Archivo del blog

martes, 22 de julio de 2025

NOTAS PARA LA HISTORIA DE LA HERMANDAD DE SANTA ANA (I)

 

NOTAS PARA LA HISTORIA DE LA HERMANDAD DE SANTA ANA (I)

 








 

Hace unos años, se propuso llevar a cabo un libro de la historia de la hermandad de Nuestra Abuela de Santa Ana. Los hermanos mayores lo han intentado y de seguro que alguien lo hará realidad. Como hermano, he venido aportando a lo largo de años anteriores la historia social de los vecinos de la aldea de mis antepasados. Ahora voy a iniciar una serie de artículos que no tienen más interés que aportar datos para la historia de este futuro libro de la hermandad. Parto de todo el material que he recogido en los distintos archivos provinciales y locales, sin dejar en el olvido la gran aportación que me hizo mi amigo Juan Cano con la fotocopia de un libro de actas de la hermandad, y sigo la línea metodológica comenzada con la Historia de la Coronada. Una entrega por años. Posteriormente, si alguno quisiera, puede ordenar el material y plasmarlo en un eje cronológico correcto y lineal.

 

            Mis primeras notas se basan en las actas anteriormente comentadas, que he cruzado con otros datos investigados en otros archivos. Corresponden a los años comprendidos entre 1714 1779 y se titulan LIBRO DE LA COFRADÍA DE SEÑORA SANTA ANA, QUE LO HIZO Y DIO JUAN RUIZ GÓMEZ, SIENDO HERMANO MAYOR DE LA DICHA COFRADÍA EN EL AÑO DE MIL SETECIENTOS CATORCE. A lo largo de dicho texto, aparecen, sobre todo, los acuerdos de las reuniones de cabildo de la cofradía, los nombramientos de cargos, anotaciones de misas y los inventarios de la cofradía. Vamos a comentar, esencialmente, las características de la hermandad a lo largo de este artículo.

Por su semejanza, la cofradía suele tener las características de otras que se conservan y denominamos de estructura “cerrada”, con poco número de hermanos, elecciones rotatorias y control jerárquico. Generalmente, pertenecían a las clases privilegiadas y a los hacendados frente a las hermandades, esclavitudes, o algunas cofradías, de carácter algo más abierto, como las cuadrillas del Dulce Nombre de Jesús

 

            CONSTITUCIONES

 

            Habían desparecido en el siglo XVII las constituciones de la cofradía, el decreto de la fundación y su erección. Pero era un hecho constatable que habían existido y se regían de un modo consuetudinario- la tradición de las constituciones antiguas y los acuerdos anuales del cabildo-. A instancia de los hermanos el año 1746 exponen la situación de desamparo documental, manifiestan la extracción social de los hermanos-labradores -  y solicitan de nuevo la fundación de la cofradía, algo parecido lo que ha sucedido durante estos últimos años.

            El reformismo religioso del siglo XVIII instaurado en el gobierno abacial incidió en la elaboración de nuevas constituciones, basadas en  que “era bien entendido de ser lo mejor lo que van a ejecutar y bajo de esta ciencia otorgaron que, en ratificación de la fundación antigua de dicha cofradía y de sus cabildos, juntas y acuerdos hacen criar, erigen y levantan esta de nuevo y en reformación de lo que han considerado por gravoso, quieren que observe y guarde en adelante lo que ha prevenido en las constituciones siguientes” . Tuvo lugar, la presentación de las nuevas constituciones lugar el cinco de junio de 1743 ante el gobernador eclesiástico. El veinticinco de dicho mes fueron   aprobadas por el gobernador eclesiástico don Manuel Machado y Luna.

 

 

.          

 

 

LOS CABILDOS

 

El hecho de ser una cofradía de gran prestigio y antigüedad tenía una organización muy ligada con el cabildo eclesiástico de la Abadía. De ahí que sus juntas fueran presididas por una alta dignidad, generalmente el Provisor, Vicario General y Juez de Rentas en representación del señor abad, por cierto, solía estar ausente por estos años. O, en otros cabildos el teniente de vicario. De entre los que asistieron, por este siglo, a estos cabildos se encontraba Matías Fernando Montero de Paz Ramírez, y Gabriel Muñoz Merino, comisario del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba. abogado y colegial de Santa Catalina de Granada, don Diego de Torres, canónigo de la catedral de León, capellán de Felipe V y notario de la Nunciatura, Diego de Guzmán y Bolaños, colegial e la Universidad de Salamanca y miembro de la Orden de Santiago, don Miguel Cedillo y don Diego Bolaños y Guzmán capellán de Felipe V. La integraban el representante eclesiástico, el hermano mayor, los alcaldes y los oficiales, así como un notario escribano e la abadía...

Generalmente, los puntos del orden del día se resumían según el tipo de cabildos ordinarios y extraordinarios. Los anuales y ordinarios   solían comprender el nombramiento de hermano mayor, alcaldes y oficiales del año y, la consiguiente aprobación del inventario de la cofradía y cuentas. Daban fe de la celebración de los actos el representante eclesiástico y el hermano mayor, posteriormente fue sustituido por el capellán de la cofradía partir de 1744.

Solían celebrarse todos los cabildos fuera de la ermita Santa Ana, pues sus hermanos residían en Alcalá. Casi siempre lo hacían en la iglesia de la Veracruz, otras veces en el palacio abacial, sede de la vivienda del vicario general, Pero, a partir de 1744, se comenzaron a celebrar el día de la fiesta de Santa Ana en la propia ermita, pues, como eran labradores, les suponía un gasto importante trasladarse desde los cortijos a Alcalá, al mismo tiempo comenzó a responsabilizarse más intensamente el capellán de la cofradía por delegación del gobernador eclesiástico.

            La fecha de celebración del cabildo variaba desde el mes de abril hasta primeros de junio, Pero, tras la reforma, se impuso el día veintiséis de julio.

           

LOS CARGOS

 

            Eran, como hemos dicho, un hermano mayor, dos alcaldes y varios oficiales. Solían elegirse por periodos de tres años. Antes del siglo XVII, solían hacerse por el sistema de rueda para la elección de cargos de acuerdo con el puesto que se encontraba en la lista de 20 hermanos aproximadamente. Pero en el segundo decenio del siglo XVIII, hicieron una reforma, por el que el sistema de elección consistía en que los cargos se sucedieran de acuerdo con esta proposición: al hermano mayor le sucedía el alcalde más antiguo de la cofradía -actualmente sería el primer vicepresidente- y a este el segundo alcalde.

El hermano mayor, desde el año 1726 era el encargado de presidir misas, funciones, hacer propuestas de cabildo, comprobar el inventario y fedatario de la cofradía. Por eso   escribía en un libro las faltas de los hermanos que no acudían a los actos religiosos, con el fin de imponerle el castigo. Era, también, el responsable de todas las operaciones madereras de la alameda de la cofradía. No podía renunciar al cargo a no ser por razones de enfermedad.

            Para la elección de los alcaldes, los hermanos los votaban secretamente; previa invitación – los convidaban a ser, decían-, y, el que era mayor de edad, quedaba nombrado como primer alcalde y, el otro, segundo alcalde. Paso previo, era la aceptación de los cargos, pues no había propuestas anteriores, sino que lo hacían libremente y en lista totalmente abierta. Incluso, podía hacerse con personas que no estuvieran presentes y, que luego aceptaran el cargo. Cuando se procedía el óbito de algún alcalde, se convocaba cabildo par nombrar otro y reestructurar los patronos del mes. Sustituía y colaboraba con el hermano mayor y presidía las ceremonias religiosas.

También se nombraban doce patronos demandantes que ejercían mensualmente. el cargo con la bacinilla para fondos de culto de la iglesia. Esta recolección lo hacían por las calles de Alcalá. Podían ser sustituidos por una persona que buscaran en lugar de ellos.

El resto de los hermanos formaban una piña para ayudar al hermano mayor en todo tipo de obras materiales de arreglo del templo.

Un capellán era nombrado para ejercer de director espiritual de la cofradía por parte del hermano mayor.

Todos tomaban posesión de los cargos el primero de julio.

Con motivo de la reforma de 1743 y las nuevas constituciones todos los cargos se redujeron al periodo de mandato de un año. El primer domingo de abril, se avisaba al juez eclesiástico para que diera permiso para los cabildos que se celebraran con antelación a la fiesta, evitando acercarse al mes de julio para que tuvieran suficiente para organizarla. También, se creó la figura de padre de ánimas, que se encargó del control de los hermanos fallecidos, la recolecta de misas de sufragio, el pago al capellán y todo lo relacionado con los gastos del funeral. Solían comunicarlo el día de la fiesta. 

 

CAPELLANES

 

Eran los encargados del culto de la ermita de Santa Ana, misas, sufragios por difuntos y compartieron, a partir de mediados de siglo XVIII, ser cobradores del diezmo eclesial en el partido de Santa Ana. Cuando aumentó la residencia de muchos vecinos alcalaíno en la aldea de Santa Ana, el capellán desempeñó, además de las funciones religiosas, otros servicios muy cercanos a los vecinos en labores testamentarias, reparto y distribución d censos, empadronamientos, mediador con el estamento eclesiástico. Decía misa todos los días de fiesta y recibía doce fanegas de trigo por su trabajo. El capellán guardaba la llave del Sagrario y de todas las arquetas y otras cajas, donde se guardarán reliquias y objetos de valor.

 

Francisco Antonio de Contreras

1715-20

Francisco Ramírez de Aguilera

1720-51

Juan Antonio Contreras

1752

Antonio Cano Hinojosa

1767

 

 

HERMANOS

 

La mayoría de ellos eran labradores de los cortijos de la zona- entre Charilla y Ermita Nueva-, que solían arrendarlos de los propietarios alcalaínos, los hidalgos, y, que posteriormente con motivo del reparto de suertes en el reinado de Carlos III se asentaron alrededor de los caminos  y en torno a la ermita de Santa Ana con la construcción de viviendas de la que surgió la aldea de Santa Ana.. Por este tiempo, sus nombres eran Juan Martín Alcaide, Lucas Ramírez, Francisco Ramírez de Aguilera, familia de los González de Lara, Miguel Rufián, Pedro Pérez del Corral, Gaspar de la Fuente, Andrés Hidalgo, Antonio Romero Blas del Castillo, Andrés Palomino, Francisco Valenzuela, Tomás de Aguilar, Pedro Ruiz Rojano, Cristóbal del Barrio, Miguel de Ureña, Juan Garrido, Pedro de Mesa, Fernando Márquez, Lucas Zamora, . todos ellos padres de los que luego crearon el primer núcleo de vecinos de Santa Ana y que hemos referido en anteriores inventarios.

 

 

 

            MODO DE TOMAR ACUERDOS

 

            Mediante asentimiento de los hermanos, tras exponer cada uno sus votos y reparos. PEro , la sucesión de hermanos se llevaba  a cabo de un modo mecánico.

            La mayoría de ellos tenían una cultura básica de saber leer y escribir pues sabían firmar y algunos llegaban a tener buenos trazos.

            Las propuestas de nuevas medidas las realizaba el hermano mayor, el capellán o el representarte eclesiástico, como la reforma de la reforma de las Constituciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HERMANOS MAYORES DEL SIGLO XVIII.

 

            No todos vivían en los cortijos de Santa Ana, sino que muchos eran labradores de Alcalá, con casa en el casco.

 

Juan de Tapia

XVII

 

Nombre y apellidos

Año

Algunas actuaciones

Francisco Revilla

XVII

 

Juan Ruiz Gómez

1711-1714

 

Juan García Barrera

1714-1717

 

Miguel Rufián

1717-1720

 

Miguel González de Lara

1720-1723

 

Lucas Ramírez

1723-1726

 

Gaspar de la Fuente

1726-1729

 

Andrés Palomino

1729-1732

 

Pedro de Rufián

1732-1735

Relicario de Plata

Cristóbal del Barrio

1735-1738

Limosna para entierros

Lucas Zamora

1738-1741

 

Antonio Romero

1741-43

Renunció Pedro de Mesa por razones de enfermedad y  reformó las constituciones

Antonio Ureña

1743

La cofradía celebraba los cabildos en la emita de Santa Ana

Fernando Márquez

1744

 

Juan García Márquez

1745

 

Lorenzo de Torres

1746

 

Juan León

1747

 

Pedro del Barrio

1748

 

Francisco López de Castilla

1749

 

José Calvo

1750

 

Juan de Lizana

1751

 

José Nieto

1752

 

Juan Esteban Palomino

1753

Frontal

Juan Esteban Romero

1754

Frontal

Blas Zamora

1755

frontal

Fernando Márquez

1756

 

Juan Valverde

1757

Frontal

Cristóbal Berlango Márquez

1758

 

Antonio Romero

1759

 

Antonio de Cuenca

1760

 

Manuel de la Fuente

1761

 

Matías de la Fuente

1762

 

Felipe Valverde

1763

 

Pedro González

1764

 

Agustín García

1765

 

Pedro Cano

1766

Nuevo capellán

Francisco Armenteros

1767

 

Francisco Prieto

1768

 

Manuel Márquez

1769

 

Fernando Márquez

1770

 

Manuel de Cuenca

1771

 

José de Zafra

1772

 

Manuel Carmona

1773

 

Juan Márquez

1774

 

Francisco Toro

1775

 

Pedro García

1776

 

Miguel de Cuenca

1777

 

Vicente Romero

1778

 

Juan de Zafra

1779

 

Francisco Ruiz

1780

 

 

 

LOS INVENTARIOS

 

            Solían hacerse unos días después de celebrarse el cabildo ordinario y lo llevaban a cabo entre el representante eclesiástico, el hermano mayor y los alcaldes, asistiendo como testigo algunos hermanos y el capellán de la cofradía. Los lugares donde se llevaba a cabo eran: la iglesia-templo y sacristía, casa de la cofradía y en la Iglesia Mayor de Alcalá la Real. A veces, los hermanos mayores guardaban en sus casas algunos objetos. Cada año, se anotaba el incremento de objetos religiosos, ornamentos, cuadros, bienes muebles e inmuebles, censos ....  

 

MOVIMIENTO ECONÓMICO

 

            Se surtía de los ingresos de cuotas y de los censos y entradas de los bienes muebles de la cofradía, que consistían en un haza de nueve fanegas de tierra de erial, que producía, en su mayor parte, álamos, un censo de seis ducados anuales, y las limosnas de los fieles. La alameda no producía sino el fruto de madera, pues era un erial. Pero, a partir de 1764, comenzó a arrendarse a la familia Romero. 

 

ACTIVIDADES, Y CULTOS.

 

La Cofradía traía anualmente a la Iglesia Mayor de Alcalá la Real la imagen de la Señora Santa Ana. La recibían varios regidores a la entrada de la ciudad juntamente con miembros de la cofradía, hacía su primera estación en la iglesia de la Veracruz, y luego la colocaban en un nicho del altar de la Virgen de las Mercedes. En el día de a santa Ana, celebraban la festividad con una misa solemne, con ministriles y capilla de música.

Por la tarde, la imagen de Santa Ana se colocaba en sus andas y, en procesión, se trasladaba a la ermita acompañada de las banderas- guión de terciopelo rosado. pendón blanco de la cofradía-, insignias- cruz de plata, cuatro cetros con tarjetas para hermano mayor, alcaldes y capellán-, hermanos y devotos a la ermita.

Con motivo de la reforma del 1743, ya no se trajo Santa Ana a la Iglesia Mayor para celebrar la fiesta anual, sino que tan sólo vino con motivo de rogativas y con permiso de la autoridad eclesiástica

            La función religiosa comenzó a celebrarse en la ermita.

 

ALGUNAS ANÉCDOTAS IMPORTANTES DE LA VIDA DE LA COFRADÍA

 

            -El ocho de marzo de 1729, ante la presencia del provisor y vicario el doctor Juan Antonio Domínguez, que era a su vez abogado, colegial de san Felipe y Santiago   de la Universidad de Alcalá de Henares, don Antonio Aranda y Piqueras entregó a la cofradía una reliquia de la Señora Santa Ana que se hallaba en una caja del retablo viejo y el hermano mayor Francisco de Rivilla había guardado en su casa. Consistía en un hueso de Santa Ana, guardado dentro de un relicario pequeño de plata sobredorada incluido en un relicario más grande de talla sobredorado. Lo encerró en el sagrario del altar mayor. Provenía la reliquia de la familia María de Tapia, cuyo padre fue hermano mayor en el siglo XVI y lo había dejado a sus herederas, una sobrina doña Gracia de Tapia. Al acto, también estuvieron presentes, por petición expresa de la donante el capellán, notario y de hermano mayor.

            El dieciséis de junio de 1729, la cofradía se hallaba muy decadente, porque tan sólo asistían el hermano mayor y los alcaldes a las fiestas, funciones de iglesia, y procesiones, tuvo que intervenir don Juan Dios Antonio Domínguez, abogado, vicario para incitar a los hermanos a que acudieran con su presencia so pena de una libra de cera aplicada a la cofradía. 

            El 18 de mayo de 1732, se manifiesta un incremento de sus bienes con tres censos: uno de 120 ducados que pagaba pedro de Abril; otro de 110 ducados que pagaba don Bonoso Tedodoro de Corpas- por cierto, se pagaba sobre un pilar del Juego Pelota junto al pilar de Mari Ramos- y el último de 100 ducados, que lo pagaba don José de la Cruz.

En 1732, se vendieron todas las alhajas y la caja de plata para hacer un relicario, donde estaba la reliquia, anteriormente mencionada, de Santa Ana. Pesó diez onzas de plata y costaron cuatro reales de a ocho. Todo esto se hizo con la licencia del vicario y los hermanos aportaron mediante el sistema de limosnas una parte de lo que faltaba por pagar El día de su fiesta, 26 de julio las reliquias se llevaron a la Iglesia Mayor, se colocaron las reliquias en el altar mayor durante la fiesta de la misa solemne, fueron besadas por el oficiante, el clero, la corporación municipal y un sacerdote las expuso para que las tocaran el resto de los fieles. Por la tarde, se colocaron en las andas y en la tradicional procesión se trasladaron a la ermita de Santa Ana., donde se colocaron en el sagrario.

En el cabildo del 1735, se instauró la costumbre de pagar dos reales al capellán por parte de los hermanos, para que adelantaran los emolumentos con motivo de los sufragios de su muerte y no se retrasaran los días de las misas.

El diez de febrero de 1743, la cofradía llevó a cabo su refundación- se le llama fundación-ante el notario apostólico y la aprobó el vicario general y gobernador eclesiástico, don Manuel Machado y Luna, abogado de los Reales Consejos. El otorgamiento de su fundación tuvo lugar en la iglesia de san Juan el 10 de febrero de 1743

A partir del año 1744, comenzaron a celebrarse los cabildos de elección de hermano mayor en la aldea de Santa Ana a instancias del labrador y hermano mayor Antonio Ureña. El provisor don Manuel Machado y Luna, abogado y capellán mayor de Felipe V dio su consentimiento ante la dificultad de desplazamiento de los labradores a la ciudad de Alcalá y en l mismo día se entregue el inventario de bienes.

            En el año 1752, se aumentó el inventario de bienes con un frontal y una medallita de plata para Santa Ana.

En l año 1754, se llevó a cabo un exhaustivo inventario, en el que aparecieron un gran número de objetos nuevos de plata (agnus Dei,  corazones de la Soledad, exvotos por los milagros que daban los devotos,  y cera.

En el año 1768, se reforma los estatutos para que se integre la mujer del hermano dentro de la hermandad, pues, si era mozo podía recoger dicho privilegio su madre y hermanas.

 

            FRANCISCO MARTÍN ROSALES

No hay comentarios:

Publicar un comentario