SEMEJANZAS ENTRE LA COMIDA ROMANA Y LA GASTRONOMÍA ANDALUZA
Dejando un lado la distancia en el
tiempo, la comida romana puede relacionarse en muchos aspectos con la gastronomía andaluza: comidas, nombre Y tipos de platos, incluso en la dieta, que es en los que nos detenemos
en este pequeño artículo
INGREDIENTES BÁSICOS DE AMBAS COCINAS
Se decían en nuestro refranero " Con pan y vino, se
hace el camino". Y en verdad que muchas huestes castellanas hicieron
enormes cabalgadas, los romeros acudieron a las fiestas de los santuarios y los
transeúntes atravesaron muchos lugares de
España confortándose con la sopa
de pan
y el vino del tarro. No digamos que eran los ingredientes básicos de
muchos vecinos en forma de alimentación cumplimentada con otros ingredientes como el aceite, las
verduras y las carnes básicas derivadas del cerdo. Por eso no nos extraña que
el pan fuera el elemento del puls romano
durante más de 300 años ( lo que era una especie de gachas de harina de trigo), la comida
básica de los romanos, tan solo se enriqueció poco a poco en los tiempos de las vacas
gordas con un puls llamado iuliano, en
el que se añadieron ostras hervidas,
sesos y vino especiado.
El clientelismo como fórmula de
mantener el sistema romano se basaba en el reparto del Estado o de los
poderosos de una limosna diaria o annona, que casi siempre se basaba en un saco
de trigo. Estos repartos de trigo, en tiempos de Julio César (49-44
antes de Cristo), beneficiaron a unos 230.000 romanos mediante
la conocida (annona). Este trigo
se transformaba en harina y, posteriormente
en pan.
Junto con este
alimento, el vino es
el otro alimento de la
dieta romana . Ofrecía una gran dificultad,
pues no se conocían las técnicas actuales de conservación y había que beberlo con especies, o servirlo caliente y aguado. Incluso, se le añadía miel.
No era de extrañar que los pobres y las
clases bajas solían desayunar sopas de pan y
vino, en las que se
añadían , farro, garbanzos y verduras, coles, hojas de
olmo, malva, etc.
Como es lógico
en las villas rústicas y en las familias pudientes, los romanos añadían a su
dieta el consumo de leche, de cabra o de oveja, tenían pasión por las aceitunas y , como la cocina andaluza, la carne de cerdo predominaba en la alimentación diaria. Con
el paso del tiempo, disfrutaron de las carnes de
buey,
cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la de perro, que era una costumbre de pueblos
anteriores. No difería mucho la dieta básica actual de la a
dieta (1.500 calorías) del romano durante la República que " apenas alcanzaba las 3.000 calorías, de las
que al menos 2.000 procedían del trigo".
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