En Junio, el Corpus Cristi se celebraba en la vísperas, cuando subían los miembros del Cabildo a la Iglesia Mayor Abacial o a la de San Juan sin la presencia del corregidor ni los caballeros comisarios, organizadores de la fiesta. El Día del Corpus, acudían a la solemne función religiosa y procesión; durante todas las tardes de la Octava se presentaban un determinado número de caballeros. El día Octavo subía toda la ciudad en pleno. Corría con el gasto de la cera y la que sobrara se la dará a Nuestra Señora. Por la abadía, se celebraba durante este mes Junio: el día once la del apóstol san Bernabé; el veinticuatro la Natividad de San Juan Bautista y el veintinueve la de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Este calendario se completaba con las fiestas particulares de hermandades y cofradías, de aldeas y otros núcleos rurales. Por ejemplo, San Miguel en Charilla, santa Lucía en Frailes, san José en la Rábita, san Juan en las Riberas y en Cantera Blanca.
IGLESIA DE SAN JUAN
Asistiendo
de parroquia , el uno de noviembre de 1755, se celebró una novena con motivo de
un terremoto en accción de gracias.[1]
Durante los años 1843 y 1844, es la parroquia y en el año 1845, se traslada al
Rosario. Existía una hermandad de San Juan y de la Virgen de los Dolores, que
se mantuvo, al menos, hasta el año 1848,
poseyendo varios bienes como unas casas en la Calle Real junto al Cristo de
laPiedra y dos corrales de olivos, admimnistradas por un mayordomo Pedro
Ventura de la Torre [2].
LAS FIESTAS DE SAN JUAN
EN LA SIERRA SUR
La
festividad de San Juan ha dado nombre a pueblos, barrios y templos de la provincia
de Jaén; también, responde a una fiesta muy celebrada entre los romances
fronterizos. Hay noticias de este santo en Martos, los Villares y, sobre todo
en las aldeas y barrios de Alcalá la Real. No era de extrañar que uno de los primeros
arrabales se fundara en el entorno a la ermita de la iglesia de San Juan, ya lejos del
recinto amurallado. Así lo recuerdan estos versos, fruto de la tradición
popular:
La mañana
de San Juan,
al tiempo
que alboreaba
gran
fiesta hace los moros
por la
Vega de Granada.
y continúan con el anuncio
de que el rey granadino recibe la noticia de la caída de Antequera y la huida
de las tropas nazaritas:
-Con tu
licencia ,el rey,
te daré
una nueva mala:
el
infante don Fernando
tiene
Antequera ganada
y finaliza haciendo alusión
a la algarada que emprenden los moros la ciudad de la Mota ciudad: Con
tal nueva el rey
la cara
se le mudaba;
manda
juntar las trompetas
que
toquen todas el arma,
manda
juntar a los suyos,
hace una
gran cabalgada,
y a las
puertas de Alcalá,
que la
Real se llamaba,
los
cristianos y los moros
una
escaramuza traba.
Los
cristianos eran muchos,
mas
llevaban orden mala,
los moros
que son de guerra,
dádoles
han mala carga,
de ellos
matan ,de ellos prenden,
de ellos
toman en celada.
Con la victoria,
los moros
van la
vuelta de Granada,
a grandes
voces decían.
¡La
victoria ya es ganada!
Ya, desde la conquista de la ciudad de Alcalá, debió celebrar la fiesta de San Juan. Una fiesta que se remonta a principios de la historia eclesiástica, ya que la Natividad de San Juan Bautista lo ha sido dentro de las ferias más importantes de la cristiandad junto con la Natividad del Señor ,la Pascua, la Ascensión y el Corpus Cristi. La Iglesia consideraba al precursor tan importante que solía tener celebración de Vísperas e, incluso, se hacía ayuno de quince días como parece ser que se llevó a cabo en nuestro territorio abacial. Aun más, este día quedó fijado por todos los cristianos para fecha de cumplimiento de contratos, compromisos, subastas y todo tipo de litigios particulares y colectivos.
En la comarca de la Sierra Sur hay unos remotos testimonios de esta celebración con el romance comentado de , cuando en el conocido romance de La conquista de Antequera y la escaramuza de Alcalá, donde se añade cantidad de detalles de las fiestas de caballería y juegos de cañas que amenizaban y regocijaban a los mozos de aquellos contornos comarcanos. Todo ello, precedente de lo que fue la fiesta de San Juan, consistente en juegos de cañas y corridas de toros, pregonadas el día anterior por los caballeros montados con sus mejores galas y a cargo del verdugo-pregonero en medio de la luz de los hachones de cera. Por su parte, la Iglesia cantaba maitines a partir de las diez de la noche en la Iglesia Mayor y celebraba las fiestas, a veces interrumpidas con cantos, que prohibían las Constituciones del Abad Juan de Ávila en el 1541. El día de San Juan celebraba la función de iglesia con misa de pontifical, a donde acudía en `procesión todo el pueblo y la ciudad y el cabildo abacial trasladándose a la ermita de San Juan Bautista, por la Puerta Principal, las Entrepuertas, placeta de la Trinidad y de San Juan. Por la tarde , se celebraban los toros en la plaza Alta de la Mota El pueblo se colocaba tras las barreras y en los andamios de la plaza alta y presenciaba la corrida de ocho toros desmochados salieron a la plaza, Primero, se realizaban capeos de los caballeros y de los atrevidos jóvenes. Después, la muerte de ellos, ya que los cortadores y carniceros abastecían con su carne a la gente y estaban obligados a concederlos.
e
complementaba la fiesta con los juegos de cañas. Simulaban pequeñas batallas
las cuatro cuadrillas de caballeros, repartidas en su organización: una para el
corregidor y el resto para los regidores. Todos ellos iban vestidos con sus armaduras y montaban los
mejores caballos que siempre tenían dispuestos para la guerra. A finales del
siglo diecisiete hubo que acudir a los caballeros de los pueblos comarcanos. A
estos se les invitaban para estas fiestas que congregaban mucha gente. El
corregidor preparaba por la mañana una pequeña invitación antes del comienzo de
la fiesta, mientras se colocaban los distintos regidores, jurados,
alcalde mayor, jurados y caballeros en los
distintos sitios.
.En las fiestas alcalaínas, cambiaron de escenario se trasladaron al barrio de San Juan, organizadas por la hermandad de San Juan y de la Limpia Concepción que mantuvo durante muchos años la Víspera, la novena, la función de Iglesia, los ministriles, la capilla, el sermón de los beneficiados y los gastos de cohetes, colgantes y otros adornos de la ceremonia religiosa con los altibajos característicos de la Iglesia. En el siglo XIX, llas fiestas se organizaban en honor del titular con verbena, donde se bailaba en medio de farolillos, juncia, romero y arcos de estos elementos. El motivo central era el sorteo del borrego, que solía hacer el cura de San Juan con el tradicional sistema de las habas blancas y negras hasta alcanzar la que le coincidía con el premio. Se celebraba en el patín de San Juan bajo un toldo y con el borrego presente, que estaba adornado de lacitos de colores y se aturdía con los cohetes y la música de verbena.
A principios de siglo, ya
había desaparecido aquella tradición y hasta que no se restableció la hermandad
del Cristo de la Salud, no se volvieron organizar ningún culto. Tan sólo en los
años de los sesenta, el 1965, volvió a surgir la rifa del borrego y la hoguera
e invitación en la Víspera de San Juan sin el resplandor que tuvo el siglo
diecinueve, ya que la calle Rosario ya no era una de las principales como
antes, sino una calle campesina y de casas de vecinos de la posguerra.
En el año 1971, se encarga
una imagen a Eduardo Espinosa . Para
cubrir gastos se renueva la rifa del tradicional borrego que se compra en el
Camello de las Pilillas, adornándose con madroños de madejas de lana y jáquima
de espartera. En la víspera de la fiesta actuó una orquesta, se invitó a ponche
y se quemó una hoguera. La imagen se bendijo por el párroco en una misa el día
de su fiesta con lanzamiento de cohetes.
Por los años ochenta, una
fiesta de barrio y de hermandad se convirtió en una fiesta popular. Salió la
imagen en procesión por las calles del Barrio, "recorrido que fue adornado
por los vecinos ,que, al paso de la imagen del Bautista, que iba portada por
las damas de la hermandad arrojaban flores desde los balcones". Al mismo
tiempo, se hizo tradicional la verbena amenizada por el grupo de Miguel
Fernández.
En el año 1986, siendo hermano mayor Francisco Gonzalo, comenzaron
a celebrarse dos días. En la Víspera, la tradicional proclama, misa vespertina
y la procesión, la hoguera, la Tuna de amigos "Arcipreste de Hita",
el Grupo de Sevillanas del Instituto de Bachillerato, la verbena Popular, y,
sobre todo, un nuevo elemento que se hizo tradicional, la Quema de
la Bruja en el Hoguera. El personaje y su parafernalia fue inventada y creada por el
hermano Rafael García Medina, que año atrás año, logró diversas variantes de
este fantástico personaje que desde la torre de San Juan vuela hasta la pira de
la placeta para decirle el último adiós en medio de música mistérica y juegos
de sonidos y silencios rememorando costumbres del rito del amor entre los mozos
alcalaínos. Se acrecentaron las fiestas
con un segundo día de cucañas, y
variados juegos infantiles, el Maratón de San Juan, que recorría el circuito
anillado de la fortaleza , y la verbena
del segundo día o de San Juan Festividad, con la actuación de la rondalla de Manuel
Hermoso. Cada año se renovó la fiesta con actuaciones culturales como la actuación de la Coral de Alfonso XI y la
instalación de un chiringuito en la placeta de San Juan.
Actualmente, la fiesta ha
quedado reducida a la Víspera con la proclama, la misa y procesión vespertina,
en algunos años misa de la festividad, juegos para niños, hoguera y quema de la Bruja
en medio de la verbena popular y la invitación a ponche y desapareciendo el célebre Maratón de San
Juan. Tan sólo, en 1994, se organizó un aquelarre de brujos y brujas, que
acudieron a la quema de su compañera ,dando un nuevo impulso a esta tradición
que alcanza hasta el año 2024. Una fiesta, que recogió la magia del solsticio y
del amor de los enamorados en la
fantasía del fuego de una bruja.
FRANCISCO MARTÍN ROSALES
[1] AMAR. Acta del
cabildo del uno de noviembre de 1755.
[2] AMAR. Acta del
cabildo del nueve de julio de 1848,
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