NOVIEMBRE, ENTRE TODOS LOS SANTOS Y SAN ANDRÉS
“Dichoso mes /
que entra con Todos los Santos/ y sale con san Andrés” me dice mi madre,
faltándole la frase intermedia en esta zona” media con San Eugenio” por no ser
un santo de mucha devoción en estos lares. Y cuadran sus palabras perfectamente a este mes que hace el número nueve (novem-ver) del
calendario prenumano y recoge los frutos
espirituales y materiales de casi todo el año. Pues, se consagra y venera, al
principio, a muchas personas en los iniciales escalones del undécimo mes del
calendario solar y se despide en las últimas fechas brindando por los primeros vinos de las
bodegas alcalaínas.
“En
el día de los difuntos, memoria y frío van juntos”, dicho que no se ha hecho
realidad en este año. Pues se ha disfrutado de una temperatura excelente que ha
atraído a muchos turistas de interior ocupando al completo casas rurales y
visitando todos los monumentos de la ciudad de la Mota. Se ha invertido la frase invernal con
la presencia de la memoria y el calor humano de muchos prójimos para honrar a
sus antepasados. Por fin, ya no se han visto excluidas muchas personas que
anhelaban colocar un ramo de flores a sus antepasados y no tenían un lugar o un
mausoleo donde rezar una oración por sus
padres o guardar un minuto de silencio y
recuerdo por sus familiares enterrados en paraderos desconocidos, abandonados en
las cunetas de las carreteras o
esparcidos sus huesos en sitios inesperados. En el cementerio de todos, por eso es municipal, pueden encontrarse las
tumbas y panteones de los muchos vecinos alcalaínos, pero también ese monumento, que sirve de remanso de paz,
serenidad de espíritu y de honra por la generosidad de otros muchos que dieron
su vida por un ideal. Queden en los arcones
del Averno los resentimientos y los rencores, y extiéndase para todo el
mundo la honra de su familiares difuntos sin querer reservarse el privilegio
para unos pocos, porque, en vez de "
vae victis", debemos aprender
aquel dicho latino “bis vincit,
qui se vincit” ( dos veces se vence el que se vence así mismo); o, como decía
Voltaire “ quien se venga después de la
victoria, es indigno de vencer”.
Por
los días de la mitad de noviembre, los
campos se remuevan con los tractores recibiendo las sementeras y se hace
realidad la frase “No pase Noviembre, sin que el labrador siembre”, y , salvo casas excepcionales “Quien cava en
Noviembre, el tiempo pierde”. Tiene
sentido el que aquí no se diga “ Por Todos los Santos, los trigos
sembrados, y los frutos encerrados”, porque se avanza. durante sus días, en la labor
de sementera o en la plantación de
flores, árboles, de arbustos y
vides, Es el momento crucial, que ha inspirado a la mitología con ritos
como el rapto de Proserpina, que procede de la griega Perséfone. Unos ritos,
que fundamentan nuestras tradicionales sobre el culto de la muerte, los ciclos
estacionales de siembra/ recolección y la iniciación en los aspectos mistéricos
de la resurrección. Parece como si se compartiera el momento de que Hades
enclaustra a Proserpina, con la llegada de este mes y ya no la deja salir hasta
que Zeus, de nuevo, la rapta para sacarla en primavera. O se cumpliera el dicho que “A todo
cochino, le llega su San Martín”.
Conforme
se avanza a las últimas semanas, ya es una realidad el refrán “Entre Todos los Santos y
Navidad, es invierno de verdad”, porque comienzan los fríos nocturnos, se
hielan algunas aceitunas en los bajos de los montes y en los sitios
inapropiados por el veredicto natural, los abrigos son la prenda más normal de
los vecinos de Alcalá y las enfermedades
como la gripe, resfriados y pulmonías acampan a sus anchas en muchas
personas. A veces, las personas se confían por lo del “Veranillo de San Martín"
cuando maduran las zamboas en torno a las riberas y se llenan con su olor las casas y cortijos mientras se cuece la artesanal “carne de membrillo” Por las tarde, las chimeneas contaminan el azul turquesa del cielo alcalaíno del valle que se
extiende desde los Llanos y las Cruces hasta la Mota, arrojando grandes
humaredas desde los pisos y de las casas mezcladas con olor a
gasóleo o chamusquina.
Esperemos
que se cumpla nuestro refranero “si noviembre empieza bien, confianza es de
tener” y por "Santa Catalina de
Alejandría, todo su aceite tiene la oliva” que ha quitado por el monocultivo jiennense y
alcalaíno el lugar a “Santa Catalina nos
trae la harina”.
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