HAMILCAR
I
Hamílcar, hijo de Aníbal, de sobrenombre
Barca, siendo adolescente, comenzó
a estar al frente del ejército en
II
Pero cuando llegó a Cartago, se dio
cuenta de que la república
se encontraba en estado muy diferente del que había esperado. Pues,
tanto porque había durado tanto tiempo la guerra contra los extranjeros, se encendió una guerra civil tan grande
que nunca estuvo Cartago en un peligro tan grande a no ser cuando fue
destruida. En primer lugar, desertaron los soldados mercenarios, que habían
estado contra los romanos, cuyo número
era de 20.000. Estos hicieron que se levantara
toda África, y atacaron a la misma Cartago. Por estas desgracias los
cartagineses se amedrentaron de tal modo que pidieron ayuda a los romanos y la
consiguieron. Pero, finalmente, como
hubiesen llegado casi ya a la desesperación, nombraron a Hamílcar como general.
Este no sólo apartó a los enemigos
de las murallas de Cartago, habiéndose
hecho de más de 100.000 soldados, sino también los redujo a tal extremo que muchos,
encerrados en parajes
estrechos, murieron más por el hambre
que por la espada. Recobró a la patria
todas las ciudades que se habían
rebelado, entre estas Utica e Hipona, las más poderosas de toda África. Y no
sólo se contentó con esto sino que
amplió los límites del imperio, devolvió tanta tranquilidad por toda África que
parecía que no había existido guerra alguna durante muchos años.
II
Concluidas todas
estas cosa a medida de su deseo,
con ánimo lleno de fe y hostil de encontrar un motivo de guerra contra
los romanos, consiguió que fuera enviado a España como general con el ejército, y llevó consigo a su hijo
Aníbal a la edad de 9 años a esta
misión. Además le acompañaba él adolescente Asdrúbal, que era ilustre y hermoso sobre el que algunos hablaban que
era amado por éste con un amor menos honesto que debiera. Pues no podían faltar
que se maldijera a un varón tan importante. Por eso aconteció que Asdrúbal
fuese vetado a estar con él por un prefecto de costumbres. Mas, el le entregó a
su hija en matrimonio, Sobre esto
mencionamos que, muerto Hamílcar, se puso
a frente del ejército y llevó a cabo grandes hazañas y fue el primero que
cambió las viejas costumbres de los
cartagineses, porque, según sus costumbres, no se le podía privar al yerno el
trato del suegro; y después de su
muerte, Aníbal recibió el mando del
ejército.
III
Pero Hamílcar, después que pasó el mar y
llegó a España, Llevó a cabo grandes hazañas con favorable fortuna; sometió a
muchísimos y belicosísimos pueblos. Enriqueció a toda África con caballos,
armas, guerreros, y dinero. Este pensando hacer la guerra contra Italia, al
noveno años, después que había llegado a
España, luchando en una batalla, fue muerto contra los vetones. Parece que el
odio perpetuo de este principalmente contra los romanos levantó la segunda
guerra púnica. Pues Aníbal, su hijo, fue obligado por los continuos encargos y
amonestaciones del padre a preferir
morir antes que dejar de hacer la guerra a los romanos.
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