miércoles, 30 de octubre de 2024

 

 

PROMOCIÓN MUNICIPAL       

 




En este aspecto destaca la intervención municipal en las obras públicas, puentes,  caminos, y otras instalaciones que favorecieran las comunicaciones. En el corregimiento alcalaíno, hasta muy avanzado el siglo XVII y parte del XVIII también intervino en el mantenimiento del recinto fortificado, que sufrió varios desplomes con la caída del Gabán y de ala Torre del Homenaje. Hay que relacionarlo con su anterior y virtual reconocimiento por parte de los vecinos  al considerarse ciudad de frontera, en sus dos vertientes, con respecto al reino de Granada, cuya  conquista todavía estaba presente en muchos vecinos y, en segundo lugar, con  la Costa, a la que todas las ciudades del corregimiento se veían obligadas a defender. Por eso, no nos extraña esta postura de la Corona. :

“La solicitud de mantener bien dispuesta  la fortaleza en el medievo, cuando más inminentes eran los riesgos de taques enemigos, se observa en las insistentes demandas por parte de la ciudad y en las concesiones de los reyes para que se reparen las torres y cerca. Las inversiones en sus reparos y mantenimiento acaparan las penas de cámara y fisco, que suponen en el siglo XVI una cantidad oscilante entre 75.000 y 100.000 maravedíes. anuales. Varias son las intervenciones  habidas a lo largo de esta centuria, que recogen  y de alguna manera  son índice suficiente de lo que debió ocurrir durante los siglos medievales. En marzo de 1569, el monarca concede las penas de cámara y fisco, primero por cuatro años, luego prorrogadas por doce,  para reparar las torres y cerca que amenazaban con caerse. En 1582, prorroga dicha merced por 20 años. En esta fecha se habían caído dos torres y un lienzo de muralla de setenta varas de largo por treinta varas de alto, perteneciente a  una zona neurálgica de la fortaleza. Su reparación suponía una cantidad próxima 24.000 ducados, es decir, una suma importante de dinero que roza los nueve millones de maravedíes, lo que había que acometer por medios extraordinarios, pues las penas de cámara de la ciudad suponían una cantidad que oscilaba entre 75.000 y 120.000 maravedíes anuales. Las peticiones para seguir invirtiendo en reparos de torres y muros  las penas de cámara las penas de cámara, se repitieron en 1589, 1596 y 1598.Todavía  en 1606, se continuaba solicitando prórroga de dichos ingresos para reparo de muros, torres, fortaleza y castillos de Alcalá” ([1]). 

Coincidimos con González Alonso, aunque se refiere a finales del  siglo XVII: “Dentro de esta competencia municipal merecen destacarse ambas disposiciones casi simultáneas del ultimo cuarto de centuria en las cuales se solicita sendos informe de los corregdiores del reino. Unas de ellas plantea el problema de la despoblación e inquiere acerca de la magnitud, localización geográfica y posibles medios para remediarla, la segunda obra es de mayor reflexión... se alude a si los corregimientos  se hallan aumentados o diminuidos, se ofrece a la vez un cuestionario que abarca puntos relacionados con el comercio, la calidad de terrenos, las condiciones de aprovechamiento, la política forestal  y pecuaria, posibilidad de riegos etc... comienza abrirse un tiempo nuevo  diferente al pasado, que no se reduce a las fuentes de riqueza, sino que, junto a ellas, atiende al anacronismo de las ordenanzas municipales,  a instituciones como obras pías y, como no podía ser menos a la Hacienda” ([2]). 

No se emprandieron obras de ingeniería importantes en el reinado de Felipe II, como puentes o caminos de paso; más bien, predominaron arreglos de caminos, arrecifados o, a lo más algún que otro arreglo de un puente de piedra como el del camino de la Corte o el del Río de san Juan. Conforme avanzamos el siglo XVII, se comenzó a plantearse la importancia de estos medios de comunicación y el paso de los vados de los ríos. Ya no, se conformaba la ciudad con pontones de madera, apoyados en pozos de manmpuestos o lados, si no que comenzaron a levantarse puentes de piedra. El primero replanteamiento de este tipo de obras. se llevó a cabo entre el cabildo y un particular junto a la zona molinera de Frailes y las Riberas en al año 1617 con motivo del levantamiento de un puente en terrenos del regidor Alonso de Herrera ([3]). Es verdad que la inciativa corrió cargo del cabildo, pero el alcalde mayor controlaba con su presidencia cada uno de los pasos de la adjudicación de obras, y así mismo, si se habían ejecutado conforme a las trazas Y no sólo la adjudicación de la obra, sino que impidió cualquier abuso personal para quese hciiera por parte de un aprticulr reservándose el  poder impedir la entrada a los vecinsdo, cuando era u ncamino real al monte de Navasequilla. Por lo tanto,  una de las  funciones pública fue llevar a cabo  el control de las obras públicas seimpre preservando el uso comunal como el paso por los puentes. A lo largo de la vida de los corregidores, detallaremos su intervención en estos aspectos. 

 

ARCHIVERO Y GUARDADOR DE DOCUMENTOS

 

Al corregidor le correspondía una de las  llaves del  arca de archivo, junto con la de un escribano y  la de un regidor. Así nos lo refieren.

Que este testigo  ha visto como regidor que es donde están los privilegios y escrituras  puras importantes y las dichas llaves tiene la una la Justicia, la otra un regidor y la otra un escribano del concejo” ([4]).

También disponía de una llave de las cuentas del Pósito, y del Sagrario de la Iglesia Mayor Abacial en el Jueves  y  Viernes Santo..




[1] V.V.A.A. Alcalá la Real. Historia de una ciudad fronteriza y abacial.Tomo II.Pág.15. Alcalá la Real. 1999..

[2] GONZALEZ ALONSO , B. Op. Cit. Pág. 222.

[3] AMAR.  Caja 144  Legajo 8. Año 1617.

 Se recogen unos autos entre Alosno de Herrera para levantar un puente junto a los  molinos del río de Frailes en el camino de Navasequilla. Dichos molinos habñían sido comprados por el secretario del rey Felip II, Juan Vázquez de Salazar, y, más tarde, pasaron a Alonso de Cabrera, y de este vendidos a Francisco de Herrera, padre del demanadante. El conflicto se entabló porque por una tormenta destruyó el pontón, y se puso a subasta las trazas de la obra, presentándose dos, una de madera y otra de piedra, y compitiendo varios vecinos, pero a causa de los pocos fondos de la ciudad, se resolvió que se hiciera de madera, de modo que fue destruido. 

 

[4] AMAR. Caja 6  Legajo 2 . Respuesta a la 28 pregunta de un testigo del juicio de residencia de Alanís.

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