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lunes, 27 de noviembre de 2017

EN IDEAL ALCALÁ LA REAL. ERMITA NUEVA II.

ERMITA NUEVA III
Siguiendo el  plano de Anselmo López  Nieto, Ermita Nueva se estructuraba con varias zonas de hábitat disperso de cortijos que dieron lugar a concentración de los tres núcleos rurales y al mantenimiento de estas viviendas hasta nuestros días junto con la aparición de nuevos asentamientos.  En la zona comprendida entre la senda del Moraleja  y la carretera nacional se encontraban los cortijos de la Moraleja Alto, la Parrilla, el Quejigal, donde predominaba tierra calma y monte. En la zona comprendida entre el camino de la Zarza, el arroyo del Palancares, camino de la Escaleruela y carretera nacional, se  hallaban la casilla de Moyano,  con tierra calma,  monte y erial, el cortijos de Pinillo, el del Perro, del tío Mochila, el  Ventorrrillo del Charro ( en el cruce de los caminos , el antiguo de Alcalá,  de las Pillillas y Pinillo) , Casa de Carmela,                                                                                                                                                                                                                       , la casilla de Leoncio, que acababa en el  otro Ventorrrillo. Cortijo de Acequia Baja y la casa del Sotillo junto al Palancares, con la misma tipología de tierras y algunas de regadío junto al río. En la zona comprendida ente el camino real y  el de la Escaleruela y el límite del término, la casa de Mercedes, las casillas de Márquez, y cercanas a ella la ermita de San Isidro,  En el cruce de camino de la Escaleruela y Ciudad, casilla del Tío Sancho,  el núcleo de la Ciudad , casa de Francisco Coca,   Juan Pérez, Dolores Márquez ( estas tres junto al límite), Una serie de “Casillas” en torno al Camello, y adentrándonos hacia el cortijo de las  Pilillas – cruce de caminos de Escaleruela y  Pilillas- , la casilla de los Prietos, de Periquito, de Mochila,  la casa de la Caña de San Antonio, casilla de Mayo y de los Nieto , donde aparecían terrenos de secano, monte y prado. Finalmente, entre el camino real, el camino de la Zarza y el límite, desde el Palancares , se levantaban la Casilla de Ana Ocaña, cortijo del Obispo y el de Retamero, la casa de Cañada Honda y la de Cigarrón,   casilla de la Hilacha,  casa de Antonio Nieto, cortijo de “El Venerose”,  casilla del Portillo, casa de Juanico Terrones, casa de Dolores Rincón, y casilla de María Rincón, , las casillas de la Perdiz en la senda de la Pernia  y en torno a un núcleo del cortijo del Menchón Alto, las casillas de Castillo, cortijo del tiro de la Barra,  del cerrillo , de la Choza, de Juan  Calvo, en medio de un terreno de monte, secano erial y cereal.
Estas zonas y cortijos formaron núcleos rurales bien definidos a lo largo de los últimos decenios. A saber, Cequia, Pilillas y Ventorrillo. Hoy día, algunas se han destruido por el paso del tiempo como en la Ciudad; otras se renovaron y pasaron a manos extranjeras. Un nuevo plano se manifiesta con el olivar en expansión. Un nuevo partido de campo se ha incardinado a través de vías viarias, como la que sube hasta los Capachos, esas cuatro dolinas, que se manifiestan como si fueran parte de un paraje natural que se prolonga al de la Sierra de San Pedro; también se han articulado y se han unido con una nueva carretera entre las Pilas y Cequia, donde se albergan edificios públicos como su bello Centro Social y Consultorio Médico,  o, de instituciones como  la Casa de la Hermandad de San Isidro. Casi en el centro

 de los diversos núcleos, el parque municipal prolonga la vista hacia el faro de la fortaleza de la Mota y surgieron  otros pasajes como el solar ajardinado del antiguo Centro Social Obrero, donde la paloma herida acude con los versos del poeta Altoaguirre. Su centro escolar se amplió en los años noventa del siglo pasado de acuerdo con La LOGSE para impartir el ciclo de educación primaria y dentro del Colegio El Olivo, atendiendo a los niños de la aldea. Fruto de las buenas inquietudes y emprendedores, han sido varias empresas de servicios,  la quesería Sierra Sur, las viviendas reutilizadas como turismo rural, algunas instalaciones en la carretera nacional y en los núcleos mencionados;  y una de las almazaras más destacadas de todo el contorno, porque se ubica en un lugar crucial en medio de dos provincias. Su ermita también se vio remozada en varios momentos desde que trasladó la imagen del santo de Madrid hasta aquel paraje de minas de aguas subterráneas.
La toponimia de Ermita Nueva está prendada de arabismos (Cequia, Alcaiceruela, atalayas, almoguer...) y de tiempos de conquista (familiares de los Verdugo, los cortijos de sus repobladores, los de  propios y de hidalgos). Su suelo se remonta al tiempo romano y musulmán, y no nos extraña que haya aparecido el célebre tesoro expuesto en el Palacio Abacial, generosamente donado por un vecino  de Ermita Nueva. Esta generosidad es muestra de esta gente que sabe del esfuerzo y del trabajo colectivo en la conquista del monte y de la proyección hacia e el futuro con el sudor de su frente. Su esperanza se abre entre un cerro histórico de los primeros zenetes del reino de Granada y la cima de la Sierra del Camello, ocupando su gente una tierra labrada y urbanizada por la mano humana.   



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