SE ACERCA ETNOSUR. OTRO COMPORTAMIENTO
Si
nos remontáramos a siglos pasados, un
acontecimiento marcaba la vida anual de
las personas y de la colectividad. Generalmente, suele ser la celebración de las fiestas, porque, en torno a ellas, se
estructuraba la vida social; en unas ocasiones, era la fiesta del Corpus Christi, en otras, la Virgen de Agosto; hay quienes se organizaban por la Feria de Septiembre. Ahorraban para divertirse con motivo de estos
días, pagaban las deudas por cumplirse
el plazo del finiquito; se dejaba de trabajar y predominaba el ocio hasta en el más pintado. A finales del siglo XX, corrieron nuevos
tiempos y se creó una fiesta que puja
con las tradicionales festividades en muchas generaciones de personas de Alcalá
la Real; pues se hace un hueco en su agenda laboral o vacacional y se acude a
las tierras que lo vieron nacer para
conectar con la familia y celebrar estos días tan intensos; se ha conseguido
que la juventud, y los que comienzan a peinar canas, al menos,
se reúnan con sus familiares y su anterior pandilla disfrutando aires de
libertad. En una sociedad en crisis, el
encuentro de Etnosur significa una
llamada a un nuevo comportamiento
económico altruista. Puede ocurrirnos que nos podamos quedar sin comprender los objetivos y valorarla quedándonos en las ramas. Pues,
en Etnosur, se nos permite ser más
libres, porque no nos encadenamos ni nos
atamos a las cosas y, sin embargo, ensanchamos
las fronteras de nuestro egoísmo para ser, si queremos, más personas.
Etnosur
se nos ofrece como una feria del altruismo que nos libera de la dependencia y
en la que no se confunden necesidades y apetencias; no nos falta nada por
ningún lado que los mires y nos tiende la mano para que disfrutes desde la formación solidaria y de la voluntariedad, pasando
por el deleite de la muisca, disfrutando la risa del circo, hasta llegar al cuidado del
cuerpo y del espíritu en los talleres…Por otro lado, no existe en este
encuentro ningún reclamo de una publicidad que nos oprima con el avasallamiento de las
marcas, porque aquí no se vive para consumir ni se compra para vivir. En este nuevo comportamiento económico
de este momento de ocio, no nos vemos
sujetos a buscar préstamos como la hacen algunos andaluces para celebrar las
ferias y las semanas sonadas de nuestra tradición; el bolsillo corre con los
gastos justos y necesarios. En este encuentro,
se nos permite la libertad de optar por actividades variopintas sin imponerse ninguna: se puede acudir a
un foro, o volar por entre trapecios de un circo, o acompañar los sones
del folclore mundial , o simplemente compartir el sonido de las trompetas con la voz de
famosos cantantes, o degustar cocinas de otros lares…Además, por encima de
todo, crea la terapia necesaria para el
ser humano cuando se ofrece el
disfrute del ocio tan bien ganado en
medio del difícil y buscado mundo del trabajo.
Muchas
personas necesitan dar un paso atrás y
contemplar las cosas a distancia y con un mayor ángulo de visión porque, muy frecuentemente, las ramas no nos dejan ver el bosque. Se puede
criticar la urbanidad y estética
(que en la mayoría de las personas y
muchas veces es excelente), pero
personalmente me quedo con esta frase de
Enrique Lluch para aplicarla a Etnosur “ El comportamiento altruista nos hace más
libres, nos predispone para amar…” . Lo
superfluo es manifiestamente mejorable.
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