EL
ARRABAL-
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Alcalá
la Real. Año 4. Número 33. Primera Semana de abril de 2005
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Director. Francisco Martín Rosales.
UN ACTA MUY IMPORTANTE,
CINCO DE DICIEMBRE DE 1746
Muchos cabildos municipales
han sido importantes para la historia de Alcalá. Pero, los hay que pasaron. Y
no trascendieron, otros se celebraron y no llegaron a efecto. Todos ellos nos
aportan informaciones.
En este cabildo, el
ayuntamiento estaba presidido por el corregidor interino José Vicente Alcaide,
abogado de los Reales Consejos, y formado por los regidores José de Estrada
(También alcaide) Manuel de Lastres (que
al mismo tiempo disfrutaba del cargo de alférez mayor y era caballero de
la Orden de Calatrava), Felipe José de Rincón, Antonio de Utrilla, Pedro José
de Góngora, Juan Beltrán de Callava, y Diego de Hinojosa y l jurado Pedro de
Covaleda Nicuesa.
Como costumbre intemporal,
entró el portero y comunicó que había citado a todos los regidores y jurados y
justificó las ausencias. Lorenzo de la Cruz, accidentado, Juan de Alcalá,
ocupado en el Pósito, y Félix de Mesa Miguel de Espinosa, vecinos del Castillo.
UNA ORDEN DEL MARQUÉS DE LA
ENSENADA
Entre los asuntos, EL
Marqués de la Ensenada comunicó ala orden real por la que eximía del pago de la mitad de arbitrios del
valimiento a todos los pueblos. Pero el ayuntamiento, lo que era habitual,
protestaba la orden y entablaba un
pleito por considerarse exenta de sisas y encargaba a los delegados de
pendencias y pleitos que tomaron cuenta en el asunto.
OTRA DE IMPUESTOS
Se le reclamó por José López
Bolaños, superintendente general de la Real Hacienda de Jaén y su reino la
parte correspondiente a los tercios de los
meses que cumplieron en marzo,
julio y noviembres, referidos a la
cobranza de las extraordinarias de contribuciones de paja y utensilios.
Este impuesto estaba relacionado con el equipamiento y manutención del
ejército y se repartía entre los vecinos ( suponía 9.994 reales). Para apremiar y realizar las
operaciones de espera se encargaba a los comisarios de este impuesto.
SE RENUEVAN LOS CORTIJOS
En aquello tiempos, las
licencias urbanísticas debían ser aprobadas por el ayuntamiento.
Principalmente, cuando se trataba de cortijos, mansiones y viviendas rurales.
Para ello, tras la petición del interesado, se facultaba a un regidor que
emitía un informe. En este caso, el regidor Diego de Hinojosa informó sobre la
reedificación del caserón, situado en los Yesares que era propiedad de Juan de
Callava y anteriormente pertenecía Pedro Alonso de la Herrera. Al estar
arruinado este caserón o albergue, se permitió su reedificación.
UN URBANISMO RACIONAL
Es frecuente por estos años
el remozamiento de la ciudad, la apertura de espacios públicos, y la
racionalización urbanística, evitando rinconadas, abriendo calles y apostando
por el damero para la trama urbana.
EL PASEO PÚBLICO
Un acuerdo muy importante
para el planeamiento urbanístico de la ciudad fue el replanteo de una
alameda en el ejido con fin ornamental.
Así lo acordaban.
“En este cabildo se vio un memorial del Muy reverendo padre guardián de
Padres Capuchinos de esta ciudad, por el que se suplica a la ciudad le conceda
licencia para que pueda poner una alameda en la parte de la calzada que vaja al
convento, para que lo hermosee, zercando para que lo hermosee, zercando para que se guarde de
los ganados y quede sólo para el uso de los vecinos y aspecto público. Y por la
ziudad visto acordó conceder, concedió
licencia a dicho M. Rdo. Padre Guardián para el plantío de dicha alameda y
zerca de ella y para que execute la ziudad nombra por caballeros comisarios que
asistan a dicho plantío, a los señores don Phelipe del Rincón y Juan de Tapia”,
por quienes se decrete a continuación del testimonio que se ha de dar de este
acuerdo, para que siempre conste”.
JUNTO A LA FUENTE DE LOS
ÁLAMOS
Juan de Tapia tenía una casa
en la calle Fuente Nueva, lindando con
el Pilar de los Álamos, además tenía necesidad de hacer obra en su casa.
Para ello, solicitó.
“. A que respecto a que
entre la casa y el frontis de la fuente ay un descubierto, donde poder hazer un
corredor y siguiente a la pared que haze esquina
al exido un rincón que no sirve a
persona alguna; suplica a la ziudad le
conceda licencia para poder fabricar un corredor sobre el frontis de la dicha
fuente y seguir una pared, en la que coge la posesión de dicho ser don Juan
quitando la rinconada; y por la ziudad, oido lo expuesto por dicho señor don
Juan y teniendo presente no seguirse perjuicio a terzero alguno, antes de
servir de adorno al expresado sitio y
fuente, acordó conceder y concedió la licencia que pide el dicho señor don Juan
para una y otra obra quedando salva la puerta que sirve para el reconocimiento
de la arquilla de agua, y que para guarda de su derecho se le dé testimonio de
este acuerdo”.
SOBRE EL ORATORIO DE LAS CASAS CONSISTORIALES
Se habían nombrado a Felipe
del Rincón y Antonio de Utrilla, regidores delegados para conseguir que se
celebrara misa en el oratorio de las Casas Consistoriales. Ante esta petición
la Silla Apostólica, les respondió que “sólo
se podrá intentar dicha licencia haziendo hermita y oratorio público con puerta
patente y franca para todos los fieles y separada de la entrada de las Casas
Capitulares y les parezca propósito que la Ziudad hiziese fabricar dicha
hermita en el sitio y solar desocupado que se halla por la parte que mira a la
calle que llaman del Bordador inmediato a estas casas, lo que será no de la mayor costa pero muy del bien común
de todo el vecindario inmediato a la plaza, y con estas causales se podrá tratar la dependencia con el señor Gobernador Juez Eclesiástico, y
así la ziudad se servirá determinar lo que fuere de su agrado”.
Y lo que es más interesante
y conocer el origen de la pintura de Santa Bárbara, radica en el siguiente acuerdo:
“Y por la ciudad oído y
atendiendo a lo que precisa el que se zelebre e Santo Sacrificio de la Misa
inmediato a estas Casas Capitulares y que de hazer la obra se redimen los
grandes gastos de breves temporales, acordó que dichos caballeros comisarios
acudan a pedir licencia icho gobernador para poder fabricar la hermita pública
en el sitio que han propuesto con al invocación de Santa Bárbara y de Santa
Catalina Mártires, para lo qual hagan memorial con testimonio de este acuerdo
y, asimismo dispongan a la mayor brevedad la fábrica de dicha obra y PINTURAS DE LAS COS SANTAS,
cuyo gasto la ciudad libra en los propios y su mayordomo, sacándose a pregón y
`precediendo declaración y aprecio del maestro de alarife que arregle y
plantifique la dicha obra, y todo su costo y de la postura que se hiciese se dé
quenta a la Ciudad que sobre todo vaya tomando las devidas providencias con que
debe concurrir a un fin tan deseado, y si para ello y de resulta de la
conferencia con dicho Gobernador fuere
necesario escribir esta ciudad al Illmo.
Sr. Patriarca Abad Mayor de esta Abadía, lo hagan los dichos caballeros en
forma de ziudad, pues para todo ello se les da poder y comisión”
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