VIII
DE FIESTAS
CRUZ DE MATUTE
Buenas tardes, amigos
y amigas convocados a la Fiesta de la Cruz de  Matute.
 
Este año, se aproxima  la
fiesta de la Cruz de Matute al disanto de la  Ascensión del Señor, el
día 19  de  mayo. Ya no hay lamentos por  el agua, sino que ha llegado  entre calores 
intensos, se hace realidad la fe de aquel campesino del siglo XVI  que miraba los cielos, y le respondía a su
hijo desde estos lares, parapandará. Y llegaron las lluvias. No
valió para nada aquel refrán  Cuando no llueve en febrero, no hay buen prado ni centeno. Y,
en el último año de mes no se cumplió: 
Cuando en diciembre mucho llueve, buen año es el que viene.. En marzo
cada gota quita un cuarto, y en abril cada gota da mil. Pues apenas hemos tenido
algún respiro  por los primeros meses del año. Ya no nos vale cantar
aquel dicho cuando marzo mayea, mayo marcea.
      Hoy,
con esa alegría, acudimos  orgullosos del
legado de la Asociación de la Cruz de Matute, y de nuevo  os hemos
convocado a esta VIII fiesta  en torno a la cruz. Como decía
el  poeta, y lo que significaba en nuestros antepasados:
Ante la cruz me llamas
En tu agonía
Ante la cruz me llamas
Y he aquí que tropiezo
Con tus palabras
Invocar al cielo 
Y la Santa Cruz 
es cosa de sabios,
al buscar la luz
como en el Calvario.
Y. en la de Matute,
El cerro brilla y
reluce,
Convoca a mucha gente,
Cuyo encuentro  conduce
A celebrar el banquete
Entre saraos y dulces.
Esta cruz,  denominada “Cruz de
Matute”,  ocupa una ascensión especial en  toda la mañana, que coincidió  en muchos tiempos, en el día de la Ascensión.
Como cantaba el  poeta, recogiendo esta
subida desde el valle hasta esta cima, en tiempos de ganadería convertidos en
un lugar bucólico.
  
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  Esta cruz hace más suave su ascenso y  es como un abrazo de paz entre la gente y de
pueblos, construida entre tres términos municipales y dos provincias. Un
recuerdo de muchos años de trabajo de conquista del monte. Un recuerdo actual
de un cambio de este entorno en otro modelo de disfrute de la naturaleza.
Homenaje a los anfitriones que siempre tendieron puentes para el encuentro de
este rincón, r Pepe Morales y Lydie Bagart, la holandesa Elisabeth Wagenr, los
ingleses Ian Urquart, Colin Rastail y Rowie Biart  y los que cogieron la antorcha de sus
antepasados: Victoria Sevilla, Valeriano Ramírez Sánchez, Eduardo Pérez
Trujillo. Domingo Cano Cano, Miguel Ángel Pérez, Rafael Ramírez Sánchez. Nos
invita a ser parte de historia, ser miembro honorífico con la implicación de
una modesta contribución, que será agraciada con esos dígitos para ser
agraciados en la ruleta. 
Esta cruz atrae siempre, pero
especialmente, esta  mañana, desde los
terrenos limítrofes entre Granada y Jaén y los términos municipales de Íllora,
Montefrío y Alcalá la Real. Programada por estos vecinos  y labriegos se convirtió en una ruta
internacional. Vinieron grupos desde la zona de Ruiz Pérez, Capillas, los
Hospitales,  y otros se  acercaron desde la callada Ámbar siguiendo el
camino de los playeros ; los hay desde el camino de Agreda, Sierra del Camello,
la Guardesa fueron atraídos por esta cruz 
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   Y de su esfera, cuando  | 
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   la cumbre toca altísimo
  subido  | 
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   el sol, él sesteando,
  de su hato ceñido,  | 
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   con dulce son deleita
  el santo oído.  | 
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      Toca
  el rabel sonoro,  | 
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   y el inmortal dulzor
  al alma pasa...  | 
  
 Se
refrescaron con la gracias del agua recibida, , tras  pasar por Conejeros, se adentraron a través
del camino de Íllora hacia la cima, recorriendo por varios parajes del término
alcalaíno y el arroyo de Cañadas; luego tras pasar el pasaje de las Chozas, miraron
el sitio de la Cruz de Matute, desde donde emprendieron a ruta a pie por el
camino de los Endrinales, al divisar  este cortijo y otros del alrededor-muchos
abandonados, pero con sus espíritus latiendo en el éter, que roda esa haza que
limita con los tres términos. Tras pasar a tierras de Íllora que dan a la
carretera de Ermita Nueva; en una revirá se llegó a  un haza de cerezos en cuesta a  loma de Solís, y camino alto hacia Íllora.
Desde este lugar se divisaban vistas impresionantes de la Mota entre montañas,
donde posamos con ella al fondo,  Sierra Nevada y la Parapanda. Cereal,
huertas, olivos y monte mediterráneo. 
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    Tu llevas el tesoro  | 
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   que solo a nuestra
  vida enriquecía,  | 
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   que desterraba el
  lloro,  | 
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   que nos resplandecía  | 
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   mil veces más que el
  puro y claro día.  | 
  
Recuerdos nos viene ante esta austera cruz, en la que
cuelgan las bandas blancas junto a una encina de sombra, recuerdo de la parada
de autobús escolar antiguamente- junto al cortijo del mismo nombre y
bajo el de Matute. Esta cruz alarga sus brazos entre  leyendas de la Cruz y la fiesta del día de la
Ascensión, Y se sostiene, año tras año, con los abrazos y manos de comisión
organizadora para realizar estas fiestas.  
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      Descubre
  tu presencia,  | 
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   y máteme tu vista y
  hermosura;  | 
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   mira que la dolencia  | 
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   de amor que no se cura  | 
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   sino con la presencia
  y la figura.  | 
  
Esta 
cruz es una cruz de humolladero, de los antiguos parajes de los hidalgos
y caballeros granadinos, que establecieron sus dominios por estas tierras. Por
estos lares, nada menos que en el siglo XVII la familia de los Gamboa y Eraso
pasearon por estos montes abriendo tierras de labor, levantando cortijos de
teja  y disfrutatando de la caza del
monte meediterraneo. Aquí, el alcaide Antonio López de  Gamboa encontró restos y reliquias de
civilizaciones anteriores; su cuñado presidente de la Chancillería pasó por
estos lugares y puso las bases de las futuras capellanías. Y sus descendientes
levantaron esta cruz.
Esta cruz de humilladero, que colocan
a  las entradas y salidas de los pueblos,
y también en este cruces de caminos. Donde los aires acechan y ventosean los
malos vientos, que necesita esta cruz 
para rechazar el “mal”. Hacía que sus moradores pidieran el auxilio
divino al ponerse en marcha hacia sus labores agrícolas o algún viaje.
Es una cruz hermana
de la Cruz Gorda. Otra,  o de la Cruz del
Jabonero, esta cruz le  falta monumentalidad.
Cruz  de piedra, sin ornamentos y sin un
pedestal, grada o escalinata. Le sirven de monumentalidad  este ascenso 
de cerros, el terreno para elevarla como patena natural.  
Cruz de intersecciones
como la de Marcos, la de Tío Campos, la del Hachuelo, la Cruz del Bujeo, la
Colorá, la del Espinar y la Cruz Altera, todas a las afueras, a las afueras de
Montefrío, y que comenzaron a construirse desde mediados del siglo XVII.
Estas  bandas
blancas cruzadas  de los hermanos directivos de la Junta, recuerdan
muchos esfuerzos conseguidos, muchos ensueños en estas tierras y muchos campos
renovados, Las hay verdes y blancas como el verde de los olivos y esparragales
de las  hazas en torno al Palancares o  el blanco cauce sin  aguas
de  los arroyos de  Cañadas y Ana Ramos.
  Blancas 
como  el blanco cortijero de las
casas de los vecinos del entorno de Matute o el verde de los prados de Ruiz
Pérez y Capellanías. Blancas como el blanco de La Pantalona, Hospitales y la
Malaspatas tendiendo manos de solidaridad verde al verde de  los campos que rodean a los Endrinales oliendo
a la molienda del siglo pasado, el verde de la Esperanza frente al blanco de la
Fuente la Hoya Baja entre las lágrimas del agua que llora en su sequedad,
Verdes como el     Cerro Ayozo, de los Centenos, y
Carboneros recordando tiempos de tala y de siega, Blancas entre la oscuridad del
cortijo de la Cucanoche con el duende lorquiano de estas tierras granadinas y
jiennense como tierra de frontera. Blancas y verdes entre  lomas, la de Enmedio y la mítica Solís,
recordando duendes y fantasmas, Verdes y blancas en el centro como  los cortijos de Matute, sin aditamentos, el de
la Cruz y el de las Cañadillas con su metamorfosis de usos actuales de tierra
de sol y ocio. 
Y llegar a esta cruz es cantar como Machado:
 ¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
Me vienen al recuerdo los hermanos
mayores anteriores, Todos quisieron conseguir como los de este año el mayor
resplandor y regocijo con esta fiesta de la hermandad  matutera, para
que, cansados de nuestro ágape, podamos contemplar de esta manera;
 
 En
la cruz está la vida
y el consuelo,
Y ella sola es el camino
Para el cielo.
 
En la cruz está el Señor
De cielo y tierra
Y el gozar de mucha paz,
Aunque haya guerra,
Todos los males destierra
En este suelo,
Y ella sola es el camino
para el cielo.
 
Y queremos agradecer la presencia de
todos vosotros y el desvelo de las autoridades para que sea una realidad esta
fiesta campesina y tradicional. 
Es una oliva preciosa
La santa cruz,
Que con su aceite nos unta
Y nos da luz.
Toma, alma mía, la cruz
Con gran consuelo,
Que ella sola es el camino
Para el cielo.
 Algún faro debió atraernos para
compartir este día de fiesta  y convivencia, recuerdo de nuestros
antepasados, rememoración de las labores de los años de braceros, y aldabón de
la conquista del monte con la roturación de los campos. Hoy día,  rincón,
agradable y ameno de familias de diversos rincones del mundo como los Sánchez
Morales, los Rovie y Coin, o remembranza de la familia Ramírez, Cano, Briones y
Coca.
 Atalaya natural desde donde se asoma
alcahueta la fortaleza de la Mota entre cerros y olivares; mirador de la
Parapanda, cerro  de dádiva real y trono de comunicación
de  la  Vega de Granada  y de la Sierra Sur.
Este faro,  cruce de la Cañada
real de Córdoba y Granada, testigo de los antiguos monfíes , alwayales y
alfaqueques, a donde convergía el camino de Íllora, la colada de Agreda, y los
caminos que venían de  Montefrío desde el cordel de los Playeros .
Esta cruz mimada por los vecinos y los miembros de esta asociación ,  en medio siempre de vegetación de monte bajo
es una  
Una cruz de alegría y fiesta, a los sones
de los músicos y entre las viandas que se han preparado para folgar y gozar, y
bailar y danzar., mientras esperan el turno de suerte para elegir al nuevo
hermano mayor. Por eso , quiero finalizar con estos versos:
Bailemos hasta el
final,  alargando la tarde hasta que el sol se convierta en
mortecino. En noche. 
Mientras la tierra sueñe
solitaria,
vele la blanca luna; vele
el Hombre
desde su cruz, mientras
los hombres sueñan;
vele el Hombre sin
sangre, el Hombre blanco
como la luna de la noche
negra;
vela el Hombre que dio
toda su sangre
porque las gentes sepan
que son hombres.
Viva la Cruz de Matute.
FIN

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