Ámbito escénico. La iglesia

Por lo tanto, está claro que
debían celebrarse por los siglos XV y XVI esta costumbre. También ratifica esto
el que en la fiesta del Corpus aparezcan con frecuencia comisarios que suelen
concertar con personas de Granada y Jaén autos, danzas, recitación de versos y
música. Y más claro está cuando se citan a los pequeños "seises"
alcalaínos bailando y representando con
sus danzas " El coloquio de los Niños" o "La Presentación de
Jesús ante los pastores ". Hoy día, la lectura de la Pasión durante la
Semana Santa suele hacerse entre varias personas, distribuyéndose entre ellos
el narrador, Jesús y el pueblo.
Los monumentos del Jueves Santo,
el Lavatorio de los pies y toda la rica ceremonia del Domingo de Ramos, Viernes
Santo y Domingo de Resurrección ofrecen en su liturgia gran cantidad de efectos
escénicos, que esperaban los fieles tanto como todas las circunstancias que
rodeaban a dichas fiestas: ausencia de trabajo, cabildos de punto, amnistías,
perdones y reparto de ropa y carneros a
la cárcel y conventos.
Los sermones y las velas de
estos días eran los momentos en los que la voz del predicador se podía a veces
entremezclar con la escenificación de la Pasión de Jesús. En estos últimos los apóstoles jugaban un
papel primordial.
El tablado

Este mismo recurso
utilizó la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús para representar pasos
como los de la Sinagoga, la Túnica, y Pilatos, donde el instrumental y los
movimientos escénicos eran difíciles de
representar al pie de los espectadores congregados. Compartía la carga del
montaje entre la cofradía y el encargado u oficial del paso, ya que como en el
año 1688 hubo varios tablados para colocar el paso de los Pontífices, el Juego
de la Túnica, Poncio Pilatos y los cuadrilleros. En el Castillo, se conserva el guión de los PASOS del Jueves Santo y
Viernes Santo, donde un sacerdote exponía el contenido teológico y
narrativo y los personajes desarrollaban
sobre un tablado todos los movimientos de la Sinagoga, Lavatorio, Azotes,
Ecce-Homo y Sentencia. Ya lo describíamos con las siguientes palabras:
"Gestos y mimos acompañan las escenificaciones. Ahí está Pilatos, subido en
un tablado portátil (1688), pronunciando la sentencia. Allá los judíos,
haciendo el juego de la Túnica (1687). Acá el verdugo (1677), crujiendo la
honda e interrogando a Dimas y Gestas"[1]
Solía ser la ubicación en la placeta
del Rosario, el Paseíllo de la Mora, en la plaza que se formaba en la
confluencia con el Llanillo y en otros lugares espaciosos.
Debieron existir algunos
escenarios verticales con diversos tablados como en el Paso de Abraham, que
debían tener dos niveles, el del ángel y el de Abraham. Tampoco no es de
extrañar el uso de varios tablados, desde donde se pudieron llevar a cabo las
distintas escenas como era frecuente en las fiestas del Santísimo Sacramento de
finales del siglo XVIII.
Los lugares elevados. El paseíllo
de la Mota. Los lugares concurridos
Con el paso del tiempo, debieron
perderse los tablados por las incomodidades que significaban a la organización.
Sin embargo, los pasos siguieron representándose en la calle. No era de
extrañar que las grandes plazoletas, los cruces de tramos de las calles ( Real-
Rosario; Real-Ancha-Trinidad; Placeta de San Blas, Veracruz-Rosario;
Llanillo-Veracruz, el propio Llanillo; Utrilla- Llanillo) y cualquier rincón se
adaptara como escenario simulando a los antiguos trovadores.
Sin embargo, el paseíllo de la
Mora formaba un promontorio natural para representar algunos pasos. Así nos lo
describe María Pilar Contreras a finales del siglo XIX :" Al llegar la procesión a un punto que llaman la Mora, se para;
toda la grande extensión de aquel sitio se ocupa por un inmenso gentío "[2].
Lo mismo acontecía con el propio Llanillo, que se convirtió en la arteria
principal de la representación pasional a lo largo de la historia de estas
cofradías.
Representar un paso era simular
un pregón y, por lo tanto, no les sería extraño a los espectadores que una voz
se emitiera a lo largo del recorrido de la procesión, como hacían las
mascaradas y las exhibiciones de caballería antes de iniciar una fiesta. Tan
sólo que aquí el contenido era pasional.
La calle: placetas, lugares concurridos y el
Llanillo.

Los personajes

Los judíos suelen ser portadores de los signos e instrumentos de
Pasión: los flagelos, la corona, los clavos, la escalera, la columna, la
manopla, la túnica. También suelen portar las Láminas de Ecce-Homo y Jesús en
la Columna. A veces se confunde con la tropa de la ciudad. El tambor y la
trompeta están formados de cuatro
miembros de los judíos.
Otros personajes como los reos,
el Longino y Simón de Cirene, desarrollan pequeñas escenas del gran drama sin influir en la parte esencial de la
Pasión. Suelen representar a personas del pueblo, la milicia, el labrador y el
hombre de servicios ante la figura de Jesús en
situaciones de ayuda, recibiendo
el castigo y o testigo de la divinidad.
Un caso especial son los
pregoneros que acompañan los Pasos e imitan la labor de los voceros del
Cabildo y, por otro lado, sustituyen al clero en su labor de explicación y
narración de la Pasión.
La imagen de Jesús y los personajes como
actores.

Por el contrario, los personajes
rompen esa inamovilidad con las escenas mímicas, los pasos representados, los
desfiles, el ronco sonido del tambor y la llamada heráldica de la trompeta.
Aunque representen escenas de humanas y quieran trascenderlas con la
representación dramática, en el fondo, pueden provocar la hilaridad y perder la
majestuosidad de las primeras iniciativas.
Por eso, la barrera entre el Cristo
representado-lo divino- y la farándula de los pasos- lo humano, es inmensa. Ante Jesús reza el
espectador que se siente cautivado con su impresionante figura; ante los
personajes humanos, por el contrario, en siglos pasados, el actor sentía que
representaba la Pasión y el espectador compartía este mismo sentimiento de
tanta trascendencia para la humanidad, el actual, sin embargo, muestra su
respeto por un acervo de una gran tradición. El abismo entre las
representaciones está claro: Jesús
se manifiesta imperturbable frente a los
personajes que exhiben todo tipo de tramas y vicios humanos.
A lo largo de toda la secuencia pasional, se dividen los
personajes entre buenos y los malos,
fruto de una anterior moral maquiavélica para mejor catequizar al pueblo
sencillo. La caracterización es completa: desde el rostrillo hasta el
instrumento de Pasión; abundan los de color negro o de mirada torva, que portan
los sayones, el Mal Ladrón, algunos judíos y el verdugo . En los rostrillos de
los apóstoles no hay uso de caretas negras, ni en Judas, todas se asemejan a un
hombre normal de cualquier época, parecen como las imágines o las pesonnae romanas ( con su peluca, la apertura de los
ojos y la boca-algo más grande); tan sólo el amarillo y el color blanquecino del psicótico Judas
marcan diferencia, sus instrumentos son el flagelo, la espada, la manopla o la
lanza.
La ingenuidad y la vestimenta
caracterizan a Simón Cirineo, al
Lazarillo, al Buen Ladrón. Los colores
de la vestimenta se distinguen de las de
los malvados: el blanco de pureza, el morado de penitencia o el de un joven del
siglo dieciséis. El apostolado viene definido por la túnica morada y su estola
adamascada, salvo Judas con túnica morada y estola roja.
En clara línea de recuperación
de su estado anterior, es el Longino, que muestra una careta lastimera, ciega,
y se deja ayudar del Lazarillo. Es un recurso parecido al de las novelas
ejemplares.
Principales y secundarios.

[1] Murcia Rosales,
Domingo y Martín Rosales, Francisco . Cancionero, relatos o.c. Pag. 247.
[2] Cancionero . op. cit. 402.
alabra Apóstol significa enviado. Jesús, el Enviado del Padre, llamó consigo a doce de entre sus discípulos, y los constituyó como Apóstoles suyos, convirtiéndolos en testigos escogidos de su Resurrección y en fundamentos de su Iglesia. Jesús les dio el mandato de continuar su misión, al decirles: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo» (Jn 20, 21) y al prometerles que estaría con ellos hasta el fin del mundo. datafellows.net/como-organizar-un-panel-de-discusion/
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