"la historia local contribuye a fundamentar la base del conocimiento global de los pueblos desde el estudio de los acontecimientos de las ciudades"
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lunes, 28 de octubre de 2013
RUTA DEL GOLLIZNO
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jueves, 24 de octubre de 2013
CAPÍTULO XVI, JUEGOS DEL ESCRIBANO PINTOR.
CAPÍTULO XVI. LOS JUEGOS EN TIEMPOS DEL ESCRIBANO PINTOR
º Como
tenían prisa para finalizar el contrato
de mosto, el oficial y el escribano no
se entretuvieron mucho comentando el solar abandonado, paraíso de aventuras
infantiles y juveniles. Rellenaron los dos folios del contrato, hicieron copia
al arriero y se fueron al almorzar. Volvieron pronto y, de nuevo, se pusieron a
la tarea. Gómez Muñoz le sacó a la conversación el solar y el tiempo vivido
durante su infancia en aquel recinto lúdico y, casi erótico para los mayores.
Se
quedó embobado Antón, porque el simple hecho de tirarle de la punta de lengua a
su señor se distendía en una serie interminable de anécdotas, relatos, leyendas
y descripciones de juegos populares. Le encantaba relatar cómo, siendo jóvenes,
emulaban a las cuadrillas de los mayores vistiéndose de caballero para las
mascaradas de las vísperas de San Juan y de Santiago y los juegos de cañas del día
mayor. Cogían varas de almendro en los Apedraícos y las
de álamo
en el ejido, a escondidas de los
alguaciles, y, tras colocarle unas cabezas de trapo en la punta gorda del garrote, las convertían en ficticios caballos de
guerras simulando a los de sus nobles
padres. Se repartían en grupos de cuatro y viniendo desde la calle de los Izquierdos
y la cruz de Juan Vázquez Mesía; tras
pasar por la carrera vieja, un
joven pequeño con una trompeta de hojalata era la ilusión de los niños anunciando esta manifestación civil con sus
chirimías y atabales que le acompañaban y adentrándose en el corralón. Simulaban
la plaza Alta de la Mota con los asientos en el suelo del montículo
del muladar, y, en el sitio más alto, equipado con varias piedras
en forma de sillón , colocaban a un niño
que hacía las veces de corregidor, rodeado de un grupo de señores regidores, que los saludaba y les daba la salida para los juegos.
Parecían personas mayores cumpliendo a rajatabla el protocolo que los caballeros desarrollaba en sus juegos
de la Plaza de los corredores .
Antón,
bajó de la balda un
Tesaurus para ratificar , a manera de Diccionario,
todo lo que le exponía su patrón
y dijo:
A.-¡Qué gran ( me dice el libro) juego
o" fiesta de a caballo, que introdujeron
en España los Moros, el cual se suele ejecutar por la Nobleza, en ocasiones de
alguna celebridad”
G.-Como
hemos dicho , en las sanjuaneras y santiaguinas, y ahora, se ha puesto de moda
den las fiestas de Santa Ana, la protectora de la ciudad..
A.-Y tampoco no han faltado en las fiestas extraordinarias
de cabildo, los partos de la reina, las
proclamaciones de los reyes , los tratados
de paz, las llegada de un corregidor o un abad…Y no digamos la última, la
celebración de la batalla de Lepanto.
G.-
Se derrocharon todos los fondos que disponíamos de los bienes propios del
cabildo municipal.
A.
No podía ser menos. Aquella memorable batalla no podía ser celebrada de otro
modo: lo pedía el rey; murieron 20.000 turcos, se rescataron 16.000 cristianos,
cautivamos 8.000 turcos y treinta galeras,
y la galera del jefe turco.
G.¡Que
días tan buenos pasamos! Luminarias o lumbradas mayores en los altos del
castillo, Iglesia Abacial, miradores del Gabán y en muchos rincones de la
fortaleza...Y, mucho cielo abierto por el colorido de aquellos estruendosos
cohetes y tiros de arcabuces..
A.
Y el desfile en forma de mascarada caballeresca de todos los hidalgos-regidores
y no regidores-. A su marcha y repiqueteo
de los cascos con las piedras, se reflejaban las sombras por la luz
amarillenta de los hachones y antorchas
en las paredes de mampuesto de Rompezapatos, Calancha y de la
Encarnación
G.
-Vayamos al grano. En mi juventud, calcamos a los mayores en todos los detalles
Formábamos cuatro cuadrillas, aunque, según dice los cánones, ordinariamente
son ocho, y cada una solía consta de cuatro caballeros, en los
mejores tiempos y en sitios distintos a la plaza de seis ù ocho, según
la capacidad de la plaza. Nos
hacíamos caballeros montados
en filas de jineta y nos rifábamos los colores cada cuadrilla. Vestidos como
militares a caballo, en el brazo izquierdo llevábamos una adarga o escudo con la divisa y mote que elegía mi cuadrilla.
El nuestro era siempre caballeros de la
Cruzada. Se completaba nuestra vestimenta en el derecho una manga muy bien bordada, la cual
se llamaba Sarracena, y la del brazo izquierdo la ajustábamos, porque con la
adarga no se veía. Recuerdo que había también , cuadrillas que se llamaban los
turcos, los moros, los cristianos,
caballeros de San Juan, de Santiago,
y …hasta los Piratas.
A.-Ya habíais llegado al corral de la vieja Tinajería, y ¿
qué hacíais?
G.- Dábamos, como hacían los mayores dos vueltas a la plaza con el acompañamiento
de nuestros jóvenes músicos (estos no se aburrían , seguían tocando durante todo el juego de
cañas) .Cada pareja entraba realizando destrezas ecuestres, y finalizábamos con una carrera conjunta de
todos los caballeros blandiendo nuestras
lanzas.
A.- Y ya en lo serio..
G.- Déjeme el diccionario para
que no me pierda y no rompa el orden
como hacíamos de chiquillos: ” Se
procedía a la recogida de las cañas y adargas, situándose cada cuadrilla en el
lugar designado. Muy bien acompasada, cada cuadrilla se movía al unísono,
dirigiéndose hacia la cuadrilla que tenían en frente. Lanzaba sus cañas cuando
estaban lo más cerca posible. No debían encontrarse con otras cuadrillas
mientras ejecutaban estos movimientos. Ninguno podía tirar a otro, cara a cara,
era considerado mal jugador y mal caballero. Al final del juego, cada cuadrilla
recorría la plaza de dos en dos o todos juntos en hilera, tirando cañas por
alto. Los atacados replicaban en igual forma y unos y otros procuraban
adargarse, evitando el choque de aquellos proyectiles, empuñando con la diestra
su adarga, como escudo protector, mientras que con la izquierda sostenían las
riendas de su corcel. La fiesta resultaba vistosa por las diferentes posiciones
de los caballeros y el ruido de las
cañas al chocar entre sí en el aire, y al romperse contra las adargas de
los caballeros. Después de correr sus cañas todas las cuadrillas, los padrinos
bajaban del estrado donde habían contemplado la lid, se metían en medio y los
caballeros debían dejar caer las cañas y poner fin a la escaramuza. Para
finalizar se solían cerrar las puertas y soltar un toro o más, los caballeros
que querían podían tomar rejones, con lo cual la fiesta se daba por terminada.
Para que los encuentros fueran limpios, según la ley del juego, se habían de
hacer de frente, tirándose las cañas rostro a rostro o de lado”.
A.- Y eso que decimos “las cañas se vuelven lanzas“.
G.- Se refiere a las veces en que
el juego crece en violencia provocando verdaderas peleas, en cuyo caso las
cañas se sustituían por venablos o espadas.
A.-¿Cómo se desarrollaba vuestro juego?
G.-Lo mismo. Nos dividíamos en cuatro
cuadrillas, dos de una parte y otras dos
de otra en el corral que simulaba la
plaza, y corríamos en parejas encontradas; después con las espadas de madera en las manos, partidos la mitad de una parte y
la otra mitad de otra, formábamos una escaramuza partida, de diferentes lazos y
figuras.
A, Lo mismo que en las lanzas, pero
en chiquito. Cada cuadrilla se juntaba aparte, y tomando cañas de la longitud
de tres a cuatro varas en la mano derecha, unida y cerrada igualmente toda la cuadrilla,
la que empezaba el juego corría la distancia del corral, tirando las cañas al aire
y tomando la vuelta al galope para donde estaba otra cuadrilla apostada, la cual
la carga á carrera tendida y tiraba las cañas á los que iban cargados, los cuales
se cubrían con las adargas, para que golpe de las cañas no les tocara y asíi sucesivamente se van cargando unas cuadrillas
à otras, haciendo una agradable viíta.
-A .- ¿ Cuál es el final?
G.- Cuando todas las cuadrillas han corrido sus
cañas, los padrinos se meten en medio y ponen fin a la escaramuza.
A.-Entonces suelen cerrar las
puertas y soltar un toro o más, hasta cuatro daban los menuderos de las
carnicerías de Alcalá...
G.-y ya sabe los caballeros que
quieren pueden tomar rejones con lo cual acaba la fiesta. Nosotros con las
cabezas de los diablillos del
Corpus simulábamos las corridas…
A.-Bueno, vamos por partes, don
Gome. Comencemos con las cañas.
G. –Eran de dos tipos: unas cortas llamadas bohordos,
provistas de contrapesos de yeso o arena; y otras largas que llevaban en su parte central un pali
atravesado para arrojarlas con fuerza.
A.- Las sujeciones eran
fundamentales
G.- Claro, para facilitar el
lanzamiento en la caña se colocaba un amianto por donde se cogía la caña. Debía
quedar apretado y tirante.
A.- Aquí no abundaban las
cañas, ¿ de dónde las traían?
G.-De Pinos Puentes o Puente de
Pinos, no se aclaran los viajeros al
denominar esta villa. Los niños, como supondrá, no teníamos ni tantas exquisiteces ni
refuerzos, tan sólo íbamos a los
cañizales de las Azacayas y cortábamos
las cañas palmeadas mientras les
quitábamos las amplias hojas ásperas y las alijábamos para que hiriera su
superficie no nos nuestras manos.
A.- Y, ¿qué me dice de los
escudos?
G..- Las adargas, Antón, es su
nombre. Las nuestras eran de cortezones
de animales, que cogíamos en el Matadero, ensamblados con ramales y secados al
sol. Nos escondíamos en los corralones cercanos a las carnicerías, y de noche
nos llevábamos aquellas pieles de vacas o bueyes para hacernos de ella nuestras
adargas.
A.- “Se usaban en el juego –lee su definición en grueso tumbo- y debían tener ocho tercios de largo y ser
lisas y derechas, era necesario que fueran rígidas en su mitad superior y
flexibles en la inferior, para que pudieran doblarse sobre el anca del caballo.
En su parte central llevaban una embrazadota. Las adargas eran adornadas, tanto
en su parte exterior como en el interior por colores plateados dorados”.
G.- En ellas solían aparecer
motes, cifras o el relato de alguna empresa realizada. Nuestro mote era
“Santiago Matamoros”.
A.-¡Qué equilibro, qué dominio en
el manejo del caballo, que perfección
para armonizar velocidad, lanzamiento y parada en seco!
G.- Ahí radicaba nuestro saber y nuestro experimentar, desde
niños nos hacíamos caballeros e imitábamos las revueltas, los
lanzamientos, el recorte del estribo….
Esto es lo que se llama el uso de la
jineta, o el arte de montar a caballo.
Ya nos venía de los árabes, la
jineta que se distinguía por una
silla de montar con arneses altos, de manera que permitía al jinete las
manos libres para manejar las armas, estribos generalmente cortos y ceñidos a
la silla,… además teníamos una ventaja:
el caballo andaluz, de estatura
mediana, es más ligero, grueso, fuerte y por último la doma del caballo es más
natural y espontánea.
A.-Por eso, estos juegos se han
metido en el pueblo, vienen de muy antiguo,
no nos extraña que la gente cante el romance “Mañanitas de San Juan/al tiempo que alboreaba, /gran fiesta hacen los
moros/ por la Vega de Granada./ Revolviendo sus caballos/ y jugando de las
lanzas. /Ricos pendones en ellas/ broslados por sus amadas:/ricas marlotas
vestidas, /tejidas de oro y grana./
G.-Si pero el final es muy
desgraciado para nuestro pueblo, pues
esto trata de la toma de Antequera y la venganza granadina que llega a
Alcalá y se transforma en muerte de los
cristianos. Pasaron del juego a la guerra: Manda juntar a los suyos/hace muy
gran cabalgada,, y a las puertas de Alcalá/ que la Real se llamaba,/ una escaramuza
trababan. Los cristianos eran muchos/ mas llevaban orden mala;/ los moros que
son de guerra,/dádoles ha mucha carga; de ellos matan, de ellos prenden/de
ellos toman en celada./Con la victoria los moros/van la vuelta de Granada; a
grandes voces decían:/”la victoria es ganada.
A.- Mi señor se ha vuelto muy
poeta. Y estábamos en el momento de las justas.
G.- No es una fiesta del
pueblo, como habrás presenciado, más bien entre caballeros y nobles, donde incluso
solía participar el propio Rey.
A.- Cómo dice!
G.- Sí , aquí su representante
era el corregidor que solía ser el jefe
de una cuadrilla.
A.- ¿ Quién ganaba?
G.- Una vez estas cuadrillas de jinetes se asaeteaban unos a
otros con las lanzas, el caballero más hábil del juego era el que conseguía
librarse de los golpes y , a su vez, golpeaba a sus contendientes con sus
lanzamientos, teniendo cuidado de que no cayera la lanza sobre las ventanas
donde las damas miraban el juego. Bueno, en nuestro caso, procurábamos que no traspasara
la baja tapia del huerto de las monjas o no le diera a una de aquellas mujeres asomada en la ventana de su dormitorio.
A.- ¿Cómo van vestidos los caballeros?
G.- Al ser el juego de origen
moro, en muchas fiestas, sobre todo de las antiguas, las cuadrillas se
disfrazaban la mitad de moros y la otra mitad de cristianos.
A. - ¿ y qué me dice de las
sortijas? ,
G. Es el que más nos gustaba a
los niños, pero con tamaño más pequeño y A. – “Fiesta de a caballo,-interrumpe Antón
leyendo el folio donde se explicaba el juego-
que se ejecuta poniendo una
sortija de hierro de tamaño de un ochavo segoviano, la cual esta encajada en
otro hierro, de donde se puede sacar con facilidad, y este pende de una cuerda
o palo a tres o cuatro varas alto del suelo: y los Caballeros o personas que la
corren, tomando la debida distancia, a carrera, se encaminan a ella, y el que
con la lanza se la lleva, encajándola en la sortija, se lleva la gloria del mas
diestro y afortunado”
G.- y…nosotros colocábamos una pulsera de nuestra madre por donde pudiera pasar
la lanza.
A, ¿Tenían premios?
G.- Claro que sí , unas veces
eran monedas de oro, otras un agnus Dei,
; otras veces juegos de pañuelos de seda que nos colgábamos a nuestros cuellos.
Me refiero a los mayores; nosotros, un paño catorceno, viejo y haraposo. Y ,a
lo más, un maravedí.
A.- Pero, había otros juegos…
G.- Lo que más no encantaba era
simular el juego de la alcancía, envolviendo con barro secado al sol cenizas, manzanas y
huevos podridos y apedrear a la cuadrilla contraria. A veces, esta llegaba
hasta los espectadores e, incluso, a las ilustres damas del convento.
A.- ¿Y siempre llevaban cosas
inmundicias?
G.-No, yo me reservaba una
alcancía, con una carta de amor envuelta con hojas grandes de coles y flores y atada con hilos de seda.
A.-¿Y a qué dama se la tiraba?
G.-Déjeme, Antón, que esa fue mi
cruz. Desde que se encontró aquella alcancía mi amante, estoy desvariado.
Volvamos a lo que le contaba sobre los
juegos. Y queda el del ganso, la barra, las danzas, las invenciones, los
ingenios, las tablas….
A.- Pare, pare, mi señor, que
anochece y ya no se ve ni la puerta.
G.-Dejémoslo para el descanso de
mañana. Pero, no olvide
martes, 22 de octubre de 2013
octubre, octubre....
OCTUBRE, OCTUBRE
Octubre es,
junto con los meses de primavera, el mes de los poetas. No es raro encontrar un
poema que describa este mes que ocupaba el puesto octavo en el calendario
prenumano y lunar. Sobre todo, nuestro querido poeta andaluz Antonio Machado
ha recogido el paisaje y el tiempo otoñal con los mejores versos que pueden
expresarse: “Yo
voy soñando caminos/ de la tarde. ¡Las colinas/doradas, los verdes pinos,/las
polvorientas encinas!…/¿Adónde el camino irá?/Yo voy cantando, viajero/a lo
largo del sendero…/-la tarde cayendo está-”. En el corazón tenía/la espina de
una pasión;/logré arrancármela un día:/“ya no siento el corazón”./Y todo el
campo un momento/se queda, mudo y sombrío,/meditando. Suena el viento/en los
álamos del río./La tarde más se oscurece;/y el camino que serpea/y débilmente
blanquea/se enturbia y desaparece./Mi cantar vuelve a plañir:/“Aguda espina
dorada,/quién te pudiera sentir/en el corazón clavada”. Esta vida como espina de pasión se ve transformada en espina dorada en el corazón.
Procesión del Cristo del Paño |
También, el refranero invita a dar una respuesta a nuestro paso por la vida en consonancia con lo que la naturaleza nos ofrece a nuestro alrededor. Por nuestras tierras, era y es la estación del vino, y le cuadraba perfectamente aquel refrán “Octubre vinatero, padre del buen enero” y tocamos madera para que no se cumpla “En octubre, el enfermo que no se agarra, cae con la hoja de la parra”. Aún más, ya en torno al santo de Asís, este año conseguimos juntar los dedos para que no se plasmara “El cordonazo de San Francisco, se hace realidad, tanto en la tierra, como en el mar”, y eso que trajo las primeras lluvias otoñales y la desgraciada muerte de centenares de africanos junto a Lampedusa en medio de la indiferencia global, como dice el papa Francisco. Por eso, deseamos que los ricos caldos, que se catarán por san Andrés, hagan renacer los espíritus apagados en medio de los fríos otoñales ( “En Octubre, no molesta la lumbre”, “ En Octubre la leña se cubre”).
Estos vinos
han renacido, han conseguido el título de Mención de la Sierra Sur de Jaén
gracias al trabajo de Luís Aceituno, y,
afortunadamente gracias al esfuerzo de bodegueros, enólogos y cosecheros, vuelven
a triunfar en muestras, exposiciones, certámenes, tiendas especializadas y
comercios de Andalucía y de España, como ya lo hicieron en siglos pasados, las variedades del famoso vino
torrontés, de color amarillo y dulzón
como el pilycrim, sin química alguna, y cuidado en las bodegas de las casas de los
hidalgos o en las cuevas de las faldas de la Mota; o el
baladí de menos gancho pero muy apreciado; o las diversas variedades del vidueño; o el
desconocido tinto del terreno, que era muy apreciado en las ferias de
Noalejo, Guadajoz o de los pueblos del derredor ; o los más económicos y baratos , de gasto local como el del estrujón en las innumerables
tabernas que bajaban de los barrios altos de la Mota hasta el Llanillo. Y el codiciado torrontés, por su valía, se vendía, desde el
siglo XVI, en estancos ( sitios de
cruces de caminos) , mercados y tabernas importantes de las viejas tierras de
España como la Alhambra y la Puerta Elvira de Granada gracias al ganado
Privilegio del Vino, o formaba parte del plato
y dieta básica ( por eso de “ que con pan y vino , se hace el camino”) de fondas, hostales, mesones, palacios
episcopales, e. incluso, salas de comedores religiosos, señoriales y
cortesanos, como el del rey Felipe IV.
Cualidades especiales y un terreno rico en aportar los
mejores sabores a estos caldos debieron
tener los viñedos de las faldas de la Acamuña, Monterrey, el Rosalejo,
Valcargado, tierras del ruedo de Alcalá, Fuente del Rey, Somera o de las
Solanas hasta que le llegó la terrible filoxera de finales del siglo XIX y
acabó con las extensas viñas alcalaínas.
Ahora también esta particularidad la aportan las tierras de la falda de la
Martina y Frailes, las de la antigua dehesa del Cascante, la Peña del Yeso,
Charilla o la Fuente del Gato, que nutren las bodegas de Marcelino Serrano, de Campoameno
y de muchos cosecheros que expanden sus vinos del terruño a partir de finales de año a muchos rincones
de nuestro país. Además los primeros
triunfan por la calidad y elaboración esmerada de sus vinos obteniendo premios
en renombrados certámenes como “el
Mezquita de Córdoba” nada menos organizado por las instituciones de más
grande abolengo agrícola de España. La
uva ya escasea colgada en las vigas de los antiguos pajares, porque ya no
existen ni forman base del postre
acostumbrado de los siglos anteriores, como decía el refrán “Por san Simón y San Judas ( 28 de Octubre), saben más
ricas las uvas” y se matizaba con este otro “ Las uvas por san
Silvestre, se comen dulces y se echan fuertes”.
Esta acidez es
lo que nos sobra en estos días, y ya años tristes y difíciles, para
que pase este tiempo, agrio y duro. que a muchas personas les ha tocado
vivir soportando sin quererlo la nefasta filoxera de esta crisis que ha
arramblado con las dulces viñas de tantos hogares de nuestro país. Y a malos
tiempos, buena cara, por eso “Beberás y vivirás”. Pero con tino y pasando
rápido el cáliz amargo para llenarlo de la rica uva de la generosidad,
solidaridad y fraternidad.
lunes, 21 de octubre de 2013
ALFONSO LÓPEZ MARTÍN, UN ACADEMICO CHARILLERO
La
Mota es una ciudad amurallada, con su fortaleza y sus arrabales, según me
cuentan en el nuevo diccionario adaptado militar. Pero, es el símbolo de los alcalaínos,
los presentes y ausentes; une más que otras insignias, entes y creencias. No
hay persona de nuestra diáspora que, al volver a su tierra, no suba a su
interior y disfrute de este conjunto majestuoso, y brillante como una patena.
Tuve la suerte, por los años noventa, de acompañar a Alfonso López Martín. Le
mostramos aquella ciudad que se
reconstruía tras muchos años de no haberla contemplado en su retina. Y, en
medio de la conversación, Alfonso con su verbo bondadoso y se pausado diálogo aclimatado
en tierras americanas, me ofreció la biografía de un emigrante que pasó del
anonimato al reconocimiento público de una población que le consideró como su
maestro. No le faltó tiempo para manifestarme que estaba honrado de haber nacido
en tierras charilleras del municipio alcalaíno,
y de gozar del fervor y afecto vecinal
que le dispensaban sus paisanos aldeanos, con los que compartimos la
visita. No era como otros famosos charilleros el poeta Ben Jakán, ni el diputado Paco
Parras, pero, en aquel día, Alfonso fue
, al menos para mí , el gran descubrimiento de un famoso personaje de nuestra
comarca de la Sierra Sur. Había nacido un 14 de febrero de 1933 y marchó a
tierras americanas en 1966, se casó con María Eugenia Meoño Bonilla de la que
tuvo dos hijos Alejandro y Esteban.
En nuestro caminar por Despeñacaballos y las
plazas de la Mota, desgranamos sus experiencias como catedrático de Lengua y Literatura y sus investigaciones en los diversos
terrenos de la Lingüística y Estudios Interdisciplinares Culturales en la
Universidad de Costa Rica, y su
agradable estancia en tierras en san Pedro de los Montes de San José de la
misma ciudad. Y, al llegar a las puertas de
la abadía, me quedé con su alma
de hispansita universal cuando me comentaba el gran elenco de estudios y
artículos dedicados a los estudios gramaticales y filosóficos. Me citó, en concreto, Psicogénesis
del lenguaje según Andrés Bello ( 1971), Concepción del lenguaje en el Fusto de
Goethe (1973), Protágoras,, filósofo del desarrollo( 1973), Los sofistas: el no-ser a la Palabra( 1975), El
estoicismo en el pensamiento Kantiano( 1976) , Entere vista con el Dr.,
Leopoldo Zea( 1978), una gran cantidad de artículos dedicados a Andrés Bellos
por los años ochenta sobre la Academia, teorías gramaticales, partes de la oración, El problema metodológico de las
enseñanza clásicas( 1990) La lengua castellana ante el V Centenario del
descubrimiento de América( 1990), además, a partir de esta fecha, se dedicó a una nueva etapa muy versátil periodística en
los periódicos costarricenses de La Prensa Libre, La Nación, La República y
Diario Extra.
Dentro
de la iglesia, me refirió sus libros publicados
que comprendían una gama variada que se extiende
desde el mundo clásico como las traducciones
del El Critón de Platón o La defensa de Sócrates hasta los muy numerosos estudios
sobre el uso y aprendizaje del lenguaje
y la lengua española sobre todo en Iberoamérica (Problemas del lenguaje cotidiano I y II, El mundo de las palabras, El idioma: cómo
es y cómo hay que usarlo, Palabras por las que pregunta usted,. editado en 1997
) y a su admirado Bello. (Andrés Bello, gramático
y filósofo, Andrés Bellos y los errores idiomáticos, La redacción de la frase según la gramática
de Andrés Bello). Este gramático, que
para Alfonso, “es un ideólogo, en parte
ecléctico, pero frente a todos los
autores y corrientes, manifiesta una actitud crítica y un espíritu
independiente y original”
Al
bajar de la Mota, quedamos en las Casas Consistoriales, y me entregó una
selección de sus últimos libros
publicados de los que tengo la fortuna
de guardar como oro en paño y auténtico tesoro de un alcalaíno universal.
Posteriormente,
tuve noticia que había sido nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua
Española de Costa Rica sustituyendo a su anterior profesor Arturo Agüero.
También me pude enterar de que era miembro del Instituto o Costarricense de Cultura
Hispánica y la International Writers
Association.
En
su bondad natural, que había mamado de las aguas charilleras, se resume en estas palabras que nos sirven de recordatorio
y enseñanza. “Tanto para Kant como para el estoicismo consiste en un ideal de estado de serenidad
espiritual , según el cual el mal no
reside en la persona que lo hace, sino en nosotros mismos. Lo que caracteriza
tanto al estoicismo como el Kantismo es que son dos sistema morales de acción.
De ahí el éxito que tuvieron en sus respectivas épocas. Los dos sistemas se apoyan en concepciones físicas análogas:
la física estoica para una, la de Newton en el otro. Ambos sistemas morales salvaron
a los espíritus sano de cada una de las Épocas del epicureismo, en el primer caso: el sentimentalismo
blandengue en el otro”.
Alfonso
murió en los primeros días de Septiembre de 2005 a los 72 años en Costa Rica.
La prensa de este país lo recordaba como un español que conquistó, palabra a
palabra, a los costarricenses . Aludía un conocido programa televisivo que me
refirió el día de la visita cuando llegamos a las Casas de Cabildo de la Mota,
denominado el Mundo de la Palabra. Me regaló,
incluso, un video para que lo presenciara en vivo. Esta actividad no era
sino fruto de su experiencia en
radiotelevisiva con el Fascinante mundo
del lenguaje en Canal 6, La filosofía de Andrés Bello en radio Universitaria y Dime
cómo hablas en Radio Continental.
Obtuvo muchas
distinciones como la de Cabalero de Isabel la Católica en 1977 y Premio de la
Unión Cultural Americana 1n 1993, pero me quedo con estas palabras de su amigo y colega filósofo Adolfo Costenla “Alfonso
ha sido desde hace muchísimos años quien ha dedicado con mayor entusiasmo y
constancia en nuestro país a la difusión
y discusión de las normas idiomáticas y lo ha hecho en los diarios, en
la radio y en la televisión...”. No podía ser de otra manera, de tal
tierra un hombre honrado, muy culto y amable en excelencia y palabra.
jueves, 17 de octubre de 2013
LA COMARCA DE LA SIERRA SUR
LA SIERRA SUR
LA LUMBRÁ DE SAN JOSÉ EN HUERTA DE CAPUCHINOS |
Si
apreciamos en diversos aspectos el
término "comarca", consideramos que
esta palabra forma y conforma a un territorio. Para Alcalá a Real, esta
estructura le cuadra perfectamente en su
sentido etimológico, porque el municipio de la Mota responde a su significado
original de tierra o espacio situado en el límite con otro territorio. Pues
estas tierras parten de un pasado
fronterizo entre reinos diferentes -el cristiano y el musulmán, más de cien
años con los primeros y nada menos que 150 años con los reyes de Granada-; de
una abadía, independiente de las jurisdicciones eclesiásticas de Granada, Córdoba y Jaén , la "quasi
nullius"; de una demarcación política y judicial , entre corregimientos, adelantados y reinos
constituyendo una entidad tripartita hasta el siglo XVIII con Loja y Alhama y
transformada en partido judicial en el siglo XIX. Estas entidades conllevan
marcar límites de terrenos con otros vecinos; pero también resolver conflictos,
administrar tiempos de paz y convivencias estableciendo pactos, convenios
y proyectos comunes.
A
mediados del siglo XX, el Ministerio de Agricultura dividió la provincia de
Jaén en comarcas y distribuyó sus
territorios atendiendo a su fisonomía geográfica y productiva. Alcalá la Real
se vio incluida en la comarca de la Sierra Sur, por su peculiaridad y
singularidad de mezclar los campos
de sierra con los
de campiña, donde el cereal compartía con otros cultivos arbóreos,
aunque predominaba el olivo. Aquella división favoreció estudios encaminados para el progreso y el
cultivo de estas tierras situadas en zonas de alta montaña con dificultades de
laboreo , pero también con otros predios de fácil acceso.
A
finales del siglo XX, con la llegada de la democracia, esta promovió
diversos tipos de entes supramunicipales,
mancomunidades, comarcas, consorcios; y mantuvo las diputaciones provinciales.
No digamos el paso tan importante que
significó la creación de las
entidades autonómicas y , aunque ahora se critica sin fundamento y exageración
rocambolesca hasta el color de una señal
de tráfico, sus frutos son claros y evidentes: nueva red de comunicaciones a
nivel andaluz y, entre los núcleos más
pequeños, mantenimiento de muchos municipios rurales en contraste con otras
regiones de España, progreso muy
significativo en todos los campos de la sociedad de bienestar. La comarca, sin
embargo, fue siempre un ente comprendido
entre la provincia y la comunidad autónoma que no llegó a plasmarse totalmente
, al menos , en documentos de entidad jurídica y articulación política; en la
mayoría de las ocasiones, una entidad puramente descriptiva para definir
ámbitos espaciales que confinaban con otros y se caracterizaban por algunos aspectos comunes ( sociales,
culturales, económicos, administrativos
...). A
partir de 1994, la Sierra Sur de Jaén se formó con la ampliación de
nuevos municipios a la base comarcal de años anteriores. Empezó a caminar en
proyectos comunes en los campos
turísticos, económicos, culturales, sociales, y de diversa índole. Es el
momento de ir conformándola. En el sentido etimológico , a través del
"con" de empresa común y de integración de la gente de estos
pueblos, y en la hora de darle "la forma" a muchos elementos comunes que la
singularizan: el paisaje, el olivar, las huertas, las leyendas, el sistema
fronterizo militar, lo rural y lo modernista urbano, la gastronomía, la industria agropecuaria, denominación y menciones especiales de su productos y ..., por qué
no, su gente emprendedora.
CAPÍTULO XV. GOMEZ MUÑOZ Y ANTÓN FUERON A PROBAR EL VINO DEL AÑO.
CAPÍTULO XV.
GOMÉZ MUÑOZ Y ANTÓN FUERON A PROBAR
EL VINO DEL AÑO.
Eran
sobre las doce de la mañana, y el día no había dado para mucho: varios
arrendamientos de casas en la Mota y en el barrio del Matadero, recibos de cobros
de algunos paños de los tenderos de
la plaza y el contrato de compraventa de dos bueyes para una yunta, uno bermejo y otro hosco. Pero, a última hora, tuvieron que hacer un contrato de vino
entre un cosechero y un arriero, a su
vez, mercader para otros lugares .
El arriero
Simón García Torrebejarano se había
comprometido a comprar el vino de la
cosecha de los menores del zapatero Bernabé Romero, representado por su
guardador Bartolomé Atero, unas 260
arrobas, que le importaban 845 reales. No se fiaban
de la palabra dada y debían
bajar al llano para comprobar los términos del contrato. El escribano, el
oficial y los contratantes bajaron al llano y quisieron aprovechar la
visita para hacer una cata del vino
cuyo contrato trataba
sobre su venta.
En
la calle Mesones Bajos, se pararon ante el
monasterio de la Trinidad, un edificio en medio de ruinas y solares
abandonados. Contemplaron el bullicioso movimiento de canteros y al maestro de cantería, mientras les ordenaba la tarea de
subir unos sillares a una pared
recién levantada en un solar que las
monjas habían comprado a una hidalga familia castillera, con el que habían
ampliado aquel convento de reducidas
dimensiones. El convento no era sino una simple templo y encima de él todo el
servicio del monasterio, formaba un pequeño complejo de casa, con el patio y
huerto, y, el aspecto externo de los
solares linderos era desolador al estar integrado por una casilla , y un
comercio de cantarería y tinajería hundido.
Su
colega Gutierre de Burgos había visto las dependencias del convento, había
entrado para hacer testimonio ante un
pleito y le había referido que era muy estrecho y que, por esto, todo su servicio se montaba sobre
el cuerpo de la iglesia , e que, para poder ensancharlo e labrar, no había otra cosa más cómoda ni de menor perjuicio que edificar los dichos solares y meterlos
con el dicho monasterio.
Se
encontraron con un vecino del convento,
Aparicio Martínez de Colomo y los saludó.
-Buenas
tardes, señores.
-De
obras.
-Ya
era hora. Pues, por no repararse ni tener
cuenta con ella los poseedores, todos estos solares se han caído y han venido a menos acabando de tal manera que se ha
venido a perder y hundir, y solamente sirve de muladar.
-Ya lo vemos,
se han echado en los solares de
ella muchas inmundicias , está todo hecho solares.
-Claro
solamente se ha habitado de presente de
toda la dicha posesión una casilla muy
pequeña.
-Ya
la vemos que está muy maltratada , para
caerse.
-Menos
mal que han dejado al convento que los compre, porque, si no hubiera sido así,
hubiera redundado en mucho daño y
perjuicio del dicho monasterio.
-¿No
lo veis? las inmundicias, que es lo que son los dichos solares se han echado y echan, de
modo que han subido tanto que casi se
señorea el huerto que tienen las monjas y el patio del dicho monasterio
Es
evidente que la pared, que está entre el monasterio y los solares, está muy maltratada y muy baja,
por donde por ser el dicho monasterio de monjas esta muy a peligro.
Se
acercó otro vecino y entró en la conversación creyendo como si hablaran con
el síndico o el personero de la ciudad. Alonso López de Antequera puso fechas y datos:
-Cómo no iba a estar en este
estado, desde 1570 se habían hundido por no haberse hecho reparo alguno y solo
servía de cerrajero de puercos y de
muladar. Aquí han echado y echan muchas
inmundicias por lo que el dicho Monasterio de la Santísima Trinidad ha recibido
y recibe mucho agravio
- E perjuicio
-Pues no solo por tener los dichos solares en linde
con él sino por el hecho de que se
señorea las ventanas e patio del monasterio, el cual es tan angosto y estrecho que no tienen las monjas donde
poder estar , porque no tienen celdas ni refectorio ni lo demás que requiere
para un monasterio de tanta honestidad e recogimiento.
-Bendito sea el señor abad, que les
ha permitido, por fin, que pudieran comprar estos solares deshabitados , pues,
aparte de la renta percibida, pueden para emplearse en otros usos.
.Claro que sí , porque ha redundado mucho aprovechamiento y el principal en
ensanchar el dicho monasterio.
-Además, se han matado dos pájaros de un tiro, pues es beneficio de la memoria que quedó sobre las dichas cantarerías:
al venderlos al dicho monasterio, con el valor que de ellos se ha dado, se podrá
emplear en otra cosa. Y ahora el
poseedor no tiene renta de los dichos
solares y de esta manera se puede
cumplir con la dicha memoria, la cera y
misa de sus antepasados.
-Y, además, don Gome, usted me
dirá si se acuerda bien.
-¡Qué me dice! Lo de aquella
noche en la que se encontró a un grupo que empleó este lugar para cometer cosas
indignantes, ya sabe, es el principal escondedero
en donde se ofende diariamente a Nuestro Señor.
-Dígame, dígame- se hizo el sordo
y el ausente el escribano como si no le afectara el asunto.
-Que no , que no puede
soportarse este lugar lleno de inmundicias
en mitad del pueblo. Si ya se han hundido todas las dichas cantarerías y edificios y está todo hecho corrales y solares
desiertos y no sirven de otra cosa ni han servido, de muchos años a esta parte, sino
de recostadero de muladares, ¿por qué tenemos que soportar que echen las inmundicias y que se escandalicen
nuestras mujeres y niños cuando acuden aquí de noche a
folgar mujeres e hombres por ser
lugar desierto y encubierto?.
-Y los niños que están todos los
días jugando y haciendo travesuras y cometiendo desde muy jóvenes muchos escándalos.
- Y lo que es peor, el dicho
monasterio ha recibido y recibe muy notable agravio e perjuicio , los presencia
en vivo, no pueden taparse los ojos las monjas, porque solamente entre medias
de los dichos solares y el dicho
monasterio tiene una pared my baja
Sintieron una gran
alegría al ver que las obras eran una realidad para evitar s inconvenientes e perjuicios y que
los dichos solares e corrales ya eran propiedad del monasterio. Los habían limpiado e incorporado en el dicho monasterio. Ya no había lindes
sino que había ganado su extensión en amplitud, de modo que, cuando acabaran
las obras el dicho monasterio, no sería
ni estrecho ni angosto, porque no tenían las monjas, que en el estaban, celdas
ni refectorio ni otros aposentos que tienen en otros monasterios semejantes.
Además,
señalaban que sería cosa de mucha
utilidad e aprovechamiento no solo al poseedor de las dicha memoria y al dicho monasterio
sino también para toda la vecindad e aún
para todo el pueblo e ornato del haber vendido los dichos solares al dicho monasterio.
-Siempre los mesoneros son los
pregoneros del pueblo, no hay día que no
estén quejosos con algo , porque no se
conforman con nada. Nos han puesto al día de todos los detalles.-Dijo
Antón para cortar la conversación que caía en un detallismo,
que no podía aguantar.
Lo
interrumpió, inmediatamente, el arriero
que les dijo que tenía prisa, porque debía llevar aquella tarde una carga a los
pueblos de alrededor de Granada y se le
echaba el día encima.
-Debemos llegar a la bodega del
clérigo Juan Ruiz, en la calle Llana. Pues, tengo, que firmar el contrato y
,luego, recoger la guía en la puerta del Arrabal.
-
¿Están almacenados en este lugar? -preguntó el escribano.
-Allí están. Como ve, otro clérigo con viña, poseen casi todas las aranzadas de viñas del ruedo de la ciudad, la Ladera, de la Solana del Rosalejo, los pagos de la Acamuña,
Monterrey, Fuente Rey, Valcargado, San Bartolomé,
-O están administradas por un colega suyo, sea capellán o un presbítero.
-Y eso que los pagos antiguos
eran de familias de los descendientes de los conquistadores.
-Y has dicho las del ruedo, pero,
todavía quedan algunas viñas en el prado de san Sebastián, los cerrillos de los
Palacios, Caballeros y el de las Mentiras, los parajes de las fuentes del Arzobispo, Conejo, Cañuelo, y de
la Higuera, San Marcos, el Barrero, la
Moraleda, la Lancha, Tal de Arroba y los alrededores de la Fuente Nueva.
-Fíjate-le interrumpió el
escribano- mira la zona de la Viñuela, el paisaje urbano se entremezcla con los
viñedos.
-Y, en los cortijos-apostilló
Antón- dirigiendo el dedo hacia la Mata- con
el monte, el cereal y en las cabezadas el viñedo.
- Ya lo sé, y el clero
hasta domina el almacenamiento,
se ha enriquecido con las herencias y capellanías.
-Los que se han enriquecido, mi
señor, son esos tres o cuatro medidores del
vino que se guardan una parte del vino bueno
y venden el de menos calidad. Esto va
a ser nuestra ruina. Si no lo
remediamos con medidas de lebrillo rasas
y agujero grande.
-Es el único trato que se saca de la ciudad, a dos mil arrobas diarias. Y ellos controlan todo. Para colmo, nosotros
todo lo almacenamos en tinajas, y no en
cubas; sin canilla alguna para sacarlo, por medio de unas medidas que no se
llenan del todo para no derramarlo, y quien sabe lo que se arremanguillean
estos medidores. Nosotros en la cadena
del trabajo, sin renta alguna.
-¡Qué picaros! Son los únicos que
emplean los azarcones.
-Azarconean-mientras realza la
voz y finge un movimiento de rapiña simulado un arpón persa.
- Los demás, cada uno con su
trabajo: los viñadores cortan las uvas en la viña sin alejarse de ellas a no ser por agua o comida, los guardas a proteger las viñas de los destrozos de los ganados, nosotros trasladamos las uvas en capachos a lomos de asnos, mulos y a veces carretas de bueyes, y, bajo el control del aperador, se pisan en lagares de campos o en las mismas casas
sin que entre nadie ni el limosnero del Santísimo Sacramento; luego el
vino se almacena en sus tinajas, las más célebres las de
Antón de Alcalá.
En este caso, hemos contratado esta bodega. -Contestó el arriero.
-¿Cómo es el vino?
- Añejo bueno, razonable, malo y vinagre. Hay de todo, como en botica.
-¿Cuánto cuesta la arroba?
-A tres reales y cuartillo.
-Me comprometo a pagarlos para
los santos del próximo año, conforme me lo vaya llevando para venderlo.
-¿ cómo está el mercado?
-Regular. Tenga en cuenta que en
el mismo Alcalá hay ochenta puestos de taberneros y particulares como mesoneros y venteros, y nos hacen la
competencia al vender más barato, ya que tienen otros recursos
complementarios.
-Siempre dicen lo mismo.
-Pero en la Alhambra y en las
tabernas de Bibrambla, la Nueva Alhóndiga y Puerta Elvira de Granada, nunca falta desde la
primavera nuestros caldos.
-Ni ahora en las tabernas de la
capital y en muchos pueblos de la
campiña, sierras del Santo Reino, de Córdoba, Málaga ni en las ventas de los
caminos como en Puerto Lope , en
Campillo, Cabrilla, Moclín, Motril o
Guadahortuna. o los estancos de muchos pueblos.
-En Granada. si no fuera por la
carta de privilegio de la reina doña Juana y su hijo el emperador Carlos, nos las veíamos celestes.
Ya comienza a notarse la competencia de otros lugares.
-Pero, tienen otros estancos y
mercados.
-Sí, algo en tierras de Iznalloz,
los mercados de Guadajoz, Noalejo, algunos pueblos de Jaén...pero lo que , en realidad,
se bebe casi la mitad en las bodegas de
Alcalá.
-Pues, a mi gustan mucho nuestros
caldos.
-Nuestro torrontés de uva amarillenta y dulzón, y el tinto del
terreno se salvan por el momento, pero
lo que son el baladí y los vidueños y de mala casta, y no digamos el de
estrujón deben quedar para consumo interno. Siempre los compradores nos piden
la "yema" del vino y desechan el estrujón.
Entraron
a la casa y se acercaron al cuarto de
abajo, donde estaba alojado el pequeño lagar. Un estanque de piedra revestido
de yeso o lagareta servía para acumular el mosto, y, en el
lado más estrecho, se abría un
orificio que comunicaba por una canaleta de una teja
invertida a un posadero cóncavo de
una tinaja donde se colocaban los cántaros y vasijas. En una plataforma
rectangular, se encontraba la prensa de
viga que daba al patio, donde usaban pequeñas maderas y unas grandes piedras para
exprimir los gajos de la uva prensada y pisoteada. En el interior, tenían colgados los canastos de uvas y los serones de
mimbres para transportar la uva. Luego,
bajaron a la bodega bajo arcos de medio punto de piedra encalados y
sucios por el color de ocre oscuro y ,
de momento, se taparon las narices por
el fuerte olor a mosto fermentado que salía de las tinajas. Se subieron a unas escaleras de madera y
atados los peldaños con ramales de soga
desde donde contemplaron el llenado de
cada una de ellas. Varios jarros y un cazo colgando de la pared. El cura les dio a beber a cada uno un jarrete de
torrentés que les calentó el cuerpo en aquella mañana invernal. Intentó el
arriero y arrendador que le hiciera una rebaja de la renta al cura. y este le contestó:
-Imposible.
-¿Cómo?
-No puede ser ,al peón de cavar
le pago dos reales y medio y la comida del mediodía; al peón de vendimiar, a real cada día y tres comidas; al de podar
dos reales y medio secos, pero si quiere vino, dieciocho cuartos; al peón de
rozar en otoño real y medio; al de desenterronar, dos reales secos y al
mediodía aceite, vinagre . aceitunas o lo que dé el tiempo sin el pan que lo
pone el peón; a los acarreadores a real y medio; al pisador a tres reales, y
añade la sisa, los diezmos, el pie del altar, y la santa cruzada.... .
A
Gómez Muñoz se le subió el vino a la cabeza,
y hablaba hasta por los codos sobre los vinos, los privilegios de los
reyes, la calidad de las uvas, de los catadores de vinos, de los estancos...Le
tuvieron que cortar el discurso para terminar el documento de la guía. Volvió
por la calle del Rojo, se acercó al Pozuelo de San Juan, y, desde la calle de
la Zubia, junto a una cruz legendaria de
amor por una dama entre dos caballeros, exclamó: "Mento mori" y "Miserere mei". A sus acompañantes, les
hizo revivir historietas y aventuras de aquel solar, que ahora se urbanizaba, y había sido sitio de sus primeros pasos de su
niñez y juventud, donde jugaba con los de su edad y compartió los primeros lances amorosos con algunas doncellas y mozas a escondidas de
sus padres en las noches de las vísperas de las fiestas navideñas y de Semana
Santa. Se puso melancólico y algo
alicaído Lo quería olvidar, pues aquella cruz que le impedía rehacer su vida. Le
dijo a Antón:
-Ya
te contaré el día en el que me gané con
la barra una apuesta que no se hizo realidad.
Al
pasar por la puerta del Arrabal, el
arriero le señaló el mesón donde tenía preparados sus asnos de cinco cargas para treinta arrobas.
-¿No
veis que ahí está la faena preparada? Yo no formo parte de las nuevas compañías
de arrieros, me valgo con mis propias y únicas
manos. todo lo me lo guiso y me lo como.
No perdamos tiempo.
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