LA PUERTA DEL GABÁN DE LA MOTA
En la ciudad fortificada del siglo XVI, la plaza baja
se componía de varias tiendas de la ciudad,
del cabildo y de particulares ( dos
boticas ), un mesón y la puerta de la
Plaza
Esta plaza baja siempre fue muy importante, pero aún más hasta
la tercera década del siglo XVII. Era el centro de la vida social de la
ciudad fortificada, y, sobre todo, para los parroquianos de Santa María. Al
mismo tiempo presentaba para los
visitantes un aspecto atractivo, dentro del anárquico diseño de la ciudad
militar, guardaba cierta armonía urbanística en su entorno y, lo que era muy
significativo, por aquellas fechas. Todavía quedaban restos del pequeño
comercio de la ciudad, ya que las autoridades obligaban a los comerciantes y a
los hombres de oficios a que allí vendieran sus productos para no perder los
privilegios que disfrutaban por ser ciudad de frontera gracias a esta fortaleza
de defensa militar. Tenía casi una forma circular y, a su alrededor,
se levantaban edificaciones de planta baja, destacando por lo alto de ellas el
Trabuquete, la torre del Argamasón y el edificio de la Mazmorra.
¨La plaza estaba rodeada de una serie de tiendas,
desde su puerta de entrada del Peso de la Harina hasta la salida a la
calle de las Cuatro Esquinas y la de Ordóñez. En los primeros años, se
encontraban también varias casas que funcionaban de los alhoríes del pan y
recogían el trigo de propios y pósito, junto a una de las tiendas.
A partir del siglo XVI, en la entrada, precisamente, se
encontraba la tienda de la Escaleruela alta o tienda del
Contraste, y frente a ella, junto a las casas del
ayuntamiento, dos tiendas pertenecientes al cabildo
municipal, y otras dos, pertenecientes a
la Iglesia Mayor, una de la capellanía de Hernando de
Contreras y otra del cerero Alonso García,( casado con María de
Frías, que poseía una casa y tienda, vendida por Diego
Cabrera), linderas con casas de Juan de Aranda y casas de la
ciudad, donde se vendía la cera en el surtido de hachas, hachones,
teas, y velas . Todas eran de cantería, talladas por los canteros de origen
norteño, como Domingo Oribe, Martin Izquierdo y los Bolívar, y
estaban ligadas con la parte posterior de la antigua capilla mayor y
la torre de la iglesia gótica. La primera tienda del cabildo tenía un alto y un
bajo y se encontraba en la esquina de la plaza arrimada a la Iglesia
y se comunicaba con sus tiendas. Se encontraban otras dos más alejadas, la de
la mazmorra y una botica, donde los físicos preparaban los mejunjes y jarabes
para paliar los tabardillos, las enfermedades venéreas, la
gota y las pulmonías que tanto se propalaban entre los
vecinos de la fortaleza. Cuentan que causó un gran impacto el bálsamo, que, con
licencia real, trajo en 1571 el protomédico Juan de Granada para curar heridas.
Los vecinos la denominaron Botica Vieja y era perteneciente a los
Aranda y, junto con el edificio de la mazmorra, se vino abajo en el año 1672,
que servía de tienda y casa para aceitería.
En algunos documentos la tienda de la mazmorra se denominaba con el
nombre de alhorí y debía hacer referencia al antiguo pósito situado dentro de
la Mota. Horadada en la roca se accedía por medio de una escalera de madera y,
actualmente, protegida por un brocal modernista. Junto a ella, se encontraba la
casa de una de las ramas de la familia Aranda, utilizada como mesón,
según parece por los restos de sus pesebres que responden a las caballerizas de
las antiguas casas de María de Aranda y en el siglo XVI se arrendó por mesón a
un converso perteneciente a la misma familia. Ya, en 1576, se unieron dos
caballerizas, las de un tundidor y la del mesón del clérigo Cabrera o Aranda
Estas casas causaron grandes destrozos en las Entrepuertas con sus desagües que
se contemplan en los restos de las Carnicerías. También llego a utilizarse como
cuartel de soldados. Esta se abría a la plaza con una tienda hasta
principios del siglo XVII.
. Frente a estas tiendas, se encontraban otras propias del ayuntamiento alcalaíno. En 1569, un censo comprometido por el cabildo municipal para hacer frente a los gastos de los fallecimientos de los principies, nos resumía esta situación: Una tienda y casa que se dice de la Mazmorra, que tiene renta Francisco Hernández Jabonero, linde con la Botica Vieja; tienda Vieja de Botica en la Plaza Baja, linde con la tienda de la Mazmorra, la usa de botica Alonso Rodríguez; tiendas de Argamasón, que están metidas en murallas y adarve encima de la Puerta Segunda, como salen de la Plaza, que es de propios; una tienda y alto y bajo de ello, que son de propios de esta ciudad en la esquina de la Plaça baja e arrimada a la pared de la Iglesia, que tienen Juan Francés y Juan García morisco.
Un adarve redujo el recinto de
la plaza y quitó su vista panorámica. De ahí que en 1571 sufrió varias
rectificaciones con el fin de que se encerrara toda ella por medio
de un antepecho y de todas las portadas de piedra que abrían las pequeñas
mansiones y tiendas de oficios. Por este tiempo, solían ser los comerciantes y
tenderos de origen portugués, francés e, incluso, algún que otro morisco o
judío. En este lugar, solían acudir los vecinos de los barrios altos y bajos a
comprar el pescado que traían los playeros; las hortalizas y frutas de los
hortelanos del Castillo, Fuente Rey y Riberas; y otros productos como las
especies, la cera y las menudencias.,
La Tienda del pendón se utilizó antes de la caída de la torre como sala de
cabildo hasta la construcción de las Casas de Cabildo a finales del siglo XVI.
Posteriormente hasta 1581, se arrendaba como tienda de propios y despareció
tras del derrumbe. La tienda del argamasón estaba incrustada en la muralla y el adarve encima de
la Puerta Segunda, conforme se salía de la Plaza, y era de propios. Esta tienda
más famosa del Argamasón, que, a mediados del siglo XVI, arrendaron Martín
Alonso y Ana de Aguilera por ser de propios de esta ciudad, tras la muerte de
los anteriores arrendadores a Alonso de Rueda y su mujer y tres hijos. Como la
arrendaron durante muchos años esta nueva familia de Aguilera, le dio el nombre
a la parte de la torre a la que estaba adosada, por ser su vivienda de
Argamasón, pues ocupaba todo el adarve y su muralla y estaba cubierta con un
tejado. Fue reconstruida en 1572, y se realizó con materiales pasajeros como
yeso, y techumbre de tierra y tejas. No siempre se emplearon
con finos comerciales, sino que fueron en ocasiones sede
de varios escritorios y pescaderías, tienda de la cera, junto
con las dos boticas.
Desde el adarve LA TIENDA DE
LA BOTICA VIEJA, colindaba con la tienda
de la casa de la Mazmorra y solía arrendarse por botica acudiendo varios
farmacéuticos importantes, como Sebastián de Quesada, Barea, Taste, o Alonso de
Jerez en el siglo XVI, y Melchor de los Reyes Mejía en el siglo XVII. LAS TIENDAS DEL CABILDO, en 1595, eran cuatro tiendas en Plaza Baja, linde unas
con capellanía de Hernando de Contreras, clérigo, y con las Casas de Cabildo y
otras con casas de Alonso García Cerero. Esta última disponía de alto y bajo de
ello y se encontraba en la esquina de la Plaza baja y arrimada a la pared de la
Iglesia, que por cierto tiempo fueron arrendadas tienen Juan Francés
y Juan García morisco. Estas desaparecieron con la reforma de la iglesia.
Existía otra que se denominaba” Tienda del Contraste”, se quedó
Pedro Núñez y eran donde se guardaban pesas y medidas. Y la TIENDA BAJO LA
ESCALERUELA que, hasta los primeros decenios del siglo XVII, se mantuvo esta
tienda de la Escaleruela. Solía ser arrendada a comerciantes foráneos y, entre
ellos, destacan los moriscos, que se vieron afectados por las medidas reales de
expulsión a partir de 1609. Junto a ella estaba el portón del pescado con dos
tiendas denominadas tercias del pescado bajo la Escaleruela. Cercana estaba
otra tienda con el nombre de Tabla del Tocino. Las TIENDAS BAJO EL PORTÓN DEL
CAÑUTO estaban situadas en el entorno de la Plaza baja se arrendaba a los
comerciantes y escribanos cono el título de Tienda del Portón la Plaza Baja.
Hay noticias de comerciantes judíos y de origen portugués relacionados con el
cambio de dinero y, sobre todo, con el comercio de paños y
telas. Entre ellos la familia de los Núñez que se vieron
implicados a principios y mediados del siglo XVII con varios
expedientes de la Santo Oficio de la Inquisición.
-Bueno, muchas tiendas, mucho trato,
mucho comercio, contraste,
En el siglo XVII, quedaron cinco tiendas, un mesón, y comenzaba a abandonarse este recinto comercial
y ubicarse sus tiendas en la ciudad del llano. En 1615, de nuevo se obligó a
que volvieran todas desde la ciudad llana a la plaza de la Mota; por otra
parte, las tiendas arruinadas se reformaran y se habitaran por todos los
tenderos y mercaderes, ya que se habían ubicado en la nueva calle Real y otros
lugares de la ciudad llana. Fue un intento baldío de ocupar las tiendas de la
plaza baja y alta, las de la iglesia, la botica, la de la Mazmorra, las de la
plaza alta de la Mota, la de la Escaleruela, las de las Entrepuertas, la del
Postigo junto a la Puerta de la Imagen, las del Albaicín, en el adarvillo de Moya,
junto al Pósito y junto a la Alhóndiga.
E l Gabán.
Es curiosa esta
palabra, un arabismo. Que se refiere a un sitio cubierto con una bóveda
ahuecada en la muralla.
Diferente a lo que hoy no se
encuentra. Y es difícil imaginarse algo que ya no existe, aún más cuando sólo
se encuentran los arranques y lienzos de la muralla con sus adarves, que
soportaban uno de los más bellos miradores de la fortaleza de Aben Zayde. Desde
lo alto de este ficticio y actual adarve de los años veinte del
siglo XXI, se puede contemplar la
iglesia de Santo Domingo. Debió sufrir continuamente los
inconvenientes de ser una obra vieja, pero atrevida, pues se recalaba, y hubo
que hacerle una repisa en los pies en el año 1572. En su interior, estaba
el cañuto, y junto al cañuto, estaban nueve tiendas pertenecientes a los bienes
de propios del cabildo municipal, que solían subdividirse en el siglo XVI, por
medio de tabiques, con el fin de aprovechar mejor el espacio y sacar más
fuentes de propios. Estos sobresalían desde la plaza, y, en su largura y
extensión, se interrumpían con las dos torres: la del Gabán que algunos
escribanos denominan del Farol o aposento de la Justicia, debido a que estaba
colocado encima de ella, y la del Pendón. Es una lástima que no
queden sino parte de algunos muros adosados, uno sobre el otro, como si se
tratara de una superposición de láminas, con el fin de arreglar los entuertos
que se iban produciendo con la caída de tan majestuoso monumento. El Cañuto se encontraba
en la muralla del Gabán. Y decíamos: "Hay
muy pocos arabismos que se han quedado en la Mota: adarve, aljibe, almena,
escopetar, mezquita, Zayde, ...y gabán-
Esta calle cubierta que descendía hacia el arrabal Viejo, concretamente desde la Plaza al barrio de la iglesia de Santo Domingo, y empedrada en su interior como cualquier otra calle, incluso en algunos sitios de su trazado hubo algunas tiendas, donde se quiso colocar las pescaderías en 1574. Los regidores de este año así lo describían, lo que recogemos para que comprendamos algunos detalles de este sitio: se haga la pescadería debajo del cañuto por inconvenientes de venderlo (…) en derecho como se baja de la plaza por el camino debajo del Gabán en el grueso debajo de la plaza, que es donde ningún perjuicio recibe el Gabán, la muralla ni particular ni la calle y está cubierto y costará poco. La dicha pescadería se haga allí encima del arco del repeso de la romana y bajo.
No
sólo hubo y tiendas en la entrada, sino también en la salida hacia la calle que
descendía a la iglesia de Santo Domingo, por un documento firmado ante Luís de
Cáceres lo constatamos. Tiene fecha de 22 de mayo de 1571. Cristóbal de la Peña
firmaba un censo o préstamo con el regidor Pedro Fernández de Alcaraz e
hipotecaba unas casas y dos tiendas que se encontraban en el Cañuto, linderas
por la parte alta con la casa del clérigo Hernando de Tordesillas, y por la
baja de Rodríguez el zapatero, manifestando que vivían por aquel tiempo Leonor
del Haro y su hija Isabel, pues no se había derrumbado todavía el Gabán,
y por la puerta con la calle del Cañuto que descendía a la iglesia
de Santo Domingo de Silos.
Con
esto se manifiesta que el recinto debió estar muy habitado y con un fuerte uso
comercial por su entrada y saludad y el recorrido interior,
Añadimos un nuevo dato, que recogemos del escribano Alonso Ramírez de
Molina (Legajo 4724, Año 1570). Con fecha de 14 de octubre de 1570, ubica una
parte del Cañuto, La Puerta Baja del Cañuto. Se recoge en una carta de dotal
entre Juana de Castro y Antón García de Extremera, la esposa hija de Juan de
Castro, le dona como dote en dineros 28.000 maravedíes, prendas básicas de
ajuar como sayo, sayuelo, camisas...y doce fanegas de trigo y unas casas, que
se describen así:
"unas casas en el final de la Puerta abajo del Cañuto, linde con casas
de Juan de Castro y el adarve de la Puerta Zayde" valoradas en 23.000 maravedíes. Por lo que se
describe que la salida del Cañuto por la parte baja se cerraba con una Puerta,
cercana al adarve de la Puerta Zayde y unas casas a su derredor, las de Juan de
Castro.
LA PUERTA DEL GABÁN
En la plaza Baja, por la parte alta del Cañuto se abría una puerta que
llamaban DEL GABÁN. Hasta el siglo XVII,
la entrada a la plaza baja se hacía por esta puerta situada en el adarve
de debajo el antiguo Gabán. Esta Puerta también aparece como Puerta de la
Plaza. Recibió el nombre del Peso de la Harina, por el hecho de que se
encontraba cercana a la casa de los Pesos y Medidas de la ciudad
para controlar las cargas del trigo y harina de los arrieros antes de ir a los
molinos de las Riberas y establecer la correspondiente maquila. Introduce a los
visitantes a la Plaza Baja de la Mota. La actual torrecilla que
cobija a una bóveda de medio cañón que abre el arco de medio punto de entrada
se restauró en los años noventa del siglo XX. Se adentra por un arco apuntado
con un rebaje que señala una estructura anterior referente al Gabán.
No
es de extrañar que la puerta se llamara también del Gabán Por un documento de junio de 1623(legajo 49761 folio
480v-481) Isabel de Bocanegra y su marido Alonso Gutiérrez Medrano contrataban
una tienda en la plaza baja a Juan Garzón, mercader” la que está junto a la
puerta Puerta(sic) del Gabán”. Lo hacía con la temporalidad de dos años y seis ducados
de renta anual y dar 24 cuenta al propietario de la madera que entregare.
Curiosamente aparecen de testigos los maestros de cantería de la Iglesia Mayor
Abacial Miguel Guerrero y Juan Caderas Riaño-.
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