El tirachinas se mantuvo hasta el
segundo decenio del siglo XX Para María
del Pilar Contreras, la costumbre del tirachinas se describe de la siguiente
manera:
“Se observa la misma costumbre,
se diferencia sólo en que ponen una gran tienda de campaña, sujeta en su centro
con un madero a la manera del palo mayor de un barco, y por los extremos y en
forma circular, por unas gruesas dadas de sebo. El joven que por estas cuerdas
o maromas llega a la cúspide de la tienda, de seguro saca novia en la romería;
la mozuela que tirando una piedrecita sobre la lona, al desprenderse de ella
queda dentro del círculo que roda la tienda, augurio feliz. ¿También saca
novio!
El noviazgo, como lo califica Manuel
Pérez Ortega en su comentario a María del Pilar Contreras[1]:
“donde la pequeña imagen de San
Marcos, ubicada en una capilla frente a la puerta, posee y un comprometido y
abultado pliegue en su túnica y en el lugar que corresponde con las ingles, al
que las gentes llaman “bragueta”. Se asegura que, si después de la celebración
e de la misa del día de la fiesta se arroja la china en este sitio, se asegura un servicio de supersticioso vehículo
propiciatorio para imprecar una chinita
desde regular distancia y acierta en semejante sitio, casará de seguro”.
PITOS
Y ESTADALES
Las figuritas
de barro se remontan a tiempos remotos de la historia de España, pues se
asemejan a los pequeños exvotos íberos y
romanos, que en el Renacimiento de nuevo se desarrollan muchos de ellos como pequeños juguetes de los niños. Entre
ellos aparecen en las muestra museística de Alcalá mujeres embarazadas y
algunas con una ranura para formar el agujero de viento que emite el sonido
peculiar
. Por tanto, los pitos y estadales deben proceder de estas figuras sacralizadas y no
han variado mucho a lo largo de la
historia de la cofradía alcalaína. Suelen tener tamaños y formas diversos simulando figuras
humanas y anomalísticas hasta que se
reducen a la actual forma de pequeño poyo con un pequeño hocico donde se
introduce el viento para soplar y
producir el sonido. Hasta finales del
siglo XX, los romeros de la Virgen de la
Cabezas repartían muchos pitos a la llegada del la romería en los aledaños de la Tejuela; los
estadales con medallas de material de perra
gorda e imagen de la Virgen de la
Cabeza y cintas de diversos colores y
españolas (incluso se adaptaron a la bandera andaluza y referían la fecha de
cada año) se adquirían en el Santuario y obsequiaban a los familiares. Esta
costumbre perdura, pero se encuentra en decadencia.
EL HORNAZO
Es una
costumbre popular, que consistía en acudir el último lunes del mes de abril
tras la romería a recibir a la comitiva romera por la Tejuela, así como subir
en el segundo domingo de mayo a presenciar la bajada de la Virgen. Los
muchachos y no tan pequeños disfrutaban de un hornazo, torta con un huevo
cocido en el centro como merienda muy sana y saludable.
[1] PÉREZ ORTEGA, Manuel , Un
manuscrito inédito del siglo XIX, sobre usos y costumbres de Alcalá la Real, de María del Pilar
Contreras y Alba. Boletín de Estudios Giennenses. N ª CL. Año 1993,
Octubre-Diciembre. Pág.356-407.EL HORNAZO
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