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miércoles, 17 de julio de 2024

EL VINO EN LA COMARCA DE LA SIERRA SUR (I)

EL VINO EN  LA COMARCA DE LA SIERRA SUR (i)

 

 

 











        En  primer lugar, quiero agradecer la invitación a estas jornadas del Vino, que se celebran en Frailes.  Es verdad que no me siento tan preparado para intervenir en ellas como otros conferenciantes de años pasados, pues soy consciente de que en estos años  han acudido personajes relevantes de la historia y literatura andaluza y nacional. Razones de gratitud con el pueblo y la gente de Frailes me han hecho aceptar la invitación, pues  aquí he compartido con vosotros muchos momentos de nuestra  vivencia histórica  actual y de la amistad con  muchas personas de este pueblo, inquietas por el progreso de nuestra Sierra Sur. En primer lugar, por vuestro alcalde don Antonio Cano y el concejal de Cultura , que siempre han sido unos paladines de la comarca de la Sierra Sur; con él he compartido muchos momentos importantes para el desarrollo de nuestro entorno, su inquietud por el progreso de Frailes y , sobre todo, su dedicación en que cada día vuestro pueblo consiga hitos de presencia en la vida provincial y andaluza.

        A Santiago Campos, un cronista que ya lo quisieran tener muchos pueblos de España, inquieto por Frailes, buen literato y preocupado por el desarrollo de las personas de la Sierra Sur. Siente el amor de su tierra, como va a demostrar con creces con el estudio histórico y profundo que ha llevado a cabo con su libro que pronto editará.

        A mis alumnos de Frailes, que me hacen comprender las costumbres y por su sincero cariño.

        A todos los amigos, que en muchas ocasiones que los he requerido siempre me han puesto a disposición todo lo que necesitaba para  la comprensión de nuestra comarca: Manolo el Sereno, con el que compartí aquella vivencia de la tumba tardorromana por los años setenta y es historia práctica de Frailes,  Maite Murcia,  colega de investigación, familia Aceituno, y un sinfín de anónimos colaboradores 

 

 

        Son muchos los autores que consideran la evolución de nuestra economía basada en la agricultura mayoritariamente, los que piensan que la Sierra Sur ha sido un lugar de producción cereal y olivar. Sin embargo, hay que remontarse a periodos anteriores, en los que otro tipo de formas de subsistencia, en las que productos que hoy son residuales como el vino  y la ganadería ocupaban el primer lugar de la producción agrícola.

 Pues en ella, se ha pasado del binomio cereal- viñedo- (olivar) al viñedo- cereal en el XVI;  cereal- viñedo- olivar; XIX; cereal- olivar  XX y actualmente olivar- cereal  y residual el viñedo.

De los lugares  y paisaje  del viñedo se ha pasado del Ruedo/ Rosalejo, Boca Charilla, Mata  y Camuña a la Dehesilla, Torbiscal, Llanos y Camellos en el XVIII  y en 1998, a Frailes, Charilla . Mures (16 viñas)  Ermita Nueva (45), Charilla (14), Ribera Baja( 1), Santa Ana (8).. Siempre  dentro de una mayor actividad pecuaria. Pero veámoslo a lo largo de la historia y sus artistas.

        Sería osado competir en la exposición con  las personas que he referido anteriormente. Por eso, quiero simplemente trazar las líneas de la historia de la vid de la Sierra Sur en la faceta de un aspecto muy olvidado, cual es la vida cotidiana de nuestros antepasados. Una rama de la historia  que ha sido tan olvidada, pero tan presente en los actuales tratamientos de esta rama del saber.

        Pues el vino forma parte de la cultura de la Sierra Sur, en su modo de vida, en sus costumbres y, en lo que algunos escritores, llaman el espíritu de los pueblos.

 

        Época romana

 

        Nuestra comarca, en tiempos de los romanos, consistía en varios poblados de origen iberorromano ( Unidnutym, Almedinilla, Fuente Tójar, Carcabuey) y varios oppida importantes , en una situación estratégica cercana al río y  en torno a pequeñas elevaciones. Prueba  son los de la Gineta, la Rábita y el cercano de la Mesa que tenía su influencia sobre el terreno de  Frailes. La cantidad de elementos de cerámica, molinos, y restos de muros no es sino una confirmación de un modo de vida en el que se mezclaba la agricultura con la ganadería.

Pero,  lo más importante el gran número de cascajos y restos de cerámica. Son restos de ánforas y dolías, que guardaban el vino en las bodegas de  las más  sesenta  villas romanas,  villae rusticae, donde se cultivaba el vino cuyo testimonio más claro son los posteriores cortijos que perduraran hasta nuestra época. Y es que como decía Homero en la Odisea el vino era el producto más importante de la agricultura  y éste lo mezclaban  los heraldos de la batalla en las cráteras. Era un vaso grande de boca ancha , al que Anacreonte refería con estos versos referentes al modo de verterlo :

 

        Ea, tráeme la jarra, muchacho,

        Para que de un golpe me beba la copa llena,

        Pon diez cazos de agua y cinco de vino,

        Pues hasta los misterios de Baco

        Los voy a celebrar sin desmesura.

 

Y es verdad que aquellos vinos sin destilar, acuosos, artesanales, debían de producir con su bebida en exceso más de una descomposición repentina del cuerpo. La gama de vasos para beber era muy variados y hay restos en la comarca de los kilix, llamados por los romanos calix y  los cántaros.

Pues el vino era una parte fundamental de la vida, pues compartía con el aceite perfumado y la leche , además de elemento vital, el honor de servir de objeto de ofrenda para los dioses y para todos los ritos funerarios  Y qué decir de las fiestas de Baco o los banquetes de la época del Bajo Imperio.

El ánfora , stamnos y pithios, en Roma las llamadas dolia y ánforas, eran  los  objetos para transportarlo. Y esto abunda la comarca. Y para verterlo, la lagoda de una aza.

El vino en los más remotos orígenes, por lo tanto, estaba sumamente enraizado en la Sierra Sur. No hay aldea o cortijo antiguo que no tenga un vestigio  de este tipo de cerámica, pues en estas villas era habitual el cultivo de los cereales, la vid, los olivos,  los frutales y las hortalizas. Es verdad que no hay restos de grandes actividades artesanales de transformación agropecuaria, pero todos los presupuestos básicos se encuentran:

-lagares ideados para construir estas villas.

-muchas denominaciones de villares en la comarca, ( varias hemos encontrado en la línea fronteriza de Alcalá con Granada cerca de Frailes).

-Vías cercanas de fácil acceso a los terrenos comarcales. Eran cauces o caminos  secundarios a la Vía de Hércules y la de Plata  que conectaban con el Levante, a través de Iznalloz, Guadiana el Menor y otras a Córdoba, por Alcaudete.

-A la falda de las montañas orientadas hacia el sur y cercanas al río hay constatadas villas

-Vega de Paz

-Ribera

-Medianil

-La Lancha

-Cortijo Utrilla

-Fuente el Gato

-Cero Alcalá

-La Pedriza

-Castillo de Locubín. Encina Hermosa.                         

-                 -Sierra Ahillo

-                 -Las Caserías.

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        Época  medieval

 

        Los datos científicos fueron expuestos en la Historia de Alcalá por  vuestra paisana Maite Murcia, cuando aludía a varios pleitos en los que se hacía referencia al vino con los árabes y en el mismo momento de la conquista, en el que aparecen alguna que otra referencia al sarmiento en alambradas y elementos del asedio.

        Muchas leyendas, forjadas de la época medieval se remontan a la aparición de  grandes vasijas árabes que se han encontrado en las antiguas alquerías musulmanas. En ellas siempre estaba ligado el descubrimiento de un tesoro, con collares, sortijas, diademas de oro, monedas de plata, los dirhan y otros enseres de cerámica . Su funcionalidad no era otra sino para el almacenamiento y transporte del vino.

El cultivo del vino tuvo que existir en estas tierras, pues en la cercana Priego se manifiesta que uno de sus cultivos más importantes fue el viñedo. Los testimonios y yacimientos más frecuentes se hayan en la zona de la Rábita, antiguo Ribat, cenobio de monjes y guerreros en la frontera entre el reino musulmán y castellano. Por citar algunas, la leyenda de los restos musulmanes del Cortijjo Nuevo, Peñon Gordo, o la Fuente de Malaguilla, el de la Cueva del Tesoro en Frailes o el de la  Ciudad Quemada en el límite entre las provincias de Jaén, Granada y Córdoba, venta de vino para muchas alquerías, la Cueva de Rubio en la Hoya de Charilla, la Encina Leona de la Pedriza  y el cerro del Águila en el puente de Suarez.   Tres  tesoros de esta época son fiel refrendo de esta documentación: El hispano musulmán de Charilla, actualmente en el Museo Arqueológico Nacional, el de Ermita Nueva en el  futuro Museo de  Alcalá la Real y el de la Pedriza. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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