EL SEGUNDO
ALCAIDE DE LA FORTALEZA DE ALCALÁ LA REAL: JUAN MARTÍNEZ DE ARMIJO
Simplemente, como un dato
curioso para la historia de Alcalá la Real, tuvimos la suerte de que, en un
documento del AMAR, referente al
cabildo de 20 de noviembre de 1637,
encontramos un eslabón de la cadena de los alcaides de la fortaleza alcalaína.
Nada menos que el segundo tras don Diego López de Haro, hijo de don Lope el
Chico, que, según las notas de Antonio de Gamboa, había
desempeñado el cargo hasta 1344. En concreto, en el
acta del mencionado día se
presentó en la ciudad de Alcalá la
Real, Bartolomé de
Armijo Altamirano, veinticuatro de la ciudad de Baeza, en nombre de sus hermanos, y manifiestó que, lo hacía por motivo de un pleito
familiar y no podían dar poder. Y, del
acta sacamos estas palabras: “ consta en
este archivo que todos ellos son hijodalgos notorios de sangre , por ser descendientes de SANGRE Y POR LÍNEA
RECTA DE VARON, de Juan Martínez de Armijo, segundo alcaide que fue de esta
ciudad y su fortaleza, el año 1342 en
tiempo del señor rey don Alonso el Onceno, que fue caballero de la banda, como
consta en la crónica del dicho señor rey don Alonso el onceno y papeles que ay
en el archivo de todo los susodicho , y luego le sucedió don Alonso de Aguilar,
señor de de las Torres de Cañete y Montilla, que oy son marqueses de Priego y
sus descendientes y luego sucedió en la dicha alcaidía el conde de Cabra”.
Es
curioso que este alcalde, ahora puesto a la luz, coincide con el primer alcalde en varios puntos comunes
relacionados con su vida militar y su
implicación en la conquista de los nuevos territorios. Lo mismo que Diego López
de Haro procedía de un padre, que era
hijo tercero del decimoprimero señor de Vizcaya, don Lope Díaz de Haro “Cabeza Brava”, a quien Fernando III
le encomendó la repoblación de Baeza, y dejó a su hijo don Lope como caudillo
del reino de Jaén, Armijo también se estableció en Baeza como caballero
repoblador.
También,
muy relacionados con la corte real, desde la fundación de la
orden militar, don Lope de Haro y Juan Martínez de Armijo, pertenecían a La Orden de la Banda, fundada oficialmente en 1332, cuando Alfonso
XI mandó a ciertos caballeros y
escuderos de su mesnada que vistieran, como él, paños blancos con la banda
"que él les había dado". Unos años antes, en 1324, se mencionaba que
un caballero fue premiado por su defensa de Baeza. Específicamente, se le
concedía el derecho a llevar adornos de oro y plata por ser caballero de la
banda de oro. La orden era de tipo laico y caballeresco. Sus miembros
debían participar en justas y ser solidarios y leales al rey. Las normas de
esas justas y las expresiones de solidaridad se recogían en los estatutos de la
orden, al igual que ciertas normas de comportamiento. (Los colores de la banda
fueron cambiando, al igual que la importancia y el carácter de la orden. Fue
adoptada por sucesivos reyes que llegaron a ver a la Banda como parte de la
institución real. Fue ampliando su base y en el siglo XV la Banda llegó a ser concedida
a mujeres como divisa). Durante el siglo XV entró en decadencia y se la
consideraba extinta hacia 1474.
Sin embargo, no
puede extrañar que en aquel contexto real recibieran prebendas y cargos,
por su colaboración en la conquista de
España.
FRANCISCO
MARTÍN ROSALES
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