ACUERDO DE
LA  CIUDAD PARA CELEBRAR LA FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
 Escribano
de cabildo de Alcalá la Real.
 Acta
de cabildo de  uno de septiembre de  1615.
 Papel,
con cubiertas  de pergamino, y sellos reales de Felipe III. 
310 mm. 230 mm.
AMAR.  Caja  A 23.
 Por esta
acta de cabildo de uno de septiembre de 1615, se declaraba la fiesta
patronal de la Inmaculada Concepción  cuyas cláusulas del juramento
 en el  acuerdo del cabildo municipal de la ciudad  eran las
siguientes: 
“La ciudad habiendo píamente considerado y conferido y tratado
la gran devoción que hay en esta ciudad a la Pura y Limpia
Concepción de Nuestra Señora, y confesando como confiesa esta
ciudad por sí y en nombre de todos los caballeros, los regidores y
jurados y los de esta ciudad, ser concebida sin mancha ni mácula de
pecado original, que a ello perderían las vidas, si fuere menester,
acuerda que se haga la Fiesta a  la Limpia y Pura Concepción de la
Virgen Nuestra Señora, en su día perpetuamente para siempre jamás,
cada año, en su día, vísperas y misa;  y se convide predicador
para este día;  y que en las suertes que en esta ciudad se eche
suerte particular para esta fiesta, echándolo, como se echa para la
Fiesta del Santísimo Sacramento. Y  lo  que se gastare en ella ha de
ser de los propios, y, faltando de los propios de esta ciudad, los
regidores, jurados y caballeros”. La fiesta venía acompañada
de  corridas de toros y  luminarias nocturnas consistentes en
hogueras y colocación de hachas que se encendían en varios puntos
de la Mota: las torres de las murallas, Casas de Cabildo y la torre
del Homenaje. También, en las Vísperas, se complementaba con un
desfile de caballeros  en forma de cuadrillas con sus vestiduras y
armaduras, denominado “Máscara”. La fiesta religiosa  consistía
en la celebración de la función de iglesia o misa solemne, con la
presencia de los dos cabildos en el altar mayor. 

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