A partir del paso del ecuador de la
legislatura municipal, las aldeas se pondrán de moda. De todos es sabido que
las ciudades son unos entes inacabados.
Nunca nadie puede decir que este pueblo, villa o aldea ya no necesitan de una
reforma o nuevos servicios y no desee o
ansíe un progreso en su demarcación
física, social o política. Además, a esto se añade que su singularidad es fruto
de un pasado cultural y de convivencia que sobrepasa a los vecinos de hoy,
porque se remonta a muchos siglos : Este es caso de La Rábita. Siempre que se
acude a ella, le viene a uno a la mente la historia de muchos vecinos que, a
partir de la mitad del siglo XX, emigraron a tierras y catalanas, ya de forma
perenne o temporera, sobre todo en muchos establecimientos hoteleros y de
camping. Transformaron su aldea con su trabajo y con los fondos conseguidos
ampliaron su diseño urbano con nuevas casas residenciales y el barrio que
denominaron popularmente de La Baronesa (este allá por los años primeros de la
democracia). Compartieron dos historias las de su pueblo y las de sus lugares
de trabajo, Andalucía y España. Dieron el sudor de su frente y no se olvidaron
de sus orígenes. No se consideraron extraños en aquellas tierras que los acogieron con los brazos abiertos.
Pero nunca renunciaron de sus orígenes. Los vasos comunicantes eran una
realidad.
Una visita al entorno de la Rábita, es
un encuentro singular con esta línea de
frontera entre términos de dos provincias (Córdoba y Jaén) y tres partidos
municipales ( Alcalá la Real, Priego de Córdoba y Alcaudete). Todavía se
conservan señales de un sitio que fue apto para pastar ganados, recoger leña de
monte, actividades lúdicas de caza y rincón
de paso entre pueblos y personas. Lugar centenario de perennes litigios entre ganaderos, entrada de
impostores de antaño, plataforma de dirimir pleitos y conflicto de intereses
entre pueblos..... Muchas disputas, entre vecinos de Alcaudete y Alcalá, entre
los vasallos de los señores Fernández de Córdoba y los vecinos del
corregimiento alcalaíno....Pero hoy día,
tiempos superados, hechos con la paz y buena convivencia, y todavía soportando
la frontera entre las calles pertenecientes a dos municipios y un cortijo, el
Nuevo, que hacen el tercero, para
asuntos administrativos, pero compartiendo la salud, la vecindad, la
escuela, la iglesia, el agua, la luz, el teléfono ....La Rábita es un modelo ,
desde hace tiempo, de su apertura a
crear una bienestar deseado por muchos
entre la naturaleza y la ciudad, disfruta de
muchos establecimientos públicos y municipales que la convierten en
ejemplo de dinamización de las poblaciones rurales. En esa raya fronteriza nos
trasladaron sus anfitriones rabiteños, a la ermita antigua de la Cruz, (hoy del
Carmen), a la fuente Sacedeilla, el punto nuclear de los tres municipios, al Cortijo Nuevo, al
Lavadero de la Baronesa....Y por la carretera a través de la calle compartida
al camino de La Malagüilla. En el trayecto, recuerdos de la higuera
trimunicipal, el punto de todos, los lavaderos, la lápida del primer cristiano alcalaíno
( PONTENTIVS FAMVLVS CHRISTI, VICSIT ANO LVI , Potencio , siervo
de Cristo, vivió 56 años) las aguas y la fuente de la Malagüilla con su leyenda
de la gallina de pico de oro, y subida
por su camino entre olivos y pinos, y en terreno de los antiguos mojones de
términos.
Y aportamos un topónimo nuevo procedente de salex,
salIcis La SACEDILLA,. Hasta ahora se conocía la palabra "salce" en un documento de 949 y se recogía en el diccionario académico como forma
primitiva de "sauce''. Y de ella derivan
Salcillo (apellido Salzillo)., Salcedo, Salcido/Salcidos (formas
gallegas), Salcedillo, Salceda, La Salzosa. De Salce pasó
a sauce (y a sauz) como cal(i)ce a cauce
y cauz. Existen Los Sauces (Avila y La Palma), El Saucejo, El Saucillo.,
derivados colectivos: como Sauceda, Saucedilla, y Sauzal. Y con Saz, forma
abreviada de salz (como caz lo es de calz (calce = cauce)
se relacionan Fuent-el-saz, Val-de-saz,
Saceda, Sacido, Sacedillas, Sacedón, . Y en la Rábita, desde el siglo XIV Fuente
de la Sacedilla. Y mira por donde, esta
palabra hacía referencia a una planta de
la familia botánica, las salicáceas,
el o la mimbre (en latín vimen/víminis).
Y, con esta palabra, nos vine a la mente la esencia genuina de estos vecinos fronterizos, compartiendo servicios,
conviviendo y superando los avatares de sus historia y geografía. Con estas
mimbres, de seguro que podían entenderse no la Rábita y Cataluña, sino todos
los pueblos de España superando barreras y ansiando una convivencia que mira al
progreso. .
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