La leyenda les llamó la atención. Pero estaban más interesados por los pasadizos. Por eso insistían que querían realizar una visita. Les dijeron que algo se intuía de los diversos tramos. Y lo que no había duda que estos comunicaban desde el anillo tercero de murallas hasta el alcazar. El jeque estaba muy interesado por la canalización de las aguas o el abastecimiento en ciudades, como Aben Zayde, sin un río cercano. Y lo palpaba, porque, antes
de entrar a la Ciudad Oculta, o pasadizo interior por los restos de la casa del Zapatero Rosado, reocrrió parte
del Jardín, la calle Cava, la puerta de la
casa de Herrera, el adarvilllo de Moya, las
viviendas de algunos miembros de la familia
de los Raxis, la tercera muralla, el
rincón de los poetas y el muro de los personajes
ilustres (desde los Banu Said hasta
el cronista Guardia Castellano) y los Vía
Crucis del Arrabal Viejo y de la Mota. A
través de la puerta del Arrabal. Tras pasar por la Puerta del Arrabal, se adentró por al subsuelo de las casas y calles del
Arrabal Viejo, las cuevas y la iglesia de
Santo Domingo de Silos, junto con los cimientos
de todo tipo de edificaciones.
- Muchas cuevas y testimonio de la presencia del vino por doquier.
-Así lo puede comprobar en el suelo natural de las cuevas, donde se Ilustra de un tiempo pasado en el que se
hacían patente el vino.
-Pero no todo era vino. En este el mundo subterráneo
de la Mota, se encontran cercanos el colegio de primaria
y secundaria, el horno de Santo Domingo,
el paso de la mezquita a la iglesia
del mismo nombre o pasajes de la
prehistoria desde el Argar a la casa de
Malagón. Por la Escalerilla de Santo Domingo
y la puerta de Martín Ruiz.
-Y las leyendas.
-Ya se la he relatado como la de Cava o la del capitán Felón.
-Pero se conervarán algunas más.
- Esta curiosa. la de la llave de las puertas de Alcalá escondida en
el paraje de san Bartolomé, descubierta por
un moro que regresó a Alcalá la Real,
-Curiosa.
- Me la contó una gitana en su versión de la mora Cava.
Prosiguieron la visita-.Y contemplaronn el bosque de pinos, la mina y
el pozo del Arrabal Nuevo o las saeteras y
troneras del interior de las murallas y subieron sus torreones y adarves, especialmente
la puerta de arco apuntado del
antiguo huerto de Francisco Gámez, n que
se descubre en forma de rinco. En lel muro de contención de las Entrepuertas, el guía les hacía recordar a los arrieros de la campiña que frecuentaban la
calle de los Mesones Altos y Bajos. Bajo
las faldas de la muralla, junto al adarvillo
de Mota, lindando con la puerta del
Arrabal Viejo y Nuevo, le hqacía ver que se encontraban varios
mesones, entre ellos el de Aranda, las
casas de Los López de Mejorada, el lindero
con el licenciado Torreblanca, o
el de Martínez de Colomo; también las
tiendas de los dos tintes, el tejar y
solares en forma de huerto. A los mesones
se traían las acémilas cargadas de
costales de trigo o de cántaras de aceite
procedentes de los campos de los pueblos
de Córdoba, Arjona y Porcuna. Venían
cansados tras una larga marcha que
se prolongaba durante varios días, en
los que la dureza de un prolongado camino
dejaba huella en sus pies, todo ello
acrecentado por pernoctación en las desastrosas
ventas del camino. Su última parada
la hacían en la venta de la Rábita,desde
donde madrugaban para llegar pronto
al puesto del peso de la Harina,situado
junto al Pósito. Aquí se pesaba la carga,
se pagaba el impuesto o sisa a los encargados
del impuesto de millones y luego,
se iba a descansar a una de estos mesones
que proliferaban por aquella calle.
-Pero no
sólo acudían arrieros,
-Claro que no, sino que también lo hacían los transeúntes
del camino de la Corte, camino
en cuyo final del trayecto confluíanlos de Madrid y Córdoba. Concurría todo tipo
de viajeros, por eso no nos extraña la presencia
del carmelita fray Pedro de la Madre
de Dios que, como calificador de la
beatificación de San Juan de la Cruz, presenció
la conversión al cristianismo de
la turca berberisca Fátima, criada de la
venta, tras contemplar el relicario del padre
y poeta carmelita.
-Me quedó una duda, ¿a qué se debe el nombre de Cava?
-Su
nombre alude a las cavas de aguas que
se hicieron para abastecimiento de los
nuevos barrios y se relaciona con los pozos
que surgieron tras la conquista del
Rey Alfonso XI. Estos proliferaban en torno
a los Arrabales Nuevo y Viejo. Otros
lo relacionan con una dama musulmana
que se asocia en su aventura a
la mora Cava del romance con el rey Rodrigo
invirtiendo los papeles de la
trama de la entrega de su tierra a diferentes
amantes. Distinguían dos partes
de la Cava, una calle que subía desde
la Cuesta del Cambrón hasta cerca de
la puerta del mismo nombre y otra segunda
desde ésta hasta la Puerta del Arrabal,
que lindaba con la muralla y solía estar
cubierta de almenas. Actualmente, como puede ver, es
un simple jardín adosado y su nombre se
le ha asignado a la última calle de la nueva
ciudad.
Por el Rincón de los poetas accedían al Pozo del Altozano. El guía le proporcionaba todos los detalles. No se lo creían . A través decorrespondía a la entrada de la casa, situada
unos metros más abajo y luego y desplazada
hacia el sitio actual, para adentrarse
a los Jardines de la Mota por el
nuevo camino que conduce a la Puerta del
Arrabal. En el primer tramo, este rincón se ofrece como un rincón en la fortaleza
de la Mota, un lugar tranquilo, sencillo
y de una gran belleza, todo un símbolo
de la nueva cultura del siglo XXI, que
hace de la tolerancia un modelo de convivencia
y que, al mismo tiempo, rinde homenaje
permanente a los personajes ilustres
de Alcalá la Real a través de su historia. Se pararon ante un monolito. Se encuentra a la entrada del actual Rincón de los Poetas,
la antigua calle Mesones, recibe a
los visitantes este monolito dedicado al
Arcipreste de Hita, en cuya peana se inscribe en triple lengua (castellano, hebrero
y árabe) la respuesta que dio
el
poeta Juan Ruiz de Cisneros a una mora
de este entorno Fija vos, os saluda uno que es de Alcalá.
- Muy bella lección.
- Se inauguró este Monolito de la Tres Culturas, como prueba del
entendimiento entre cristianos, judíos y
musulmanes.
MURO
DE LA MEMORIA
Subieron una escalinata, se pueden contemplar
a mano izquierda el Pósito y
a la derecha la bajada del muro de las Entrepuertas,
un frontal con pequeñas losetas
de con nombres de los personajes insignes
de la historia alcalaína, que pretenden
ser una lección histórica en medio
de este recinto patrimonial. Dicho
muro está incrustado en el Rincón
de los Poetas y forma parte de él,
contando con diversas inscripciones de
nombres importantes alcalaínos, de los
que en una primera fase figurabanel
cronista Guardia Castellano, la familia Raxis,
Pablo de Rojas, Alonso Alcalá, Abad Moya,
Abu Yafar..
-Le interrumpe el jeque y se enteresa por este personaje.
-Famoso poeta. Pero, déme que termine con otros peronajes. Figuran el conde de Torrepalma entre
otros junto con colectivos como las
monjas dominicas, franciscanos, dominicos
o hidalgos ilustres y curiosos como
Pep Ventura sin olvidar Martínez Montañés. En
una segunda fase hay intención de completarlo
con la inscripción de otros nombres
insignes alcalaínos.
Pero no se desvíe de mi pregunta, no la evade me intgeresa el tiempo de los escritores de la familia Banu Said. En concreto, este Abu Yafar.
- Aquí lo tengo entre mis papeles. Lo esperaba. Abu Yafar nació probablemente el año 1126 d.C. en el castillo de la Mota, donde su padre, Abd al Malik ben Said, gobernaba y residía en aquella fortaleza. Fue educado en un ambiente refinado y educado, pues pertenecía a una saga de ilustres literatos, establecidos en su reducto cultural de Qalat Banu Saîd, donde su padre ejercía como un auténtico protector de la cultura, al mismo tiempo que era un magnífico guerrero y letrado. No conocemos nada de su infancia ni de sus primeros maestros. Algunos autores creen que fueron sus maestros Ibn Jafaya e Ibn al Zaqqaq. Fue nombrado visir del castillo alcalaíno por su padre, que se sentía agobiado por las continuas luchas con los nuevos invasores. Sin embargo, tras normalizar la situación, cansado del trabajo burocrático, pidió que lo relevaran de su cargo y se entregó a la poesía. Pronto se trasladó a Granada, pues no se sentía atraído por la ambición de poder administrar aquella fortaleza, sino más bien por los goces de la poesía y del ambiente literario de la ciudad de la Alhambra. Célebres son aquellos versos que manifiestan esta situación vital:
Déjame que renuncie a todo aquello.
Yo sólo quiero vivir,
escribir poemas,
no quiero glorias ni prestigio.
-Hasta aquí, algo habíamos leido-interrumpio el jeque.
-Con la llegada de los almohades, -prosigo-debió sufrir las tristes circunstancias del apresamiento de su padre aliado con el almorávide Yahya ben Ganiya, gobernador de Valencia y Murcia.
-Pero me parece que está ligada su vida a una poetisa granadina,
- Sí en la corte granadina, conoció a la poetisa Hafsa bint al -Hayy al Rakuniyya, de la que se enamoró intensamente. Aunque Abu Yafar remontaba sus orígenes en Amnar ben Yasir, compañero del profeta Mahoma en las batallas de su tiempo, ello no fue obstáculo para emprender estos amores con esta rica y acomodada musulmana, de origen bereber y entroncada con los almorávides. El poeta y la poetisa compartieron e intercambiaron versos y poemas en medio de unas escenas que se asemejaban al mundo feliz de la Arcadia y entre unas vivencias que compartían todos los sentimientos más intensos que nacen de una pasión amorosa. Una común vida amorosa y literaria se mantuvo inmutable hasta que fue interrumpida con la llegada de Abu Said, nuevo gobernador almohade a Granada, que, al principio, encarceló a su padre por haberse opuesto a su gobierno.
-Allí, hubo un elenco de poetas extraordinarios.
-Al principio, en Granada disfrutó d este ambiente literario de su época compartiendo las tertulias poéticas con el poeta granadino al-Kutandi, el valenciano Ibn Yubnar, el cordobés al-Marawi y, ocasionalmente, con el sevillano al-Lissi. Los lugares de aquellos encuentros eran su casa rodeada de bellos jardines y alamedas junto al río Genil, los atrios de las casas de personajes famosos de la aristocracia granadina y los baños públicos. A veces, frecuentaba otros pueblos y otros poetas como Ibn Nizar en Guadix. En un ambiente pletórico de felicidad, donde el naranjo y limonero rodeaban el agua de las albercas y los pájaros, principalmente la tórtola, cantaban al par de los poetas, entonaban bellos poemas de amor, y otros temas dedicados a todos los elementos que recreaban aquel paraíso eterno, donde caían vencidos por el vino, la música, el mirto y el canto poético.
-Sabemos que fue muy influyente por este tiempo.
-Gracias a sus gestiones, logró librar a su padre de la cárcel, incluso, fue nombrado secretario del gobernador. Sin embargo, nunca olvidó aquella medida que había mancillado su linaje. Aún más se recrudeció al sentirse traicionado por los amores furtivos que compartieron su amante Hafsa y el nuevo gobernador. De ahí que pronto renunció a aquel cargo administrativo. A pesar de todos los intentos del gobernador para mantenerlo entre sus protegidos y reconocerle todos los favores anteriores, el poeta no podía afrontar los continuos coqueteos de la poetisa con el nuevo jefe de la corte granadina.
- Pero en algo tuvo que ver Hafsa.
- Claro que sí, la poetisa no sólo consiguió atraerse al gobernador sino que lo enroló en aquel ambiente literario, convirtiéndole en un hombre amante de las letras y de las artes. Esta misma quiso darle muestras de su agradecimiento por haberle librado de Ibn Mardani, rey de Murcia, que había ocupado el gobierno de Granada durante la ausencia de Abu Said. Por eso, le sirvió como pretexto los coqueteos de Abu Yafar con una esclava negra para romper con los amores anteriores con el poeta alcalaíno.Esto dio lugar a que por parte de Abu Yasar naciera un furibundo odio hacia el gobernador, al que satirizaba con sus poemas. Al ser destituido del cargo, trató de vengarse y se alió con su hermano Abd-al Rhaman, su primo Hatim ben Hatim y el gobernador de Murcia. Alertado el gobernador granadino ante el futuro incierto que suponía el enclave independiente de aquella fortaleza gobernada por la familia de los Banu Said, lo persiguió cuando se dirigía a Qalat Banu Said. En el trayecto, fue alertado por unos espías que le aconsejaron que se dirigiera hacia Málaga, donde tendría protección de Ib Mardani.
-¿Logró evadirse otra vez?
- En parte. Puues oculto durante cierto tiempo en esta ciudad, al final fue descubierto. En la prisión recibió la muestras de compasión de al-Hussayn ben Duwaina y el arrepentimiento de su antigua amante Hafsa que de nuevo le reiteraba su amor por medio de varias epístolas.
- Y su final estaba marcado. A los treinta años, un día de abril de 1163 fue ejecutado por orden de Abu Said siendo crucificado para que sirviera de escarmiento de futuros traidores. Unos años más tarde, su padre aba
ndonó Qalat Banu Said y se dirigió al norte de África. También lo hizo su amante Hafsa que no podía soportar la pérdida de su amor. Retirada de la Corte y vestida de luto se dedicó a la enseñanza, muriendo en el año 1191 en la Marrakeh.
- Dejame que reconozcamos el valor poético de su obra , donde se refleja en estas palabras de Inb Said al Magribi: "Entre todos los Banu Said no hay nadie que haya llegado en poesía a la altura de Abu Yafar ben Abd al- Malik". Pues su muerte temprana interrumpió una brillante carrera literaria, que conocemos a través del Mugrib, Ihata y el Bafhaal-Tib, fuentes en su mayor parte incompletas.
Quedaron boquiabiertos, y tras subir una escalinata de piedra de cantería
a lo largo del Jardín y el muro de contención
de Las Entrepuertas, entre los parterres
del Jardín se encuentran varías cruces
correspondientes a las estaciones del
artesanal Vía Crucis, obra de la I Escuela Taller
de Patrimonio de Alcalá la Real y bellos para cada estación. La forja de la cruz
contrasta con la peana artificial y la piedra
de la muralla. qudaron a la puerta del Arrabal. Pararon, y querían adentrarse en la ciudad oculta.
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