JUAN
DE TORRES GARNICA (1577-79)
Juan de Torres Garnica estaba
casado con Isabel y tuvo un hijo en Alcalá el mes de marzo de 1578. Fue
nombrado corregidor el cuatro de abril de 1577, y tomó posesión del 1o de julio
en Alcalá la Real ,
según la orden de don Luís de Eraso, secretario del Rey Felipe II. Era hermano
de don Francisco de Garnica, contador real, y muy relacionado con el licenciado
Gamboa, miembro del Consejo Real, quien debió participar en su nombramiento
como en el del abad el canónigo de Sevilla don Andes de Bobadilla.y era yerno
del alcalaíno Alonso de Cabrera. Nombró por alcalde mayor al Licenciado Alonso
de Castro; por alguacil mayor, a Alonso de Zaragoza y alcaldes menores Pedro
Delgado y Alonso de Alarcón. Al alguacil mayor, pronto lo sustituyó y le amplió
las competencias como alcaide de la cárcel en la persona de Pedro Barrientos
vecino de Loja, desde donde le proveyó el nombramiento y de la mismas ciudad se
trajo al alguacil de vagabundos Juan Hidalgo. También nombró los alcaldes ordinarios
del Castillo en el mismo acto ceremonial de la toma Bernardo de
León y Bartolomé Pérez. Recibió
la vara de justicia del anterior corregidor y pronto se trasladó a Loja,
dejando en su lugar al alcalde mayor, que tuvo un primer enfrentamiento con el
cabildo municipal, a consecuencia del nombramiento de un alguacil del campo, un
lojeño de nombre Alonso Hernández Saucedo, porque se interponía con las
competencias de los guardas de campo. Ejerció el cargo de teniente de
corregidor Cristóbal de Vera ([1]).
En Loja, nombro como alcalde mayor Juan Martínez Pradillo, y por alguaciles
Francisco Gal,án y Juan García. Obtuvo
varias prórrogas hasta finalizar su corregimiento en el año 1580 ([2]).
En las redes de la influencia del poder real y la sociedad, no hay que
considerar otra cosa que nombró por contador mayor de Loja, a su yerno. En esta
interrelación, no se podía esperar más sumisión y dependencia que estas palabras
que aparecen en un cabildo de finales de su corregimiento ante el acuerdo de no cobrarle el alquiler de la Casa
de la Justicia
por parte del cabildo lojeño:
“atento a lo que espera espera esta ciudad,
por la intercesión del dicho corregidor
y del señor contador mayor, su yerno”
([3]).
Reguló los precios de los
aguadores alcalaínos estableciendo una doble tarifa. Y en loja, ordenó una
campaña contra los gorriones solicitada por los labradores. Para ello dividió el pueblo desde los mesones
hacia la Mota ,
comprendiendo las Entrepuertas, la misma ciudad fortificada y los arrabales de
San Francisco y San Bartolomé con la cantidad de 4 maravedíes y 3 maravedíes
para el resto. Continuó las gestiones de buscar un maestro mayor para la traza
y condiciones de obra de la Casa
de Justicia en la ciudad de Granada; para ello se valieron de las gestiones del
licenciado Gamboa, natural de Granada y vecino de Alcalá, para encontrarlo
entre dos ofertas que existían de sus amigos en la ciudad de la Alhambra , porque allí
tenía amistades con uno de ellos.
Mientras tanto se edificaba la
casa de Justicia, el corregidor vivió en una de las casas de los arrabales,
pero pronto fue obligado a residir en la plaza de la Mota , donde no podía eludirlo
por las ejecutorias y ordenanzas de la ciudad. En concreto, se le alquiló por
el precio de 20 ducados la casa del Licenciado Gamboa, que pertenecía a sus
padres y estabaN arrendadas a Martín de Aranda y el escribano Miguel
Martínez y estaban ubicadas junto a la
iglesia Mayor y los soportales de la Audiencia. El ocho de octubre se remataron las
Casas de JUSTICIA Y ESCRITORIO. No sólo se colaboraba con las obras municipales
sino que la ciudad pagaba una parte del Puente de Madrid.
En su tiempo se llevó a cabo un
control exhaustivo de las viviendas rurales, donde solían levantar chozones y
albergues para animales o lagares y bodegas. Uno de los lugares donde se
permitieron fue en la Peña
del Grajo. Lo mismo se hizo con un libro de veredas , que recoge todas las
veredas y los terrenos tomados en épocas posteriores al repartimiento de Alarcón
y Hernán Pérez de Torres ([4]).
En el 20 de octubre de 1577, se
recibió la noticia desde la
Corte del nombramiento de don Andrés de Bobadilla para abad
mayor de la abadía de Alcalá la
Real. Este abad ostentaba el cargo de canónigo de Sevilla.
Muchas calles fueron remozadas y
pavimentadas así como restauradas varias torres: la del Pendón y la Puerta Real. Se abrió
en el mes de Octubre (31-78) una calle para entrar a la Iglesia Mayor por la
calle del Licenciado Magaña, tomando la casa de la capellanía de Juan de Narváez
Padilla, lindera con las de la Alcázar por su estrechez.
No sólo, se cuidaba el urbanismo en el recinto de la Mota , sino que en la calle
Llana se derribó una casa por el trafico comercial y el rodeo que debían dar
los vecinos para salir al campo. Junto al Alhorí se hicieron varias obras,
colocando un antepecho, en la puerta del Arrabal, las escaleras que subían a la
puerta de las Lanzas y una calle que bajaba hasta la de Mari Nieves. Se
terminaron las obras del puente del Carrizal, cuya traza había realizado
Francisco del Castillo y los maestros de obras Juan de Bolívar el Viejo y
Miguel Sánchez Vizcaíno que se excedieron en los gastos que había presupuestado
el maestro mayor. Se pusieron unos escudos y letreros que probablemente realizaron
la familia de los Raxis(8.500 maravedíes) y que fueron tintados, ya que la
partida presupuestaria se incluía aparte de las cuentas de las obras, según
manifestaba el regidor comisario de la obra
Juan de Aranda Figueroa.
Continuó un tiempo de
restricciones de trigo hasta el punto que hubo que hacer un registro, llamado
de cata y cala , entre los vecinos a finales del mes de noviembre. La ciudad lo
encargaba a dos personas, generalmente a un regidor o cargo de justicia, y se
dividía en zonas o cuarteles: el de la
margen derecha de la calle Real con Frailes y Fuente del Rey , el de la margen
izquierda de la calle Real con los barrios de San Sebastián y Ana Ramírez y el
de Santo Domingo y San Bartolomé. A veces, se subdividían con las siguientes demarcaciones: El de la Mota , el de la Cuesta del Cambrón, el
Anillo, San Sebastián y Santo Domingo. La situación en el año 1577 obligó a
tomar medidas restrictivas, pero, en el año siguiente, fue mucho más difícil,
ya que hubo que comprar trigo de Torredonjimeno y Porcuna, también se
restringió la salida de los trigos y se creó una nueva ordenanza del Pósito[5]
que controlaba las creces y las funciones del mayordomo, y, además, se
reservaron las cantidades de los cuatro beneficios y los de la propia fábrica
de la Iglesia Mayor ,
que alcanzaban las cuatrocientas fanegas y el de la última 100 fanegas, para
abastecimiento de la ciudad, lo mismo que se registraron los almacenamientos de
trigo de cofradías y hospitales, se retuvo el envío de trigo de los diezmos y
se hicieron negociaciones con la Capilla Real de Granada acerca de ello. La
situación llegó a tan gran de alarma que en el mes de agosto tuvo que
almacenarse en el Pósito cebada y hubo que comprar trigo en Jaén a través de la
red de los comerciantes genoveses, tratándose primero con Francisco Osragio
y después Bartolomé Veneroso una
cantidad de 1000 fanegas. Todo ello venía acompañado de la traída de Nuestra
Señora Santa Ana a la iglesia de la
Veracruz , donde, tras una procesión, se le decía nueve misas
y se traían cantores para tal efecto en el mes de abril desde 1577. Incluso, se
solicitó al señor abad la celebración de la exposición del Santísimo Sacramento
durante tres días en todas las iglesias y conventos al años siguiente, por el
mes marzo. A finales del 1578 el asunto
se llevó incluso a revisar la parte de
trigo correspondiente a la
Capilla Real de Granada e incluso se embargó el trigo por la Audiencia , al mismo
tiempo que se hizo una nueva remisa entre los vecinos por los distintos barrios
de la ciudad..
Entre los artesanos de aquel
tiempo destacaban el herrero Miguel Muñoz y Andrés del Moral, el albañil Diego
Hernández,
Se llevó a cabo una revisión de
veredas en los sitios afectados por los repartimientos anteriores: los limítrofes
con el arroyo del Palancares y los que se dirigían al cortijo de la Fuente el Piojo y hacia el
Pinillo y el del Cañuelo que se dirigía a la Fuente del Fresno. Continuaron los pleitos con
los vecinos que invadían los terrenos baldíos y comunales, pues, salvo casos
especiales, no se concedía dicha tierra. Este fue el de un pedazo junto a la
ermita de la Coronada
solicitado por Juan López de Hinojosa, a quien en octubre de 1578 se le hizo
merced por la ciudad, debido a sus pequeñas dimensiones.
[1]
AMAR. Acta del cabildo de Alcalá la
Real del 21 de octubre de 1578.
[2]
AMAR.Acta del cabildo de Alcalá dos de marzo de 1581.
[3]
AHML.Acta del cabildo dos de febrero de 1581.
[4]
AMAR. Legajo 6 Pieza 40.
[5]
AMAR. Acta del cabildo del 6 de junio de
1578. En ella se recoge la influencia del corregidor a la hora de de elaborar
las ordenanzas del Pósito. Partía de la experiencia de Loja, que las creces
eran para el Pósito y no para el mayordomo, ante ello propone un depositario, y
las creces se reserven a la ciudad, y
las llaves ( 5) par jurado, regidores, depositario y corregidor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario