Por la calle de fray pedro de Alcalá y camino del Coto,
llegamos a la Cruz de los Blanquitos, donde nos detuvimos explicando la historia
del triangulo de amor entre Mari Rosa y sus amante Juan Vicente y el capitán de
los Blanquito.   Dejamos al lector, por si quiere leerla.





   Según manifestó a Europa Press el presidente de la
Asociación Jiennense para la Recuperación de la Memoria Histórica, Miguel Ángel
Valdivia, “ en este monumento, que se
encuentra ya instalado en el cementerio de Alcalá la Real, puesto que iba a ser
inaugurado en el presente mes de septiembre, figuran los nombres de los
fusilados en la comarca, en concreto, de Alcaudete, Frailes y Castillo de Locubín,
así como de sus pedanías”.
   Fuentes del Olmo, fue premiado con la medalla de
oro de Andalucía 2010 de Artes Plásticas,  y reconoció a  Europa Press que se trata de un modelo
"completamente distinto, que nada tiene que ver con el modelo anterior",
que quedó reflejado en diez monolitos dedicados al mismo motivo en la Comunidad
Autónoma. No obstante, ha asegurado que "la
base de la inspiración es la misma, la fotografía de Robert Capa tomada, al
parecer, en Cerro Muriano (Córdoba)".
   Asimismo, el escultor ha señalado que ha realizado
una "libre interpretación" de lo que le sugirió la mencionada
captación gráfica donde observó "el drama del fusilamiento". Así, ha
continuado, "el expresionismo que transmito a mi escultura es el drama
vivido, y da lo mismo el anterior modelo o éste otro, pues todo el que lo
contempla se sobrecoge".
   Al hilo, Fuentes del Olmo comentó que en el
cementerio de Alcalá la Real "no se ha erigido un simple fusilamiento a
una venganza o envidia, sino que el monumento rememora a personas inocentes
represaliadas de las cárceles", a lo que ha agregado que "jamás se ha
escuchado un grito de revancha, los familiares de los fallecidos simplemente
querían que los nombres de sus seres queridos figuraran en algún lugar".
"No es más que la dignidad de la muerte, lo que se espera tras el
fallecimiento", ha apostillado.
   En cuanto al monumento, su autor ha explicado que
posee unas dimensiones de 170 centímetros de alto y 140 de ancho, siendo un
alto relieve de 25 centímetros, dos centímetros menos que el anterior modelo,
ya que "el material con el que lo modeló no permitía una mayor
medida". Tal y como ha recordado, este nuevo modelo responde a uno de los
bocetos que ya había creado y que ha retomado para esta ocasión, escenificando
"dos cuerpos arrojados de manera aleatoria sobre una fosa".
   Así, en 1985
ingresó como profesor titular de Escultura en la Universidad de Granada,
especializado en los lenguajes contemporáneos. Cuatro años más tarde obtuvo la
cátedra y en 1992 se trasladó a la Universidad de Sevilla creando el grupo de
investigación Nuevos materiales aplicados a la escultura, que sirve de
referencia y modelo a otras facultades. En esta línea, durante los últimos
años, su inquietud creativa le ha llevado a investigar sobre formas
escultóricas en soporte digital.  , Miguel Fuentes del Olmo ha
realizado once monumentos públicos en las fosas comunes de la provincia de
Jaén. El escultor jiennense es un reputado experto en murales monumentales de
hormigón armado y en el uso de técnicas de cerámica refractaria, poliéster,
hierros forjados y vitrales. Entre sus obras destacan, en este último ámbito,
los vitrales de la Basílica de la Virgen del Rocío en Almonte (Huelva) y los de
la Catedral de Málaga.
De allí al cementerio de la Mota    
Comentamos la  política
ministerial en tiempos de Carlos III con el fin de favorecer las mejores
condiciones higiénicas y sanitarias de los pueblos de España. Hasta el  primer tercio del siglo XIX, en todas  las iglesias alcalaínas y en el cementerio
contiguo al templo de la
 Veracruz , se hacinaban los 
restos de los  muertos  en criptas funerarias, fosas de  descomposición, osarios  y 
pudrideros de estos recintos religiosos. 
La salida de los enterramientos de las iglesias, claustros y  capillas colaterales obligó a la búsqueda de
un espacio público, que respondiera a estas finalidades en favor de los vecinos
de Alcalá la Real :
se procuraban sitios alejados de la ciudad habitada,   con aire y ventilación y sin el menor
vestigio de contaminar las fuentes públicas. A pesar de que se hicieron varios
intentos de ocupar espacios alejados a 
la fortaleza de la Mota 
con la posible ubicación del cementerio en 
los terrenos de la derruida ermita de 
San Bartolomé en el siglo XVIII, la ubicación final fue en el recinto
fortificado de la Mota.   Entramos en la Iglesia Mayor, comentamos los
enterramientos argáricos, visigodos, musulmanes, góticos y el claustro y el
cementerio dentro de la iglesia describiendo capilla por capilla  y tipos de enterramientos. 
            Y salimos
al exterior donde explicamos el cementerio 
antiguo de la Mota ,
hoy desparecido,  que  respondía 
a un acuerdo municipal de 1865 atendiendo a los requerimientos del
gobernador  civil de la provincia de
Jaén. 
“Se presentó el expediente que el señor
alcalde ha instruido en consecuencia de la circular del señor gobernador civil
de esta provincia con fecha 25 de febrero último y lo acordado  por la corporación en dos del actual para
reparación del cementerio público  de
esta ciudad, resultando de el que lo que se proyecta  es sólo levantar una cerca dentro de la plaza
de la Mota  con
sus correspondientes techumbres en  el
punto que existe entre la
 Iglesia  ya derruida  y
el Castillo,  como sitio más a
propósito  tanto por tener fondo
suficiente para inhumación de cadáveres 
cuanto por que, desde el año diez y siete , está todo ello adentro
destinado  a camposanto , y
resultando  finalmente la conformidad de
las Autoridades eclesiásticas  de esta
Abadía   , quien conoce  como el Ayuntamiento la urgentísima  e imprescindible necesidad  de dichos reparos a los que no puede subvenir
la fábrica por carecer absolutamente  de
recursos según la prueba en repetidos expedientes , siendo  fácil del fondo municipal proporcionarlos
incluyendo en el presupuesto ordinario los 15.000 reales que resulta  consignados 
en la certificación(…)  en vista
de todo esto acordó la aprobación de él disponiendo se remita original a la
aprobación del Gobernador de la
 Provincia …[1]”  Glosamos que se solicitó la  presencia del arquitecto provincial José
María Cuenca y          que este acudió a
la ciudad delimitó  la localización del
cementerio, diseñó y trazó los planos adecuados. Los ubicó entre la iglesia
mayor  y el antiguo torreón del Homenaje
“ por ser un terreno que es yermo  conocido con el nombre de la Mota  el qual por los años
1341 fue conquistado  a los moros,
levantándose después dentro de sus murallas la Iglesia  Abacial , Casas y
edificios  para su Ayuntamiento y demás
pobladores quedando de frontera o plaza fuerte con su Alcayde. Así continuó,
hasta que, pasado el tiempo  y variando
las leyes  y costumbres, fue bajándose la
población  al punto que hoy ocupa.
Dejando dicha plaza  completamente
desierta  y sus antiguas murallas
destruidas en su mayor parte. Por los años 
de 1814, en  virtud  de las órdenes superiores  y, oído el informe de la Junta  de Sanidad y Autoridad
Eclesiástica , se dispuso que todo el espacio comprendido dentro de dichas
murallas sirviese  de Cementerio público
por ser un terreno que nadie utilizaban 
y reunían cuantas condiciones se deseaban y con efecto verídico   dentro de la Iglesia  Abacial  y en algún otro
punto de dicho yermo pero dentro  de
murallas, por lo que siempre se ha considerado y reconocido del Ayuntamiento “
[2]  (…), Desde 1817,  todo 
ocupaban en planos y proyectos  3.249 metros 
 cuadrados  ( un cuadrado de cincuenta metros por cada
lado)[3], pero
aquel año los munícipes solo se 
comprometieron a “verificar las
obras comprendidas en dicho proyecto en la sección primera  o sea la pared de cerramiento de la fachada y
su ornamentación importando 2.690 escudo 500 milésimas” dejando el resto de
las partidas para años futuros.  . 
Formaban  parte del cementerio el cerramiento, dos
patios,  una capilla, sacristía,
pabellones de administración y anatomía y una casa  habitación del conserje y sepulturero. El
presupuesto de la obra alcanzó la suma de 6.952 escudos.  La obra se fue ejecutando de acuerdo con las
posibilidades  económicas municipales: se
convirtió el suelo de la iglesia  en
camposanto de  tumbas de inhumación, se
mantuvo la  antigua capilla hasta
principios del siglo XX  dentro de la Iglesia  Mayor  Abacial y se  llevaron a cabo  las tapias del cerramiento .
                                   LAS REFORMAS
DE 1874
En  1874, 
se cayó la bóveda  por la  parte de la cabecera de la iglesia,
provocando  el derrumbe de ataúdes  y cegando los pasillos  de los pabellones interiores del cementerio.
Además, una intensa  epidemia de viruelas  y su 
consiguiente  mortandad dio lugar  a la habilitación del cementerio nuevo.  No hubo posibilidad de llevar a cabo la obra
y el traslado de las sepulturas del interior 
con la mesura y la planificación que exigía un espacio urbano tan
importante, sino que primaron la precipitación, el tropel y la falta de
recursos municipales para ejecutar las obras. Se vendieron a bajo precio y
perpetuidad todas las bóvedas y panteones familiares para poder realizar las
obras. Se modificaron los planos del arquitecto Cuenca,  atendiendo más aun criterio de comodidad  y 
posibilidad constructiva que a razones estéticas omitiendo  todas las 
obras de gran envergadura. Se dividió el patio en dos, por medio de un
muro con dirección norte-sur : el primer patio se dedicaba mausoleos, nichos y
panteones de familias, con sus correspondientes galerías , en las que también
podían hacerse sepulturas perpetuas, había pocos nichos  y panteones que fueron ocupados por las
familias hacendadas y pudientes ; el segundo patio se dedicaba exclusivamente
para fosas comunes. Tan sólo, se emprendieron parte de ala izquierda. En un
principio, para  comenzar las obras,
consiguieron  16 panteones de familia
(curiosamente estas respondían a las clases altas de la ciudad- los antiguos
hidalgos, familias enriquecidas por  la
desamortización, industriales  y  altos funcionarios) y 128 nichos ( para las
clases medias como funcionarios municipales 
y estatales, labradores, iglesia …). 
En 1875, los
munícipes se hacían eco de esa situación
Acordaron que
en 1876 se cerraba definitivamente el cementerio de interior de la iglesia,
también obligaba a trasladar los panteones del interior de la Iglesia  al  cementerio nuevo y debían usarse las
inhumaciones y los nichos en el nuevo cementerio. También se organizaron los
aspectos administrativos y de gestión del nuevo cementerio y se nombró de
capellán al sacerdote Manuel Fernández Pariente.[5].
La
inauguración del nuevo cementerio tuvo lugar el 23 de diciembre de 1875 por
medio de una ceremonia solemne donde participaron personalidades, autoridades y
el clero de la ciudad que hizo procesión y responso. Esto conllevó el cierre
del anterior cementerio  y la inhumación
a principios de enero de los primeros muertos. Se hicieron varias
zonas  ( la primera  nos puede ilustrar del resto con 117
sepulturas, y,  a su vez  la segunda , dividida en varias secciones de
un termino de  10 a  12 con 12 sepulturas
aproximadamente, nos  conforma  el aspecto distribuidor de este espacio
público; las restantes  tercera; cuarta,
quinta, sexta, séptima, octava, novena, décima, undécima y duodécima, décimo
tercera , décimo cuarta, décima quinta y décimo sexta ofrecían una distribución
parecida de  sepulturas y nichos). 
Conforme se
avanzaba  el siglo se aumentaba  en sepulturas, panteones familiares y nichos
sin destacar en su ornamentación salvo algunos con algunas esculturas . En
1877, faltaba para cerrar el proyecto inicial por  construir la construcción de las galerías,
bóvedas y   nichos del ala derecha de la
puerta de entrada, con lo cual  se
formó  un paralelogramo  armónico y uniforme en su construcción
dejando el centro un espacio extenso y regular para mausoleos y sepulturas
especiales; y la espalda, por el lado oeste, un gran patio de iguales
dimensiones para las fosas comunes.  En
1878 ya había 28 panteones familiares y los nichos se acercaban a los 300. En
torno a 1887,  ya había dos galerías en
el  primer patio predominando las
sepulturas de tierras con más de dos millares a finales de siglo.  
Todo esto
obligó  que  se trasladaran  exteriormente los antiguos pabellones o
mausoleos que aumentaron más de la veintena; se reconvirtiera el antiguo aljibe
de la Casa  de
los Aranda en osario. En 1899,  se
inauguró una nueva capilla neogótica en su exterior. Esta se hizo nueva,
situada a espaldas del patio primero 
sepultura común número 1. 
Capilla  bendecida con toda
solemnidad y  aparecida la noticia en la
prensa. El capellán del cementerio lo recogía de esta manera en una nota
extensa del libro 5º de Sepelios:
“Ad perepetuam rei  memoriam
El día 24 de octubre de 1898 se dio
principio a la construcción de la
 Capilla  del Cementerio 
y finalizaron las obras el 18 del mismo año, y el 12 de enero de 1899, a  las once de la
mañana se bendijo solemnemente por el señor arcipreste  y párroco de Santa María la Mayor , don  Ildelfonso Díaz Herrera quien, acto seguido,
celebró el santo Sacrificio  de la misa
con los vestuarios  Don Francisco
Villuendas Romero y don Agustín del Espino, aplicando la misa por todos los
fieles difuntos de ambos panteones , concluyendo el acto  con un responso general  y doble de campanas. Asistieron el excapellán
don José de la Torre  Escribano ,
y otros varios señores sacerdotes m entre ellos don José Carrillo Aguayo que
ofició la misa  y cantó el responso. El
retablo lo donó la parroquia de Santa María 
y la pila de agua bendita la parroquia de Santo Domingo de Silos. Las
casullas y ropa blanca eran de la capilla de la cárcel. Todos los demás
utensilios de cáliz, vinajeras se compró con los fondos del Panteón.  .
Asistió el señor alcalde don José Suárez
Trujillo y co misión de Beneficencia  y
Caridad con su presidente  y segundo
teniente alcalde don Blas Ramírez 
Castillo u numerosos  concurso de
fieles- El Santo Cristo que hay en el altar es el mismo que hubo en 1814 en la
antigua capilla del dicho panteón, situada al pie de la torre y dentro de la Iglesia.  El  cuadro de lienzo de gran
tamaño y que es el Patrocinio de San José 
lo donó don José de la
 Torre Arenas , y el lienzo que representa el Descendimiento lo
regaló el conserge del cementerio  José
Moyano. El cuadro lienzo de la
 Purísima  don José de la Torre  Escribano , presbítero y
el de san Vicente de Paúl el capellán don Francisco Villuendas[6]. 
  El personal del ayuntamiento se componía de
un capellán eclesiástico  que ejercía de
administrador  y controlaba el registro
de cadáveres, así como realizaba las misas del cementerio; de un conserje y de
varios sepultureros. A principio de abril de 1906, se puso a andar el reloj de
la torre de la Mota ,
lo que coadyuvó a las entradas económicas del conserje.En 1 de diciembre se
bendijo el Vía Crucis de la ermita por el presbítero don José González  y fue colocado por el sacerdote don de la Torre  Escribano.  Lo bendijo el
capellán Villuendas y los regaló don 
Concepción  Montañés del Mármol .
                        EL CEMENTERIO  EN EL SIGLO XX
El  18 de mayo de 1906, día de frío y viento,
hizo visita pastoral el obispo don Salvador Castellote tanto al cementerio como
en la plaza pública.  
A finales del
primer tercio del siglo XIX, ofrecía el recinto dos  patios bien diferenciados, uno delante de la
iglesia con panteones y sepulturas de tierra y un pabellón lateral de nichos
con diversas galerías; y un segundo patio con 
tres pabellones en forma de U y una reserva de  patio exterior para casos indigentes y  extraordinarios.   
Los panteones
familiares del interior se habían trasladado prácticamente al exterior, entre
los que destacan algunos con  unas tumbas
suntuosas. Como curiosidad  la primera de
ellos era la de la familia Abril, otro el ayuntamiento había donado al general
Lastres  y  el número 18 
la de la familia del médico Ruiz Mata Écija, masón que  fue enterrado en 1 de abril de 1920.  
 En cinco de julio de 1906, se principió a sepultar
de nuevo en las fosas comunes del Patio ya que habían transcurrido los cinco
años, curiosamente esta noticia está recogida por el capellán del cementerio
que aducía que había crisis ministerial del gobierno Moret. Este  patio se encontraba con árboles en medio: en
la zona primera se dedicaba a los niños junto a un árbol  y al segundo árbol a los hombres. 
El
departamento judicial  y otras
dependencias  como las fosas comunes para
accidentes, beneficencia y suicidas ocupaban un lugar especial en el segundo
patio . 
Una fotografía
de 1936 es testigo de la distribución de patios y del  cementerio. En ellas, se ocultaba la capilla
junto al osario y camino entre patio primero y segundo. El patio primero es de
menor extensión y alcanzaba el solar de la antigua Casa Abacial, se observa que
estaba prácticamente completo de sepulturas de tierras, una galería junto a la
línea divisoria; el segundo patio mantiene tres galerías de nichos en forma de
U y dos patios interiores de sepulturas d tierras dejando reservado un espacio
para las sepulturas especiales (de beneficencia, párvulos, y casos excepcionales
como suicidios, muertes violentas…). La extensión de ambos es un perfecto
cuadrilátero: un lado  se extendía desde
la torre de la Iglesia  Mayor 
Abacial hasta el lado de la torre del Homenaje; otro, desde el extremo sur de
la  fachada principal de la Iglesia  Mayor  hasta la Calancha ;  otro lado coincidía en su diseño con  la paralela de la muralla de Santiago, y el
último iba de la torre del Homenaje hasta el segundo dentro de la ciudad
fortificada.   
            EL
CIERRE DEL  CEMENTERIO 
Tras la guerra
civil, el hacinamiento de cadáveres y sepulturas desbordaba dicho lugar y esto
dio lugar a que se emprendiera por el año 1947 la construcción de un nuevo
cementerio  en el Cerrico Vílchez. Dicho
cementerio fue  realizado por la Dirección  de Regiones Devastadas
y fue inaugurado el uno de julio de 1949. Unos meses antes, se hicieron
ordenanzas  sobre el nuevo cementerio y
comenzaron a trasladarse y venderse mausoleos. Los últimos cadáveres que se
sepultaron  en la mota fueron los de
Miguel Guardia Sánchez  y Carmen Roldán
Conde. El número de  cadáveres inscritos
en el libro de sepulturas  había
alcanzado  la cifra de 4.101 ( hay que
tener en cuenta que sólo se registran desde 1875 y,  a 
partir de los últimos decenios del siglo XIX primeros del XX,  hay cementerios en Charilla, Frailes, Mures,
Pedriza, San José de la Rabita ,
Ermita Nueva,  Santa Ana y Riberas.   Muchos cadáveres de  nichos, bóvedas y panteones del  antiguo cementerio de la Mota   se trasladaron al primer piso de las nuevas
galerías de nichos del nuevo cementerio, produciéndose poco a poco un paulatino
abandono del antiguo camposanto, que cegó prácticamente  la entrada del templo de Santa María la Mayor  y convirtió en una
terreno  tétrico e inhóspito las ruinas
de pabellones, galerías de nichos y tumbas de tierra, 
En los años
setenta del pasado siglo XX, el ayuntamiento de Alcalá la Real  llevó a cabo una labor
de limpieza del recinto del cementerio, dejando expedito de cadáveres todo el
espacio destinado a  este fin  y  derribando
las edificaciones de las galerías de nichos. No quedó otro  testigo del anterior cementerio por los años
ochenta sino, los árboles,  el antiguo
aljibe transformado en osario y  algunas
paredes divisionarias de los dos patios y del cerramiento del cementerio. 
En los años
noventa, se desarrolló un  plan
urbanístico con fondos europeos cuyo núcleo más importante se  basó en 
formar una plaza  delantera a
la  portada  principal de la  Iglesia 
 Mayor   con diseño del
arquitecto José Luís Vico y eliminación de la totalidad  de elementos 
funerarios. 
…..
Bajamos por
Las Caballerizas del Abad, y en el sitio de la ANTIGUA CRUZ DEL CRISTO DE LA
YEDRA comentamos  la leyenda del Cristo
de la Piedra.
            El duelo entre dos caballeros castellanos, Pedro Pineda y
Cristóbal Gallego ante el Cristo de la Piedra porfiando por la princesa raptada
y la intervención del Cristo con el desenlace final de: uno monje, y otro
soldado para conquistar España. 
            Con
la mahbarath y la eplicación delas ruinas del conventro de la Santísima
Trindad, se acabó la ruta. No más bien con la cruz de Vázquez Mejías y sus
indulgencias. Dejamos para otra vista del año próximo la otra parte del perímetro
de la ciudad.. 
O sea , el PUNTO
DÉCIMO. EL BARRERO Y  CRUCES DE CALLE
ANCHA.
PUNTO DÉCIMO.
CRUZ DE VILLENA  Y EL HUMILLADERO. PUNTO UNDÉCIMO.
LA CRUZ DEL PILAR DE LAS TÓRTOLAS.
[2] AMAR. Acta De 4 diciembre
de 1865.
[3] AMAR. Acta de 13 de julio
de 1865.
[4] AMAR. Acta de 26 de julio
de 1875. 
[5] AMAR- Acta de cabildo de
13 de diciembre de 1875.
| Cruz familia de Aurora Sánchez | 
| Cruz de Vía Crucis | 
| El pozo del Altozano | 
| Pisando el antiguo cementerio de la Mota | 
| Cruz de Vázquez Mesía | 
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