A lo largo de estos dos siglos se asiste a una evolución muy importante en este tipo de fiestas, que pasan de una relación de la iglesia con la Corona a unas fiestas eminentemente políticas para celebrar acontecimientos tan importantes como el día de la Constitución.
Dentro de estas celebraciones de batallas, destaca la fiesta religiosa en honor de la patrona de Alcalá la Real, la Virgen de las Mercedes. Un claro ejemplo de ello es la que se lleva cabo el año 1707, con motivo de la victoria de Almansa[18]. Los dos cabildos- el religiosos y el civil- se comprometen a asistir a las ceremonias de la función de iglesia y de la procesión general vespertina. El novenario, en este caso, se dedica al Cristo de la Humildad, que se celebra en el Convento de Consolación. Elementos profanos no se olvidan tal como dice el acuerdo del día quince de mayo de dicho año:
manda repicar las campanas den la noche y que en ella se pongan luminarias, publicándose así para que vengan a noticia de todos,
La Guerra en Cataluña incrementa en 1709 las rogativas en la Iglesia Mayor y Conventos como el dos de Octubre que se celebran varias misas. En el año 1710, se celebran con gran fastuosidad su victoria sobre los enemigos en Gerona , Zaragoza y otras ciudades, dedicando una fiesta espiritual a la Virgen de las Mercedes.[19] Destacan las que se celebraron en el mes de Julio por las victorias en el campo real con misa, luminarias y otras demostraciones de alegría-[20]tanto en Septiembre como en Diciembre.
La variante más frecuente es la misa de Te deum en acción de gracias por la firmas de los Tratados de Paz. Suelen ser unas fiestas muy parecidas a las de otras capitales y Madrid. Una de las más importantes fue el la de el siete de abril de 1749, que celebró la Paz de Aquisgrán del año anterior. Además de los elementos religiosos- te Deum, misa cantada y sermón, se hizo invitación a los miembros del cabildo a acudir las ceremonias con los reyes de armas. Hubo fuegos y luminarias durante tres noches, se levantaron tablados y los
caballeros, regidores y jurados y escribanos se junten para que, presidiendo el alcalde mayor, se execute una máscara con hachetas a caballo.
Con motivo de la independencia de los países americanos, la ciudad suele celebrar con este tipo de actos los triunfos nacionales. En el año 1816, se canta un Te deum en honor de las tropas españolas, que al mando del general Pezuela en Viluma [23].
El convulsionado siglo XIX va a dar lugar a diferentes matices de la fiesta del rey y es frecuente que primen celebraciones de tipo político, sobre todo el día de la Constitución. Una de las primeras fue la del año 1820, cuando se le obligó a Fernando VII a acatar la Constitución del 1812, que es celebrada el cinco de junio con el descubrimiento de una lápida en la plaza de la Constitución, que se encontraba completamente engalanada, y también se realizaron unas paradas y veladas musicales, dos corridas de novillos y baile público. Estas fiestas se repetirán años después en el reinado de Isabel II, con nuevos elementos como el Te Deum, el repique de campanas, misa solemne y el oficio del abad[24]. Tan sólo, presentan como novedad que dividen las fiestas en dos días: el de la proclamación de las fiestas y víspera con fuegos artificiales y música y el segundo día de función solemne y corrida de novillos en la plaza que celebra el nombre de aquel día.
en acción de gracias al Todopoderoso por la anhelada Paz de la Península que nos ha concedido
A las doce, una compañía enmascarada y a caballo, compuesta de más de veinticinco jinetes recorrió las calles, empezando por la plaza y comunicando el baile de la tarde.
Añadir leyenda |
A las cuatro de la tarde, la comparsa anteriormente mencionada, a pie y precedida de un director y bastonero, hizo la entrada en la plaza pública, donde se ejecutaron preciosos bailes de vistosas figuras. Finalizó con una estudiantina, muy numerosa y bien organizada, que tocó hasta la caída del sol. a
A las ocho de la noche, se encendía el alumbrado de balcones y ventanas y en las Casas Capitulares, se encendía un precioso juego de faroles, que se diseñó para las fiestas.mbros de gala de la Guardia Civil.
El día acababa con el repique de campanas, cohetes y música de velada.
Al siguiente día 21, hay nuevos elementos, la comparsa del baile y la estudiantina recorrían la ciudad y se hacía postulación por las familias de los heridos y muertos en la guerra, nacidos en Alcalá. A las cuatro, se realizaban juegos de cucañas de eminentísimo ingenio y en las que , si se hace difícil conseguir el lauro, ofrecen en cambio la respetable ventaja de que no sean sensibles la caídas.Por la noche, acababa con los mismos espectáculos que la anterior.
El día veintisiete, se oficiaba un funeral por todos los fallecidos, adornándose la iglesia con crespones y colgaduras negras, trofeos y catafalcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario