Preparaba
varios artículos sobre la
Semana Santa de Alcalá la Real y
buscaba una foto de encuadre para el Cristo de la Expiración en el Paso
de la Lanzada. Y
mira por donde me vino, en ese preciso momento cuando contemplaba la
imagen de la abuela
y hermana mayor de la hermandad
del Ecce-Homo sacando la gracia de la providencia en un Domingo de Ramos, la
noticia de la muerte de Carmen González Montañés. No podía ser, de otra manera, mi último recuerdo de ella,
porque, desde hace muchos años, siempre se ofreció a ser mayordoma de cualquiera de los cuadros, láminas y
gallardetes de esta hermanad secular, tesoro de la religiosidad popular. No le
importaban ni la edad ni la enfermedad que siempre asumió con el senequismo nazareno
de una profunda creyente. Por eso, es
difícil resumir, en un obituario,
las vivencias de esta cofrade por excelencia de la ciudad de la Mota.
Devota
de la Virgen
de las Mercedes, del Cristo de la Salud , y, sobre todo, del
Señor del Ecce-Homo, al que siempre acogía en el altar de su vivienda adornándolo con todo lo mejor que podía,
abría sus puertas a todos los que acudían a la casa de recio portón del tramo
tercero del Abad Palomino , donde una lisa
cruz te recibía y recordaba las novenas de primero de mayo y la
convivencia de una familia esencia de las Semana Santa de los Pasos
Representados. Una de las últimas visitas fue con el profesor Salvador Rodríguez
Becerra que investigaba esta joya mantenida con el mayor esmero por este
matrimonio y toda su familia. Incluso, en los últimos momentos de su vida y
herida de muerte, nos recibió con la misma simpatía que cuando tenía fuerzas
para preparar y darnos a degustar los pestiños únicos de la Semana Santa. Con la
misma dulzura en los labios y el recuerdo siempre presente de su marido para narrar su vivencia
excepcional de albergar en su casa a su
Señor del Ecce-Homo, como la abrió con
el abad de Santo Domingo de Silos con motivo de la presencia en Alcalá en el
milenario del Santo de Cañas, o, disfrutando de los roncos tambores y del
clarinazo de las trompetas de hojalata en los ensayos o en el día que se lo
mostraba al escritor Michel Jacobs; con
la misma pasión y respeto que lo hacía
con las visitas de los escolares en los itinerarios de Cultura Religiosa, con la misma familiaridad y recato devocional que mostraba en los días grandes de la Víspera de San José, los
Quinarios o el Jueves y Viernes Santo. Interminable sería la cita de agradecimientos de
pregoneros, cofrades alcalaínos y
amantes del patrimonio que fueron
a beber a las fuentes de esta familia, que siempre ofrecía a Carmen como la mejor anfitriona.
Pero,
Carmen no se quedaba en ser una gran mujer religiosa y ejemplo de cofrade, recompensada por el
consensuado nombramiento de hermana mayor, sino que fue una trabajadora ejemplar
en su digno oficio de cocinera en los
comedores de la
Escuela Comarcal del Coto, donde siempre fue respetada y
reconocida por su buen hacer en la gastronomía escolar.
Como
esposa, y madre de tres hijos ( Maria del Carmen, Antonia y Juan Antonio) derrochó
siempre un efusivo amor que se ha prolongado en la cadena de sus nietos, al
mismo tiempo que le transmitió de una manera sencilla y testimonial todos los
valores y virtudes cristianas para afrontar
las dificultades de la vida y anunciar con alegría el mensaje de su
Señor. Siempre acompañó a su esposo en
los momentos transcendentales de la vida cofrade y compartió con él sus deseos
de renovación y de recuperación de este acervo pasional que son los pasos de
Alcalá la Real
ayudando de costurera, recordando los retazos de los pregones perdidos y formando los coros de las salmodias de los quinarios. A sus hijos, les transmitió el
cariño y la generosidad del amor
fraterno junto con su espíritu de paz
interior que siempre transmitía en todos los momentos.
Este
año, no cogerás la bola, digo la gracia de la providencia, ni verás el papelito
blanco que te indicaba que te había
tocado algún cuadro o el gallardete, pero te recogerá bajo su manto la mismísima
Virgen de las Mercedes para presentarte ante el cabildo de suertes del Padre
Eterno , la que recibiste con mucha
devoción hace unos años con motivo de la visita del año de la Coronación. Te has
merecido en demasía que te
entregara la carta de su presentación ante la
corte celestial por tu seguimiento ejemplar al Señor del Ecce-Homo.
Nunca
se me olvidarán las muestras de confianza que me otorgabas, no me las merecía
de modo que no te podía defraudar. Ssiempre dabas a los demás mucho más que
recibías, tu generosidad siempre se
desbordaba como los ríos caudalosos del mundo,
fuiste ejemplo de mujer alcalaína, cofrade ejemplar y madre dignísima de
imitar. Descansa en la Paz del rostro del
Ecce-Homo.
No hay palabras d agradecimiento para tan bonita despedida,tu testimonio ha demostrado q también la querías mucho. GRACIAS por ser como eres Paco, ella desde donde esté seguro que estará orgullosa de tan lindas palabras.
ResponderEliminarTodo lo que se diga de ella es poco.
ResponderEliminarGracias
Un emocionado recuerdo a su memoria y un sentido agradecimiento por la generosa acogida su casa y altar del Ecce-Homo.
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