DE LAS CARROCERÍAS A LOS COCHES EN EL VIAJE AL CERRO POR LOS ROMEROS ALCALAÍNOS
Primero, La entrada en la iglesia
de Consolación, como principal parroquia y sede la antigua abadía se canta de
este modo:
Formada la Cofradía
Con la Junta a la cabeza
Y el digno Hermano Mayor
Que sus insignias ostenta;
Los cofrades con las bandas
Cruzando el pecho, penetran
De la multitud seguidos
En la principal Iglesia del
pueblo
Y después de oír
La obligada misa, ondean
Con entusiasmo en los aires
La tradicional bandera,
Y se organiza la marcha,
Que es lucidísima y bella.

Van los romeros ginetes
En potros de resistencia
Y en caballos enjaezados,
Con andaluza majeza,
Que van luciendo arrogantes,
Ya albarda con madroñeros,
Ya silla de airosos porte;
Firme brida, recia espuela,
Delante la rica monta;
Atrás, la alforja repleta.
Las mujeres adornadas,
Con joyas y ricas prendas,
Hacen el largo viaje,
Sobre pacíficas yeguas,
Y en la cómodas yeguas
Que cubren colchas soberbias,
Entre cuyos lindos flecos
Los almohadones ostentan
Ricas boquillas de encajes(…)
La vistosa comitiva
Vitoreada y contenta,
Casi veinte años después, Pepe
Ibáñez así nos lo describe: con motivo
de la celebración del VII Centenario de
la aparición al pastor de Colomera.
El último jueves de abril( …) siguiendo la
tradicional costumbre, se reúnen en el lugar conocido como el Toscalillo.
Encabeza esta cofradía su Hermano Mayor8 a quien acompaña la hermana” mayora”).
Se pone en la caravana, compuesta por la más diversos bestias , tal como
caballos, yeguas, mulos y hasta burros, eso sí, muy bien enjaezados, ,
especialmente aquellas yeguas tranquilas que habían de soportar la carga de las
más ataviadas señoras metidas en apretadas carnes que acomodadas en jamugas, de
las que pendía largos flecos de colchas multicolor.. El resto de las bestias que
servían para llevar a sus lomos a los hombros. También eran portadoras de las
viandas que para un periodo de cinco días se necesitaban, y lo que es más
importante en esta clase de viajes, las botas repletas de buen vino que iban
pasando de unos a otros sin descanso.

“Hoy es una
de las fiestecillas locales de más sabor arcaico ante mis ojos. Se va ‘la gente
del cerro’ como vulgarmente se les dice a los romeros de Nuestra Señora de la Cabeza , y es una cosa que
me infunde respeto y simpatía a la vez el ver los saludos a la imagen y unas con otras. Este año ha resultado
bastante deslucida, pues la Cofradía de Alcalá, por
cuestiones políticas no va este año en bestia y además de aquí ha ido con
reducidas personas”.[2] Este año, era hermano mayor Antonio Sánchez y a la romería se acudió en coches. Se
distribuyó en tres días: en el sábado último de abril, se llevaba a cabo la salida de la cofradía hacia
el santuario; el domingo estancia a en el Santuario; y el lunes se llevaba a
cabo el regreso como era tradicional.
Curiosamente el acta de 27 de marzo indica que “ si la autoridad no lo impide, se hará
la entrada al regreso a usos y costumbre. Tras Antonio Sánchez Nieto, le correspondió el cargo a Antonio López Aguilera y se volvió a
recorrer la romería en coche, porque las
circunstancias y los nuevos tiempos imponían el traslado en
automóvil. Pero no debían andar los ánimos muy tranquilos, ya que a la junta
preparatoria del último domingo de marzo de 1932 hubo que realizar otra extraordinaria
para confirmar el viaje definitivo al santuario, No se sabe la empresa que lo
llevó a cabo, pero, por estos tiempos abundaban los chóferes y camiones con coches alquilados, como los de Mateo Barrio,
Fuentes y Ortiz.
Con Francisco Arenas Padilla, hermano mayor en 1933, en tiempos de que el gobierno local
cambió de signo , y se nombró como
alcalde al republicano conservador
Antonio Calvo Montañés, la romería se llevó a cabo con mayor ornato y
menor dificultad, porque , según dice el acta preparatoria de la cita romera,
se acordó hacer el viaje en coche , pero "echando tres días y haciendo
salida y entrada”, lo que demuestra que , en los años anteriores, tuvo
dificultad para la manifestación religiosa de los romeros celebraron. Sin
embargo, en 1935 , la romería se celebró en coche sin hacer salida ni entrada
en Alcalá la Real. Entre
1936 y 1939 fueron unos momentos de los más difíciles de la vida
cofrade alcalaína y no hubo romería. Tras la posguerra, la
romería olvidó el camino a pie y con las caballerías, para asumir el traslado
de los romeros en coches, camiones y, finalmente, en autobuses. Los días de romería se redujeron a
la salida del sábado por la mañana
y el regreso el domingo por la tarde
sobre las siete y media, aunque en ocasiones se celebró el viernes la salida y se acabó la entrada del
domingo. Para el final, reglamentar misa romera, desfile, salida, presencia
romera y anulación de la entrada a la
ciudad en los últimos años. Curiosamente
en 1941 Domingo Sánchez Velasco, famoso maestro de obras que había
destacado en muchos pueblos de la
Sierra Sur por su estilo modernista; también fue un
emprendedor industrial del mundo
oleícola. Amplió, con respecto al año anterior, en tres días la romería: la
salida se llevó a cabo a las diez de la mañana del sábado; la fiesta del santuario durante el domingo
último de abril; y el lunes a las siete de la tarde se regresó a la
ciudad.. En el regreso de la romería se
produjo la triste desgracia del accidente de dos niños, que fue muy lamentado
en la localidad.
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