INMACULADA  PARTICUAR 
Siglo XVII- XVIII
Escuela Granadina
Una de las más bellas  imágenes de la Inmaculada de la  ciudad de
Alcalá la Real procede de un oratorio particular. De  un metro
aproximado de altura, se presenta esta Inmaculada muy bien realizada 
de acuerdo con  el esquema  de la escuela barroca granadina. Podemos
atribuirla al círculo de los Mena, más en concreto a Pedro de Mena.
 Tampoco se puede olvidar la escuela de Alonso Cano en el tratamiento
y movimiento de los pliegues del manto que se orlan con un friso de
elementos geométricos muy del gusto de la policromía  posterior a
los Raxis. 
. 
Toda la imagen  está envuelta por una túnica blanca  y por un 
manto azul  con los pliegues algo tersos y anchos que nos recuerdan
otras  figuras de Mena, sobre todo la de Córdoba. A  lo largo de
todo el cuerpo que generan un equilibro  por el cruce de los colores
de ambos elementos de vestido en forma de cruzado  y con el eje de la
cabeza de la Virgen que tiende su mirada hacia abajo y el cierre de
sus manos. Por lo tanto, se acerca a los modelos canescos, pero
participa de los caracteres de Pedro de Menas en la expresión  y
rasgos de su rostro. Este inclinado hacia delante  imprime un
intimismo  devocional y, a los pies la media luna en posición
inversa  los cánones establecidos por  Pacheco. Una corona simple de
estrellas  realza aún más la sencillez de esta preciosa Inmaculada.
 
INMACULADA DE LAS TRINITARIAS
Barroco. Siglo XVII
Dimensiones.
Monasterio de la  RRMM  TRINITARIAS
Fuente Rey. Santa Ana
Esta imagen  de la Inmaculada se nos presenta muy deteriorada por
repintes posteriores que no permiten  observar la perfección y la
gracia de una de las interpretaciones más  bellas de la Inmaculada
de la comarca. Corresponde a una imagen devocional de un pequeño
oratorio o de complemento a  un altar, se encuadra en el barroco
andaluz, de influencia canesca. 
Contrasta su  túnica blanca con el movimiento de su manto azul 
reflejando  el momento en que se recoge a María recibiendo la gracia
plena, que la convierta en “tota pulchra”.  El rostro  de suma
belleza  se ha perdido por algún deterioro en varias partes y el
repinte posterior que le  ha afectado hasta en la mirada hacia
delante.
Refleja los tipos de pacheco con la luna invertida y  el cielo de
nubes de los que sobresalen tres angelotes. Su larga caballera  y  el
movimiento  solemne de los pliegues la acercan más a artistas de
Córdoba y Sevilla que de la escuela granadina. 
Con  futuras  restauraciones, esta  imagen podría   mejorar en
cuanto  a su estética y belleza de su estofado..
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