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jueves, 26 de septiembre de 2024

LA PUERTA DEL GABÁN DE LA MOTA

 

LA PUERTA DEL GABÁN DE LA MOTA

En la ciudad fortificada del siglo XVI, la plaza baja se componía de varias tiendas  de la ciudad, del cabildo y de  particulares ( dos boticas ), un mesón  y la puerta de la Plaza

 







 

 

 

Esta  plaza baja  siempre fue muy importante, pero aún más hasta la tercera década del siglo XVII. Era el centro de la vida social de la ciudad fortificada, y, sobre todo, para los parroquianos de Santa María. Al mismo tiempo  presentaba para los  visitantes un aspecto atractivo, dentro del anárquico diseño de la ciudad militar, guardaba cierta armonía urbanística en su entorno y, lo que era muy significativo, por aquellas fechas. Todavía quedaban restos del pequeño comercio de la ciudad, ya que las autoridades obligaban a los comerciantes y a los hombres de oficios a que allí vendieran sus productos para no perder los privilegios que disfrutaban por ser ciudad de frontera gracias a esta fortaleza de defensa militar.  Tenía casi una forma circular y, a su alrededor, se levantaban edificaciones de planta baja, destacando por lo alto de ellas el Trabuquete, la torre del Argamasón y el edificio de la Mazmorra.   La plaza era pequeña, pero soportaba el trajinar y el bullicio de los que pasaban por su empedrado suelo. Desafortunadamente, en 1623, con la remodelación de la Iglesia Mayor, perdió todo su encanto y atractivo, pues la Iglesia Mayor se apoderó de seis tiendas de sus fondos abaciales y compró al cabildo alcalaíno por 350 ducados tres tiendas municipales, porque las necesitaba para edificar la nueva iglesia cuya fachada oriental puede contemplarse que no realza la plaza, sino que desentona por su frontalidad con los actuales cimientos de los destruidos edificios.

¨La plaza estaba rodeada de una serie de tiendas, desde su puerta de entrada del Peso de la Harina  hasta la salida a la calle de las Cuatro Esquinas y la de Ordóñez. En los primeros años, se encontraban también varias casas que funcionaban de los alhoríes del pan y recogían el trigo de propios y pósito, junto a una de las tiendas. 

A partir del siglo XVI, en  la entrada, precisamente, se encontraba  la tienda de la Escaleruela alta  o tienda del Contraste,  y frente a ella, junto a las casas  del ayuntamiento, dos tiendas  pertenecientes al cabildo municipal,  y otras dos,  pertenecientes a la  Iglesia Mayor,  una de la capellanía de Hernando de Contreras y otra del cerero  Alonso García,( casado con María de Frías,  que poseía una casa y tienda, vendida por  Diego Cabrera), linderas con casas de Juan de Aranda y casas de la ciudad,  donde se vendía la cera en el surtido de hachas, hachones, teas, y velas . Todas eran de cantería, talladas por los canteros de origen norteño, como Domingo Oribe, Martin Izquierdo y los Bolívar, y estaban  ligadas con la parte posterior de la antigua capilla mayor y la torre de la iglesia gótica. La primera tienda del cabildo tenía un alto y un bajo y se encontraba en la esquina de la plaza  arrimada a la Iglesia y se comunicaba con sus tiendas. Se encontraban otras dos más alejadas, la de la mazmorra y una botica, donde los físicos preparaban los mejunjes y jarabes para paliar los tabardillos, las enfermedades venéreas, la gota  y  las pulmonías que tanto se propalaban entre los vecinos de la fortaleza. Cuentan que causó un gran impacto el bálsamo, que, con licencia real, trajo en 1571 el protomédico Juan de Granada para curar heridas. Los vecinos la denominaron Botica  Vieja y era perteneciente a los Aranda y, junto con el edificio de la mazmorra, se vino abajo en el año 1672, que servía de tienda y casa para aceitería. 
En algunos documentos la  tienda de la mazmorra se denominaba con el nombre de alhorí y debía hacer referencia al antiguo pósito situado dentro de la Mota. Horadada en la roca se accedía por medio de una escalera de madera y, actualmente, protegida por un brocal modernista. Junto a ella, se encontraba la casa de una de las ramas de la familia Aranda,  utilizada como mesón, según parece por los restos de sus pesebres que responden a las caballerizas de las antiguas casas de María de Aranda y en el siglo XVI se arrendó por mesón a un converso perteneciente a la misma familia. Ya, en 1576, se unieron dos caballerizas, las de un tundidor y la del mesón del clérigo Cabrera o Aranda Estas casas causaron grandes destrozos en las Entrepuertas con sus desagües que se contemplan en los restos de las Carnicerías. También llego a utilizarse como cuartel de soldados. Esta  se abría a la plaza con una tienda hasta principios del siglo XVII.

.   Frente a estas tiendas, se encontraban otras propias del ayuntamiento alcalaíno. En 1569, un censo comprometido por el cabildo municipal para hacer frente a los gastos de los fallecimientos de los principies, nos resumía esta situación: Una tienda y casa que se dice de la Mazmorra, que tiene renta Francisco Hernández Jabonero, linde con la Botica Vieja; tienda Vieja de Botica en la Plaza Baja, linde con la tienda de la Mazmorra, la usa de botica Alonso Rodríguez; tiendas de Argamasón, que están metidas en murallas y adarve encima de la Puerta Segunda, como salen de la Plaza, que es de propios; una tienda y alto y bajo de ello, que son de propios de esta ciudad en la esquina de la Plaça baja e arrimada a la pared de la  Iglesia, que tienen Juan Francés y Juan García morisco.

Un adarve  redujo el recinto de la plaza y quitó su vista panorámica. De ahí que en 1571 sufrió varias rectificaciones con el fin de que se encerrara toda ella  por medio de un antepecho y de todas las portadas de piedra que abrían las pequeñas mansiones y tiendas de oficios. Por este tiempo, solían ser los comerciantes y tenderos de origen portugués, francés e, incluso, algún que otro morisco o judío. En este lugar, solían acudir los vecinos de los barrios altos y bajos a comprar el pescado que traían los playeros; las hortalizas y frutas de los hortelanos del Castillo, Fuente Rey y Riberas; y otros productos como las especies, la cera y las menudencias.,

La Tienda del pendón se utilizó antes de la caída de la torre como sala de cabildo hasta la construcción de las Casas de Cabildo a finales del siglo XVI. Posteriormente hasta 1581, se arrendaba como tienda de propios y despareció tras del derrumbe. La tienda del argamasón estaba  incrustada en la muralla y el adarve encima de la Puerta Segunda, conforme se salía de la Plaza, y era de propios. Esta tienda más famosa del Argamasón, que, a mediados del siglo XVI, arrendaron Martín Alonso y Ana de Aguilera por ser de propios de esta ciudad, tras la muerte de los anteriores arrendadores a Alonso de Rueda y su mujer y tres hijos. Como la arrendaron durante muchos años esta nueva familia de Aguilera, le dio el nombre a la parte de la torre a la que estaba adosada, por ser su vivienda de Argamasón, pues ocupaba todo el adarve y su muralla y estaba cubierta con un tejado. Fue reconstruida en 1572, y se realizó con materiales pasajeros como yeso, y techumbre de tierra y tejas.   No siempre se emplearon con finos comerciales, sino que fueron en ocasiones sede de   varios escritorios y pescaderías, tienda de la cera, junto con las dos boticas.
Desde el adarve LA TIENDA DE LA BOTICA VIEJA,  colindaba con la tienda de la casa de la Mazmorra y solía arrendarse por botica acudiendo varios farmacéuticos importantes, como Sebastián de Quesada, Barea, Taste, o Alonso de Jerez en el siglo XVI, y Melchor de los Reyes Mejía en el siglo XVII. LAS TIENDAS DEL CABILDO, en 1595, eran cuatro tiendas en Plaza Baja, linde unas con capellanía de Hernando de Contreras, clérigo, y con las Casas de Cabildo y otras con casas de Alonso García Cerero. Esta última disponía de alto y bajo de ello y se encontraba en la esquina de la Plaza baja y arrimada a la pared de la Iglesia, que por cierto  tiempo fueron arrendadas tienen Juan Francés y Juan García morisco. Estas desaparecieron con la reforma de la iglesia. Existía otra que  se denominaba” Tienda del Contraste”, se quedó Pedro Núñez y eran donde se guardaban pesas y medidas. Y la TIENDA BAJO LA ESCALERUELA que, hasta los primeros decenios del siglo XVII, se mantuvo esta tienda de la Escaleruela. Solía ser arrendada a comerciantes foráneos y, entre ellos, destacan los moriscos, que se vieron afectados por las medidas reales de expulsión a partir de 1609. Junto a ella estaba el portón del pescado con dos tiendas denominadas tercias del pescado bajo la Escaleruela. Cercana estaba otra tienda con el nombre de Tabla del Tocino. Las TIENDAS BAJO EL PORTÓN DEL CAÑUTO estaban situadas en el entorno de la Plaza baja se arrendaba a los comerciantes y escribanos cono el título de Tienda del Portón la Plaza Baja. Hay noticias de comerciantes judíos y de origen portugués relacionados con el cambio de dinero y, sobre todo, con el comercio de paños y telas.  Entre ellos la familia de los  Núñez que se vieron implicados a principios  y mediados del siglo XVII con varios expedientes de la Santo Oficio  de la  Inquisición.
-Bueno, muchas tiendas, mucho trato, mucho comercio, contraste,

 En el siglo XVII, quedaron  cinco tiendas, un mesón, y  comenzaba a abandonarse este recinto comercial y ubicarse sus tiendas en la ciudad del llano. En 1615, de nuevo se obligó a que volvieran todas desde la ciudad llana a la plaza de la Mota; por otra parte, las tiendas arruinadas se reformaran y se habitaran por todos los tenderos y mercaderes, ya que se habían ubicado en la nueva calle Real y otros lugares de la ciudad llana. Fue un intento baldío de ocupar las tiendas de la plaza baja y alta, las de la iglesia, la botica, la de la Mazmorra, las de la plaza alta de la Mota, la de la Escaleruela, las de las Entrepuertas, la del Postigo junto a la Puerta de la Imagen, las del Albaicín, en el adarvillo de Moya, junto al Pósito y junto a la Alhóndiga.

E l Gabán.    


Es curiosa  esta palabra, un arabismo. Que se refiere a un sitio cubierto con una bóveda ahuecada en la muralla.

Diferente a lo que hoy no se encuentra. Y es difícil imaginarse algo que ya no existe, aún más cuando sólo se encuentran los arranques y lienzos de la muralla con sus adarves, que soportaban uno de los más bellos miradores de la fortaleza de Aben Zayde. Desde lo alto de este ficticio y actual adarve de los años veinte  del siglo XXI, se puede contemplar  la iglesia de Santo Domingo.  Debió sufrir continuamente los inconvenientes de ser una obra vieja, pero atrevida, pues se recalaba, y hubo que hacerle una repisa en los pies en el año 1572.  En su interior, estaba el cañuto, y junto al cañuto, estaban nueve tiendas pertenecientes a los bienes de propios del cabildo municipal, que solían subdividirse en el siglo XVI, por medio de tabiques, con el fin de aprovechar mejor el espacio y sacar más fuentes de propios. Estos sobresalían desde la plaza, y, en su largura y extensión, se interrumpían con las dos torres: la del Gabán que algunos escribanos denominan del Farol o aposento de la Justicia, debido a que estaba colocado encima de ella,  y la del Pendón. Es una lástima que no queden sino parte de algunos muros adosados, uno sobre el otro, como si se tratara de una superposición de láminas, con el fin de arreglar los entuertos que se iban produciendo con la caída de tan majestuoso monumento.  El Cañuto se encontraba  en  la muralla del Gabán. Y decíamos: "Hay muy pocos arabismos que se han quedado en la Mota: adarve, aljibe, almena, escopetar, mezquita, Zayde, ...y gabán-

Esta procede del árabe qaba, aban, capote,y de ahí recinto con una bóveda ahuecada, que en Alcalá arrancaba a desde la torre de Aguilera y bajaba en su descendía por un cañuto hasta la puerta Zayde, y se enlazaba con otra descendida hacia la iglesia de Santo Domingo.         Esta calle ahuecada recibía el nombre del Cañuto , desde el Arrabal Viejo a través  de sí, bajo el Gabán, un corredor pendiente y empedrado como si se tratara de una calle cubierta, que bajaba con varias rampas a la puerta de Zayde y acortaba el camino a los vecinos que venían del barrio de san Bartolomé o de Santo Domingo. En su trayecto final junto a la entrada a la plaza, se encontraban algunas tiendas que fueron levantadas en tiempos del corregidor de licenciado Cabezas.  Se entraba por un pasadizo rodeado de tiendas, allí se colocaban los puestos de vender harina, cebada y otros productos de la huerta, incluso, el pescado en ciertas ocasiones     Y reafirmamos : se hicieron varias tiendas tajando los lugares en 1571, una de ellas solía emplearse de especería de Martín Alonso (1571) y otras de pescadería. Hay restos  de esta bóveda de cañón y de ladrillo con un remojadero o lagar.

 Esta calle cubierta que descendía hacia el arrabal Viejo, concretamente desde la Plaza al barrio de la iglesia de Santo Domingo, y empedrada en su interior como cualquier otra calle, incluso en algunos sitios de su trazado hubo algunas tiendas, donde se quiso colocar las pescaderías en 1574. Los regidores de este año así lo describían, lo que recogemos para que comprendamos algunos detalles de este sitio: se haga la pescadería debajo del cañuto por inconvenientes de venderlo (…) en derecho como se baja de la plaza por el camino debajo del Gabán en el grueso debajo de la plaza, que es donde ningún perjuicio recibe el Gabán, la muralla ni particular ni la calle y está cubierto y costará poco. La dicha pescadería se haga allí encima del arco del repeso de la romana y bajo




No sólo hubo y tiendas en la entrada, sino también en la salida hacia la calle que descendía a la iglesia de Santo Domingo, por un documento firmado ante Luís de Cáceres lo constatamos. Tiene fecha de 22 de mayo de 1571. Cristóbal de la Peña firmaba un censo o préstamo con el regidor Pedro Fernández de Alcaraz e hipotecaba unas casas y dos tiendas que se encontraban en el Cañuto, linderas por la parte alta con la casa del clérigo Hernando de Tordesillas, y por la baja de Rodríguez el zapatero, manifestando que vivían por aquel tiempo Leonor del Haro y su hija Isabel, pues no se había derrumbado todavía el Gabán, y  por la puerta con la calle del Cañuto  que descendía a la iglesia de Santo Domingo de Silos.

Con esto se manifiesta que el recinto debió estar muy habitado y con un fuerte uso comercial por su entrada y saludad y el recorrido interior,

Añadimos un nuevo dato, que recogemos del escribano Alonso Ramírez de Molina (Legajo 4724, Año 1570). Con fecha de 14 de octubre de 1570, ubica una parte del Cañuto, La Puerta Baja del Cañuto. Se recoge en una carta de dotal entre Juana de Castro y Antón García de Extremera, la esposa hija de Juan de Castro, le dona como dote en dineros 28.000 maravedíes, prendas básicas de ajuar como sayo, sayuelo, camisas...y doce fanegas de trigo y unas casas, que se describen así:

"unas casas en el final de la Puerta abajo del Cañuto, linde con casas de Juan de Castro y el adarve de la Puerta Zayde" valoradas en 23.000 maravedíes. Por lo que se describe que la salida del Cañuto por la parte baja se cerraba con una Puerta, cercana al adarve de la Puerta Zayde y unas casas a su derredor, las de Juan de Castro. 

 








LA PUERTA DEL GABÁN

 

En la plaza Baja, por la parte alta del Cañuto se abría una puerta que llamaban  DEL GABÁN. Hasta el siglo XVII, la entrada a la plaza baja se hacía por esta puerta situada en el adarve de debajo el antiguo Gabán. Esta Puerta también aparece como Puerta de la Plaza. Recibió el nombre del Peso de la Harina, por el hecho de que se encontraba cercana a  la casa de los Pesos y Medidas de la ciudad para controlar las cargas del trigo y harina de los arrieros antes de ir a los molinos de las Riberas y establecer la correspondiente maquila. Introduce a los visitantes a la Plaza Baja de la Mota.  La actual torrecilla que cobija a una bóveda de medio cañón que abre el arco de medio punto de entrada se restauró en los años noventa del siglo XX. Se adentra por un arco apuntado con un rebaje que señala una estructura anterior referente al Gabán.

        No es de extrañar que la puerta se llamara también del Gabán Por un documento de junio de 1623(legajo 49761 folio 480v-481) Isabel de Bocanegra y su marido Alonso Gutiérrez Medrano contrataban una tienda en la plaza baja a Juan Garzón, mercader” la que está junto a la puerta Puerta(sic) del Gabán”. Lo hacía con la temporalidad de dos años y seis ducados de renta anual y dar 24 cuenta al propietario de la madera que entregare. Curiosamente aparecen de testigos los maestros de cantería de la Iglesia Mayor Abacial Miguel Guerrero y Juan Caderas Riaño-.

 

 

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