LA IGLESIA DE SAN
JUAN
Hemos tratado en
varias ocasiones la historia de la iglesia de San Juan. En el libro de la Historia de la hermandad del Cristo de
la Salud y en los Cuadernos del Patrimonio para el alcance de los escolares fijamos
su descripción, eje cronológico, maestros y artistas. Pero quedaron algunas
lagunas que todavía no se dieron por respuesta. Entre ellas, el entorno del
presbiterio que rompe el esquema de la planta de cajón, con una bóveda de media
naranja muy similar a la de la capilla de la Limpia Concepción.
Poco queda por
descubrir sino el lugar de ubicación y sus dependencias de la época de su
inicio a finales del siglo XVI. La capilla de la Limpia Concepción, es obra de
Ginés Martínez de Aranda, que algunos críticos de arte consideran que fue el
que diseñó las plantas y trazas de la obra a finales del siglo XVI. Pero, es
incuestionable la presencia de Juan de Aranda Salazar, Pedro del Portillo y
Luís González en la ampliación de la nave y en el presbiterio en la primera
mitad del siglo XVII. En este periodo, canteros locales y albañiles como Pedro
Pérez, Diego García y Miguel Sánchez Meléndez, intervinieron en las paredes del
cuerpo hasta el coro, la portada de la iglesia y el campanario, en la otra
mitad se amplió por los pies y se hizo el coro. Pero la capilla mayor no se ha
tratado hasta ahora.
A través del
contrato entre Francisco Muñoz Salazar, alférez mayor, y el cantero Pedro de
Robles y los albañiles Pedro de la Rosa y Pedro Pérez ante el escribano Blas Martínez de Cáceres
podemos conocer nuevos datos sobre su diseño y trazas y artífices de la obra
(AHPJ. Escribano Antón de Santillán. Legajo 5008 folios 61-64 fecha 27 de
febrero de 1643). El documento está claro cuando manifiesta que por cuenta de
estos corre “la obra y edificación de la
iglesia de San Juan de hacer la dicha capilla de la dicha iglesia y acabarla de
todo punto en un año”. Comenzaba con esta fecha el patrón debía aportar todos los materiales
a pie de obra sin que faltara piedra y yeso y todo lo que fuera menester para
que no se interrumpiera la dicha obra, y correspondía la manifactura por parte
de los albañiles y cantero. Les pagaban tres mil reales por toda la
construcción ejecutada.
Y son muy
interesantes las condiciones, pues sugieren el actual y anterior estado. Sobre
la unión con lo construido manifiesta: “que
a de ser por quenta de los otorgantes derribar la pared frontera y
buscar los fundamentos hasta allarlos a satisfacción, y an de derribar otros
pedazos de pared de cantería que ay; llegando a la postrera cadena del enmaderado
que oy está; y an de sacae fundamentos hasta la pared conforme a la dicha
planta que está en poder del dicho Francisco Muñoz Salazar”. Por lo tanto,
parece que la iglesia estaba cerrada hasta este lugar donde había que derribar
su pared, y, s e partía de la planta dibujada que otros maestros mayores habían
entregado el diseño al patrón.
INICIO DE OBRA
Es muy interesante que para comenzar la obra se obligaban las partes para el día señalado con dos maestros por parte del patrón Muñoz Salazar y los otros dos otorgantes “para que vean si los fundamentos son suficientes, para cargar dando codos y grosezas de carpas a la parte de abajo hasta llegar a la superficie de la bóveda, que a de ser de tres baras desde la superficie de la planitud de la iglesia; y de ahí a de dar a las grosesas de la pared bara y media. Por lo que toca a bara de grueso la dicha pared y las demás pilastras a de dar al respeto lo que tuviere de ancho hasta la superficie de la iglesia que es el plinto sobre el que deben cargar las pilastras y paredes en grosessa conforme oy lo pide la dicha planta.
Otra condición
es que se an de levantar las pilastras
relevadas afuera la cantidad que la arquitectura que pidiere y les a de dar las
pilastras empedientes y a de traçar los envacamientos dóricos y a de corresponder con la orden dórica lo que
a la architectura fuere pedida la dicha regla
con que a de sacar la pilastra y
contrapilastra y an de cerrar todos los
arcos de suerte que venga , el trasquil
de ellos una tercia más abaxo que las cadenas que oy están fabricadas para que algún tiempo quisiere Francisco
Muñoz Salazar o el que la sucediere hacer bóveda en su derecho pueda llegar
hasta el arco que sirba y quietar la
fealdad de la vista de los enmaderados.
Refiriéndose a
la base de la bóveda, han de sacar los otorgantes las quatro pechinas y en ellas cuatro
escudos correspondientes, unos de otros
con las armas, que quisiere del dicho Francisco Muñoz Salazar, o quatro
tarxetas ovadas correspondientes , afuera porque agan obra a la que
corresponden a los dichos guecos lissas que le a de dexar las pechinas a compás
a listado circulo redondo, que a de
echar su arquitrabe, friso y cornisa dórica, y a de levantar la
correspondencia que le toca por
arquitectura los pilastrones grasessa de pared; que ha de cerrar la bóveda de piedra o
ladrillo conforme a Francisco Muñoz Salazar o los maestros peritos en arte
alegando a lo mejor y a de quedar la bóveda con su compartimentos a la vista,
lo que más bien parecido sea”.
-Y siguen las condiciones que an
de levantar las paredes hasta el tercio de la bóveda dándoles sus estribos y a
de levantar las dichas paredes una tercia más que arco de la bóveda par que
pasen las cadenas de la dicha obra y an
de enmaderar asimismo por los otorgantes
por los dichos maravedíes y cubrir las obras y revocar las paredes por
dentro y por fuera y todo esta a de ser a dos haces echando a las tapias tres perpiaños cada una de dos en un
haz y uno entero repartidos como más
pareciere combenir y todas las paredes de arriba abajo an de ir a dos haces , la de adentro labrada y la de afuera a medio arriba
acuchillada y de medio a abaxo limpia y
a n de acabar la obra a toda perfección a gusto de Francisco Muñoz Salazar
y o la persona que el pusiere perita en
arte.
El calendario de pago de la obra era el siguiente para los tres mil reales: los primeros mil al principio de la obra, los otros mil al llegar y otros quinientos al cerrar la obra y otros quinientos a cubrir el tejado. Con ella terminada, se debía revisar por peritos maestros nombrados por las partes y en caso de no ejecución pedir los retrasos y poder encargarlo a otras personas. En los años de la guerra civil, está capilla fue derribada por una bomba y posteriormente se rehabilitó su bóveda con formato de ladrillo sin imitar la anterior, pero manteniendo las cuatro paredes de lo que vulgarmente se denomina el estanque del templo.
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