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miércoles, 30 de octubre de 2024

JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS, EMBAJADOR DE ALCALÁ LA REAL




Así lo relatamos el documento de poder de Hinojosa >Treviño Y OTROS FAMILIARES DE PEDRO SÁNCHEZ HINOJOSA.




 


AHORA AÑADIMOS LOS DOCUMENTOS NOTARIALES 4900, FOLIO 818 Y SS DEL ESCRIBANO antón de dantillán 1627







NOVEDADES DEL DOCUMENTO QUE NO RECOGIMOS

Ya mencionamos los que otorgaron los poderos hermanos de Pedro Sánchez de la Hinojosa, Juan de Hinojosa, Melchor Hinojosa de Triviño, su madre Magdalena de la Blanca, sus hijos. 
-Aparecen de testigos del documento Pedro de Frías Valderas, Francisco de Velasco y Francisco Martínez Montañéz , vecinos de Alcalá la Real 

Y YA HABÍA TENIDO CONTACTO CON LA CASA DE CONTRATACIÓN  





-

LA CALLE DE ANTÓN DE ALCALÁ, CON MUCHA RAZÓN DEL HORNO.

 

LA CALLE DE  ANTÓN DE ALCALÁ

 

 

 

 

 

La calle Antón de Alcalá no siempre se llamó por  el nombre de este popular personaje. En concreto, se refiere a un tinajero que vendió sus vasos para el vino, agua y aceite a muchos vecinos de las casas hidalgas de la fortaleza de la Mota, sus arrabales viejos y nuevos. Y, por supuesto, a las mansiones de labradores e hidalgos de la ciudad del llano. En la ciudad fortificada, muchas bodegas quedaron al descubierto, y los vasos se dejaron entrever tras las excavaciones de estos últimos decenios, muchas de ellas llevan la marca de la doble AA , anagrama de este artesano:





 


 


 

y estrella de ocho puntas, relacionadas con un origen morisco, que les daba de apellido el genérico de Alcalá. Antes de recibir este nombre, se denominaba del gallinero  Miguel López, que tenía asignado el número 1493 de vecindad en 1587, porque el tinajero se avecindaba en el último tramo que subía desde a la calle Écija. Hay noticias de este personaje, a finales de siglo, porque, cercana a su casa se colocaba una puerta de salida de la ciudad hacia el campo en tiempos de peste, epidemias y guerras; y además se vio implicado en la distribución del agua desde la Mora Vieja. Posteriormente, esta calle de Antón de Alcalá reabsorbió este tramo, y le dio nombre a la del Gallinero y así consta en los padrones de principios de siglo XIX.

 

Como venimos escribiendo en varios artículos, los testamentos fueron una fuente de documentación fundamental para las biografías de las personales y datos contextuales de acontecimiento. Ante Hernán Sánchez (Legajo 4668, folio 94) en 1571 aparece testando el tinajero Antón de Alcalá, casado en segundas nupcias con Inés González, y en primeras con Leonor de Jerez. Mando ser enterrado en una sepultura que tenía en la iglesia susodicha. No especifica mucho sobre sus devociones como la de ser cofrade de todas y sobre las misas, insiste en que se digan en el monasterio de San Francisco. Muestra de su comercio artesanal, fueron las deudas contraídas con muchos vecinos entre ellos el regidor Juan de Aranda Figueroa, el santero de la Veracruz, el labrador Montijano  o el abogado Esteban Marañon por el impago de las tinajas.



Creó una memoria dedicada a Nuestra Señora de la Limpia Concepción en la iglesia de la Veracruz sobre una casa con cámara con un palacio que tenía un `portal de otra cámara en los aposentos altos, que estaban sobre la bodega alindadas con su casa . Y aquí aparece un detalle muy significativo para la denominación y ubicar definitivamente el origen de la calle Antón de Alcalá " calle que va a las huertas de la Mora Vieja y con los baldíos". Pone como patrones a sus hijos, primero a Antón de Alcalá , y después Inés González, la segunda mujer, Por cierto dos años después le da a su hijo del mismo nombre y apellidos una parte del corral, cámara alta y baja y bajo del mismo cuerpo y parte del corral. Y delimita el lugar, con casas de sus padres, casas de Miguel López Valenzuela, calle que va a la guerta, lo realengo.  Por catorce mil maravedíes vendía el dicho cuerpo, de cámara y trascorral. 

Con esto concluimos;

La calle de Antón de Alcalá responde al tinajero de este nombre, que ubicó su vivienda, que no su  tinajería, en esta calle que siempre viene referida con el sentido de que se dirigía a la Mora, por estos años Mora Vieja, al bajarse el agua a la Mora Nueva junto Consolación. En segundo lugar, se desmiente la noticia de la leyenda de la Mora, pues hace referencia al moral que había allí situado. En tercer lugar, está claro que la Mora Vieja se ubicaba por el entorno del Cauchil, y los baldíos de la falda de los Llanos.

 

 

 

 SOBRE CALLE DEL HORNO 




 

 

Desde el siglo XVII, existía un horno de aquella calle. Era propiedad de Juan  de Valenzuela, que junto a una casa de su propiedad solía arrendar. Es muy interesante el documento de arrendamiento  hornero Salvador de Valenzuela en 1626 ( con lo que adelanta otras  referencias y la del catastro de la Ensenada en la casa avecindada por Pedro García existía un horno que dio lugar a que en algunas ocasiones se conociera por el renombre de este lugar artesanal de cocer el pan, sobre todo  a finales del siglo XIX, lo que se popularizó sin perder el antiguo nombre de Antón de Alcalá (AHPJ 4998 folio 848 , 13 sw noviembre de 1624). El horno estaba situado en esta calle de Antón de Alcalá, pero lindaba por las espaldas con casas de la calle Gala, luego se encontraba en el primer tramo ( con casas colindantes de Pedro Lozano, Francisco Sánchez del Corral, Pedro Lozano Cristóbal Ruiz de Moya y otro Cristóbal de Baena. Era de pan cocer y alimentado con leña a costa del que contrataba como el resto de materiales o instrumentos del horno, que iniciaba su contrato en el primer día de Pascua en un periodo de tres años y con la renta de la mitad de la poya que se poyare y los maravedíes de dinero , así como pagar a los panaderos  Esta calle siempre se ha definido por su trayecto de  entrada al Juego Pelota o calle Peso Viejo, donde lindaba con los territorios anexos al convento de Consolación, una calle que sirve de descendida de las procesiones de la Virgen de la Cabeza, y donde vivían y viven familias cofrades de la virgen romera. Hace unos años, recibió  un gran susto con la caída de la Casa de los Murcia, que hemos comentado en otros artículos. Junto a esta casa, vivió el alcalde Salvador Frías Pino en los años treinta del siglo XX.

 

 

PROMOCIÓN MUNICIPAL       

 




En este aspecto destaca la intervención municipal en las obras públicas, puentes,  caminos, y otras instalaciones que favorecieran las comunicaciones. En el corregimiento alcalaíno, hasta muy avanzado el siglo XVII y parte del XVIII también intervino en el mantenimiento del recinto fortificado, que sufrió varios desplomes con la caída del Gabán y de ala Torre del Homenaje. Hay que relacionarlo con su anterior y virtual reconocimiento por parte de los vecinos  al considerarse ciudad de frontera, en sus dos vertientes, con respecto al reino de Granada, cuya  conquista todavía estaba presente en muchos vecinos y, en segundo lugar, con  la Costa, a la que todas las ciudades del corregimiento se veían obligadas a defender. Por eso, no nos extraña esta postura de la Corona. :

“La solicitud de mantener bien dispuesta  la fortaleza en el medievo, cuando más inminentes eran los riesgos de taques enemigos, se observa en las insistentes demandas por parte de la ciudad y en las concesiones de los reyes para que se reparen las torres y cerca. Las inversiones en sus reparos y mantenimiento acaparan las penas de cámara y fisco, que suponen en el siglo XVI una cantidad oscilante entre 75.000 y 100.000 maravedíes. anuales. Varias son las intervenciones  habidas a lo largo de esta centuria, que recogen  y de alguna manera  son índice suficiente de lo que debió ocurrir durante los siglos medievales. En marzo de 1569, el monarca concede las penas de cámara y fisco, primero por cuatro años, luego prorrogadas por doce,  para reparar las torres y cerca que amenazaban con caerse. En 1582, prorroga dicha merced por 20 años. En esta fecha se habían caído dos torres y un lienzo de muralla de setenta varas de largo por treinta varas de alto, perteneciente a  una zona neurálgica de la fortaleza. Su reparación suponía una cantidad próxima 24.000 ducados, es decir, una suma importante de dinero que roza los nueve millones de maravedíes, lo que había que acometer por medios extraordinarios, pues las penas de cámara de la ciudad suponían una cantidad que oscilaba entre 75.000 y 120.000 maravedíes anuales. Las peticiones para seguir invirtiendo en reparos de torres y muros  las penas de cámara las penas de cámara, se repitieron en 1589, 1596 y 1598.Todavía  en 1606, se continuaba solicitando prórroga de dichos ingresos para reparo de muros, torres, fortaleza y castillos de Alcalá” ([1]). 

Coincidimos con González Alonso, aunque se refiere a finales del  siglo XVII: “Dentro de esta competencia municipal merecen destacarse ambas disposiciones casi simultáneas del ultimo cuarto de centuria en las cuales se solicita sendos informe de los corregdiores del reino. Unas de ellas plantea el problema de la despoblación e inquiere acerca de la magnitud, localización geográfica y posibles medios para remediarla, la segunda obra es de mayor reflexión... se alude a si los corregimientos  se hallan aumentados o diminuidos, se ofrece a la vez un cuestionario que abarca puntos relacionados con el comercio, la calidad de terrenos, las condiciones de aprovechamiento, la política forestal  y pecuaria, posibilidad de riegos etc... comienza abrirse un tiempo nuevo  diferente al pasado, que no se reduce a las fuentes de riqueza, sino que, junto a ellas, atiende al anacronismo de las ordenanzas municipales,  a instituciones como obras pías y, como no podía ser menos a la Hacienda” ([2]). 

No se emprandieron obras de ingeniería importantes en el reinado de Felipe II, como puentes o caminos de paso; más bien, predominaron arreglos de caminos, arrecifados o, a lo más algún que otro arreglo de un puente de piedra como el del camino de la Corte o el del Río de san Juan. Conforme avanzamos el siglo XVII, se comenzó a plantearse la importancia de estos medios de comunicación y el paso de los vados de los ríos. Ya no, se conformaba la ciudad con pontones de madera, apoyados en pozos de manmpuestos o lados, si no que comenzaron a levantarse puentes de piedra. El primero replanteamiento de este tipo de obras. se llevó a cabo entre el cabildo y un particular junto a la zona molinera de Frailes y las Riberas en al año 1617 con motivo del levantamiento de un puente en terrenos del regidor Alonso de Herrera ([3]). Es verdad que la inciativa corrió cargo del cabildo, pero el alcalde mayor controlaba con su presidencia cada uno de los pasos de la adjudicación de obras, y así mismo, si se habían ejecutado conforme a las trazas Y no sólo la adjudicación de la obra, sino que impidió cualquier abuso personal para quese hciiera por parte de un aprticulr reservándose el  poder impedir la entrada a los vecinsdo, cuando era u ncamino real al monte de Navasequilla. Por lo tanto,  una de las  funciones pública fue llevar a cabo  el control de las obras públicas seimpre preservando el uso comunal como el paso por los puentes. A lo largo de la vida de los corregidores, detallaremos su intervención en estos aspectos. 

 

ARCHIVERO Y GUARDADOR DE DOCUMENTOS

 

Al corregidor le correspondía una de las  llaves del  arca de archivo, junto con la de un escribano y  la de un regidor. Así nos lo refieren.

Que este testigo  ha visto como regidor que es donde están los privilegios y escrituras  puras importantes y las dichas llaves tiene la una la Justicia, la otra un regidor y la otra un escribano del concejo” ([4]).

También disponía de una llave de las cuentas del Pósito, y del Sagrario de la Iglesia Mayor Abacial en el Jueves  y  Viernes Santo..




[1] V.V.A.A. Alcalá la Real. Historia de una ciudad fronteriza y abacial.Tomo II.Pág.15. Alcalá la Real. 1999..

[2] GONZALEZ ALONSO , B. Op. Cit. Pág. 222.

[3] AMAR.  Caja 144  Legajo 8. Año 1617.

 Se recogen unos autos entre Alosno de Herrera para levantar un puente junto a los  molinos del río de Frailes en el camino de Navasequilla. Dichos molinos habñían sido comprados por el secretario del rey Felip II, Juan Vázquez de Salazar, y, más tarde, pasaron a Alonso de Cabrera, y de este vendidos a Francisco de Herrera, padre del demanadante. El conflicto se entabló porque por una tormenta destruyó el pontón, y se puso a subasta las trazas de la obra, presentándose dos, una de madera y otra de piedra, y compitiendo varios vecinos, pero a causa de los pocos fondos de la ciudad, se resolvió que se hiciera de madera, de modo que fue destruido. 

 

[4] AMAR. Caja 6  Legajo 2 . Respuesta a la 28 pregunta de un testigo del juicio de residencia de Alanís.

martes, 29 de octubre de 2024

CONTINUAMOS CON EL CORREGIMIENTO TRIPARTITO-ABASTOS. ARBITRIOS MEDIDAS PARA LOS POBRES Y EXTRAORDINARIAS.

 






 

 

                       

 

ABASTOS

 

            Son muchas las disposiciones que a mediados y finales del siglo XVI  otorgan a los corregidores amplísimas competencias y atribuciones para ajustar y moderar los precios. Las encontramos en sus intervenciones para poner al día pesos y medidas, el abastecimiento de los vecinos sin subida de precios, el control del Pósito, mercado y abastecimiento de carnes, aceite y jabón etc. Realizar algún tipo de citas no sería si no redundar sobre la misma idea, y, lo más, lo que se ofrece el conflicto que a veces se entabla subrepticiamente entre los intereses de los grupos privilegiados, incluidos los regidores, para controlar el precio, tal como hemos manifestado en las penas de ordenanza en las que se ven incursas personas de noble linaje. Además inspeccionaba los que tuvieran pesos y medidas en sus casas. Más tarde, presidió el corregidor la Junta de Abastos a finales del  siglo XVIII, que estaba formada por  el propio corregidor, los dos comisarios delegados de la Junta, generalmente dos regidores, los diputados de abastos, el síndico personero  y los diputados del común y el secretario contador de rentas. En su casa, en estos años, o en la posada, se celebraba en un día ordinario, que solía ser el sábado de cada semana

 

            ARBITRIOS

 

Es evidente que, a lo largo de la actividad política de los Austrias, se van incrementando las necesidades económicas y los recursos para poder intervenir en tan gran número de frentes de guerra, de empréstitos y de fastos reales, obligando al corregidor a participar activamente en las competencias  fiscales. En primer lugar, desarrollaba todas las operaciones impositivas en la fase preliminar de exposición pública de los decretos reales. La segunda, generalmente, el cobro o repartimiento quedaba en manos de otras personas, ya ajenas al cabildo o diputados nombrados para ello, que convocaban a los vocales de los distintos cuarteles, lo que solía  dejarse en manos de arrendadores o, a veces, en administración directa, por medio de la contribución de repartimientos de vecinos.

El corregidor, además,  tenía que cumplir las mismas normas anteriores, pero su labor controladora sobrepasaba las obligaciones legales pues emprendía una serie de actuaciones y con una celeridad y rigor que era lo que daba lugar a  que el sistema funcionara a la perfección 

En concreto, la recaudación del servicio de millones, ya comentada, originó un sistema administrativo-fiscal entre cuyas piezas se contaba el corregidor. Fue, en el caso, del corregimiento alcalaíno el verdadero vehiculador de la política del reino ante las dilaciones del cabildo alcalaíno y la imposición de los procuradores del reino de Jaén, a la que se oponían contundentemente. En vez de dirigirse al corregidor de Jaén por razones de no quererse supeditar a una jerarquía impuesta, los regidores se le entregaban al tesorero General, un miembro de la familia de los regidores representantes en las Cortes, que, por ejemplo,  en 1592 lo era Rodrigo de Vera Soria ([1]). El corregidor se le reservaba para las funciones siguientes:

 

“Juan de  Salazar, Correo  por haber traído a la ciudad una provisión de Su Majestad para que el dicho corregidor no consisntiese llevar imposición  alguna  en los lugares de este gobierno a los arrieros ni caminantes en lo arbitrado en la paga de los millones y trajo carta del fiscal de la Audiencia Real”

El mecanismo se zanjó, fácilmente,  al tomar varias medidas de autonomía legal con respecto a la nueva provincia de Jaén. Se nombraron unos comisarios del servicio de la ciudad  ( dos regidores y un jurado), que llevaron a cabo el control de todas las medidas  para recaudar el servicio mediante la imposición del arbitrio de asaduras y cabezas a los vecinos, el corte y tala de árboles que se vendieron  para el servicio y la roturación posterior de 1.000 fanegas de tierras. Se nombró una junta compuesta por el propio corregidor, los comisarios (dos regidores y un jurado), el escribano y el depositario de la ciudad,  que controlaba  las cuentas que aportaba al depositario de cuentas y arbitrios. Estos se arbitraban en dos líneas de actuación. Un tanto por ciento del peso de asaduras y cabeza y el pago del censo de tierras roturadas comedidas por el rey. Para ello, uno de los comisarios se encargaba de recoger las cantidades de peso de los fieles de las carnicerías para establecerle el arbitrio, y, a continuación lo trasladaba al depositario de cuentas.  Posteriormente, se enviaba a Jaén el dinero del repartimiento de la parte del servicio de millones, que se había repartido a la ciudad de Alcalá la Real, en la cantidad. El importe de diez meses de ingreso del arbitrio superaba los  956.980 maravedíes entre la ciudad de Alcalá y la villa del Castillo en el primer año de 1590 y los gastos consistían en la gestión y pago ante el tesorero general ( tramitación del  alguacil al llevar el dinero  al tesorero del Rey en Jaén, de hacer cuentas en Carnicería, medir tierras para aumentar el arbitrio, depositario...); en un segundo bienio de 1594, el movimiento económico rondó los  2. 839.356 maravedíes ( con unos ingresos consistentes en un cargo anterior de 197.273 maravedíes., por el impuesto de las asaduras se ingresaban 684.457 maravedíes, y por el arrendamiento de tierras  992.264 maravedíes en cada año, cuyos gastos consistían cada año en unos 532.408 maravedíes del servicio y una serie de pagos de anticipos, censos, correos  o arrieros. Y con los mismos datos económicos, los años siguientes. En cuanto la demasía, el corregidor solía anticipar pagas en servicios militares, como la guerra de Cádiz, y de urgencia y las de los comisionados que venían a la ciudad ara reclamar el servicio: .

 

“ Francisco de Herrera dixo que la ciudad acordó retubiese en sí lo que fuese procediendo de los arbitrios de millones y que a ydo dando de la merced para las prevenciones de la guerra y municiones por cédulas de su Merced el alcalde mayor e comisarios de la ciudad......que, si fuere necesario, por cédula de los caballeros comisarios o quien de los maravedíes de los arbitrios todo que se le pasará quenta atento la necesidad puntual y precisa y que no ay otra parte de donde se podrá poder remedio por ahora y lo que se a tomado y tomare prestado y se pagará los primeros que la ciudad tuviere..”..   

 

El impuesto enfrentó al estamento civil con el eclesiástico que tramó un pleito de no querer pagar dicha imposición, y se mantuvo el conflicto hasta  muy entrado el siglo XVIII, con el nombre de refacción. Por otra parte, poco a poco, se definió cada vez más la obligatoriedad de asumir el cobro de los arbitrios en todas las ciudades de su termino(entre ellos, el cuatro por ciento, el del ganado, el de ferias, el de tala de montes, diez reales en cada paño..) por parte del corregidor a partir de finales del siglo XVII, para pagar los servicios solicitados de la Corona,  y finalmente, como uno de  las funciones más importantes dentro del centralismo borbónico([2]). 

 

 

PROPIETARIO

SITIO

Arbitrio1594

1596

1597

Francisco de Góngora

30 fanegas cañada del Membrillo

1550 reales

8.080

Ídem

Francisco de Leiva Escamilla

Cuatro suertes en Majalcorón

2.264 reales

2.010reales

Idem

Francisco de Aranda clérigo

Cuatro suertes en

1.560 reales

 

 

Lope Sánchez de Guardia

Romeral

 

8.080 reales

Idem

Francisco Méndez

Romeral

Fuente el Gato

 

Ídem

960

Ídem

Antonio mazuela Marín

Romeral

 

Ídem

Ídem

Llorente Jiménez de Huelte

Fuente el Gato Hondonera

 

15.000

Ídem

Francisco de Valenzuela

Romeral

 

Ídem

Ídem

Gonzalo Gamboa  Valenzuela

117 fanegas en baldío de la Hondonera

4.167 reales

4.107

Ídem

Estebán Ruiz de Higueras

Fuente el Gato

 

15.000 reales

Id

Hernando de Ibáñez

Cañada del Carril

 

1904

Id

Miguel de bolívar

Cañada el Carril

 

1904

Id

Fernando de Cabrera

Tres suertes en Cañada del Carril

2.992 reales

1.088

Id.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan del Castillo Hinojosa

33 fanegas en el villar de Juanín

890 reales

1.101

Id.

Cristóbal Rosales, zapatero

 24 fanegas en Majalcorón

792 reales

792

id

Hernán Sánchez  Cascante

25 fanegas de la Fuente del Gato

167 reales

 

 

Martín Hernández Cantarero

22 fanegas en Cañada Membrillo

248 reales

 

 

Juan Pérez Santisteban

21 fanegas Majalcorón

Baldío Cañada el Corral

840 r

1.088

 

Alonso Gómez Padilla

Fanega y media en Fuente el Gato

13.000

 

 

Gaspar Cano

10 fanegas en Majalcorón

330

 

 

Bartolomé de Santamaría

58 fanegas de Majalcorón

1914

 

 

Juan López Relimpio

19 Majalcorón

608

 

 

Francisco Góngora Aranda

30 Majalcorón

990

 

 

Pedro Martínez Serrano

94 Majalcorón

2.632

 

 

Gonzalo Caballero

44 Majalcorón

1210

 

 

Alonso García cerero

10 Cañada Membrillo

408

 

 

Luis Alonso Aranda

Cañada Honda

735 ídem

Ídem

Ídem

Luis de la Peña Valenzuela

Majalcorón

960

Idem

Idem

Su primo

Ídem

Idem

Idem

 

Juan García

Fuente el Gato

960

Idem

Idem

Martín de Villalta

Majalcorón

960 reales

Idem

Idem

Pedro López  de Fresno

Fuente el Gato

960 reales

Idem

Idem

J López

Nava del Castillo

1.598 reales

Idem

Idem

Matías Cañete

Ídem

Id.

Id.

Id.

Gabriel de Torres

Id.

ID.

ID.

Id.

Francisco Gutiérrez

Id

Id

Id

I

Pedro Durán Salinero

 López Pedregosa

Francisco Álvarez de Morales

Gonzalo de Arévalo

Lázaro Gutiérrez

Alonso Gutiérrez Padillo

Gabriel Díaz Caballero

Juan Carrillo de la Puerta

Alonso Jordán

Luis de la Peña

Jerónimo Navas

Cristóbal Muñoz

Juan de Leiva

Gonzalo Grez.

Pedro delgado

1800 r

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2.110

 

 

 

 

627ºº

 

 

 

Bartolomé Sánchez Relimpio

Villar del Juanil

 

1.101

Id

Antojo Blázquez

Id

 

Id

id

Martín Ruiz de ^Peralta

Majalcorón

 

740

id

Martín Hernández cantarero

Id

id

Id.

id

Juan Blázquez

Baltasar del Castillo

Pablo Romero

Pablo Jiménez del Portillo

 

Cañada del Membrillo

840 r

Id.

Id.

J Pérez de Santisteban

Majalco´ron

 

13.000

Id

Lópe Sánchez de Guardia

Id

 

Id

Id

Alonso Gómez Castellón

Id

 

Id

idw

 

 

En  Loja la situación era mucho más angustiosa a finales de siglo XVI. Pues, podemos hacer un resumen  de todos los arbitrios de la siguiente manera. Primero, el encabezamiento de las Rentas Reales, de las Tercia y Alcabalas, por un periodo de catorce años alcanzaba un importe anual de 683.000 maravedíes, dsitribuido en la floreciente industria de paños en 300.000, del vino 225.000, pieles 93.750 marave´dies y de los tratos unos 8.000. También, subió el impuesto de millones, que era similar al de Alcalá, mencionado anteriormente, y dio lugar a una subida de precios u una desesperada situación económica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SALUD  Y CUIDADO DE LOS POBRES

 

 

Dentro de la función de inspección de establecimientos públicos y actividades sociales, se observa su participación en la visita de boticas, farmacias, o en las cárceles ( en dos actividades, comida por Pascua Florida, y alimento y vestido a finales de año por Navidad). Aunque la salubridad de la ciudad pertenecía a una de las diputaciones de los miembros del cabildo, no era extraño que asumiera en situaciones extraordinarias el impulso para que estos aplicaran las medidas concretas en momentos de epidemia, peste, y, en situaciones difíciles, tras largos periodos que dejaban a la población sumisa en la tristeza. De los primeros casos, podríamos exponer las actuaciones con respecto a las pestes que se extendieron en el reinado de Felipe II, el terremoto del 1580 y las consecuencias derivadas, pero, es significativa este acuerdo del año 1582: “ En este cabildo el señor corregidor atento a que esta ciudad y sus vecinos de ella  han tenido y estado este año presente y los demás de antes de muchas aflicciones( peste, guerra de Portugal, esterilidades) y trabajos y otras necesidades  que llevan mucha aflicción, y para el reparo della  y que la gente se alegre y regocije y se exercite la caballería en el servicio militar conforme al orden de Su Majestad, lo tiene, mandado por sus reales provisiones  lo prescribía y se hagan fiestas de Toros y Cañas para el día de Santa Ana primero venidero  de este año, día antes y después del que pareciere a esta ciudad, a quien el dicho cometido se encarga las dichas fiestas  con las solemnidades que acostumbra”. Como es lógico el cabildo municipal asumió dicha propuesta del corregidor, pues en boca de los regidores servían para alentar y alegrar a los vecinos de esta ciudad aflictos y afligidos acerca de las calamidades que han corrido y corren ([3]). Muy relacionado con lo anterior venía el ejercicio de la caballería para estar preparados por la milicia, que se escenificaba en las fiestas mencionadas, tal como se refleja en muchas, pero concretamente en ésta. : “En este cabildo mandó que se cumplan las Pragmáticas Reales  de Su Majestad , en que en ella manda se exercite la caballería , y usando la costumbre que esta ciudad tiene de hacer fiestas de toros y de cañas, y en cada un año, se mandó que para el seis de agosto de este año se hagan fiestas en esta ciudad de toros e cañas” ([4])

 

MEDIDAS EXTRAORDINARIAS

 

Generalmente  el corregidor era el último eslabón al que se acudía en circunstancias extraordinarias para resolverlas.  A lo largo de los distintos corregimientos, generalmente son los momentos de guerra, sequía o esterilidad donde, generalmente, se manifiestan sus actuaciones. Pero puede acontecer en situaciones de situación económica  decadente, cuando las arcas de la hacienda municipal no puedan asumir ni siquiera los servicios ordinarios. Es el caso del  año 1596, con motivo de las fiestas del Corpus: “Se trató de donde podían sacar dinero para la fiestas del Santísimo Sacramento, teniendo que la ciudad no tiene dineros, acordó que su merced el señor Corregidor con algunos caballeros del cabildo manden enviar o llevar algunas personas mercaderes y otros que tienen dinero para que presten lo que fuere menester, Y que luego que lo prestaren el mayordomo se obligue a pagar los del primer pan que la ciudad coxiere y se los pague con mucha puntualidad” ([5]).



[1] AMAR.  Legajo 23, pieza 1. Libro de cuentas d que se tomaron a Francisco de Herrera ,depositario General y de los mrs. de los arbitrios de millones. Desde el el año º192 hasta 1603. 

[2] AMAR.  Traslado en libro del acta de 8 de julio de 1717 de Cabildo sde Alcalá la Real. Provisión real de Felipe V, concediéndole al corregidor Francisco Bastardo de los Cisnerosla adminsitración de los arbitrios del cuatro por ciento  cobrando los arbitrios  mencionados a partir de una provisión anterior de Carlos Ii en 1686

[3] AMAR. Actas de los cabildos de los días 3 y, 10 de julio  y 8 de septembre1582

[4] AMAR. Acta del cabildo del 20 de junio de 1585.

[5] AMAR. Acta del cabildo del 30 de mayo de 1596.