LOS REYES
Casi todos estos fueron generales del pueblo griego, que tal vez parezcan
dignos de ser recordados, sin
contar los reyes. Pues no queremos
referirnos a estos, porque las hazañas
de todos los reyes fueron relatadas en
otra obra. Y, sin embargo, estos no son
muchos. Pero, el espartano Agesilao, de nombre fue rey, pero por poder
legítimo como los demás reyes
espartanos. Mas, de entre
estos, que ocuparon el mando con poder absoluto, hubo excelentismos,
según creemos, Ciro y Darío, Hijo de
Histapes entre los persas, cada uno de los cuales, siendo unos hombres
particulares, por su maña y astucia alcanzaron el reino. El primero de estos
murió en una batalla, junto a Masagetas;
Darío alcanzó el final de su vida con la vejez. Tres son además del
mismo linaje: Jerjes y los dos Artajerjes: uno de sobrenombre Macrochir, y el otro Menmón. Es una cosa muy ilustre para
Jerjes el hecho de que hizo la guerra contra Grecia por tierra y mar con los
más grandes ejércitos que se han
conocido por los hombres. Pero Macrochir debe ser muy alabado por la
figura enorme y bellísima de su cuerpo,
que honró con el increíble valor de la
guerra.
Pues ningún persa fue más valiente que
él. Menmón, por su parte, brilló por la
fama de ser justo. Pues, como hubiese perdido a su esposa por el crimen de su madre, se entregó al
dolor tanto que pudo más con él la piedad que la venganza. De estos dos con el
mismo nombre de Artajerjes murieron de enfermedad natural, el tercero,
Jerjes, fue matado por el prefecto
Artabano con la espada.
II
Por otro lado, dos de los
macedonios excedieron mucho a los demás
por la fama de sus hazañas: Filipo,
hijo de Amintas y Alejandro Magno.
El segundo de estos murió de enfermedad en Babilonia. Filipo, al ir a ver los juegos, fue matado por
Pausanias en Egos junto al teatro. Un solo epirota, Pirro fue el que hizo la
guerra contra el pueblo romano. Este, tratando de asaltar la ciudad de Argos,
cayó muerto de una pedrada. Por otra parte, el único siciliano fue el Dionisio el mayor. Pues fue valiente y perito en la guerra, y , lo que no es
fácil de encontrar en un tirano, muy poco licencioso, ni lujurioso, ni avaro de ninguna cosa ni
deseoso de nada salvo de mandar el sólo y mantenerse siempre en el mando, y por esa razón cruel. Pues
mientras puso los medios para mantenerse en el mando y asegurarse en él, no
perdonó la vida de ninguno que considerase que conjuraba contra él. Habiendo
conseguido la tiranía para sí mismo con valor, la retuvo con gran felicidad. Ya
mayor, a la edad de 60 años murió en
medio de un floreciente reino. Ni en tantos años vio entierro de alguno de su linaje, habiendo
procreado hijos de tres esposas y de ella le nacieron muchos nietos.
III
Hubo además grandes reyes de los amigos de Alejandro
Magno que tomaron los mandos después de
su muerte, entre estos Antígono y su
hijo Demetrio, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo. De entre estos Antígono, luchando
contra Seleuco y Lisímaco, fue matado en
un combate. También Seleuco mató a
Lisímaco en una batalla, pues roto la
alianza entre ellos, se hicieron la
guerra. Pero Demetrio habiendo casado a su hija con Seleuco y no
habiendo podido mantener una fiel amistad entre ellos, teniéndole preso su yerno Seleuco, Demetrio murió de enfermedad. No mucho después Seleuco fue matado a traición por Ptolomeo al que Seleuco, tras ser
expulsado por su padre de
Alejandría, lo había acogido porque se hallaba necesitado de tropas extranjeras
Pero, se dice que el propio Ptolomeo,
habiendo entregado en vida el reino a
su hijo, fue privado de la vida por
Ptolomeo Cerauno. Puesto que consideramos que bastante se ha dicho sobre
estos, me parece bien no pasar por alto a Hamílcar y Aníbal, que
consta que sobresalieron a todos en
África por su grandeza de ánimo y su astucia.
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