cerco, se constata la importancia que adquiere la Puerta Villena. Este era el circuito urbano; desde la calleja de Francisco Velasco, hasta la Tejuela y Puerta Velasco, desde la puerta Villena hasta el barrio de San Sebastián y la cuesta del Cambrón, colocando tres puertas de entrada y salida en Villena, los Álamos y Peña Horadada, Como era notorio, en esta puerta se ordenaban rondas de vigilancia[1].

 

 

Consolación hasta Fuente Tejuela 21

 

Toril

 

Tejuela 20

 

Tejuela (3)

48

 

Tejuela 45

 

Tejuela

Callejón del Huerto

SD

 

Villena 40

 

Callejuela

 

 

 

Tejuela 33

 

 

 

Tejuela

 

Tejuela

SD

 

Calle 1587

 

1640

 

1668

 

1710

 

1751

 

1810

 

En el siglo XVIII, dos mesones se colocaron en el Llanillo, uno el de los Álamos, propiedad de la Obra Pía del abad Moya, y otro el de los Arcos, propiedad de la capellanía de las Niñas Huérfanas de Córdoba. Junto al primero, en el Llanillo, lindando en su parte posterior con el Pradillo, el de Juan Leo. Además de los anteriores, en la Tejuela existían algunos otros. En los primeros decenios de siglo, eran los siguientes: el del clérigo Juan Ignacio Navarro, el de Juan de Murcia, el de Alonso Bellido, el de Manuel de Mármol, el del francés y afincado en la ciudad, Antonio Bertín que se creó en el año 1751 en solares o casas junto a la Cruz de Villena, y el de Alfonsa de Alba.

Una nueva vía se abrió en tiempos del Felipe V con todo el beneplácito real. Era el Camino Nuevo. Algunos la remontan a un acta de cabildo de 1643 por el pago de un haza al convento y monasterio de las Madres Dominicas. En 1730, tras su muerte, dejó de ser maestro mayor de obras de la ciudad Manuel del Álamo siendo sustituido por Felipe Peinado. En este año se edificó un arco que unía dos solares de Juan Montijano en la calle Gala frente a la Puerta Villena, para que permitiera el paso de coches y carretas. Por cierto, otra referencia de este lugar.

En este año, las monjas en cabildo, presididas por la priora sor María de las Mercedes y Tapia, se comprometían con los regidores perpetuos Felipe José de Rincón y Ricardo de Utrilla, a elevar a escritura este acuerdo[2];

"que por parte de esta Muy Noble Ciudad se recibió fabricar un camino nuevo que sale por el sitio de la Cruz de Villena para su lugar del Castillo, Mancha y Corte, según aprobaron las Reales Facultades de Su Majestad y Señores de Su real y Supremo Consejo de Castilla, refrendadas por Miguel Fernández Munillas, secretario de S.M, y su escribano de Cámaras".

Dos documentos habían decretado que se abriera esta nueva obra, con destino a la Corte y otros lugares con fecha de ocho de noviembre de 1742, y otra, mandando al corregidor don Fernando Riquelme que continuara en 7 de septiembre de 1743. Don Ciriaco de Paredes acudió al cabildo municipal para reclamar doscientos ducados, alegando que se habían pagado a los dueños de las tierras lindando y pertenecientes al camino que se abría e inmediatas a la salida, y entre ellas se encontraba la de un haza del convento dominico cercana a esta salida y corral de Terrones. En concreto, le afectaba en dos fanegas y media y levantar las nuevas cercas tras la puerta Villena. El quince de septiembre de 1743. Al estar cargadas sobre dos censos (uno de Aparicio Martínez de Colomo, y otro de la capellanía de María Ruiz de Écija), y ser una de las tierras más productivas por ser ruedo de la ciudad, se propuso el 26 de octubre de 1744 y se aprobó el 17 de noviembre del mismo año trueque y cambio por otros lugares propios del ayuntamiento de Alcalá la Real con 5.725 reales por el haza del tejar que partía el camino de entrada para carruajes y cabañas; en su compensación se ofrecieron un haza en la Cuesta del Cambrón, junto a la Cruz del Hierro, otra en San Francisco, pero se dieron las hazas de los Portales, (once celemines), o del Rastro, otra fanega y dos celemines en La Peña Horadada, y dos fanegas y cinco celemines en el Barrero, linde con la cerca del Convento Nuestro Padre San Francisco y cinco fanegas y tres celemines en el sitio de la Pasada de Baena y arroyo del Guadalcotón que bajan a la Fuente Nueva.

No fue este el único documento, el cura Ignacio Navarro Malo también fue privado de un haza en las Azacayas y Fuente Nueve. El auto de reclamación por no estar de acuerdo con la indemnización de 1780 reales, y verse recompensado con un haza de cinco fanegas en la Dehesa de los Caballos en el Coto. Aparece nada menos como propuesta de emprender el camino al corregidor Salafranca que se asesoró el arquitecto fray Juan Nieto, y para conseguir la provisión real adujo que (20-3-1745) era necesario por ser camino de comunicación del reino de Jaén con Granada, Córdoba, La Mancha, Extremadura y Madrid.

 

CAMINO NUEVO

Es un testimonio del final de una ciudad fortificada de la Mota y el asentamiento total de la nueva ciudad del Llano. Por eso, había necesidad de urbanizar zonas que a las afueras de la ciudad se ofrecían como unas hazas (la de Terrones, Ana Montijano, convento dominico) junto a la Cruz de Villena, cercadas como un rico ruedo muy apetecido de las Azacayas y atravesadas por la vereda que bajaba a estas y camino a los tejares del Llanete de Vílchez. Por la parte alta junto a la fortaleza, sus barrios están abandonados son las hazas del Rastro con resto de sus Portales, que lindaba por la parte alta con el camino de San Bartolomé que venía de la ermita de San Blas y la baja con el haza de este mismo convento, la Peña Horadada que era puro solar lindero con la misma peña y camino que procedía del camino que se dirigía al convento de San Francisco y entre solares de Pedro de Pineda y los de Albarracín; la ermita de San Sebastián, ya arruinada, junto a un camino que lindaba con de San Francisco.



 

 



[1]AMAR. Acta del 23 de junio de 1637.

[2] AHPJ. Escribano Juan Gutiérrez Hinojosa. Legajo 4561, folio 532.

domingo, 16 de noviembre de 2025

EN LA SEMANA DEL JAÉN, ZUMAQUES

 





 

 

ZUMAQUES

 

 FOTOS CEDIDAS POR FRANCISCO GARCÍA PÉREZ 

 Ya es una realidad y un atractivo turístico la ruta de los Zumaques de Alcalá la Real que desde 2023 fue declarada el primer sendero homologado por la federación nacional de Montaña. Esta ruta emblemática y sita a las faldas de los Tajos de San Marcos, vieja aspiración de la población local es visitada con todas las garantías por todos aquellos que disfrutan del patrimonio natural de este rincón de la Sierra Sur (anteriormente, lo hubo en otros lugares de Alcalá la Real y Castillo de Locubin como Cañuelo, Charilla, Acamuña y las faldas de la Nava), El sendero discurre, en parte, por algunos tramos del antiguo camino a Charilla. Y pequeñas veredas que enlazaban la localidad con las parcelas agrícolas cercanas. En su segunda parte por el paraje de los Llanos, coincide con el Cordel de Córdoba Y con antiguos caminos que unían Alcalá con localidades como Santa Ana y Frailes. Un lugar impactante para disfrutar del atardecer.
Sin duda una oportunidad para que nuestro destino sea objeto de interés para un público que disfruta de su tiempo libre en el patrimonio natural. Sus datos técnicos lo denominan Sendero SLA-253 LOS ZUMAQUES con  un recorrido Lineal
en Longitud de  9,4 km, que se consigue en un tiempo estimado de  3 horas, 10 minutos; se recomienda  sobre todo en otoño por el mes de noviembre y ofrece  un desnivel acumulado de ascenso de 195 metros, y se debe hacer a pie, aunque se puede realizar en bicicleta y a caballo

 

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

 Unos lo hacen por el parque periurbano de los Llanos o Fátima; otros por el camino de Aspadores; y los hay quienes llegan al antiguo paraje de la Fuente de la Mora Vieja frente al edículo renacentista del repartidor de agua, y por una vereda al pie de los   Tajos de San Marcos, se dirigen al del Camino de Charilla, por entre olivares que besaban los pies de los tajos alcalaínos. De frente, “Los Tajos”, impresionantes cortados rocosos bajo los que la vegetación natural se conserva como muestra de lo que en un tiempo eran los bosques mediterráneos del sur de la Península Ibérica. A nuestras espaldas, unas maravillosas vistas se muestran en el horizonte, teniendo como protagonista principal la Fortaleza de la Mota, y con estupendas vistas de Sierra Nevada y del centro histórico de Alcalá la Real. Se ofrece a breves explicaciones del Tajo Hacho-su sentido mágico de sino trágico- y la luminaria de comunicación para las atalayas el Norte (Navas, Mimbres, Charilla, Cogolla, Boca de Charilla, la propia de la aldea de fandango, Moraleja, Cascante, y Dehesilla y la propia ciudad fortificada de la Mota).



Es un rincón y parada ineludible   para explicar el mar de Tetis y los efectos en las caras visibles de la roca con sus cuevas subacuáticas fosilizadas y el enjambre pétreo de los pájaros en la roca arenisca: algún que otro comentario sobre viviendas trogloditas de la familia Regis y esculturas del camino, obra de Vicente Moreno, hasta llegar al cruce de caminos entre los senderos altos que desembocan frente a la Mora Vieja y antigua Casa de Pío. 

 En otros puntos del camino, la parada es obligatoria para contemplar los montes que circundan: la Tiñosa, sierra de Horconera, y Cabra, Jurada, Camuña, San Pedro, y Los Chopos. Se adentra entre olivares a los pagos de los Zumacales, por una vereda pequeña para transporte de burros, donde se conducía las cargas de uvas al Lagar del Pincho y Portillo de los Aspadores. Pero, actualmente se puede prolongar el camino de Charilla, y una nueva vereda entre olivar y parte colateral a los Zumaques adentra en otra vereda que avanza por el chozón y desemboca cerca de los Aspadores en un paraje encantador entre los tajos semicaídos.







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Experiencia inolvidable, en este rincón se pisan los pies las comitivas de ruteros locales con los grupos senderistas foráneos. También se pudo topar de vez en cuando con algún que otro rutero individual o en pareja, familias y extranjeros. Por entre piedras areniscas, matorrales, zarzales, arbustos variados, escaramujos, acerolos, yedra por doquier, algún que otro olivo, un pino, chozones y casas abandonadas, se llega al primer rellano que sirve para explicar el origen de aquellas tierras de Monterrey, donde vino el rey Alfonso XI cazar y se mantuvo como bienes de propios.

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 Entre escaleras, escalerillas, escaleruelas, rampas, veredas, sendas, senderillas, pequeños espacios abiertos entre las rocas y los arbustos, y, en medio de todo este bosque mediterráneo, el zumacal asoma entre el rojo final y el amarillo de su secado de sus hojas; a veces los gránulos secos y ennegrecidos contrastaban con el rojo de carmesí pasado de color y pálido como el estandarte o pendón del rey Alfonso. Olor a fresco, suelos rociados y piedras que rompen las pisadas del humus. Los chiquillos disfrutan de caminar hacia lo alto del paso de los Aspadores como si vivieran una aventura o simularan un personaje del cuento de la Caperucita cuando iba por el bosque. Al llegar al Lagar, se ofrece como un mirador su antesala que dirige la vista hacia Charilla en su altozano. Por una escalinata más ampliar, y quitándose de encima las varetas de pincho y espinosos se sale al paraje del antiguo basurero convertido en una excelente atalaya o mirador, muy bien adecentada, desde donde se contempla in situ los restos del hundimiento del Tajo con sus movimientos de desprendimiento de enormes rocas en diversas posiciones.

Interroga el zumacal como planta de arbusto, su localización en otros (Cañuelo, Camuña.), su uso industrial, las tintorerías, supervivencia hasta la fábrica de capachos de los años XX, sus cualidades, su toxicidad...también no se olvida la tierra de propios transformada en privada por desamortización de Madoz, las veredas y sendas que la cruzan.

 

Desde este escarpe de los Tajos, el camino dirige hacia el cerro de San Marcos, yacimiento arqueológico argarico del Cobre y la ciudad más antigua de los alcalaínos con sus testigos murales, cerámica, necrópolis y hacia la ermita del mismo santo.  Otro lugar misterioso por su origen como yacimiento argárico, paso a cenobio, luego monasterio franciscano, y la ermita (XVI), sede de la Virgen de la Cabeza con su retablo renacentista de la familia de Pablo de Rojas, los corredores, la sala del refectorio, la imagen, el Niño, y el sepulcro de la joven enterrada. Su torre recoge el legado anterior, porque la espadaña culmina en un mirador con su corredor renacentista y adosado a la ermita del santo evangelista. Esta torre siempre rezuma una espiritualidad profunda, porque se remonta a una sociedad alcalaína anterior a la historia de Alcalá. Tiene sangre ganadera porque a sus espaladas se asentaron los pueblos argáricos, los de la época de los Metales, los más antiguos de Alcalá. A sus pies, el mirador hacia la Mota y el testimonio del legado de Batmala con el levantamiento dadivoso de viviendas para la gente humilde, un vagón de un tren para la vida.