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viernes, 13 de octubre de 2017

CUARTO CAPÍTULO DE LA CALLE DE LOS CAÑOS.EL PROTOTIPO DEL PUJARERO ALCALÁINO.



tramo de casas de vecindad
que tratamos en este artículo
El grupo de las viudas es variopinto, y, a veces, lacerante. Este es el caso  de la viuda Ana Carrillo (747), viuda con dos hijos menores y cinco hijas. Poseía una casa en la dicha casa de dos cámaras, cámara , caballeriza, cocina y corral; de seis varas de frente y ocho de fondo, lindera con la de Fernando Hinojosa por la parte alta y la naja con el hidalgo don Gabriel Ramírez. No podía alquilara, si lo hiciera en 110 reales, y no lo podía hacer, porque estaba gravada con un censo rédito de tres por ciento de 660 reales al pertenecer a las monjas dominicas, que recibían cada año 27 maravedíes. 
Generalmente, los jornaleros era gente joven recién casada como Antonio Fernández (748), casado con un solo hijo menor. Además de su jornal labraba una viña suya de una aranzada en el sitio  vitivinícola de Terrones, lindero con las don Francisco de Tapia (E), don Juan de Pernía (N) y la de doña Josefa Calzado  (S); curiosamente al poniente lindaba con un zumacal de don Diego de Ortega ( todos hidalgos, que recibieron la herencia de sus antepasados  una pieza del ruedo de la ciudad). Probablemente, se la concedieron o vendieron a un antepasado de Antonio y venía carga con una memoria de dos misas de la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos, a la que se pagaba anualmente cuatro reales y se cultivaba con un jumento. Los vecinos Antonio Alcayde ( 749) y Bernabé Fernández (750) eran los jornaleros sin bienes,:el primero soltero sin familia; el segundo casado y con su brazos de´çia mantener tres hijos menores y tres hijas menores, una famiolia numerosa.
Un pujarero  de principios del siglo XX
Junto a estos dos jornalero, vivía un pegujalero, típico., Cristóbal Jiménez ( 751)Estaba casado, sin hijos y mantenía dos sobrinos ( uno menor  y  se valía de los servicios de otro de 22 años  que trabajaba a jornal). ADEMÁS DOS MOZOS SIRVIENTES  le ayudaban en las tareas agrícolas.Su casa era señorial, con 18 varas de frente (casi 15 metros)  y cinco de fondo ( 4.1m) y disponía de un portal, , un cuarto en bajo, cocina, segundo principal,  una bodega sin vasos, dos cámaras, dos corrales ( uno con cobertizo para la caballería, y otro para el ganado familiar, la típica zahúrda, que presidía un moral). Lindera con la de Juan de Moya por lo alto, y por lo bajo con María González Espejo. Si se arrendaba  sobrepasaba los precios normales, 110 reales. Al  provenir de la compra de un propietario hidalgo, estaba gravada con dos censos, uno de 550 reales para el convento trinitario  al tres por ciento anual le debía pagar  16 reales y 17 maravedíes, y otro ligado con el patronato de pedro Fernández Alcaraz  de 220 reales. Este patronato se dedicaba a los niños expósitos y recibía de este pujarero seis reales  y 20 maravedíes cada año. No eran muchas las propiedades de los pujareros,  tan sólo una viña de una aranzada en el Cañuelo, lugar destinado a la vid, lindero con el camino que se dirige al Portillo de las  Carretas (E) y pasa por su pilar, hoy conservado y restaurado, viñas de don Felipe de Rincón ( O y S) y don Francisco de Tapia (N), de segunda calidad,. La forma de la finca se adaptaba al camino y al barrancal. Como es lógico para hacer sus labores agrícolas , este disponía de cuatro bueyes ( dos yuntas), una vaca(30 reales), dos becerros (, tres mulos de cargas ( un jumento y dos jumentas,( es decir asnos a 30 reales), para la manutención 8 cerdos pequeños, doce lechonas  a 12 reales, 20 cerdos de cría,  y 36 cabras ( a 10 reales la cabra) , que lo convertía en un pequeño ganadero. En total, sumaban  546 reales . Lo que en verdad que los pujareros solían trabajar, sobre todo en las tierras de arrendamiento. Este, en concreto, a una memoria ligada al convento dominico de la Orden de Predicadores de Santo Domingo de Guzmán, fundada por fray Diego Quiroga. Esta componía se componía de las siguientes fincas arrendadas:

-Siete fanegas y cinco celemines de tierras de secano y sembradura situadas en el sitio de La Magdalena, que formaban parte del ruedo de Alcalá,( concedido a los conquistadores tras la toma de Alcalá), que eran de primera calidad y pagaba por renta anual 140 reales.
-Tres fanegas de secano y sembradura en la eras de Velasco, de segunda calidad con una renta pagadora de 45 reales.
-Tres fanegas de sembradura y secano en el sitio y Prado de San Bartolomé, con otra renta de 54 reales.
-Una fanega y seis celemines , de segunda calidad, en tierras de la Hortichuela, por el pago de renta de 22 reales.

-Dos fanegas y seis celemines en el sitio de Rompeserones, de segunda calidad  con pago rentista de 22 reales
No estaba ligado solamente a la anterior, sino también  con el convento de trinitario de Nuestra Señora de los Remedios estaba obligado a una renta de 120 reales por 15 fanegas y medio celemín de tierra de cuarta calidad,  en la Dehesa. Y con  el cura don José de Ortega, con el arrendamiento de 18 fanegas de sembradura en la era del Cuello y por el pago de 180 reales.
Tampoco debía ser un pujarero cualquiera, sino que gozaba de reputación administraba como tutor del menor de Francisco Rosales  una casa en la calle de la Peste  que daba por una puerta falsa  a los Muladares ( con esto se comprende el final del caso urbano y el nombre de la Cruz)  y se compone de un cuarto, cocina, cámaras , bodega y corral  y se comprendía ente la casa de Juan de Murcia por lo alto y por lo bajo con la casa de María Gallarda. ( el precio de arriendo 66 reales   y   las dimensiones de  doce varas de frente por seis de fondo eran los más frecuentes de la ciudad).Esta casa pagaba como renta de dos misas fundadas por Pedro López de Santisteban López de Santisteban en la parroquia de Santo Domingo de silos (cuatro reales). Se añadía a esta curaduría de menores otra casas inhabitable de la calle del Mudo ( doce varas por cinco) encerrada por otra el solar de3 doña María  Rita Castellano estaba gravada con otra memoria de dos misas en la misma   parroquia, fundación de María Romero.
No era un pujarero cuaqluiera, porque se acercaba al laboreo de casi 100 fanegas de tierra y se acercaba a los labradores en los arrendamientos de cortijos. la única diferencia era que no tenía arrendados ningún cortijo. 

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