En torno a la
amplia vega regada por el río de San Juan se cuentan las torres castilleras de
Encina Hermosa, de La Cogolla y del Puerto de La Nava y accediendo hacia la
Sierra de San Pedro, la del Dañador o de las Mimbres sin olvidar dos
desparecidas la de la dehesa de Fuente Tétar y la de la Fuente del Gato. Formaban una retícula rodeando el río y y además conformaba una alineación,
especialmente líneas en torno a los caminos y vías de comunicación hacia el
Castillo de la Villeta de Locubín y hacia al sur al castillo de la Mota. Era
una vía de comunicación muy importante en tiempos remotos de época púnica, y,
sobre todo de las tropas castellanas en las incursiones hacia la Vega de
Granada.
La torre de la Cogolla parece
como si fuera la luminaria central que controla
todo este terreno en medio de una zona de valles, cerros y montículos
que actualmente están ocupados por los olivares que transformaron el monte
mediterráneo en el mar de olivos.
ITINERARIO
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
Salida
en coche en parque de los Sauces, hacia la carretera 432. Llegada a la Venta
del Carrizal junto al bar el Comienzo, Camino a pie en dirección hacia el
cortijo de Malagón, viraje hacia la izquierda hasta cruzar en el descenso el
Arroyo de las Parras, una pequeña subida, dejando el cruce del cerro y cortijo
de Cerrajón. Se sigue el camino hacia el
Olivo de la Meloja, atravesando la carretera de acceso al Castillo de Locubín
se baja al Polígono Industrial. Desde allí se sigue descendendo hacia el río
San Juan en el puente de Triana. Tras visitar el Batán, continua la subida en torno al río, contemplando parajes de la
Isla, Nogueral, presa del Moño, arroyo del Salado, hasta llegar a las Ventas.
Distancia catorce Kilómetros, Poca dificultad.
DIARIO DEL RUTERO DE
DÍA DIECINUEVE DE ENERO DE 2025
Salimos sesenta ruteros de Huerta de Capuchinos en coche hacia la N.432 en dirección a las Ventas del Carrizal. A pie, nos adentramos desde el bar el Comienzo por un camino paralelo de servicios de la N432 hacia el cortijo de Malagón, entre olivares y contemplando la carretera con la melancolía de parajes como la de la Fuente Matea, A un Kilómetro de andar en subida llegamos al dicho cortijo derruido, y nos concentramos para contemplar sus ruinas en torno a un horno que nos dejaba ver su cúpula de media naranja y viramos en descenso hacia el arroyo de las Parras por el Cerro Malagón. El olivar se hace intenso y los parajes comienzan a abrirse entre los montes del entorno de este arroyo, en la parte más alta, los Chopos, y, conforme se desciende Fuente Tétar, las faldas de la Acamuña, el cerro de la Nava, los cortijos de Rojas. Santa Olaya, Blas, Juan de Dios, Pasamos por el barranco Morán y subimos el cerrillo del Hinojar, caminando hasta llegar al Olivo grande de la Meloja, Posamos ante el olivar contemplando el Castillo de Locubín. Por el arcén de la carretera descendemos y atravesamos su Polígono Industrial entre cooperativas agrícolas de la cereza y aceite hasta llegar a su recinto ferial, desde donde pasamos al arcén de enfrente, y por un camino que nos hacía de mirador rodeando el entorno de San Antón y los antiguos parajes del convento de los Capuchinos llegamos al puente Triana, contemplando su bello cauce entre una hermosa alameda. Subimos al caz que pasa por la Torre del Batán, y a continuación, seguimos el camino paralelo del caz, contemplando el paraje de la Isla, y la ribera de del río san Juan. Buscamos entre mansiones de segundas viviendas y pequeños huertos de árboles fruteros y hortalizas hacia el fondo la presa que construyó Juan de Aranda Salazar y el molino junto con su caz. Y al fondo, dirigimos la vista a los posibles restos de la presa del Nogueral convertida en escollera. Superamos el caz y nos adentramos hacia el río pasando por algunos parajes como el cortijo de Juan de Dios y dejando a nuestro lado el cerro Rico, alguna que otra cueva y fuente seca por al JA 306 hasta llegar a los mismos pies de cerro de la Cogolla, donde se yergue su torre en la cima. . Nos acercamos a la presa del Moño, obra del paisano Manuel de la Morena. entre cañizares, zarazas y plantas de monte mediterráneo topando con alguna pequeña tortuga. Continuamos por el mimo camino con el frente la huerta de la Pacheca, y en el frente, , el cerro de Encina Hermosa,; mucho más al fondo la alineación de orres de los Ajos, Harina y Caniles, que

nos invita a preparar nuevas. >Pasamos el Marroquín, y descendemos hacia el río San Juan, para subir por empinada cuesta a la s Ventas, y pasar por su plaza contemplando el reloj. En el bar Comienzo, un primer plato de embutidos y otro de la tradicional secretaria nos repuso las fuerzas en un clima de gran convivencia.
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