LA RÁBITA
Pero también
resulta muy agradable palpar su hábitat rural diseminado en suelo no
urbanizable entre sus cortijos cercanos de la Fuente Blanquilla (o Juan
Blanquilla), Los Cortijillos, San José, Negro, Solana, Valenzuela, Casa del
Salado, y Canalejas. Incluyendo los asentamientos tradicionales de La Laguna y Los Canales.
Por eso, La
Rábita es una de las zonas de mayor protección del partido municipal de Alcalá
la Real. Como bosque autóctono en la zona occidental, junto a la Fuente Blanquilla
y del Mármol; sitio de protección hidrológica y de acuíferos en las faldas de
la Sierra San Pedro; entorno de protección geológica en su zona sur; paraje de
protección de medio ambiente de la provincia de Jaén la Sierra de San Pedro; y el punto de reserva pecuaria del abrevadero de la Laguna. Sin olvidar su suelo de
protección arqueológica entre los Canales, Canalejas y la Rábita, donde se incluyen
Cerro Negro y las casas de la Laguna junto con San José y dos asentamientos importantes: una villa romana en torno a la Fuente del Mármol y un oppidum el Molino de
Núñez.
SAN JOSÉ DE LA RÁBITA
Es rememorar el pasado del núcleo
más antiguo de San José. situado a 15 Km ., al oeste del municipio de Alcalá la
Real. Lugar que sugiere su origen basado en una venta de propios del siglo XVI,
que algunos le llamaban de Bermejas. Y, en su entorno se levantó la ermita de
San José, cuya fundación provino de una capellanía
forjada en 1599 con un contrato entre varios labradores y el capellán de la
ermita. Con estas cláusulas; “entre los vecinos
que labran la Rábita, término de Alcalá la Real, han hecho una ermita del Señor
San José, en la que se les ha de decir misa todos Los domingo e fiestas del
año. Para que esto más bien tenga efecto en el nombre de todos, se quiere
recibir y dar en nombre de todos al capellán, que por Su Señoría fuere nombrado
para el dicho efecto y pagar por un año dieciséis fanegas de trigo y una de
cebada. Por tanto, como mejor puedo, yo el labrador Pedro Gutiérrez
Santisteban, otorgo e me obligo al dicho capellán, que se nombrare las dichas
dieciséis fanegas el día de Nuestra Señora de Agosto primero sopena de
ejecución e costa de cobranza que deben dar en el día que se diere licencia por
Su Señoría, para que se diga misa en la dicha iglesia y para que lo cumpla en
la dicha persona”. Y desde aquella fecha hasta hoy, sería recordar las
donaciones de ornamentos y objetos sagrados, las ampliaciones, la torre y su
plaza con la última restauración.
San José y
su entorno es claro ejemplo del cambio de sistema productivo que se desarrolló
a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, porque se abandona la trilogía
de la zona- olivar, viñedo y cereal-, y tras la dualidad de olivar y cereales,
prácticamente triunfará el olivar solamente en los últimos decenios, dando
lugar a la aparición de nuevos molinos aceiteros. Testigos de los restos de
molinos harineros el del Molino del Salado, y, junto a ellos, se abrieron los
hornos de pan y las panaderías. Y todavía pervive la Fábrica de Pan de Nuestra
Señora de las Mercedes,
Estos
lugares se han visto renacidos en los últimos cuarenta años con nuevas
comunicaciones a través de Fuente Álamo, a través del Barranco del Postigo. Nuevos
centros públicos acercaron los servicios sociales, la sanidad y la enseñanza
con el Centro Social, Consultorio Médico y el Colegio Público del Valle de San
Juan. Sin olvidar las zonas de esparcimiento del parque de El Almendro, la
Guardería, el telecentro y la oferta de casas de turismo rural una gran gama de
servicios terciarios.
Siempre que
uno se adentra por el partido de la Rábita se siente rejuvenecido por sus
gentes, su entorno, su microclima y las inquietudes que nunca abandonaron.
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