ESCRITORES Y ARTISTAS UNIVERSALES EN ALCALÁ LA
REAL
I
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comarca de Alcalá la Real ha sido cuna y sede de muchos artistas y escritores a
lo largo de la historia. Pero la huella, a veces, no ha quedado en la tierra
que les vio nacer o compartir vivencia o vecindad. Por eso, es frecuente que
muchos se pregunten por si hubiera quedado algo de la presencia. Este es el
caso de la familia de los Aranda, en la que Ginés y su sobrino Juan de Aranda
Salazar que dejaron su huella en monumentos arquitectónicos del Castillo de
Locubín y Alcalá. Pero no es el caso de la familia de los Sardos Raxis que se
afincaron en Alcalá la Real y pocas huellas nos dejaron tras el paso de la
historia. Su máximo exponente Pablo de Rojas dejó muestras en otros pueblos de la
abadía, como en Priego, pero su ciudad natal está huérfana de su producción
artística. Y no digamos de su famoso discípulo Juan Martínez Montañés, que
principalmente desarrolló su obra en tierras sevillanas y no queda solo más que
su pila de bautizo.
II
Ya
sabíamos que Juan Martínez Montañés era embajador en la Casa de la Contratación
de Sevilla, sobre todo de los bienes de los alcalaínos que se habían marchado a
América y enviaban sus herencias a sus familiares, entre ellos los Sánchez de
la Hinojosa. Un nuevo documento nos confirma que su presencia como el
escultor Juan Martínez Montañés era nombrado para esta tarea que compartía en
la capital del Guadalquivir a la hora de recoger los bienes del licenciado
presbítero Miguel de Artiaga. Este alcalaíno era hijo de Salvador
Diego de Guéscar y Artiaga e Inés de Meneses, y hermano del
licenciado Alonso de Arteaga Lences, relacionado con el capitán Martín de
Arteaga, fundador del Hospital de la Madre de Dios del Castillo de Locubín,
murió en Zaragoza de la provincia de la Nueva España de las Indias en 1607
y en 1625; en esta última fecha su hermano Alonso daba poderes a varias
personas para rescatar sus herencias. Los poderes se los otorgaba al que había
sido nombrado canónigo don Matías Suárez de Melo en Cartagena de Indias y
que se encontraba en Madrid y era presbítero en Zaragoza, para todos los bienes
y cuentas de venta; y también debía tomar las cuentas de lo vendido y
dinero, al alguacil mayor Domingo de Alçate y al vecino Rafael de
Alfayarre como tenedores y albaceas ; y unas vez hechas, se las debía
enviar a Juan Martínez Montañés, y Gaspar de Guerra, en Sevilla, lo que
demostraba que se mantenía la relación y el conocimiento por las élites alcalaínas
con este famoso artista alcalaíno,.
III
No este es el caso de
tiempos actuales, porque escritores empadronados en Alcalá la Real destacan por
su pluma y obtienen importantes premios literarios. El antequerano afincado en
nuestra tierra Juan José Montiel le fue concedido
en su 53ª edición el Premio Ignacio Aldecoa, que la Diputación Foral de
Álava viene convocando desde 1972. Y consiguió e este galardón por el cuento
'Todas las tardes había fiesta' incluido en la colección "Cada Lunes de
Aguas", que presentó en la reciente Feria del Libro de Alcalá la Real. Muy bien se justifica el jurado cuando
alude que la colección ganadora conforma "un libro de relatos clásico en
el mejor sentido de la palabra, que lleva al lector a situaciones límite y a
parajes raros de los que no se vuelve. La soledad, la locura o el deseo están
aquí tratados con hondura, solvencia narrativa y belleza ".
Es verdad que son relatos clásicos, cuyas fuentes denotan
una incardinación en la narrativa española contemporánea, en su obra se percibe
a Ramón J. Sender, Delibes, los escritores del realismo mágico y los clásicos
españoles. Es un orgullo en este medio informativo mensual de nuestra
comarca.
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