DEMOCRACIA ES PARTICIPAR
Se ha
desarrollado en la Agrupación Local de Alcalá la Real  una convocatoria de elecciones primaras para
elegir directamente el secretario general socialista de España.  Los militantes han acudido mayoritariamente
a  emitir su particular voto por tres
opciones  diferenciadas,  por las que tenían  que decidirse. Y así lo hicieron, con plena
libertad y sin coacción alguna, considerando que su presencia en las urnas
significaba emprender un renovado camino con una nueva persona en la dirección
federal. Ya han comenzado los tertulianos de turno a hacer sus interpretaciones
con buenas o malévolas intenciones con el fin de hacer notar sus dotes  y conocimientos de expertos politólogos
fingiéndose en pulcros imparciales y eminencias de laboratorio. Nadie va a caer
en la trampa de los que quieren jugar en el 
terreno de la política partidista, apartidista o antisistema de acuerdo
con sus intereses  concretos. Pero, lo
que aconteció con estas elecciones internas, radica en que se ha dado  una auténtica lección a los que creyeron que
el partido socialista  no sabe renovarse
y percibir los sentimientos de sus afiliados, simpatizantes y votantes. Está
claro que siempre el militante ejerció y tuvo la posibilidad de emitir su
voto  para mostrar sus intencionalidades
en los distintos procesos asamblearios, congresuales o simplemente
participativos. Ahora bien, con este 
nuevo peldaño,  se  avanzó  en visualizar y empatizar entre sus  militantes 
un voto que quedaba en manos de los representantes de los congresos,
comité provinciales, directores o federales; ya no es un voto indirecto,  porque los 
militantes han comprobado que, con su participación, pueden cambiar las
posturas y las personas de sus dirección, y comprueban que lo harán en el
futro; amén que lo han ejercitado con sus representantes nacionales, regionales
y locales, siempre que hubo posibilidad. 
Como es lógico,
este proceso es una muestra más  de una
democracia directa que hay extender  sobre muchos asuntos a través  de  consultas participativas en la vida de las
ciudades, de las comunidades y de la la nación siempre que se conjugue
eficiencia con  responsabilidad, eficacia
con libertad, oportunidad con utilidad.  
El voto se ha
ejercido, pero el militante no debe quedar en la mera opción de elegir. El
camino  insinúa que la participación debe
continuar  y convertirse  en norma de comportamiento político  con la utilización de todos los resortes  que se tengan al alcance, desde los procedimientos
directos con la presencia física de los militantes hasta los virtuales  relacionados con las nuevas tecnologías. 
Además,
participar no es solo votar, también radica en trabajar por extender la
igualdad, la solidaridad y la libertad en los campos  y lugares donde cada uno trabaja. Hacer
democracia.   
La cara de
muchos veteranos y jóvenes socialistas del pasado domingo manifestaba que se
sentían importantes en  pertenecer  a una organización centenaria y moderna,  también reclamaba que la democracia no estaba
reñida con la unidad de acción y el compañerismo ante los retos futuros. Y
mostraba un canto de esperanza al pueblo 
dando una lección seria y formal, y no una escenificación  teatral como algunos pretenderán desvirtuar.
Eso espera ( y ha reconocido el pueblo español) 
y se asumió con una gran responsabilidad. Nadie puede defraudar, pues en
estos momentos no cabe protagonismo alguno; que se queden  con sus críticas sutiles aquellos cuyo  compromiso se ciñe al oportunismo interesado o
al efímero comentario sin fundamento alguno.   
Obras son amores
y no buenas razones. 
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