Los diversos premios se organizan, a la hora de concederlos, de acuerdo a unos reglamentos y unas bases, en las que los jurados o donadores del galardón suelen ser elegidos de acuerdo con unos parámetros y acreditándose en el conocimiento, representatividad asociativa o prestigio de sus componentes. En Alcalá la Real, el ayuntamiento alcalaíno es el mecenas, jurado y promotor del premio en nombre de la colectividad cívica de la ciudad de la Mota. Por su carácter de donación graciosa se ha procurado, en la mayoría de los premios otorgados, al consenso entre los representantes de los grupos políticos. Pero se parte de una base y de una predisposición que no siempre puede conseguirse, a no ser que el consenso cívico refrende la nominación de un candidato que sea un secreto a voces de toda la población. Lo que no puede siempre conseguirse sin la predisposición natural al acuerdo. En este año, el nacimiento del premio ha bebido de las fuentes natales del hijo de Zeus y Alcmena, y de seguro que la mano de la diosa Hera no consiguió el consenso ansiado y logrado en años anteriores. Para colmo, cada vez y en un futuro próximo mucho más, se ocasionarán los disensos ante la disparidad de criterios que pueden montarse según las apetencias de los representantes, porque Hércules debió hacer valer su fuerza y su habilidad para conseguir su primacía desde su propio nacimiento al competir el parto con su hermano Ificies.
No obstante, los premios se han hecho eco del esfuerzo hercúleo de unas asociaciones o empresas locales que son clara muestra de los trabajos encomendados al héroe mítico. En este caso, se eligieron , como anillo al dedo, y Hércules se manifestó e rememorando aquel décimo trabajo de su lucha con Gerión por tierras béticas, y, en la categoría de Cultura y Educación, porque se hizo eco de la docencia rural y la extensión de la escuela por las aldeas alcalaínas. Bello gesto que reconoce la labor del colectivo de los Colegios Rurales de Alcalá la Real. Pues, siempre la ciudad de la Mota dispuso de centros escolares y se formaron muchos vecinos a lo largo de los siglos. Pero, hasta mediados de siglo XIX, no llegó la escuela a las aldeas, comenzando por Charilla y le siguieron Santa Ana, Riberas, Mures, y Cantera Blanca, hasta completar el resto de las aldeas a mediados del siglo XX. Luego, soplaron vientos nefastos con la concentración escolar en las Comarcales. Menos mal que, en los años ochenta, con motivo de la implantación de la LOGSE, se dio un nuevo impulso a la dispersión rural manteniendo las escuelas primarias en los Colegios Rurales del Valle de San Juan, El Olivo y Sierra Sur. Lo que desunía el progreso a través de la mecanización y el transporte la escuela rural lo logró unir con el fomento del principio del acercamiento del alumno a su ambiente natural. No habrá alumno de la escuela rural que no recuerde su primer maestro que le enseñó las primeras y números o le abrió aires de libertad con la cultura, ni adulto que no agradezca la educación tardía que suplió las carencias escolares de su infancia, En la comunidad escolar- alumnos, padres y maestros- brotan sus más profundos sentimientos y se encadenan en los más de ciento o cincuenta años de su implantación rural y en los veinticinco años de las fundación de los mencionados colegios.
Estos son los premios de 2017, este fue el proceso de selección ( pueden establecerse muchas fórmulas y alternativas de jurados de representación social) y, sobre todo, el reconocimiento de unos trabajos hercúleos de que no ofrecen duda alguna para la gente de la ciudad de la Mota con respecto a todos los premiados. Otra cosa es recoger la maldita manzana raptada por Eris a las Hespérides para provocar el Juicio de Paris, que desencadenó la Guerra de Troya. Pero, esto fue un hecho posterior a Hércules, quedémonos mejor con su esfuerzo para conseguir la victoria en sus doce trabajos, en este caso los cuatro . 
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